Análisis de Final Fantasy X HD Remaster (PSVITA)
Entre el lanzamiento de Final Fantasy X, uno de los primeros títulos capaces de vender PlayStation 2 por sí solos y la reedición que casi cierra el catálogo de PlayStation 3 han pasado más de diez años. En este tiempo Final Fantasy ha pasado por diferentes altibajos, entregas online, de jugabilidad arriesgada, nuevas –y polémicas- trilogías, precuelas del emblemático Final Fantasy VII, títulos alternativos de lucha o musicales, y por supuesto, la fusión entre las antaño rivales Square y Enix. Por eso volver a la aventura de Tidus, Yuna en versión recatada y popera, Wakka, Auron, Rikku y tantos otros, es un poco especial. Nos hace recuperar una época en la que sólo mencionar Final Fantasy hacía detener la maquinaria de las revistas impresas y colapsaba las pocas páginas especializadas en videojuegos de principios de 2000 con cada tráiler, captura o imagen escaneada de las revistas japonesas. Y Final Fantasy X no decepcionó.
Final Fantasy X|X-2 HD Remaster es una de las remasterizaciones que más deseábamos de PlayStation 2. Sus adaptaciones originales (FF X y X-2) al territorio europeo fueron muy deficientes. No es que Metal Gear Solid 2 o Devil May Cry sufrieran trato mucho mejor, los jugadores encontraron en la ausencia de selector 50/60 HZ su gran caballo de batalla –se jugaba un 17% más lento-, pero en el caso de Final Fantasy X fue bastante más sangrante que otros casos por una proporción de la pantalla sin overscan, lo que hizo que popularmente se conociese como una conversión PALeta.
Muchos títulos de PS2 llegaron con este tipo de modificaciones a la baja en sus primeros años, pero claro, con Final Fantasy X y la secuela dolió más. Ya podemos decir que la deuda está resarcida.
Final Fantasy X y X-2 tras el paso del tiempo
Aunque no es nuestro objetivo reanalizar en profundidad ambos títulos, sí nos gustaría opinar de cómo se mantienen a nivel jugable tras varios años para aquellos usuarios que desconocen por completo los originales.
Ambas entregas se decantaron por la narración y aspecto cinematográfico a costa de reducir la libertad de exploración. Se podría decir que Final Fantasy XIII intentó seguir este camino, pero no lo hizo tan bien como X. Si es cierto que casi toda la aventura la recorremos de manera continua y sólo hacia el final tenemos la posibilidad de volver a lugares anteriores para realizar las muchas tareas secundarias, como buscar componentes para desbloquear armas definitivas para cada personaje, subir de nivel por encima de lo normal o enfrentarnos a durísimos enemigos ocultos. No nos olvidamos tampoco del entretenido juego deportivo Blizball, un entretenimiento opcional capaz de consumir muchas horas por su toque estratégico y gestión de equipo. Estos elementos hicieron que, siendo lineal, Final Fantasy X disimulase mucho mejor sus carencias que XIII. Hay multitud de secretos que investigar tirando de guías, incluyendo invocaciones extra, que lo convierten en muy rejugable.
Por encima de todo está su sistema de combate, de los Final Fantasy que siguen el funcionamiento tradicional es el más ágil y cómodo de cuantos hemos visto. Tres personajes en pantalla con posibilidad de llamar a otros tres, roles bien diferenciados para cada uno y un sistema de habilidades mediante tablero –hoy día usado por muchas otras sagas-, control directo de invocaciones y espectaculares ataques finales. Hay unas pocas mecánicas que ahora han envejecido peor, por ejemplo los enemigos aleatorios o el infrautilizado sistema de interacción con el escenario –sólo usado en un puñado de combates contra jefes-, así como la imposibilidad de controlar la cámara en la exploración o de saltar las cinemáticas, que es un inconveniente si te las conoces de memoria.
Final Fantasy X-2 cambió el tono y por influencia de las tres chicas protagonistas –Yuna, Rikku y la incorporación Paine- aparecieron las vestisferas, una representación de los cambios de rol mediante nuevos atuendos. El sistema de batalla es diferente, pero igual de satisfactorio y ágil, y Square Enix tomó buena nota de los comentarios a la primera parte para dar una mayor libertad en exploración desde nuestra nave voladora, varios finales y la opción nada común en la saga de nueva partida manteniendo objetos encontrados en la primera vuelta. La recepción de X-2 fue un poco más fría de lo esperado, ya desde su anuncio –nunca se había visto una secuela de este tipo con un juego que parecía cerrado- la estética de pop dividió a los fans. También fue criticado el reciclaje de algunos gráficos y que en líneas generales la tecnología del motor no había avanzado, parecía una expansión. Pese a todo, tuvo ventas millonarias y el consenso mayoritario es que, dejando a un lado gustos personales por los temas tratados, es un buen juego de rol, sólo un poco por debajo de las entregas principales, que por supuesto estando en esta colección deberías como mínimo probar y así tener tu propio criterio.
Final Fantasy X|X-2 HD Remaster como remasterización
HD Remaster hace lo que se espera de este tipo de recopilatorios: las versiones definitivas de Final Fantasy X y X-2 con mejoras gráficas y de contenido. Se lanza en PlayStation 3 y PS Vita, con pocas diferencias entre ellas, aunque existen.
Como os contamos en nuestro avance, el Final Fantasy X europeo ya había añadido nuevos jefes –Eones oscuros- y cambios respecto a Japón –donde fue relanzado- como el tablero de esferas avanzado, de manera que en cuanto a X no habrá novedades sustanciales. La única diferencia está en Eternal Calm, una cinemática de unos 15 minutos vista en la versión International que conecta el final de X con X-2, ya anunciado en aquel momento. Está disponible en el menú inicial como una opción independiente, no es necesario completar el juego.
