Análisis de Super Smash Bros. (Wii U)
Se ha hecho de rogar y han sido necesarios seis largos años para que por fin podamos disfrutar de una nueva entrega de Super Smash Bros. en una consola de sobremesa de Nintendo. Pero todo eso acaba esta misma semana gracias a Super Smash Bros. for Wii U, el título más ambicioso y con más contenidos (y con diferencia) de toda la saga.
De hecho, la ingente cantidad de opciones, modos, personajes, secretos, curiosidades, desbloqueables, canciones, escenarios y desafíos que ofrece hacen que nos sea imposible pensar en un juego más completo que este. Y todo ello aderezado, por supuesto, con la exquisita fórmula jugable de siempre y que tantísimos buenos ratos nos ha hecho pasar combatiendo contra nuestros amigos a lo largo de estos últimos 15 años. Así pues, dicho esto y sin más preámbulos, ya solo queda una cosa por hacer: ¡luchar! Pero antes de que salgáis disparados a la tienda para haceros con él, veamos todo lo que Masahiro Sakurai y su equipo nos han preparado para la ocasión.
¡A luchar!
Como ya sabréis, esta cuarta entrega de Super Smash Bros. se ha lanzado en dos versiones distintas, una para Nintendo 3DS y otra para Wii U. La versión portátil se lanzó el mes pasado y ya tuvo su respectivo análisis, el cual os recomendamos que reviséis, ya que el juego comparte los mismos personajes y mecánicas jugables en ambas versiones, características en las que no volveremos a profundizar para centrarnos en todo lo nuevo y exclusivo que el juego nos ofrece ahora en sobremesa.
Por lo tanto, volvemos a tener un título de lucha en el que nuestro objetivo no será otro que subir el porcentaje de daño de nuestros rivales para hacerlos cada vez más ligeros y echarlos del escenario con nuestros golpes. Los controles son muy simples y cualquiera puede hacerse con ellos en cuestión de segundos, ya solo hay que saber saltar, esquivar, defenderse, agarrar y combinar el botón de ataque smash o el de ataque especial con alguna dirección (o no) para realizar todos nuestros combos, técnicas y golpes.
Eso sí, que sea accesible no quiere decir que no sea profundo, ya que se trata de un juego que puede llevarnos años dominar. No en vano, las diferencias entre jugadores con distintos niveles de habilidad son mucho más pronunciadas que en la mayoría de títulos, especialmente si jugamos con las reglas competitivas del modo "En Serio", las cuales eliminan los escenarios interactivos y los objetos de la ecuación.
Todas las mecánicas que vimos en Nintendo 3DS se han mantenido intactas, el ritmo de juego, la velocidad de los combates, los movimientos y peculiaridades de cada personaje, los objetos que podemos usar, etcétera, por lo que si ya jugasteis a dicha versión, aquí os sentiréis como en casa, aunque con la diferencia de que esta vez no os veréis limitados por los controles de la portátil, ya que en Wii U podremos usar prácticamente cualquier tipo de controlador compatible con ella.
Entre ellos destaca la posibilidad de jugar con el clásico mando de GameCube (aunque es necesario comprar un adaptador para esto), sin duda la mejor opción de todas las posibles, ya que el extremo grado de control, precisión y fiabilidad que se obtiene con él en este juego no lo tendréis con el resto de controladores. El segundo en nuestra lista de favoritos es el Wii U Pro Controller, aunque no llega a los niveles experimentados con el de GameCube.
Pudiendo usar estos mandos, también regresa un segundo stick con el que poder ejecutar ataques smash, algo que más de uno agradecerá enormemente tras haber jugado a la versión de Nintendo 3DS, donde se echaba bastante de menos esta posibilidad. Decir que ahora usando esta técnica también se nos permite cargar los ataques, cuando en las anteriores entregas con el segundo stick solo podíamos realizar estos golpes sin cargar.
Algo que también hay que elogiar es el hecho de que nos permitan configurar los controles para personalizarlos totalmente a nuestro gusto, algo que por ejemplo nos ha venido de maravilla para el Wii U Pro Controller, ya que los gatillos de defensa y agarre están invertidos de serie respecto a la configuración por defecto del de GameCube.
