Análisis de Super Smash Bros. Ultimate (Switch)
Han pasado casi 20 años desde que Super Smash Bros. irrumpiera en nuestras vidas con su entrega original para Nintendo 64. Un divertidísimo juego de lucha muy diferente y original que nos hizo disfrutar de tardes enteras combatiendo con nuestros amigos mientras encarnábamos a doce de los personajes más icónicos de Nintendo en frenéticos y alocados duelos para hasta cuatro jugadores.
Videoanálisis
El hecho de poder enfrentar a leyendas de la industria como Link, Kirby, Mario, Pikachu o Donkey Kong con un sistema de combate tan fresco y adictivo fue una experiencia única y sorprendente para la época, lo que se tradujo en un gran éxito de crítica como de público, vendiendo millones de copias en todo el mundo.
A día de hoy sigue siendo uno de los cartuchos más recordados de la consola de 64 bits de la Gran N, pero poco podíamos llegar a imaginar en aquel entonces en lo que se acabaría convirtiendo la saga con el paso de los años.
Lo que comenzó como un pequeño y humilde tributo al universo Nintendo es ahora un descomunal y ambicioso homenaje al mundo de los videojuegos en general y uno de los mejores y más completos juegos de lucha de la historia. Un auténtico imprescindible para todos aquellos que amamos y sentimos pasión por esta maravillosa afición que tantos momentos inolvidables nos ha dado a lo largo de nuestras vidas.
Los mejores combates
Super Smash Bros. Ultimate vuelve a ofrecernos la misma fórmula de siempre, pero pulida y llevada al extremo. De este modo, nos encontramos ante un juego de lucha bidimensional en el que batallaremos en escenarios con multitud de plataformas y mecánicas mientras intentamos echar a nuestros rivales fuera de la pantalla a base de golpes. Cuanto más daño les hagamos con nuestros ataques, más lejos volarán con nuestros impactos.
Los controles son tan sencillos y accesibles como cabría esperar, pudiendo realizar todo tipo de ofensivas y movimientos especiales con tan solo combinar dos botones con alguna dirección (o no). Además, también tendremos la posibilidad de saltar, bloquear con un escudo, esquivar, fintar, realizar agarres e incluso recoger los objetos que vayan aparecido en el escenario para utilizarlos en nuestro beneficio.
Gracias a esto, tenemos un juego muy accesible y que todo el mundo puede disfrutar, ya que no requiere que aprendamos complejas combinaciones con el mando para poner en práctica todo el repertorio de ataques de nuestro luchador, lo que no impide que, a su vez, sea uno de los títulos del género más profundos, técnicos y exigentes que podemos encontrar en el mercado.
Es uno de esos juegos que siguen la máxima de "fácil de jugar, pero difícil de dominar", haciendo de él una compra ideal para cualquier tipo de jugador, desde aquellos que solo quieren pasar un buen rato sin mayores pretensiones hasta los más dedicados y competitivos que no pararán hasta exprimir todas sus posibilidades.
En cuanto a sus principales novedades, cabe destacar lo muchísimo que se ha aumentado la velocidad y el ritmo de los combates. Todo es ahora considerablemente más ágil, alcanzando un punto de frenetismo que le sienta genial a la fórmula y que propicia que los enfrentamientos sean más espectaculares y dinámicos que nunca.
Otro gran añadido lo tenemos en las esquivas aéreas direccionales, por lo que podremos fintar en el aire al mismo tiempo que movemos a nuestro personaje hacia la dirección que queramos. Esto es algo que cambia por completo el juego aéreo de la saga, ya que nos hace menos vulnerables y más impredecibles cuando nos mandan a volar e intentamos recuperarnos, consiguiendo que los duelos sean mucho más emocionantes y que no podamos dar nunca nada por hecho.
Tampoco podemos olvidarnos de los escudos perfectos, una nueva técnica avanzada con la que podremos para el ataque del enemigo si desactivamos nuestro escudo en el momento justo en el que vamos a recibir un golpe. Si lo hacemos bien, tendremos unos breves instantes para contraatacar sin que nuestro contrincante pueda hacer nada para evitarlo.
Como podréis intuir, ejecutar un bloqueo perfecto no es nada fácil y conlleva muchos riesgos, aunque es una mecánica que dota a las batallas de una nueva capa de profundidad que encantará a los jugadores más competitivos y dedicados.