Final Fantasy X-2 también se basa en la versión más completa, en este caso International+Last Mission, con cambios en gráficos, velocidad, diálogos, dos nuevas vestisferas, un creador de criaturas, más de 150 personajes para usar en combate y Last Mission, una nueva misión tras el final del juego que presenta una torre con 80 pisos en la que encontramos jefes y pistas de lo sucedido a personajes que encontramos en la historia. También se encuentra de manera separada a X-2, por lo que podrías saltar directamente a él si ya has terminado a la secuela en PS2. Por último en cuanto a contenido exclusivo de HD Remaster tenemos una grabación de voces contando acontecimientos posteriores a los juegos.
Teníamos nuestras reservas antes de ver el resultado de la remasterización, y no por el trabajo del estudio Virtuos que ya había explicado los retoques realizados en su paso a PlayStation 3 y PS Vita, sino porque recordábamos el juego como espectacular, una superproducción de 128 bits que marcaba diferencias con las anteriores generaciones, y naturalmente, ese efecto sorpresa podía quedar muy dañado. Pero no, todo lo contrario; en parte por el buen trabajo en restaurar muchas de las texturas de personajes y fondos, el cambio de modelados, la alta resolución que nos permite ver los muchos detalles de vegetación que en PS2 no lucían por su tamaño o la fluidez que se ha ganado, podemos decir que el resultado es muy notable. Kingdom Hearts se apoyaba más en texturas de colores claros y gráficos no muy recargados, es por eso que podemos asegurar que la revisión ha sentado mucho mejor a Final Fantasy X y X-2 que a Kingdom Hearts, aunque el trabajo que tengan entren bambalinas sea similar.
La conversión deja ver aspectos que claramente muestran su origen: aún hay hombros con aristas, la captura de movimientos es muy reducida, las caras tienen una variedad de gestos escasa o por ejemplo, la sincronización labial no acierta demasiado. Este tipo de defectos no empañan un juego que aún guarda su magia y en PS Vita se perdonan más que en PS3, de manera que podría colar perfectamente como un juego creado para ella, salvando la ausencia de algunos efectos de texturas o iluminación vistos en juegos más avanzados –Uncharted: El abismo de oro, Killzone: Mercenary-. Las secuencias generadas por ordenador han sido reescaladas de manera similar a lo visto en Kingdom Hearts 1.5 Remix –no renderizadas de nuevo- aunque es justo decir que en la pantalla de PS Vita apenas es visible algún tipo de defecto.
Si hay que comentar que hemos visto breves ralentizaciones cuando aparecen abundantes efectos como explosiones, o muchos personajes en pantalla. Eso no quita que, como hemos comentado, durante la exploración y los combates todo funcione de manera más suave que en PlayStation 2, pero sí es una pequeña diferencia respecto a PlayStation 3, más estable –aunque tampoco exenta de breves caídas-. Nuestra opinión es que si deseas la mejor calidad de imagen y dispones de una buena pantalla, el juego impactará más –todo lo que pueda un juego tan antiguo- en doméstica. En PS Vita, por otro lado, consigues un colorido vibrante, acceso directo a menús con las funciones táctiles, resolución nativa de su pantalla –prácticamente desaparecen los dientes de sierra- y la impagable portabilidad, que no te van a dar PlayStation 3 o el original de PS2. Sea cual sea la versión elegida, no te equivocarás.
Además de las mejoras gráficas se han sustituido 60 temas de la banda sonora original por versiones más orquestales, menos MIDI. Corre a cargo de Masashi Hamauzu, uno de los compositores del juego, así que nadie debería poner el grito en el cielo por esta decisión. Salvo un par de partituras que han cambiado lo suficiente como para que notemos la diferencia, el resto –tirando de memoria- pasan más desapercibidos. Comparando directamente sí encontramos cambios, en general todos positivos. Agradecemos esta atención al detalle para sacar una mayor calidad de sonido que ha supuesto la grabación de la nueva música, a diferencia de lo visto en Kingdom Hearts 1.5 Remix donde los cambios se limitaron a actualizar las versiones de Kingdom Hearts por las que sonaban en Kingdom Hearts 2 o precuelas más modernas.
Mencionar otro beneficio colateral de la remasterización: los tiempos de carga han sido reducidos. Exceptuando el inicial, que sí lleva tiempo –incluso más que en la pasada consola-, durante la partida son más breves de lo que recordábamos.
Conclusiones
Final Fantasy X es considerado por una parte de los jugadores como el último de los grandes juegos de esta serie. Nosotros, de la época moderna, nos quedaríamos con el controvertido y arriesgado Final Fantasy XII –esperamos ver una remasterización de International Zodiac Job System-, si bien hay que reconocer que el juego de Tidus y Yuna tiene mucho más de Final Fantasy y los avances que realizó –voces, salto a las tres dimensiones- fueron algo equiparable a ver a Cloud por entornos renderizados tras los 16 bits. Final Fantasy X-2 no es tan redondo, pero su visión más desenfadada de Spira, la oportunidad de conocer el destino de los héroes de X o el sistema de combate lo hacen un estupendo RPG japonés con decenas de horas para esta colección.
Sea en PS3 o PS Vita, existen motivos suficientes para que los juegues si no lo has hecho antes, e incluso nos arriesgamos a decir que para volver a disfrutar de ellos. Final Fantasy X|X-2 HD Remaster limpia y da esplendor a una de las etapas más exitosas de la saga, repleta de personajes memorables –Auron, todo un mito- y épica que con esta revisión podrás disfrutar como no pudiste en PlayStation 2.
No todas las colecciones en alta definición merecen la pena, pero esta es una de esas excepciones.