Eso sí, aunque las mecánicas de juego sean las mismas, los escenarios de esta versión son distintos, y solo unos pocos como Destino Final, Castillo de Wily y Campo de Batalla repiten en ambas versiones. Entre ellos encontraremos algunos rescatados de anteriores entregas como Isla de Yoshi y Selva Kongo, aunque también podremos combatir en otros totalmente nuevos y realmente geniales, como Gamer, donde tendremos que luchar en la oscuridad evitando que la madre de 9-Volt nos pille (como en Game & Wario, puede llegar a salir de cualquier parte) o Sobrevolando el pueblo, un escenario ambientado en Animal Crossing que cambia según la hora del día a la que juguemos.
Hay muy buen equilibrio entre escenarios "tradicionales" y aptos para combates normales, y los que ofrecen mecánicas únicas y originales. Además, también se han recuperado los mapas de gran tamaño y el número de campos de batalla se ha incrementado considerablemente, por lo que se trata del Smash Bros. más completo de la saga en este sentido. Evidentemente, se ha conservado la posibilidad de jugar en sus versiones Omega para hacer que luzcan como Destino Final, el nivel favorito de los jugadores competitivos.
Modos para todos los gustos
Entrando ya en lo que son los modos de juego, decir que al clásico modo Smash (que viene a ser el versus de toda la vida), se le han añadido muchas más opciones, permitiéndonos combatir tanto por tiempo como por vidas y monedas. Además, también se nos vuelve a permitir controlar la frecuencia a la que queremos que aparezcan los objetos durante los combates (opción que no estaba disponible en Nintendo 3DS).
Eso sí, además de la vertiente clásica de este modo, se han añadido dos variantes más: Smash para 8 y Smash especial. El primero nos permite jugar partidas con hasta otros siete amigos (o contra la IA) y es sin duda la gran novedad de esta entrega y versión, ya que hasta ahora en ningún otro juego de la serie habíamos podido disputar combates con más de cuatro personas. Eso sí, solo de manera local, y no se puede jugar a 8 por internet.
Si bien al principio teníamos algunas dudas sobre cómo sería duplicar ese caos ordenado que suele haber en pantalla de normal, lo cierto es que nos ha acabado pareciendo una inclusión acertadísima y con la que se alcanzan unos niveles de diversión realmente altos a poco que conseguimos juntarnos ocho amigos para darnos tortazos entre nosotros.
Los golpes vuelan sin parar y el frenetismo de la acción llega a unas cotas altísimas, aunque probablemente lo que más nos ha sorprendido ha sido comprobar que en todo momento se siente como que el combate está bajo control, y a poco que tengamos experiencia con la serie siempre nos tendremos localizados y seremos capaces de ver todo lo que está sucediendo en pantalla y a nuestro alrededor. Eso sí, los escenarios en los que podremos jugar están limitados, dejándonos competir solo en los más grandes del juego, lo que garantiza que siempre haya espacio para que nos podamos mover con cierta soltura y tengamos margen para maniobrar.
En cuanto al modo Smash especial, aquí el juego nos dará una serie de opciones para que creemos partidas personalizadas totalmente a nuestro gusto con una serie de reglas especiales, como que los luchadores siempre tengan una flor en la cabeza que les vaya haciendo daño, que tengamos barra de vida en vez de porcentaje de daño (es decir, morimos al caernos o cuando nuestro contador llega a cero), que los personajes sean gigantes o diminutos, y un largo etcétera más de posibilidades. Por configurar, podremos hasta alterar la gravedad. Un modo perfecto para cuando nos apetezcan partidas más locas y que se salgan de la "rutina" habitual.
Continuando con las modalidades de juego, otra de las grandes novedades la encontramos en Mundo Smash. Aquí tendremos tres tableros entre los que escoger para competir en una especie de Mario Party, pero al estilo Smash Bros. Nuestro objetivo será movernos por un tablero tirando el dado y recogiendo todos los personajes y potenciadores que podamos para prepararnos para la batalla final. Por el camino se van sucediendo eventos, vamos recogiendo objetos para usar en los combates y en las tiradas de dados, (estos nos pueden tanto darnos ventaja como permitirnos fastidiar al rival de muchas formas distintas) y cada vez que dos jugadores chocan, se libra un combate.