Por supuesto, también se han incluido multitud de nuevos objetos, como la Guadaña de la Muerte, con la que podremos eliminar de un golpe a cualquier jugador que tenga más de 100% de daño, o el brote curativo, que nos permitirá sanar nuestras heridas progresivamente con tan solo sostenerlo. De igual modo, también se han añadido nuevos Pokémon que podemos invocar tirando Poké Balls, así como más ayudantes.
En general, estamos hablando de un juego mucho más ofensivo en el que se premia el espectáculo y el jugar con cierta cabeza. Masahiro Sakurai y su equipo han pulido y refinado tantísimo la fórmula de la saga con esta entrega que podemos decir, sin miedo alguno, que por fin han conseguido alcanzar esa perfección que tanto buscan en cada una de sus obras. Pura diversión y jugabilidad.
Un plantel de ensueño
En lo que respecta a los personajes jugables, tenemos un plantel que solo podríamos calificar como un sueño hecho realidad al ofrecernos a 74 luchadores (76 si queremos contar como tres al Entrenador Pokémon) provenientes de las series de videojuegos más icónicas y representativas de la historia.
Obviamente, la mayoría de ellos son héroes y villanos de títulos de Nintendo, aunque también hay espacio para sagas tan míticas como Final Fantasy, Street Fighter, Pac-Man, Mega Man, Metal Gear o Castlevania. Es imposible que te guste este hobby y no te llame la atención un buen porcentaje de los personajes que aquí aparecen, ya que casi todos ellos han ayudado, de un modo u otro, a definir la industria desde sus mismos comienzos.
Lo mejor es que se han recuperado a todos los luchadores que han aparecido a lo largo de la serie, por lo que no echaréis de menos a nadie de entregas anteriores, una tarea titánica y que dice mucho de la intención de convertir a Ultimate en el Super Smash Bros. definitivo. La lista completa es la siguiente:
Aldeano (Animal Crossing), Bayonetta (Bayonetta), Bowser (Super Mario), Bowsy (Super Mario), Captain Falcon (F-Zero), Canela (Animal Crossing), Chrom (Fire Emblem), Cloud (Final Fantasy), Corrin (Fire Emblem), Daisy (Super Mario), Daraen (Fire Emblem), Diddy Kong (Donkey Kong), Donkey Kong (Donkey Kong), Dr. Mario (Dr. Mario), Dúo Duck Hunt (Duck Hunt), Entrenador Pokémon:Charizard, Ivysaur y Squirtle (Pokémon), Entrenadora Wii Fit (Wii Fit), Estela (Super Mario), Falco (Star Fox), Fox (Star Fox), Ganondorf (The Legend of Zelda), Greninja (Pokémon), Ice Climbers (Ice Climbers), Ike (Fire Emblem), Incineroar (Pokémon), Inkling (Splatoon), Jigglypuff (Pokémon), Ken (Street Fighter), King K. Rool (Donkey Kong), Kirby (Kirby), Link (The Legend of Zelda), Link Niño (The Legend of Zelda), Little Mac (Punch Out!!), Lucario (Pokémon), Lucas (Mother), Lucina (Fire Emblem), Luigi (Super Mario), Mario (Super Mario), Marth (Fire Emblem), Mega Man (Mega Man), Meta Knight (Kirby), Mewtwo (Pokémon), Mii Espadachín, Mii Karateka, Mii Tirador, Mr. Game & Watch (Game & Watch), Ness (Mother), Olimar (Pikmin), Pac-Man (Pac-Man), Palutena (Kid Icarus), Peach (Super Mario), Pichu (Pokémon), Pikachu (Pokémon), Pit (Kid Icarus), Pit Sombrío (Kid Icarus), Rey Dedede (Kirby), R.O.B., Roy (Fire Emblem), Richter (Castlevania), Ridley (Metroid), Ryu (Street Fighter), Samus (Metroid), Samus Oscura (Metroid), Samus Zero (Metroid), Sheik (The Legend of Zelda), Shulk (Xenoblade), Simon Belmont (Castlevania), Solid Snake (Metal Gear Solid), Sonic (Sonic), Toon Link (The Legend of Zelda), Wario (Super Mario), Wolf (Star Fox), Yoshi (Super Mario), Zelda (The Legend of Zelda).
Pero la plantilla no se queda en solo en grandes números y en una colección de leyendas de los videojuegos, sino que todos y cada uno de sus integrantes están perfectamente diferenciados (a excepción de los luchadores Eco, que no dejan de ser clones de otros ya existentes con ligeros cambios) y recreados con todo lujo de detalles para que resulten totalmente fieles a sus obras originales.
