Análisis Shin chan: Mi verano con el profesor -La semana infinita- ¿Y si Animal Crossing tuviera historia? (Switch, PS4, PC)
En el Nintendo Direct de febrero del año pasado hubo un juego que solo apareció en la versión japonesa del evento y que no tardó en viralizarse por redes sociales. Shin chan: Mi verano con el profesor —La semana infinita— cautivó a muchos no por Shinnosuke y su baile del culito, sino porque propone vivir unas vacaciones tranquilas en un entorno rural precioso. Tras su lanzamiento hace un año en Japón, llegó a España para Switch (la versión que hemos jugado) el 11 de agosto, se lanzará en PS4 el 25 de agosto y más adelante en PC.
El segundo título de Kaz Ayabe que se estrena en nuestro país tras Attack of the Friday Monsters! A Tokyo Tale es una aventura apacible, de ritmo lento, que recoge fórmulas de simuladores de vida como Animal Crossing. Pero aquí no todo será pescar y cazar insectos. En esta adaptación al mundo de Shin chan de la saga Boku no Natsuyasumi hay un alto componente de aventura conversacional o novela visual, varias historias y diferentes misterios que Shinnosuke descubrirá durante sus vacaciones con el resto de la familia Nohara en Asso, el pueblo donde vive una amiga de la infancia de Misae.
Nostalgia por unas vacaciones irrepetibles
Shin chan: Mi verano con el profesor articula su trama a través de secuencias más o menos breves de aventura conversacional o novela visual.
A pesar de los numerosos agujeros de guion que deja su conclusión, las distintas tramas forman una historia cálida, misteriosa, un tanto absurda, con toques de humor dignos (para lo bueno y para lo malo) de la serie de animación, y con altas dosis de nostalgia que apelan a nuestra infancia, a aquellos veranos sin tareas ni responsabilidades.
Lo que podríamos identificar como la trama principal comienza cuando el profesor Akino da a Shin chan una misteriosa cámara con la que capturar los mejores momentos de sus vacaciones; en el diario de Superhéroe se reflejan fotografías de los grandes momentos del día, de los animales que hemos avistado, comentarios interesantes de los habitantes de Asso… Personajes, por cierto, que se parecen bastante a los amigos del protagonista en Kumamoto. El mismo profesor no tarda en poner el enclave rural patas arriba, alterando la calma del pueblo con sus inventos, que hacen aparecer enormes dinosaurios en la villa.
Lo cierto es que las tramas paralelas a esa historia troncal han captado más nuestro interés. Son historietas que se desarrollan a lo largo de varios días y que, de manera más o menos convincente, acaban mezcladas con la principal: resolver problemas amorosos de ciertos personajes, conseguir una cita con una muchacha, ayudar a un chef ninja a preparar un curry picante, aconsejar a una amiga para que recupere la confianza en sí misma e incrementar las ventas del periódico local, que está en horas bajas, por mencionar algunas de ellas.
Estas narraciones hacen que la obra de Millenium Kitchen no sea solo atractiva para un público infantil. De hecho, parece estar dirigida a adultos que se criaron viendo por la televisión las travesuras de Shinnosuke. Es una aventura muy humana que, a pesar de apelar constantemente a la nostalgia, no se queda en el mensaje improductivo de que todo tiempo pasado fue mejor. Conforma una historia optimista que mira la vida despreocupada de un niño desde los ojos de un adulto, capaz de sacarnos sonrisas de vez en cuando, y que en alguna ocasión nos ha puesto los ojos llorosos.
Un simulador de vida con una estructura interesante y con poca profundidad jugable
El juego se estructura por días. Todos empiezan de la misma manera: una secuencia de gimnasia matutina en la que los Nohara y los habitantes de Asso se ejercitan a modo de opening de serie de animación y el desayuno familiar donde se trata la historieta que se desarrollará ese día. Habitualmente, le sucede la secuencia narrativa del día, y después Shinnosuke tiene el día libre para hacer lo que le plazca: hablar con los vecinos para saber más de ellos o del pueblo, cazar insectos, pescar, hacer mandados, participar en las peleas de dinosaurios, cuidar de un pequeño huerto o simplemente corretear por ahí haciendo el baile del culito.
El título acierta en cómo se va ampliando con el paso de los días. Tras cada hito narrativo suele haber una nueva actividad que realizar o se desbloquea una zona de Asso por la que antes no se podía pasar, lo que se recibe con mucha ilusión por descubrir las nuevas especies animales o vegetales del área, y también por ver más escenarios preciosos en nuestra pantalla. Así, mientras al principio nos sobrarán horas del día para hacer lo que queramos, conforme vayamos avanzando tendremos que gestionar mejor el tiempo.
El tiempo no avanza automáticamente, ni siquiera al hablar con personajes ni al realizar actividades. Asso está estructurado en distintas pantallas estáticas: varias partes de una calle, un río que pasa por debajo de la misma, las zonas vírgenes de los alrededores, las distintas estancias de una casa… Al pasar de una pantalla a otra avanza el tiempo, y también disminuye la barra de hambre de Shin chan, por lo que hay que comprar galletas de chocolate y otros aperitivos para evitar que se desmaye en el camino y tenga que ser rescatado por Misae.