Lo interesante es que estas batallas siempre tienen reglas distintas, como que solo aparezcan objetos explosivos, martillos o que los noqueos se puedan producir con casi nada de daño. Además, eliminando rivales podremos robarles a sus luchadores. El problema es que estos enfrentamientos no terminan de dejarnos totalmente satisfechos, ya que son demasiado cortos y algo más caóticos de lo normal. Al final, cuando todos los turnos han concluido, se dan estadísticas extras a los combatientes según distintos parámetros, como que hayan sido el que más objetos haya usado o el que más combates ha ganado.
Tras esto, comienza la batalla final, donde se decidirá el auténtico ganador de la partida, por lo que de poco nos servirá haber arrasado turno tras turno si no ganamos este último combate. Aquí nuestras vidas serán los personajes que hayamos conseguido mantener durante las rondas de tablero, por lo que cada vez que nos maten a uno, pasaremos a controlar al siguiente de nuestra lista, y así hasta que nos quedemos sin ninguno (o dejemos al resto sin los suyos), por lo que es igual de importante llegar con todos los personajes que podamos como con unas buena cantidad de potenciadores de estadísticas.
En líneas generales, este modo nos ha decepcionado un poco, ya que si bien puede estar curioso y entretenido para echarnos alguna que otra partida de vez en cuando en un ámbito más casual (es especialmente agradable para jugar con amigos que no dominan demasiado bien el juego todavía, ya que suelen tener más posibilidades ante la aleatoriedad de los turnos), lo cierto es que no nos ha terminado de enganchar, ni para jugar solos ni para competir con nuestros conocidos, ya que carece de la garra y el frenetismo por el que se caracteriza la serie.
Entrando en los modos individuales, tenemos una rediseñada "La senda del guerrero", donde podremos reclutar a los luchadores que derrotemos para que nos ayuden en los combates por equipos y escoger nuestros enfrentamientos en un mapa muy distinto que el que vimos en Nintendo 3DS. Además, aquí también pueden tener lugar batallas de hasta 8 personajes y en las dificultades más altas nos permitirán enfrentarnos a una nueva forma del auténtico jefe final. Destacar que ahora cada personaje tiene un pequeño vídeo final de ocho segundos, que aunque no aporta prácticamente nada, es un incentivo más para seguir desbloqueando cosas.
El modo Leyendas de la lucha también vuelve, proponiéndonos derrotar a todos los luchadores del juego con una sola vida y unos pocos objetos de curación, aunque a diferencia de la versión portátil, aquí nos enfrentaremos a ellos en orden cronológico inverso, es decir, empezando por los personajes más recientes como Greninja y acabando por los más veteranos como Pac-Man. Lo mismo se puede decir del modo Estadio, con sus distintos asaltos, su adictivo béisbol smash y su entretenido Bomba Smash. De hecho, esta última vertiente ha sido mejorada y ahora nos ofrece dos nuevos mapas y una bomba más grande para el segundo turno.
Las novedades aquí las encontramos en Eventos y Retos a la carta, dos estupendas inclusiones que nos han tenido enganchados durante horas. El primero nos propone una serie de desafíos temáticos de todo tipo, que van desde enfrentarnos a los luchadores que llevan en Super Smash Bros. desde su entrega de Nintendo 64 hasta conseguir dormir con Jigglypuff a nuestros rivales, recaudar mil monedas para pagar una deuda, demoler un edificio o sobrevivir un minuto entero con 200% de daño.
Suelen ser muy originales, divertidos y saben cómo picarnos para que los intentemos una y otra vez hasta que los superemos. Existen tres niveles de dificultad, y ya os aseguramos que hay pruebas que en Difícil os harán tiraros de los pelos mientras os imagináis la cara de Sakurai riéndose diabólicamente de vosotros, ya que rara será la vez en la que el título no nos ponga en situaciones realmente peliagudas, especialmente cuando estemos enfrentándonos a los eventos más avanzados (los personajes personalizados suelen ser de mucha ayuda en este modo). Además, por si no nos bastara solo con tener que superarlos, cada evento tiene un objetivo adicional que si cumplimos nos recompensará con algún desbloqueable, aunque no suelen pedirnos jugar en difícil para ello, por lo que completarlos no llega a ser demasiado problemático.
En lo referente a los Retos a la carta, este se divide en dos tipos distintos: Retos de Master Hand y Retos Crazy Hand. Los primeros son una serie de desafíos aleatorios que nos permitirán conseguir recompensas de todo tipo. Siempre nos darán a escoger entre tres de ellos y cada uno tendrá un precio de entrada distinto según la dificultad que representen, por lo que es un modo perfecto para invertir los goldones que acumulemos jugando.