No hay más que fijarse en casos como el de Simon y Richter Belmont, cuyas animaciones y poses están sacadas tanto de sus juegos como de sus ilustraciones (ojo a la de victoria del primero, un regalazo para los fans más veteranos de la saga de Konami), para darse cuenta del enfermizo nivel de detalle que se ha puesto en cada aspecto del título. Todos han sido tratados con muchísimo respeto y se nota que Sakurai es un enorme fan de los videojuegos que controla como nadie las licencias que maneja, ya que sabe perfectamente qué es lo que los fans esperan ver y cómo sorprenderlos con guiños únicos que nos sacarán más de una sonrisa de pura complicidad.
Además, tienen tantísimas particularidades y peculiaridades que todos ellos resultan divertidísimos de controlar, regalándonos una variedad de estilos de juego sin precedentes en el género.
En cuanto a las nuevas incorporaciones, tenemos a Inkling, Ridley, Simon/Richter Belmont, King K. Rool, Canela y Incineroar, personajes a los que tenemos que sumarles Daisy, Samus Oscura, Ken y Chrom, quienes llegan como combatientes Eco (clones) de Peach, Samus, Ryu y Roy respectivamente.
Los Inklings son rapidísimos y cuentan con un gran arsenal de armas para pillar por sorpresa a sus rivales y controlar el campo de batalla. La mayoría de sus ataques manchan de tinta al enemigo, lo que a su vez los hará más vulnerables a nuestros golpes, aunque, al igual que en Splatoon, necesitan recargarla adoptando su forma de calamar y escondiéndose. Debido a esto, tendremos que buscar los mejores momentos para rellenar nuestra munición sin exponernos, dándole así un toque táctico muy interesante a su estilo de combate.
En cambio, Ridley es un personaje con el que ir mucho más "al grano". El eterno enemigo de Samus tiene un repertorio de ataques devastador, con movimientos muy amplios y de gran alcance con el que podremos hacer trizas a nuestros adversarios con suma facilidad. Además, no es tan lento como cabría esperar, así que si no tenemos cuidado nos puede sorprender. Para equilibrar un poco las cosas, sacarle el máximo partido a algunos de sus ataques puede ser un tanto complicado al requerir que golpeemos de forma muy precisa, y su gigantesco tamaño lo convierte en un blanco fácil.
Simon y Richter Belmont (este último es Eco del primero, ¿o era al revés?) usan su mítico látigo Vampire Killer para atacar a sus contrincantes desde una gran distancia, a lo que le tenemos que sumar algunas de las armas secundarias más icónicas de Castlevania, como el Hacha, el Crucifijo o el Agua Bendita. Son combatientes muy versátiles y capaces de adaptarse a casi cualquier situación, aunque os avisamos que dominarlos no es nada fácil, ya que sus ataques tienden a dejarlos muy vendidos y controlar las distancias resulta fundamental.
Por su parte, King K. Rool es tan lento y pesado como cabría esperar. El rey de los Kremlings puede contraatacar con su barriga, lanzar su corona para interceptar proyectiles, atacar y atraer tanto a enemigos como objetos, y usar un enorme trabuco para disparar bolas de cañón. Como decimos, todas sus animaciones son bastante lentas y es un personaje al que hay que golpear muy duro si queremos echarlo del escenario, no solo por su peso, sino por su fantástico movimiento de recuperación.
Canela puede recordarnos ligeramente al Aldeano, pues su estilo de combate es similar y se basa en marear al contrario con todo tipo de tácticas inesperadas. Entre sus movimientos más llamativos e importantes cabe destacar que puede "plantar" Giroides en el suelo para que estos ataquen al rival cuando pase por encima, aunque nuestro favorito es el uso que le da a su caña de pescar, con la que puede "pescar" objetos para recogerlos a distancia, así como al enemigo para lanzarlo muy lejos.
Finalmente, Incineroar se ha convertido en uno de nuestros nuevos favoritos gracias sus movimientos de lucha libre y a su tendencia a "vacilar" y provocar cada vez que consigue realizar un golpe contundente. No es muy rápido ni muy ágil, pero os podemos asegurar que es divertidísimo de controlar y cuenta con recursos muy interesantes, como Desquite para aguantar daño y potenciar su próximo ataque, o Lariat Oscuro, con el que giraremos sobre nosotros mismos para, al final, tener unos pequeños instantes de invulnerabilidad. Eso sí, os avisamos que su movimiento de recuperación no es nada fácil de usar, ya que tras ascender cae en picado.
