Análisis Payday 3, el regreso de los atracos más divertidos (PS5, Xbox Series X/S, PC)
Hemos tenido que esperar la friolera de 10 años para poder disfrutar de Payday 3, pero la alocada y divertidísima saga de simuladores de atracos de Starbreeze por fin esta de vuelta. A pesar del tiempo que ha pasado desde el lanzamiento del título anterior, el estudio de desarrollo ha querido mantenerse fiel a la fórmula habitual con una tercera entrega que si bien arriesga lo mínimo y llega al mercado con una alarmante escasez de contenidos, también aporta notables mejoras jugables que hacen que sus tiroteos y secuencias de sigilo sean más disfrutables que nunca.
Los mejores atracos
Así pues, volvemos a encontrarnos ante un juego de acción en primera persona cuya propuesta está totalmente enfocada en el multijugador cooperativo. Evidentemente, podemos jugar junto a bots, pero dista muchísimo de ser lo ideal, pues su desempeño deja que desear y no nos van a ayudar demasiado a la hora de realizar tareas y objetivos concretos, lo que acaba por convertir las misiones en un auténtico engorro bastante frustrante que diluye por completo la diversión.
Como en las dos entregas anteriores, deberemos superar una serie de atracos muy variados que nos llevarán a realizar cosas como asaltar un banco, dar un golpe en una joyería e incluso infiltrarnos en una galería de arte. Por supuesto, durante nuestras fechorías tendremos que colaborar activamente con nuestros compañeros para cubrirnos las espaldas, encontrar los lugares y objetivos que nos indiquen, desactivar sistemas informáticos, instalar taladros para abrir cámaras de seguridad, descubrir contraseñas y, por supuesto, saquear numerosos sacos de botín que deberemos asegurar llevándolos hasta el vehículo en el que nos daremos a la fuga, por citar tan solo unos pocos ejemplos.
La primera y más notable mejora la tenemos en los propios controles y en el gunplay, lo que se acaba traduciendo en unos personajes mucho más ágiles y con una movilidad mayor que incluye maniobras como deslizarnos por el suelo a toda velocidad. Además, las armas son mucho más satisfactorias de usar y las sensaciones que transmiten a los mandos al disparar son bastante más convincentes que antes, algo que se aprecia especialmente en el peso que tienen y en la contundencia de los impactos, lo que favorece unos tiroteos más divertidos, dinámicos e intensos.
Aquí también contribuyen algunos ajustes y mejoras que se han hecho en la IA enemiga, pues ahora las fuerzas de la ley también buscarán pillarnos por sorpresa rodeándonos desde diferentes direcciones y sabotear nuestros objetivos de diferentes formas, como activando los aspersores antiincendios en una sala en la que hayamos puesto una termita. Con esto no queremos decir que sean listos, ya que la mayor parte del tiempo veremos a nuestros rivales viniendo en manada hacia nosotros para abatirnos a base de fuerza bruta y superioridad numérica, y no han sido pocas las veces en las que hemos visto a algunos policías parados sin hacer nada o sin saber como responder, pero sí que es cierto que ahora son capaces de reaccionar a ciertas situaciones, lo que aporta una dosis extra de emoción e intensidad a los atracos.
Pero, sin duda alguna, la mayor mejora de todas la tenemos en el sigilo. Sí, en las dos entregas anteriores podíamos completar nuestros golpes de forma silenciosa y sin activar las alarmas, aunque para lograr algo así solía ser necesario un grupo de 4 jugadores completamente sincronizado, que hubiese desbloqueado una serie de habilidades concretas y que se conociese la misión al dedillo, ya que a la mínima que un guardia nos viese de refilón daba la alarma y empezaban los tiros.
Ahora, gracias a las mencionadas mejoras en la IA, nuestros enemigos pueden tener diferentes reacciones dependiendo tanto del sitio en el que nos descubran como de lo que estemos haciendo. Por ejemplo, si nos ven andando vestidos de civiles en una zona privada, nos dirán que no podemos estar allí e intentarán escoltarnos hacia la salida, y si encuentran un cadáver o a alguien inconsciente, se pondrán a buscarnos activamente. De igual modo, contamos con la posibilidad de robarles llaves y tarjetas cuando estén distraídos y podremos responder a sus comunicadores si los dejamos inconscientes para no levantar sospechas. Siguen teniendo algunos problemas para detectarnos de vez en cuando y en líneas generales las mecánicas de sigilo son muy simplonas, pero la mejora respecto a Payday 2 es evidente.
Todo esto es algo que se ha tenido muy en cuenta a la hora de diseñar las misiones, las cuales están totalmente pensadas para que podamos resolverlas tanto a lo bestia como con sutileza. De hecho, los escenarios tienen muchas más entradas, atajos y posibilidades, y la ruta de objetivos a cumplir cambia por completo si no nos pillan, por lo que haremos cosas muy diferentes si decidimos no liarnos a tiros con todo. Ojo, terminar un atraco sin que suenen las alarmas sigue siendo algo muy difícil y complicado que va a requerirnos mucha coordinación, pero ahora es una opción más viable, divertida y gratificante, llegando a un punto en el que nos lo hemos pasado casi mejor infiltrándonos con nuestros compañeros que cosiendo a balazos a todo ser viviente con placa.