Por otra parte, Retos Crazy Hand tiene un funcionamiento muy similar, aunque en la práctica su desarrollo resulta muy distinto. Para empezar, aquí solo tendremos que comprar la entrada inicial, ya sea con goldones o con unos pases que obtengamos en otros modos. Una vez hecho esto tendremos diez minutos para superar todos los retos que podamos y retar a Crazy Hand antes de que el contador llegue a cero (este combate siempre estará disponible cada vez que escojamos un desafío).
Un detalle importante es que en este modo las recompensas que obtendremos son mucho mayores que en los de Master Hand, pero si caemos derrotados una sola vez perderemos casi todo lo que hayamos obtenido hasta ese momento, por lo que siempre hay algo de estrategia a la hora de decidir la siguiente prueba y el momento de batallar contra Crazy Hand. Además esta última lucha es un combate por energía y nuestra salud máxima será decidida por el daño que hayamos ido acumulando hasta ese momento. Mientras más daño, más vida.
Estos dos modos nos han parecido realmente divertidos y unas alternativas geniales a los que ya vimos en Nintendo 3DS, ayudando a aportar más variedad al conjunto y proponiendo nuevas formas de desbloquear contenido. Tampoco podemos olvidarnos del modo Entrenamiento, el cual vuelve a repetir para que probemos, practiquemos y experimentemos con los personajes todo lo que queramos en situaciones de todo tipo.
También se ha añadido un editor de escenarios realmente completo y repleto de posibilidades con muchas opciones y herramientas para que diseñemos nuestros propios campos de batalla (nada que ver con el que vimos en Brawl). De hecho, nos ha parecido todo un acierto que se haga uso de la pantalla táctil de Wii U para crearlos, ya que se nos permite "dibujar" la forma que queramos que tenga cada estructura, haciendo del proceso de creación algo muy ameno y ágil. Considerando lo completo que es el editor y que nuestras creaciones pueden ser compartidas con el resto de la comunidad, estamos deseando ver qué clase de escenarios serán capaces de crear los jugadores más dedicados y creativos para comprobar hasta dónde llega todo el potencial de esta herramienta.
Por otra parte, el taller de personajes se ha mantenido intacto, por lo que podremos volver a personalizar las estadísticas y movimientos de nuestros personajes y Miis a nuestro gusto según los accesorios y técnicas que vayamos consiguiendo. Aquí también es donde encontramos la posibilidad de conectar ambas versiones del juego, por lo que podremos pasar nuestros luchadores personalizados de una a otra, algo que nos ha parecido muy acertado para no tener que estar desbloqueando dos veces todas las mejoras.
En cuanto al multijugador local, tenemos que destacar que ahora, además de Leyendas de la lucha, también podremos jugar en cooperativo los modos "La senda del guerrero", Estadio (Béisbol smash y Bomba smash son competitivos) y Eventos. Lo mejor de todo es que las pruebas de este último modo son exclusivas y diferentes a las de su vertiente multijugador y están pensadas para que sean superadas por dos jugadores. Además, no son precisamente pocas y resultan incluso más divertidas al poderlas jugar junto a un amigo, por lo que tendréis para rato si queréis completarlo al 100%.
Respecto a los coleccionables, tenemos una ingente cantidad de ellos, empezando por sus cientos de trofeos (que podremos volver a conseguir jugando, comprándolos en la tienda y en el modo cazatesoros, el cual ahora también incluye la opción de jugarlo con un amigo en cooperativo), canciones para desbloquear (el título nos permite configurar la frecuencia con la que queremos que aparezcan las canciones de cada nivel), secuencias de vídeo y desafíos que superar (ahora hay muchos más y más difíciles).
Además, se mantiene el extensísimo registro de nuestras estadísticas y proezas, la sección de consejos y se añade la de Clásicos, gracias a la cual podremos probar demos de diferentes juegos clásicos disponibles en la Consola Virtual de la eShop. Apenas nos dejan jugar más de un par de minutos a cada uno de ellos, por lo que no deja de ser una sección puramente anecdótica y que como mucho os permitirá saciar vuestra curiosidad sobre cómo eran ciertos títulos que nunca llegasteis a probar en su momento.