Como veis, todos ellos tienen algo nuevo que ofrecer y suponen muy buenas incorporaciones para un plantel de ensueño que nos permitirá disputar apasionantes y variadísimos duelos entre nuestros personajes favoritos del mundo de los videojuegos.
La batalla de los espíritus
Una de las grandes novedades de esta entrega la tenemos en la inclusión de los espíritus, el nuevo elemento coleccionable que se ha añadido en sustitución de los clásicos trofeos. De este modo, podremos recolectar las almas de numerosos personajes de videojuegos para así potenciar a nuestros personajes con ellas.
Estos pueden ser primarios y de apoyo. Los primeros son los que vinculamos directamente a nuestro guerrero (solo uno a la vez) y el que definirá nuestros valores de ataque y defensa, mientras que los segundos deben ser equipados en los huecos libres que tengan los primarios (van desde ninguno hasta tres). Cada espíritu de apoyo tiene un coste, así que si, por ejemplo, queremos equiparnos con uno que requiera tres puntos, necesitaremos un espíritu primario con al menos tres huecos libres.
Así explicado puede parecer mucho más complicado de lo que en realidad es, ya que en la práctica se trata de un sistema muy sencillo, intuitivo y fácil de comprender. Para entenderlo rápidamente, imaginad que los espíritus primarios son vuestras armaduras y que los de apoyo son las gemas que les engarzáis para ganar habilidades y ventajas especiales, con la única diferencia de que son personajes de videojuegos en vez de piezas de equipamiento. Evidentemente, esto le da un atractivo muy interesante a la hora de coleccionarlos.
Para darle un puntillo de profundidad, existen cuatro tipos de espíritus primarios: rojos, azules, verde y negros. Los rojos son efectivos contra los verdes, estos ganan a los azules y los azules se imponen a los verdes, mientras que los negros no tienen ni ventaja ni desventaja frente a nadie, lo que nos obligará a escoger los más adecuados para cada combate en los modos que hagan uso de este sistema.
Además, si el set de espíritus que usamos pertenecen a la misma saga, sus efectos se verán potenciados, especialmente si todos ellos se corresponden con la serie del personaje jugable que vayamos a utilizar. En total existen 1.297 espíritus, una auténtica salvajada, por lo que os podéis hacer una buena idea de la enorme cantidad de horas que tendremos que dedicarle al juego para hacernos con todos.
De hecho, todo este sistema cobra sentido en el momento en el que nos disponemos a coleccionarlos, ya que para conseguirlos tendremos que librar una serie de divertidísimos combates que buscan reproducir las propiedades y características del espíritu que intentemos obtener.
Por ejemplo, si queremos hacernos con Metal Sonic, tendremos que participar en un duelo contra el erizo azul de Sega en estado metálico permanente, pero si nuestro objetivo es Vega de Street Fighter, nos las tendremos que ver con un Meta Knight (por aquello de la máscara) que no para de saltar en una batalla por energía (como en la saga de Capcom).
Estas son dos pequeñísimas muestras de lo que encontraréis, y os podemos asegurar que todos los combates son un auténtico derroche de imaginación y creatividad donde quedan muy claras las gigantescas posibilidades jugables que ofrece la fórmula de la saga.
Todo está minuciosamente pensado para que encaje con el espíritu al que nos enfrentemos, desde la música y el escenario hasta los personajes que participan, las reglas, y el comportamiento de la IA. Es una pasada comprobar cómo el juego sigue siendo capaz de sorprendernos tras cientos de batallas (hay más de 1.000 de este tipo) que, además de resultar tan divertidas como variadas, suponen un fantástico y original homenaje a nuestro hobby favorito.
Por motivos obvios, cuanto más sepas de videojuegos, más lo disfrutarás, ya que serás capaz de entender un mayor número de guiños y referencias, aunque os vamos avisando que es prácticamente imposible conocerlos a todos, pues también hay cabida a auténticas rarezas y juegos muy desconocidos por el gran público, por no hablar de todos aquellos que nunca consiguieron salir de las fronteras japonesas.
