Análisis Saints Row, el cóctel explosivo que estabas esperando (PS5, Xbox Series X/S, PC, PS4, Xbox One)
Siempre ha sido llamativa la evolución de Saints Row, una saga de acción en mundo abierto que, como otras muchas, comenzó un poco a la sombra de Grand Theft Auto. Su debut en 2006 fue penalizado precisamente por eso, e incluso si tenía algunos aspectos superiores a los juegos de Rockstar de ese momento –como el gameplay-, Volition no logró quitarse el estigma de clon hasta las secuelas. Progresivamente cada entrega aportó más humor: el segundo equilibró bien el drama y la comedia, y con el tercero en adelante se convirtió en una aventura completamente loca que culminó con Saints Row IV. La deriva gustará más o menos, pero es lo que ha mantenido a Saints Row al pie del cañón durante más de 15 años mientras otros "clones de GTA" desaparecían del mercado.
Tras el traspiés de Agents of Mayhem la desarrolladora ha tomado la mejor decisión: tomar un respiro, estudiar qué hizo grande a Saints Row y aplicar su experiencia en el nuevo reinicio de la serie. En su presentación tuvo algunas polémicas por el cambio de tono y sufrió algún retraso, pero por fin está aquí, y os podemos contar que es tan divertido como se prometía. Sin romper esquemas, sin aspirar a más de lo que puede hacer, pero con el sello inconfundible de un título que sabe que has venido a divertirte.
De pagar con dificultades el alquiler a la cima del crimen
Saints Row IV llevó la comedia a un extremo que echó atrás a algunos fans veteranos. La siguiente entrega solo tenía dos opciones: ir más allá o volver un poco a las raíces de Saints Row 2. A esto último es lo que apostó Volition, que además aprovecha para adaptar la temática a los nuevos tiempos. Los primeros Saints Row estaban muy influenciados por una estética y el cine gangster de su época que, se quiera o no, ya no surte el mismo efecto en 2022. La desarrolladora ha citado como inspiración la acción loca de Hobbs & Shaw, el combate de John Wick o la emoción con vehículos de Baby Driver, y se ha rebajado el humor de sal gorda, sin que eso signifique perder su personalidad. Simplemente, ahora no hay bromas incómodas que te saquen de su trama, los gags están mejor integrados y dosificados.
El objetivo general de este nuevo Saints Row es el de crear un imperio del crimen en Santo Ileso, una ciudad inspirada vagamente en Nevada, Texas y Arizona, tanto en sus núcleos urbanos como las zonas más desérticas o rurales, una mezcla entre Las Vegas y Austin.
Nuestro protagonista y sus tres compañeros de piso pasan algunos apuros económicos pero, tras un evento clave, el grupo decidirá dedicarse por su cuenta a aquello que mejor se les da: crear una empresa de negocios… de dudosa legalidad.
Esta start up criminal inevitablemente supondrá enfrentamientos con otras facciones asentadas en Santo Ileso que incluyen a la entidad militar privada Marshall, equipados con la mejor tecnología, los Idols, una supuesta secta anarquista que pasa más tiempo de fiesta que luchando contra el sistema, y los Panteros, una banda clásica dedicada al robo de coches, contrabando y tráfico de drogas. Nuestros Saints se van a enfrentar a estos grupos en muchas ocasiones durante su escalada hacia el control de la ciudad, y saltarán chispas porque estos amigos tienen un pasado que conecta con las bandas.
Sí, tanto por los diálogos como por algunas situaciones, Saints Row sabe que el jugador no busca aquí un drama lleno de moralina, pero se toma la historia y sus personajes un poco más en serio que los últimos juegos. El grupo principal es pequeño y todos tienen su momento para lucirse gracias a que cada socio aporta algo diferente al equipo; de hecho el carisma del grupo nos ha parecido uno de los puntos fuertes de esta historia sobre el ascenso en el mundo del crimen. Las críticas de hace unos meses sobre los aliados eran, en nuestra opinión, infundadas.
