Análisis Chained Echoes, una brillante aventura que moderniza el rol clásico (Switch, Xbox Series X/S, Xbox One, PS4, PC)

Todos los años se publican algunas joyas independientes que injustamente pasan desapercibidas. Llegan sin promoción, el público desconoce su existencia y los problemas de tiempo impiden que la cobertura de los medios hable de todo lo que se lanza. También nos pasa. La sorpresa más positiva que nos ha dejado la recta final de 2022 fue Chained Echoes, uno de esos sentidos homenajes a los JRPG, sobre todo el de la década de los 90, que derrocha calidad. Tiene además un enorme mérito: está desarrollado casi en su totalidad por Matthias Linda que, durante siete años, ha trabajado en este juego de rol 2D a medio camino entre los 16 y 32 bits, completamente reconocible en cuanto a mecánicas, pero también con algunas cartas bajo la manga que lo hacen original.

Rol por turnos con un giro novedoso

Chained Echoes nos presenta el continente de Valandis, un territorio que ahora vive en paz tras una guerra que ha durado cientos de años y que terminó con un acuerdo de paz tras un incidente catastrófico del que nadie se hizo responsable.

Sin embargo la tranquilidad nunca es permanente y surgen rumores de conflictos bélicos relacionados con un arma de destrucción masiva que pone en alerta a un grupo de extraños dispuestos a detener la amenaza cueste lo que cueste. Es un mundo donde no todo es blanco y negro, donde también hay dudas sobre la posibilidad de conseguir una paz con un gobierno corrupto.

La ambientación combina fantasía, magia y también avances tecnológicos, lo que nos puede recordar a algunos de los RPG más destacados de Square Enix en Super Nintendo o PlayStation –el autor cita Xenogears, Chrono Trigger, Final Fantasy VI y Suikoden II-. Hay drama y momentos para el humor, algo que se ha perdido en muchos lanzamientos modernos, con oportunidad para conocer bien a Glenn –que podríamos considerar el protagonista dentro de una historia coral- y el resto de personajes hasta que unen sus fuerzas. Incluso si no escapa de algunos tópicos del género, Chained Echoes es consciente del homenaje y sabe darle encanto o aportar algunos giros para sorprender al jugador. Una pega que puede ser más o menos molesta para ciertos usuarios: llega con textos en varios idiomas –inglés, francés, alemán y coreano-, pero no español, que era uno de los objetivos no alcanzados de su financiación en Kickstarter.

Uno de los grandes aciertos del desarrollador es que ha hecho algo sencillo en apariencia, pero que muy pocos han logrado: tomar lo mejor de todas aquellas mecánicas del rol que tanto enamoraron a millones de jugadores, aportar ideas y pulir aquello susceptible de mejora –o que simplemente los jugadores actuales no aceptan de buen grado-. En una época en la que hay multitud de RPG indies y de presupuesto medio de calidad discutible, o que simplemente utilizan la baza de la nostalgia para levantar interés, Chained Echoes sí pretende ser mejor que bastantes clásicos; y muchas veces lo consigue, porque se atreve a tocar la jugabilidad si hace falta.

La base es la de un RPG por turnos. Sin un sistema de niveles tradicional, sin combates aleatorios, con enfrentamientos en la misma zona del escenario y batallas ágiles. La acción está bien dosificada y los combates no terminan por cansar, algo muy importante en una aventura que ronda las 35 horas. Y más allá de los comandos tradicionales de ataque y habilidades con consumo de maná (TP), el cambio de personajes en mitad del combate, ataques especiales o la línea temporal que indica el orden de turnos, Chained Echoes aporta una nueva barra que atenderemos constantemente: el indicador Overdrive.

El funcionamiento del Overdrive, en la esquina superior izquierda, es una línea con tres colores: amarillo, verde y rojo. Comienza a la izquierda y según atacamos o usamos habilidades con el grupo la marca avanza hacia la derecha –antes de ejecutar el comando se muestra el cambio, para tomar la decisión con conocimiento-. Básicamente, ser ofensivo terminará por llevar la señal a la zona verde, y eso activa algunos beneficios, desde reducir el consumo a la mitad de los TP, la reducción del daño recibido y el aumento en el que causamos. ¡Todo ventajas! La miga del Overdrive es que las acciones continuarán moviendo la marca a la derecha y por tanto la zona roja, que devuelve los ataques y gasto de TP al estado normal pero recibiremos más daño.