Es precisamente aquí donde encontramos el único fallo que le hemos encontrado: la ausencia total de una galería, museo o biblioteca donde podamos informarnos sobre la procedencia y orígenes de todos esos espíritus, ya que no se han incluido descripciones de ningún tipo para que podamos conocerlos mejor. Solo nos dirán la saga a la que pertenecen (ni siquiera en qué entregas aparecen) y su nombre, una carencia inexplicable en un título que, por su propia concepción, es un tributo y una celebración colosal a la historia de la industria.
El mundo de estrellas perdidas
Entrando ya en lo que son los modos de juego, esta vez la gran estrella para un jugador es, sin duda, el Modo Aventura, probablemente una de las mejores y más completas modalidades que hemos visto jamás en un título del género.
Su premisa argumental nos lleva a lo que podríamos considerar como el "apocalipsis videojueguil". Lúmina, una entidad divina de pura luz, decide que quiere crear un nuevo mundo, motivo por el que envía a un ejército de Master Hands para acabar con todos los personajes de la industria, convirtiendo a la mayoría en espíritus y a unos pocos en esclavos con los que crear clones malvados que sirvan como receptáculo para las almas de los caídos.
Por suerte para todos, Kirby consigue sobrevivir a estos trágicos sucesos, así que emprende un épico viaje para rescatar a todo el mundo y acabar con la tiranía de esta divinidad. Aunque hay una pequeña trama con sus sorpresas y giros inesperados, la historia aquí es, en todo momento, algo secundario y que está de fondo para justificar nuestra odisea, así que no esperéis diálogos entre personajes ni nada parecido, ya que no lo encontraréis. De hecho, las pocas secuencias de vídeo que hay se pueden contar con los dedos de una mano.
En lo jugable tendremos que avanzar por un gigantesco mapa repleto de rutas y caminos alternativos mientras combatimos sin parar para obtener nuevos espíritus en batallas como las que describimos unos párrafos atrás. Por supuesto, en nuestro periplo también podremos rescatar al resto de luchadores del plantel para así poder jugar con ellos, por lo que no estaremos limitados únicamente a la carismática bola rosa creada por Sakurai.
Pero no os penséis que estamos ante una mera sucesión de combates, ya que en nuestro viaje también tendremos que resolver puzles, averiguar cómo llegar a ciertos lugares y cofres, y encontrar a espíritus clave que nos permitirán acceder a sitios que de otro modo quedarían fuera de nuestro alcance.
La guinda del pastel la ponen las mazmorras, unos mapas especiales a modo de homenaje basados en juegos concretos que cuentan con mecánicas muy específicas de las que no daremos ningún ejemplo para evitar arruinaros las sorpresas que os esperan en ellas. Simplemente sabed que son lo mejor y lo más sorprendente de todo el Modo Aventura y que, en la mayoría de los casos, suelen concluir por todo lo alto con un enfrentamiento contra algún jefe final.
Estas batallas son simplemente geniales: cuentan con varias fases, son relativamente largas y resultan de lo más intensas. Destacar que tienen tantos patrones y ataques que nos tocará aprendérnoslos muy bien si queremos salir victoriosos de ellos.
Como hemos dicho antes, se trata de una modalidad inmensa y divertidísima que nos ha llevado unas 30 horas completar al 100% (la "historia" la terminamos en 20 horas con un 74%) y que cuenta con una de las mejores rectas finales que jamás nos ha ofrecido Nintendo: épica, intensa y espectacular como ella sola, con un momento muy concreto que pondrá los pelos de punta a cualquier fan de la saga. Simplemente brutal.
El tablero de espíritus
Eso sí, si queremos hacernos con todos los espíritus no nos bastará con solo jugar al Modo Aventura, ya que en él solo podremos conseguir la mitad. De esta forma, para completar nuestra colección tendremos que jugar un buen número de horas en el Tablero de Espíritus, una modalidad en la que irán apareciendo Espíritus periódicamente.
Estos combates estarán disponibles durante un tiempo limitado y cuando este expire o lo hayamos intentado una vez (independientemente de si ganamos o fracasamos), desaparecerán y serán reemplazados por otros cuando llegue el momento, un proceso que podemos acelerar utilizando objetos para que la disposición del tablero cambie y aparezcan nuevos espíritus.
El planteamiento de estos duelos es el mismo que el de las batallas que libramos en el Modo Aventura: superar enfrentamientos que buscan emular las características y propiedades del espíritu que intentamos obtener. Eso sí, aquí al ganar tendremos que superar un sencillo minijuego consistente en acertar un disparo mientras una barrera con un hueco gira alrededor de nuestro objetivo. Si acertamos, podremos reclamar nuestra recompensa.