Santo Ileso es un protagonista más, una amalgama de ambientes modernos, rurales, zonas montañosas, lagos... Es cierto que el mapa no derrocha demasiada vida en su población, no esperes un detalle minucioso por metro cuadrado ni el comportamiento de sus habitantes al más puro estilo Red Dead Redemption 2, pero no es eso lo que busca este juego de acción que, desde muy pronto, nos hará pisar el pedal, apretar el gatillo y preguntar después.
Plomo, gasolina y explosiones
Podríamos hablar largo y tendido sobre uno de los aspectos más promocionados de este Saints Row, la personalización de nuestro protagonista, las armas, vehículos y el cuartel general, pero ya lo hicimos en varias ocasiones. Basta decir que aunque nosotros hemos sido bastante conservadores en el look del jefe, probablemente todo lo que imagines se podrá hacer aquí, desde parodias a criaturas más inclasificables. Con la cámara del juego se fotografían objetos decorativos para luego colocar en la iglesia que hace de base, y en general este juego te anima constantemente a cambiar el vestuario de tu jefe, editar los vehículos y recolocar nuestro cuartel; los fans de esta opción dedicarán muchas horas hasta encontrar su avatar preferido.
Estamos ante un mundo abierto de manual donde las misiones nos enfrentarán con alguna de las bandas que pueblan Santo Ileso. Estas tareas se mueven entre dos aguas de la historia: en ocasiones son completamente absurdas, como ir a buscar comida rápida por el juguete de regalo que incluye –pero acabaremos en una loca persecución por las calles- o participar en una sesión de rol, y otras un poco más serias, como rescatar a un compañero secuestrado o alguien preso en una cárcel –con diálogos y escenas propias de una película de Fast & Furious-. Todas tienen en común que se resolverán apretando el gatillo y/o con una persecución en vehículos, pero al menos la historia se las ingenia para que las situaciones den la sensación de ser variadas. Es un diseño muy típico con oleadas de enemigos y algún rival más fuerte que la media para amedrentar; en la mayoría de ocasiones está bien llevado por su argumento desenfadado, no necesitas más disculpa para vaciar el cargador.
En nuestras últimas impresiones os hablamos del gunplay y la acción a gran velocidad. El primer apartado es simplemente correcto, hemos visto un control más preciso entre otros shooter en tercera persona pero no lo calificaríamos de malo. Según avanzamos aparecen armas un poco más fantásticas con comportamiento diferente al de pistolas y rifles más estándar, y nuestros enemigos también harán uso de algunas herramientas peculiares a modo de escudo o trampas. La corporación Marshall, al gozar de tecnología futurista, se permite unidades robóticas y motos aerodeslizadoras que dan un toque más original a los enfrentamientos, hay un arma que lanza una especie de reactor que manda a los enemigos volando, posibilidad de disparar detrás de paredes o un patín volador, por citar algunos ejemplos. De ti depende ser creativo con todas estas herramientas y salir de la monotonía del armamento tradicional.
Existen varios sistemas para progresar y evolucionar a nuestro personaje, como habilidades activas y pasivas. Según subimos de nivel aprendemos nuevos talentos para colocar en el atajo rápido, como el lanzamiento de granadas de humo, diferentes explosivos, aumento de salud temporal y demás. Ten en cuenta que las mejores técnicas ofensivas o defensivas consumen más energía cuando se activan, así que conviene utilizar la cabeza en los combates más complicados. Las ventajas pasivas –obtenidas cumpliendo desafíos- se personalizan en una serie de casillas que se desbloquean con dinero y ofrecen ayuda dependiendo de unas condiciones.
Controlaremos multitud de vehículos por tierra, mar y aire, pero lo que más abundarán son los distintos tipos de coches. Volition ha buscado cualquier excusa para que cada misión tenga su acción vertiginosa, algo que se comprende porque son fases muy entretenidas. Puedes golpear a los rivales para que salgan de la carretera, arrastrar cargamento con el gancho, existen rampas cuidadosamente colocadas para una mayor espectacularidad y la gran cantidad de decoración que puedes destruir a tu paso es un plus para desatar el caos. De nuevo, puede que este Saints Row no esté reinventando nada en el género, pero las secciones con vehículos –que son muchas- son de lo mejor del juego.