Hablando de atracos, los ocho que incluye nos han encantado. Están genialmente diseñados, son muy variados y los escenarios están repletos de posibilidades, lo que da pie a unas misiones intensísimas, caóticas, rejugables y muy divertidas con las que nos lo hemos pasado en grande gracias a la gran cantidad de situaciones distintas que se van dando lugar, lo que no quita que a veces caiga en la repetición de ciertas tareas que no están especialmente inspiradas. ¿El problema? Que solo hay ocho, una cifra que a día de hoy nos parece escasísima. De hecho, no tardaréis mucho más de 3 horas en verlos todos, por lo que la novedad se acaba demasiado pronto y antes de que os deis cuenta estaréis inmersos en su bucle de repetir misiones para subir de nivel, conseguir dinero y desbloquear nuevas armas, accesorios, herramientas y elementos cosméticos.
Ya que hemos mencionado su sistema de progresión, este ha sido rediseñado en favor de un editor de máscaras más completo y un nuevo árbol de habilidades dividido por "clases" que ha perdido algo de profundidad. Cada clase tiene un progreso lineal que nos permitirá obtener, poco a poco, a nuevas mejoras, como que los botiquines nos curen más o que aumente nuestro daño de forma temporal al gastar un determinado número de balas, aunque, evidentemente, hay un límite de potenciadores que podemos equiparnos. Eso sí, nos ha gustado que no estemos restringidos a un único rol, por lo que podremos optar por múltiples habilidades que pertenezcan a diferentes especializaciones.
Golpes no muy espectaculares
Lo que sí que nos ha decepcionado un tanto es su apartado gráfico. Sí, con el cambio de motor a Unreal Engine 4 se nota una mejora (el estudio pretende actualizarlo a Unreal Engine 5 en un futuro), pero a nivel visual dista mucho de sorprender a día de hoy por culpa de unos modelados muy discretos, una iluminación muy básica, unos efectos mejorables y unas animaciones un bastante rígidas. Al menos, los escenarios salen mejor parados y son resultones, ambientando de forma más que decente cada atraco.
Aquí conviene hacer un pequeño inciso para mencionar que para jugar nos van a obligar a crearnos una cuenta en la web del juego, un paso que quizá se podría haber resuelto de otro modo y que tiene otra consecuencia directa: solo podremos jugar si estamos conectados a internet. Da igual que queráis jugar solo con bots, ya que no podréis pasar de la pantalla de inicio si no conseguís acceder a los servidores. Al menos, cuenta con juego y progreso cruzado en todas las plataformas, un detalle que siempre es de agradecer. La otra mala noticia es que durante estos primeros días hemos sufrido algunos problemas con el sistema de emparejamientos y las invitaciones para crear grupos, por no hablar de algunos errores que han provocado desconexiones y una alta latencia durante ciertas partidas. No es que sean cosas extremadamente graves, pero sí que denotan cierta inestabilidad en la infraestructura online que conviene que se solucione cuanto antes.
Lo que no falla es la banda sonora, tan cañera como siempre con una serie de nuevos temazos donde predomina el house, la electrónica y el techno que saben cómo subirnos la adrenalina al máximo cuando comienzan los tiros para meternos de lleno en la acción. Los efectos son mucho más discretos, pues las armas no suenan todo lo bien que deberían, y el doblaje nos llega únicamente en inglés con unas interpretaciones correctas. Los textos están en español, aunque nos hemos encontrado con varios de ellos que están sin traducir.
Conclusiones
Cuando todo funciona como debe, Payday 3 es un juego divertidísimo que nos lo va a hacer pasar en grande junto a nuestros amigos, ya sea intentando completar atracos con sutileza o abriéndonos camino a tiro limpio. Las mejoras jugables son apreciables, especialmente en lo que se refiere a las mecánicas de sigilo y el gunplay, y los nuevos golpes son una genialidad, por lo que es una pena que haya llegado al mercado tan escasísimo de contenidos. Esto es algo que irá cambiando en el futuro a medida que lleguen nuevas actualizaciones y DLC de pago, pero ahora mismo es un título que se os puede quedar un tanto corto si solo pretendéis jugarlo de forma casual o venís de años jugando a la segunda entrega. Sea de un modo u otro, lo importante es que la base es buena y muy disfrutable, especialmente si tenemos un grupo de conocidos con los que compartir la experiencia, así que si os gusta la saga y os quedasteis con ganas de más, aquí vais a encontrar una opción de compra muy apetecible para jugar online.
Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga para PS5 que nos ha ofrecido Plaion.