Se trata de un modo muy rápido, ágil y directo ideal para partidas cortas y para compaginar con otras modalidades, aunque es tan adictivo que hemos llegado a tirarnos horas con él sin enterarnos del paso del tiempo y diciendo "solo un combate más".
Smash arcade
En el caso de que prefiráis algo más clásico y tradicional donde solo os tengáis que preocupar de combatir, probablemente encontraréis vuestra opción ideal en Smash arcade, lo que vendría a ser el Modo Arcade o Clásico de este juego y que también se puede jugar en cooperativo. Como tal, nuestro objetivo no será otro que el de superar seis batallas, un nivel de bonificación (muy simple y siempre igual, en el que tendremos que llegar a la meta recogiendo orbes sin que el escenario nos alcance) y un jefe final con el personaje que escojamos.
Lo interesante llega en el momento en el que nos damos cuenta de que cada combatiente tiene su propia ruta bien diferenciada de las de los demás, de modo que los combates que libraremos siempre serán distintos. Además, estos suelen tener algún tipo de temática que los hacen muy atractivos.
Por ejemplo, la ruta de Marth se llama "Reino de Dragones", y en ella nos veremos las caras con enemigos que puedan parecer o sean dragones, motivo por el que también la mayoría de nuestros adversarios serán gigantes. En cambio, la de Richter es "Smash Eco", por lo que todos sus rivales serán luchadores Eco, al igual que él, mientras que la de Chrom, "¡Ataque al unísono!", nos ofrece batallas en las que vamos acompañados por Daraen o Lucina para recrear la mecánica de agrupación de unidades de Fire Emblem: Awakening.
Por si superar 74 rutas no fuese una tarea lo suficientemente extensa de por sí, cabe destacar que se trata de una modalidad extremadamente rejugable y que conseguirá picarnos a intentarlo una y otra vez para intentar conseguir la mejor puntuación posible gracias a su genial sistema de dificultad.
Antes de empezar una ruta podremos decidir el nivel de "intensidad" en el que queremos empezar, siendo 0,0 el mínimo y 5,0 el máximo inicial. Sin embargo, dependiendo de lo bien o mal que lo hagamos, el nivel de dificultad subirá y bajará más o menos tras cada combate, por lo que el objetivo real es el de desafiarnos a nosotros mismos para intentar completar cada ruta en el nivel de intensidad 9,9 y obtener el mayor multiplicador de puntos, una tarea nada sencilla, especialmente por lo duros que llegan a ser los enfrentamientos contra los jefes finales en esta dificultad.
Además de lo divertido que resulta superar este modo con todos los personajes, también hay que destacar que se trata de una tarea muy satisfactoria, ya que cada vez que completemos una senda recibiremos todo tipo de recompensas, como nuevos espíritus, monedas para la tienda u objetos para el tablero. Ultimate es un juego que nos recompensa por todo lo que hacemos, y esta modalidad no es la excepción.
Los asaltos
Otro modo clásico que regresa y con posibilidades cooperativas es Asalto, incluyendo sus tres variantes habituales: Asalto contra 100, Asalto de leyendas y Asalto Intrépido. El primero es el más sencillo de todos, donde nos retarán a derrotar a 100 luchadores (la mayoría son Mii) sin apenas resistencia y con una IA muy baja, mientras que Asalto de leyendas nos retará a derrotar a los 74 combatientes del plantel enfrentándonos a varios de ellos siempre de forma simultánea, lo que se traduce en un desafío muy interesante.
En cambio Asalto Intrépido es para aquellos que busquen desesperarse con algún tipo de reto imposible, ya que su propuesta es similar a la de Asalto contra 100, con la diferencia de que aquí nuestros adversarios son implacables y hacen unas cantidades de daño demoledoras, por lo que son capaces de echarnos fuera del escenario con un par de golpes. Derrotar a tan solo un enemigo jugando "limpiamente" (existe una forma de aprovecharse de los fallos de la IA para sumar bajas) es toda una proeza, así que si queréis poneros al límite, este es vuestro modo.
Lucha como quieras
Como era de esperar, no falta el imprescindible modo multijugador local de la saga para permitirnos combatir tanto en solitario contra la IA como contra nuestros amigos en enfrentamientos que pueden ser hasta de ocho jugadores de forma simultánea (si conseguís juntar a tanta gente en vuestra casa, preparaos para la locura máxima).