No podríamos crear un imperio criminal sin, efectivamente, establecer nuestros negocios turbios. En la mesa de la base adquirimos terrenos y plantamos algunos de los negocios que nos reportarán dinero; van desde la recogida de residuos peligrosos –es decir, llevar barriles a un vertedero ilegal sin sobresaltos-, probar armas experimentales a simular accidentes de tráfico –con un peculiar minijuego donde nuestro protagonista es golpeado por el tráfico-. Todas estas misiones opcionales se suman a la localización de personajes buscados, toma de fotografías y demás tareas que son las que multiplican la duración de la aventura, sobre todo si queremos controlar todo el mapa después de los títulos de crédito. Si bien nada en estas secundarias alcanza la profundidad que puso como listón The Witcher 3 –no aspira a la narrativa de un RPG, los tiros no van por ahí-, aportan variedad en el gameplay.
Con Saints Row Volition ha sido muy cuidadosa, consciente del daño que podría suponer para la marca una metedura de pata importante. Nuestra opinión después de verlo de principio a fin es similar al último vistazo: es un juego entretenido que además puedes jugar en cooperativo para que el desmadre explote su potencial, pero a costa de arriesgar muy poco: "cambiar todo para que nada cambie". Cada jugador tendrá un nivel de exigencia y siempre que sepamos lo que nos vamos a encontrar, que es acción sin freno, la aventura de los Saints no engañará a nadie.
Santo Ileso, tu zona de recreo
Saints Row ofrece un amplio abanico de opciones gráficas en consolas de nueva generación que pasan por 1080p, 1440p y 4K, lo que se traduce en distintos ajustes en calidad y tasa de imágenes por segundo. Recomendamos los modos que dan prioridad al framerate, aunque no sea completamente estable –al menos a 1440p, que es la opción en la que más hemos jugado- pero lo bueno de dar tantas alternativas es que podemos elegir la que más se ajuste a nuestro gusto o pantalla.
Pese a que está lejos de impactar para lo que hemos visto en la actual generación, visualmente tiene algunos rincones bellos, sobre todo cuando se permite multitud de fuegos artificiales y láseres –las batallas contra los Idols suelen ser muy llamativas, están en rave permanente- o en ciertos lugares del mapa con la luz adecuada. Lo que resta espectacularidad son algunos fallos gráficos en la generación del escenario, animaciones no siempre muy naturales, algún modelado que desentona –el gato del grupo protagonista…- o una baja calidad en las sombras. Son defectos que se pueden pasar por alto, a diferencia de aquellos que pueden bloquear una misión, que también los hemos visto; la desarrolladora trabaja para solucionarlos y quizás en el lanzamiento o poco después estén corregidos.
Nos llega con textos en español y voces en inglés. Las radios cubren casi todos los gustos musicales: ritmos latinos, heavy metal, synthpop, música clásica… desde Rosalía a In Flames, Lawnmower Deth o Meshuggah, por poner unos ejemplos que se adaptan a tus paseos tranquilos por Santo Ileso y a los tiroteos sobre el capó de tu coche. Hemos pasado la mayor parte del tiempo cambiando entre Nuclear Blast y Outrun, pero sobre gustos no hay nada escrito.
Conclusiones
Volition ha sido conservadora, quizás demasiado, yendo a lo seguro, evitando cualquier estridencia o innovación que pueda arruinar todo lo demás. El resultado es que Saints Row es un juego conocido desde el primer minuto, que funciona en mecánicas, simpatía de los protagonistas, misiones variadas –dentro de lo que cabe-, un puñado de objetivos opcionales para fortalecer nuestra posición en el mapa y ese potentísimo editor que hace la aventura más personalizada y única. Si no le pides más a un juego de estas características, el título cumple sobradamente con tus exigencias y pone los cimientos para el nuevo futuro de la saga.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS5, antes del parche de lanzamiento, con un código que nos ha proporcionado Plaion.