Batallando contra el mundo
En lo que respecta a la vertiente online del juego, tenemos tanto buenas noticias como alguna que otra no tan positiva. Empezando por las primeras, que será lo que más os interesará, decir que el sistema de búsqueda de partidas funciona a una velocidad increíble. Es impresionante lo rápido que vamos encadenando un combate tras otro, ya que suele ser darle a un modo de juego para que nos encuentre jugadores y saltar directamente al ring, por lo que no vais a tener que esperar casi nada para disputar combates, algo que siempre es de agradecer para no cortarnos el ritmo.
Una vez en partida, lo bien o mal que vayan es algo que depende totalmente tanto de la calidad de nuestra conexión como de la de los rivales. Con que alguien no tenga una buena línea, lastrará al resto y provocará tirones y ralentizaciones que pueden incluso a llegar a hacer injugable ciertas batallas. Eso sí, si a todo el mundo le va bien, el juego va prácticamente perfecto, sin lag, ni tirones, ni nada, y al menos, de las más de 80 partidas que ya hemos disputado, la gran mayoría han sido de este tipo (como 60 de ellas nos han ido así de bien y solo unas pocas se nos han hecho desesperantemente injugables).
Comentar que en nuestro caso hemos notado cierto input lag (es decir, el retraso que hay desde que introducimos un comando hasta que se ejecuta en pantalla) cuando jugábamos con la consola conectada por Wi-fi, algo que solucionamos conectándola por cable, por lo que quizá os compense compraros el adaptador de red USB de Wii U si tenéis pensado dedicarle muchas horas al online del juego.
En cuanto a las modalidades de juego que nos encontraremos, se mantienen las mismas que las de Nintendo 3DS, es decir, podemos optar por jugar partidas totalmente configurables con nuestros amigos o contra gente desconocida de internet. El primer caso no necesita mucha más explicación, aunque sí que tenemos que destacar que sigue sin haber un sistema que nos permita invitar a nuestros amigos para que se unan a nosotros, ya que serán ellos quienes nos tengan que buscar para unirse, por lo que si pretendéis organizar alguna partida con gente concreta os tocará poneros de acuerdo usando otros medios.
Si decidimos jugar contra todos, tendremos dos opciones bien distintas: Por Diversión y En Serio. La primera solo contabiliza nuestras victorias y nos permite disputar partidas de dos minutos en escenarios dinámicos y con objetos, mientras que en la segunda modalidad las batallas serán sin objetos y en las versiones Omega de cada escenario. Además, en esta última se registrarán detalladamente todas nuestras estadísticas, incluyendo derrotas.
Ambos modos pueden jugarse en Todos contra Todos (Smash) o por equipos, aunque En Serio añade además la posibilidad de disputar duelos de uno contra uno (los cuales por cierto son los más dados a partidas con buena conexión, ya que solo dependemos de una persona más y no de tres). Ya que hemos mencionado el juego por equipos, decir que Wii U nos da la posibilidad de hacer un grupo con un amigo desde la misma consola para ponernos a luchar contra otras parejas de internet, aunque de manera inexplicable no nos permiten hacer lo mismo con un conocido online (solo si jugamos con amigos).
Tampoco esperéis muchas opciones para comunicaros con el resto de usuarios, ya que lo más parecido que encontraréis será un chat de voz en el menú de selección de personaje cuando juguemos con amigos y una serie de mensajes que podréis personalizar para usarlos junto con las burlas. Todo está tan limitado para proteger la privacidad del jugador que ni siquiera podemos enviar solicitudes de amistad a aquellas personas con las que nos lo hayamos pasado bien jugando y con las que nos gustaría repetir partidas. De hecho, esta preocupación por evitar frustraciones ha llevado a Nintendo a desarrollar reglas tan absurdas como que no podamos pegarle demasiado a un mismo jugador bajo pena de expulsión.
También hemos echado mucho de menos algún tipo de ranking o marcador online (definitivamente, Nintendo no está por la labor) en el que ir subiendo puestos, especialmente en el modo En Serio, ya que se supone que es el que está pensado para el sector competitivo, o un sistema de rangos, en el que podamos subir o bajar de nivel y con el que mostrar al resto del mundo lo buenos o malos que somos. Incluso un panel de desafíos exclusivo para el modo online con el que ir desbloqueando cosas y obteniendo recompensas jugando en línea le habría venido de perlas.