Esta vez se ha puesto toda la carne en el asador para permitirnos configurar los combates tanto como podáis imaginar, pudiendo ajustar multitud de reglas para diseñar partidas que se ajusten a nuestros gustos y necesidades.
Además de las más clásicas, como controlar la frecuencia con la que aparecen los objetos (o eliminarlos directamente), tenemos que sumarles otras nuevas muy interesantes, como que los escenarios se transformen en mitad de una batalla (por ejemplo, empezar en el Big Blue y que durante la lucha cambie al Templo de Hyrule), desactivar la mecánica de Venganza para que no aumente nuestro poder de ataque en función del daño que hayamos acumulado o activar una barra que al rellenarla luchando nos permita desatar nuestro Smash Final.
Como decimos, la cantidad de opciones y ajustes que tenemos a nuestra disposición es realmente abrumadora, por lo que se agradece enormemente la inclusión de la posibilidad de guardar diversos sets de reglas para poder acceder a estas configuraciones de forma inmediata siempre que queramos.
Pero la locura multijugador no acaba con los combates normales, ya que también se ha añadido un completísimo Modo Torneo para hasta 32 jugadores (nuevamente, podremos controlar hasta el último detalle, como los emparejamientos, las reglas o la propia estructura de la competición) y la nueva modalidad Tropa Smash, donde podremos enfrentar a equipos de tres y cinco personajes, de forma que cuando nos maten a uno aparezca el siguiente.
Estos "relevos" pueden ser inmediatos (es decir, sin interrumpir la acción durante una batalla) o por turnos, pudiendo decidir si queremos que el personaje que sobreviva mantenga el daño acumulado o no. Sin duda, se trata de una forma de jugar muy divertida y que nos invita a que aprendamos a controlar a varios luchadores, aunque si somos varios jugadores en la sala siempre existe la opción de formar grupos y de pasar mando para animarnos mutuamente.
Otro de nuestros nuevos modos favoritos es Smash total, donde disputaremos una serie de combates en los que no nos permitirán repetir los personajes que hayan sido utilizados previamente. Como podréis suponer, el que más puntos acumule entre todos ellos ganará la partida, y sí, es tan divertido y táctico como suena.
Si queremos algo realmente alocado, nuestras mejores opciones son Super muerte súbita y Smash Variado. El primer modo nos ofrece enfrentamientos de muerte súbita por vidas o tiempo donde prácticamente cualquier golpe nos mandará fuera de la pantalla al empezar en 300% de daño, mientras que los segundos ponen a nuestra disposición una serie de reglas especiales para aumentar el caos de multitud de formas distintas.
Con todo esto, podéis estar seguros de que Super Smash Bros. Ultimate se va a convertir en el nuevo rey de las quedadas con vuestros amigos, ya que su multijugador es, a día de hoy, tan divertido y completo que os resultará imposible cansaros de él, ya que nunca jugaréis dos partidas iguales y siempre encontraréis alguna opción que os contente a todos. Insuperable.
El camino hacia la gloria
Como no podía ser de otra manera, también tenemos la posibilidad de enfrentarnos a otros jugadores a través de internet. Esta vez se han hecho numerosos ajustes al sistema de emparejamientos para permitirnos escoger las reglas con las que queremos jugar y que nos busquen uno o varios contrincantes que hayan filtrado de una forma similar a la nuestra.
Eso sí, al haber tantas variables posibles, este sistema no nos asegura jugar con las mismas reglas que hemos seleccionado, ya que también se tienen en cuenta otros factores, como nuestro Nivel Smash (sube o baja dependiendo de nuestras victorias y derrotas online, y es individual por cada personaje) o la proximidad geográfica, lo que ayuda a favorecer enfrentamientos más o menos equilibrados y sin lag.
En nuestro caso, apenas hemos tardado unos segundos en encontrar partida, por lo que hemos podido disfrutar de un combate tras otro sin tiempos de espera. Respecto al código de red, por norma general hemos disputado combates muy fluidos y que casi nos han hecho creer que estábamos jugando de forma local, con tan solo unas pocas excepciones en las que la conexión de algunos de nuestros rivales lastraba la de los demás participantes, tornando los duelos en algo totalmente injugable.
