Análisis de Surmount, un divertido roguelike de escalada basado en físicas (Switch, PC)
Parece que los juegos de escalada están de moda; desde aquellos con sistemas gratificantes como Jusant hasta los más arcade y enfocados en la diversión cooperativa como Pan y Federico, e incluso pasando por geniales mezclas de estrategia por turnos como Insurmountable: Escalar siempre ha sido una mecánica, adicional o principal, muy relevante en los videojuegos y un nuevo proyecto ha querido buscar una manera original de afrontarla: hablamos de Surmount, un coqueto juego de escalada que toma como referencia aquellos muñecos de manos y pies pegajosos que se quedaban adheridos a la ventana.
Aquí los dos desarrolladores que han dado vida al proyecto, Jasper Oprel e Indiana-Jonas, trasladan al videojuego la idea detrás de esos muñecos infantiles: con un gameplay tan alocado como sencillo de entender, cada botón L o R del mando nos permite controlar si las manos izquierda o derecha agarran o no, y una vez asido el personaje a cualquier superficie podemos girarlo en cualquier dirección para buscar el siguiente punto de apoyo. En Vandal ya hemos podido jugar a Surmount, que acaba de publicarse en PC y Nintendo Switch, y en este análisis os contamos qué nos ha parecido.
Adentrándonos en el misterioso y cambiante Monte Om
Surmount plantea una trama que sin ser lo más profundo del mundo dota de conexión a toda la estructura del juego: nuevos escaladores llegan al Monte Om, una peligrosa y misteriosa montaña que atrae a aventureros de todo el mundo obnubilados por su forma cambiante y por la magia que reside en ella. Llegamos a un puerto de montaña en autobús y desde ahí podemos adentrarnos en diferentes zonas de escalada, dependiendo de si hacemos misiones principales o secundarias. También hay un desafío diario y opciones de personalización del escalador.
La gracia aquí es que es un roguelike de escalada, y por eso hay niveles generados procedimentalmente que ponen a prueba la solidez de la mecánica principal del juego. Ojo, también hay zonas diseñadas a mano, pero la aleatoriedad de los escenarios es importante para comprender el reto de Surmount: la escalada dispone una completa libertad para agarrarnos donde queramos, y eso también implica que los muchos peligros a los que nos enfrentaremos (se han diseñado un montón de obstáculos que consiguen sorprender a cada nuevo paso) tendrán que ser resueltos con creatividad y habilidad, aprovechando las físicas a nuestro favor e improvisando cuando un fallo nos lleve a un sitio en el que no queríamos estar.
Hay que decir que esta propuesta central de Surmount (tiene algunas aristas más, pero esa es la idea troncal) todavía nos genera dudas; después de haber jugado bastante tiempo (los responsables hablan de una duración de más de 20 horas, aunque entendemos que aquí cuentan desafíos y secundarias), los controles del juego siguen sin parecernos intuitivos, la respuesta de las físicas a veces es aleatoria y puede llegar a ser muy frustrante perder mucho progreso sólo por un simple fallo, a veces provocado por los muchos bugs con los que nos hemos llegado a encontrar.
Pero al mismo tiempo, es divertido. Quizás nos sorprende que Surmount, con su aspecto desenfadado y tono absurdo, tenga un acercamiento similar a la escalada que el que tienen juegos frustrantes y exigentes, de esos que requieren medir muy bien el siguiente paso, pero a veces nos hemos sentido como jugando a uno de ellos. Una de sus grandes virtudes, además, está en saber cómo proponer diseños de niveles estimulantes gracias a nuevos terrenos y obstáculos que le dan un extra de diversión a cada nuevo intentona: paredes que se caen al agarrarte a ellas, plataformas que giran, corrientes de aire que te permiten salvar grandes distancias…
No deja de ser cierto que sus controles son poco intuitivos y a veces reaccionan de maneras extrañas, pero hay momentos en los que funcionan genial y esos son los que acaban llevándose el protagonismo. Hacer girar a un escalador para que con la fuerza al soltarlo salga disparado y avance un montón de metros acaba siendo algo divertidísimo, pero también útil para progresar en el juego. Eso sí, tras haber probado Surmount tanto en solitario como en cooperativo, pensando que esta segunda forma era la más adecuada, lo hemos encontrado mejor adaptado a partidas individuales, así que no buscaríamos aquí el siguiente gran party game para jugar en pareja o con amigos.
Y por último: su apartado audiovisual. De primeras ya nos encantó esa estética simpática y tontorrona que se sitúa entre lo Miis de Wii y unas marionetas de trapo, pero al jugar nos ha parecido todavía mejor por ver la cantidad de personajes disparatados que es capaz de dar. También los escenarios, tanto los naturales como los pocos artificiales que hay, siguen esta directriz gráfica de buscar el humor y la comedia en cualquier rincón; si algo le podemos achacar en este sentido es que a veces es poco legible el lugar en el que podemos agarrarnos y en el que no, pero a veces parece intencional así que tampoco insistiremos demasiado en esto. En lo sonoro, de nuevo un buen trabajo para reforzar la comicidad con efectos simpáticos y una música que acompaña sin molestar.
Conclusiones
Puede que la mecánica principal de Surmount, esa escalada absurda y sencilla basada en físicas, a veces nos juegue malas pasadas: quizás es por falta de costumbre a su gameplay o quizás porque necesita algo más de refinamiento, no siempre moverse por los niveles del juego es intuitivo y gratificante. Sin embargo, acaba proponiendo una aventura divertida, con un montón de sorpresas en forma de originales obstáculos y desafíos que nos van a obligar a improvisar. Su aspecto cómico guarda una experiencia quizás más exigente de la cuenta, pero la hemos disfrutado y creemos que incita a volver a ella de vez en cuando (mejor en solitario que en cooperativo, eso sí).
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por popagenda.