Podemos adaptar el juego a nuestras preferencias. Si queremos centrarnos solo en la historia podemos hacer que las horas pasen más rápido, y si queremos tener tiempo de sobra para conseguir cada vegetal que nos ofrecen al día, hablar con todos los personajes y el resto de actividades, podemos ralentizar el paso de las horas. El ajuste se puede modificar en cualquier momento desde el menú, y afecta mucho a la duración del juego: a nosotros nos ha llevado unas 14 horas llegar a los créditos con la opción predeterminada. Además, hay opción Nueva Partida + tras completarlo para finiquitar los objetivos y tramas que no cerramos en la primera vuelta.
La aventura de Millenium Kitchen acierta menos en el diseño de las actividades por las que se puede comparar a juegos como Animal Crossing. El catálogo de peces e insectos es relativamente amplio, y las distintas especies varían según el momento del día, la zona, y con algunas concretas, dependiendo del momento narrativo. Pero el minijuego de pesca es muy simple, el huerto tan solo nos exige regarlo y no permite plantar lo que queramos, y el game feel al cazar insectos está poco cuidado; además, hay otro problema relativo a esto del que hablaremos más adelante.
Las tareas en las que podemos ayudar en distintas tiendas, como entregar peces, plantas y verduras, están basadas en un sistema de economía que no tarda en romperse: Shin chan se puede hacer rico en pocos días. Y las peleas de dinosaurios en las que participamos con los amigos de Shin chan, articuladas como un RPG por turnos con un sistema de ataques que recoge de manera literal el piedra, papel y tijera, son excesivamente simples y dependen mucho de la suerte.
A pesar de estos fallos de diseño evidentes, Shin chan: Mi verano con el profesor nos ha cautivado. Quizá sea precisamente esa simpleza, que hace del juego una experiencia por momentos casi contemplativa y muy agradable, lo que nos ha llevado a hacerlo prácticamente todo: a pescar cada vez que veíamos movimiento en el agua, a cazar todo insecto que aparecía en nuestro camino, a recorrer todos los caminos que nos daba tiempo para recoger las plantas… Es un título pausado y repetitivo que no será del gusto de todos, pero que atrapará a quien sepa a lo que viene.
Uno de los juegos más bonitos que hemos visto en nuestra Switch
El apartado artístico hace mucho por enfatizar esa jugabilidad agradable y pausada, y también el tono nostálgico, rural y bucólico de la aventura. Es sin duda uno de los juegos más bonitos que hemos visto en la pantalla de nuestra Nintendo Switch, sobre la que se dibujan parajes naturales preciosos que parecen acuarelas. Son, eso sí, fondos prerrenderizados, y por lo tanto, estáticos, pero que cobran vida por la perspectiva utilizada y por el diseño de sonido. El juego nos muestra calles con flores en primer plano; y caminos donde el lugar central no lo tiene Shinnosuke, sino un puente coronado por un arcoiris. La naturaleza es la protagonista en la pantalla y, salvo en algunos momentos concretos, también en los altavoces. No suele haber música, sino que nos rodea el sonido de las cigarras, el chapoteo del agua del río, el viento meciendo las hojas… Todo ello consigue que nos teletransportemos a Asso.
Sin embargo, no todo es perfecto. El juego de perspectivas tiene un contra, sobre todo si jugáis a la versión de Switch en modo portátil o muy alejados de la pantalla. Hay escenas en las que los insectos, los peces o las plantas que podemos recoger se muestran tan pequeños que es difícil verlos. Además, hay cierto problema en la caza de insectos con las perspectivas: en algunas pantallas es complicado identificar si estamos por delante o por detrás del bicho en cuestión, algo bastante frustrante.
El título rinde sin problemas en Switch y no hay pantallas de carga que nos saquen de la partida. Los modelados cel shading de los personajes son correctos, pero no tanto sus animaciones, muy robóticas. Y si bien el doblaje japonés parcial con las voces del anime está muy bien, la localización al español tiene fallos: hay líneas de diálogo que no tienen sentido alguno en el contexto en que se dicen, fallos de puntuación y otras erratas que afean el resultado, aunque aún así es de agradecer que un título aparentemente de nicho se traduzca.
Conclusión
Shin chan: Mi verano con el profesor —La semana infinita— tiene sus fallos, tanto narrativos como jugables; y que su propuesta, una novela visual con elementos de simulador de vida, no será del gusto de muchos por su ritmo pausado. Pero Millenium Kitchen ha conseguido que nos interesemos por las vidas de los personajes de Asso, nos ha maravillado con la naturaleza exuberante de este pueblo japonés, y sobre todo, nos ha transportado a un momento repleto de nostalgia cuando en las vacaciones de verano no había responsabilidades, ni planes, ni nada más que salir a la calle a pasar el tiempo con los amigos y hacer alguna que otra trastada.
Hemos realizado este análisis en su versión de Switch con un código proporcionado por Neos Corporation.