Por suerte, tal y como decimos, estas no han sido nada frecuentes, así que hemos podido jugar con total normalidad la mayor parte del tiempo, incluso en combates con cuatro jugadores (el máximo a través de internet) y objetos, algo imprescindible para disfrutar plenamente de su frenética y fantástica jugabilidad.
En el caso de que queramos jugar con amigos o con reglas fijas podemos crear salas muy configurables para hasta ocho personas y con Modo Espectador para quienes no estén batallando. Extrañamente no se nos da la posibilidad de cambiar las normas una vez creadas, obligándonos a salirnos de la sala para crear otra nueva con unas reglas distintas, lo que puede resultar un tanto molesto.
Por otra parte, regresa el Modo Cooperativo para que podamos jugar dos personas de forma local contra otra pareja de jugadores a través de internet, una opción muy divertida y recomendable si tenemos con quien aprovecharla.
No podemos olvidarnos de mencionar que si llegamos a un determinado Nivel Smash ganaremos acceso a la categoría VIP, donde solo nos enfrentaremos a otros jugadores que hayan alcanzado este mismo rango, algo ideal para que los mejores siempre tengan un rival a su altura.
Espectáculo en sobremesa y portátil
A nivel gráfico estamos ante un juego realmente bonito que nos deja con unos modelados y diseños de personajes detalladísimos, y con unas animaciones simplemente fantásticas, por no hablar del gran trabajo que hay detrás de cada uno de los escenarios, muy vivos y repletos de elementos.
Aquí tenemos que destacar que nos ha parecido un completo acierto el hecho de haberles dado a todos los luchadores un toque cel shading, ya que con esto se ha conseguido unificar el estilo visual de la obra para darle una mayor coherencia artística, algo muy necesario en una producción en la que combaten luchadores tan diferentes y de procedencias tan dispares. Además, este pequeño lavado de cara les ha sentado genial.
También se nota una considerable mejora en los efectos, mucho más elaborados y complejos, y con un mejor uso de la iluminación para favorecer, ante todo, el espectáculo y la jugabilidad con multitud de referencias visuales. La imagen, por su parte, es nítida como ella sola, lo que le sienta realmente bien al gran colorido del que hace gala esta entrega.
Nos vemos obligados a destacar su excelente rendimiento, manteniendo las imprescindibles 60 imágenes por segundo en todo momento y sin sufrir lo más mínimo. Y ojo, porque esto es algo que también ocurre cuando jugamos en modo portátil.
El título se ve y se mueve de escándalo en la pantalla de la consola, siendo la resolución lo único perjudicado respecto a sobremesa por motivos obvios. Quizá los Joy-Con no sean la opción ideal para jugar (aquí el mando de GameCube sigue siendo el rey, aunque necesitaréis un adaptador para utilizarlo), pero una vez que nos acostumbramos a ellos, nos permiten disfrutar enormemente de nuestras partidas en cualquier parte.
Finalmente, tenemos una banda sonora titánica, incluyendo más de 900 temas, entre los que se incluyen nuevas remezclas de melodías clásicas, versiones originales, canciones completamente nuevas y remixes aparecidos en anteriores entregas de la serie.
En total estamos hablando de más de 28 horas de música de una calidad apabullante y en la que han participado muchos de los compositores más importantes de la industria, reuniendo en un solo juego una colección repleta de composiciones legendarias con las que muchos de nosotros identificamos automáticamente a nuestro hobby favorito. Los efectos siguen la misma tónica, resultando tan variados y reconocibles como cabría esperar, y el doblaje incluye voces en inglés y en español, dependiendo del personaje. Los textos, por supuesto, están traducidos a nuestro idioma.
Conclusiones
Super Smash Bros. Ultimate es todo lo que podríamos soñar y más. Un gigantesco, completísimo, genial y abrumador tributo al mundo de los videojuegos que nos ofrece infinitas horas de diversión tanto en solitario como en compañía luchando con los personajes más icónicos de la historia de este hobby que tanto nos apasiona. Y todo ello sin olvidarse de ser un juego de lucha prácticamente perfecto y con una jugabilidad inigualable que resulta tan accesible y profunda como queramos.
Sin duda, Sakurai puede descansar tranquilo, pues esa enfermiza atención al detalle por la que siempre se han caracterizado sus títulos se ha traducido esta vez en uno de los mejores y más completos juegos de la historia y en todo un referente. Super Smash Bros. Ultimate no es solo el Super Smash Bros. definitivo, es también el homenaje definitivo que los videojuegos se merecían. Simplemente imprescindible.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.