Por seguir pidiendo, también echamos en falta más posibilidades para personalizar las partidas contra jugadores aleatorios, de forma que pudiéramos crear salas como con amigos pero a las que también se pudieran unir desconocidos, con el fin de evitar jugar siempre por tiempo y a dos minutos (a nosotros por ejemplo nos encanta jugar por vidas y no tenemos esa opción en "Con todos").
Finalmente, regresan el modo Conquista de Nintendo 3DS, esa competición global en la que apoyamos a un equipo de personajes jugando con ellos para que nuestras victorias sumen a sus marcadores, y el modo Espectador, con el que ver repeticiones de combates para aprender de ellos y de paso apostar para intentar predecir quién será el ganador y obtener goldones extras. Además, en un futuro se implementará un modo torneo para hasta 64 jugadores, el cual pinta realmente bien, aunque sin estar disponible todavía no podemos deciros mucho más sobre él.
Al final, la impresión que deja el modo online de Super Smash Bros. for Wii U es la de ser realmente divertido, y casi sin darnos cuenta iremos jugando una partida tras otra sin que nos enteremos del paso del tiempo, aunque no todo es perfecto y se echan en falta muchas más opciones y posibilidades que hagan de él algo tan completo como lo es el resto del juego.
Smash en alta definición
Super Smash Bros. for Wii U supone el salto de la saga finalmente a la alta definición, algo que le ha sentado de maravilla. El juego se ve a 1080p de resolución y se mueve a 60 imágenes por segundo sólidas como una roca, por lo que la imagen de pantalla es muy nítida y todo se mueve con una fluidez pasmosa.
El modelado de los personajes es muy bueno y fiel al de sus juegos originales, los escenarios están repletos de detalles, los efectos están muy conseguidos, las animaciones son soberbias, y la cantidad de elementos que llegan a juntarse en pantalla sin que nada se resienta es digna de admiración. Además, artísticamente es una delicia y salta a la vista el mismo y cuidado que se ha puesto en cada pequeño detalle del juego, lo que consigue que incluso escenarios con estética de 8 bits consigan impresionar y agradar tanto como los más recargados.
En cuanto al sonido, no tenemos palabras suficientes para los elogios que deberíamos dedicarle a este apartado. En el momento de escribir este análisis "solo" tenemos desbloqueadas 356 canciones, ¡y no son todas!, por lo que podéis haceros una idea de la cantidad tan apabullante de melodías que incluye su banda sonora, la cual nos permitirá disfrutar de temas originales sin retocar, viejas remezclas de anteriores entregas de Super Smash Bros. y otras nuevas creadas para la ocasión por un gran número de compositores de renombre.
Todas ellas son de una calidad altísima, provienen de infinidad de juegos distintos y son toda una oda al fan service más extremo para cualquier fan de Nintendo. Esto también consigue que difícilmente os lleguéis a cansar de su banda sonora, ya que lo más normal será que escuchéis una canción nueva cada vez que combatáis. Los efectos de sonido también están a un gran nivel, variadísimos, contundentes y provenientes de multitud de títulos diferentes.
El doblaje sí que nos ha dejado un poco decepcionados, ya que seguimos sin una opción para poner la voz del narrador en inglés, infinitas veces superior a la española, la cual no termina de convencer en ningún momento. Algo parecido podemos decir del doblaje de personajes como Shulk, Lucina y Daraen, los cuales se mantienen únicamente en inglés.
Conclusiones
Era mucha la expectación que había con esta nueva entrega de Super Smash Bros., especialmente con su versión para Wii U, pero Nintendo lo ha vuelto a hacer y ha sabido estar a la altura de lo esperado con un juego prácticamente infinito y al que pocos títulos sueñan siquiera con hacerle frente a la hora de divertirnos jugando con nuestros amigos.
Una jugabilidad a prueba de bombas y con una profundidad que llega hasta extremos insospechados, modos para todos los gustos, una plantilla de personajes de ensueño, un multijugador que promete tenernos enganchados durante años, una ingente e intimidatoria cantidad de contenidos y un modo online que si bien podría haber sido más completo, funciona y divierte como el que más, son motivos más que suficientes como para que la compra de una Wii U merezca la pena solo por poder disfrutar de la nueva obra de Sakurai y su equipo. Así que preparaos, porque el combate no ha hecho más que comenzar.