La estrategia es más compleja que en la mayoría de RPG por turnos; aquí no es aconsejable atacar constantemente a un grupo de enemigos o a un jefe porque con el paso de los turnos entraríamos en una zona de riesgo. Para desplazar la marca a la izquierda y controlar el Overdrive la mayor parte del tiempo en la fase verde podemos gastar un turno en defender a un personaje, usar un Ultra o el tipo de habilidad que aparece en el icono junto a la barra. Al principio puedes sentir que limita tus decisiones, pero en la mayoría de batallas asequibles no necesitamos obsesionarnos con el Overdrive, y para cuando se convierte en una pieza clave del gameplay ya dispondremos de suficiente variedad de habilidades como recurso para equilibrar el indicador como nos interese. Tras horas de juego, esta mecánica se reinventa con la introducción de los poderosos mechas, obligándonos a gestionar el Overdrive de manera diferente.

Cierto, no hablamos de ninguna revolución en los cimientos de los JRPG, pero Chained Echoes te hace pensar, a que no pongas el "piloto automático" en los combates. El tipo de habilidad que usamos en cada momento tendrá consecuencias inmediatas en subir o bajar la dificultad del combate, y con un elenco de personajes con estrategias tan diferentes –orientados a dañar múltiples enemigos, robar, atacar debilidades…- hay multitud de tácticas para superar cada obstáculo en el camino. Mención especial para los jefes y las estrategias necesarias para conseguir la victoria: son algo más que un oponente con más vitalidad de lo normal.

Este elemento es lo más original de su desarrollo, pero no por ello lo único destacable. Podríamos hablar de sus mapas, muy al estilo de los RPG o aventuras con vista superior, que siempre esconden algunos secretos para obtener objetos y recursos. Y ese pulido general consigue que explorar el terreno sin combates aleatorios sea más divertido, el progreso reduce al mínimo la necesidad de grindear y por tanto de invertir más tiempo del necesario, la artesanía mejora armas y armaduras pero encontraremos suficiente equipamiento en tiendas y el entorno para actualizar regularmente nuestra mochila. También puedes añadir cristales en el equipo con beneficios extra, completar la personalización con accesorios y unos emblemas que realmente marcan las diferencias en combate.

Todas estas decisiones logran que la evolución del grupo de héroes se apoye en la personalización en lugar de echar simplemente 10 horas de combates monótonos en un crecimiento más lineal. Y si bien en algún momento la dificultad puede subir ligeramente, casi toda la aventura se siente equilibrada y con progreso natural, que sabe cuándo soltar la cuerda para dar algo de libertad y recompensar a los más curiosos, o cuándo guiar al usuario para que no se pierda. Matthias Linda ha creado un juego para ser disfrutado durante el viaje, y cada decisión está bien justificada: para hacer algo así hay se necesita experiencia en el género como jugador, aprender qué es lo que más engancha del rol.

Aroma 16 bits

Chained Echoes no solo se juega como un buen RPG de hace 25 años, también es un juego con una maravillosa banda sonora de Eddie Marianukroh a la altura del resto de apartados. Los gráficos se inspiran en esa década de los 90, pero sin las limitaciones de colores o memoria de los 16 bits, lo que permite que visualmente sea más rico que CrossCode, otro RPG indie de los últimos años.

Quizás nos gustarían unas animaciones más expresivas o más personalidad –véase el reciente Eastward, por ejemplo-, pero eso no desmerece el trabajo conseguido en unos gráficos detallados, limpios y con abundante variedad de biomas o arquitecturas a lo largo de bosques, cavernas, campos o ciudades. Encontramos algún bug menor en nuestra partida, pero el juego sigue recibiendo parches que solucionan estos problemas.

Conclusiones

Chained Echoes está plagado de eso que llamamos "mejoras en calidad de vida" que no es ni más ni menos que cambiar aquello que resta diversión o simplemente hoy no tiene sentido. Tenemos autoguardado y guardado en todo momento, viaje rápido, diversas opciones de accesibilidad, la eliminación de mucha morralla relacionada con el progreso, curación de salud y magia después de cada batalla –incentiva siempre el planteamiento ofensivo-, y a la vez existen suficientes minijuegos y contenido como para entretenernos tanto como deseemos; es toda una demostración de que a veces basta con pulir una fórmula establecida para obtener un videojuego sobresaliente, el último gran juego de 2022, y la mejor manera de iniciar 2023.

Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código que nos ha proporcionado PR Hound.