Análisis Cat Quest 3, un RPG estilo 'Zelda' clásico con gatos y mucho encanto (PS5, PC, Xbox Series X/S, Switch, Xbox One, PS4)
Desde su debut en 2017, Cat Quest se ha convertido en una de las sagas más exitosas de PQube, editora de este título de The Gentlebros. En 2019 se estrenó su secuela y ahora, con un tiempo más de producción, nos llega Cat Quest 3. Este tiempo ha servido para pulir aspectos y realizar algunas mejoras a la fórmula conocida, pero no tantas como podríamos imaginar por este periodo de producción que toma lo mejor de sus predecesores –incluyendo el cooperativo local de Cat Quest 2- y lleva la aventura a un nuevo mundo.
¡Zarpando al Gatibe en un mar de pirratas!
Como os contamos en nuestras impresiones, Cat Quest 3 es un juego que se puede jugar perfectamente sin conocer los anteriores juegos. Su breve introducción nos da toda la información que se necesita para embarcarnos en esta búsqueda de un tesoro mítico al estilo One Piece, lo que trae una de las principales novedades de la entrega: una temática de piratas que nos hace surcar los mares y visitar islas más las mecánicas que ya conocíamos de exploración en tierra y la inspección de pequeñas mazmorras.
El gato –o gata, a elegir- resulta ser descendiente de los Buscadores, unos bucaneros que sólo ellos podían encontrar el tesoro. El problema, claro, es que el poder de la Estrella del Norte está muy solicitada por los "pirratas", lo que llevará a inevitables enfrentamientos contra temibles jefes. La historia no va mucho más allá y quizás no lo necesite, pero hay margen para ser más ambiciosos y apostar por un argumento más épico –o cómico-, con secundarios más interesantes y en definitiva, dar más peso a la narrativa. Completarlo nos llevará unas 10 horas dependiendo de las side quest que aceptemos, una duración perfectamente aceptable -¡no todo debe ser un comevidas!- pero quizás sepa a poco teniendo en cuenta el largo desarrollo de esta secuela.
De manera simplificada, Cat Quest 3 vuelve a inspirarse en aventuras de acción tipo Zelda clásico pero potenciando el aspecto rolero. Constantemente encontraremos diferente botín de equipamiento y armas con características elementales o alguna ventaja, disponemos de ataques con armas blancas para distancias cortas y a distancia –el consumo es ilimitado pero hay una barra que tarda unos instantes en recargarse-. La manera de combinar esto, más las poderosas magias y la mejora del equipo con el dinero ganado, nos da bastante flexibilidad a la hora de convertir a nuestro protagonista en un guerrero formidable con espadas y cuchillas, o un hechicero que sabe mantener las distancias en todo momento.
El mapa de Cat Quest 3 es bastante abierto, desde un principio podemos navegar por el archipiélago y explorar las costas en busca de tesoros o alguna misión secundaria. Obviamente el juego nos guía hacia el objetivo principal y lo hace de dos maneras: con unos postes que indican la dirección de nuestro próximo destino –menos intrusivo que ver marcadores en la interfaz- y con la dificultad de cada región. Nada te impide enfrentarte a enemigos que te duplican el nivel, y de hecho quizás puedas salir victorioso del combate, pero también te llevará mucho tiempo arañar su vitalidad. Esta libertad te invita constantemente a salir de tu ruta para descubrir secretos. La curiosidad no siempre mata al gato…
El gameplay abraza la sencillez clásica sin complejos, y la verdad es que funciona perfectamente. Salvando esos casos puntuales en los que un desvío nos enfrenta a enemigos con una barra de vida demasiado alta para nuestro nivel, el combate siempre resulta divertido. Muchas criaturas se lanzan en embestida, otros son aéreos o de movimiento rápido, lanzan proyectiles o disponen de alguna defensa, lo que nos hace cambiar de armas constantemente y probar los efectos secundarios de los hechizos. Con una buena build es posible machacar todo lo que se pone por delante y casi "romper" la dificultad.
Junto con el viaje por el mapa están las mazmorras, que son pequeños laberintos –no nos llevarán más que 10 o 20 minutos, un poco más si incluyen jefe- con puzles o alguna mecánica curiosa, así que siempre aportan un poco de variedad. Por ejemplo, en una encontramos unos enemigos que nos persiguen incansablemente por el recorrido, pero son susceptibles de ser dañados por las trampas móviles –deberás hacer que reciban de su propia medicina-. Otras mazmorras cambian la perspectiva más habitual de Cat Quest 3, un poco inclinada, por una de exploración 2D, si bien no hay diferencias en el combate.
No podía ser una aventura pirata sin la navegación con barco, y esta sigue la misma filosofía de sencillez del combate. Podemos llamar al navío –personalizable- desde cualquier puerto, y con él viajamos por el mar de manera más rápida y segura que a nado. Encontraremos otras embarcaciones que presentarán cara, pero basta con hacer uso de los cañones para liquidar estos barcos sin una compleja simulación del control o las condiciones del mar. La verdad es que no es un cambio revolucionario para la saga porque la partida sigue transcurriendo principalmente en tierra, pero el barco era imprescindible en un título con esta ambientación.
De nuevo, el cooperativo es un buen punto a favor que además nos permite profundizar un poco más en la personalización de los personajes. El aspecto rolero es ligero, pero con dos héroes siempre puedes encontrar sinergias y diferenciar cada estilo de juego. Dada la dificultad asequible, parece que está pensado para ese público joven que no está interesado precisamente en un Elden Ring sino en una aventura para pasar un buen rato frente a la pantalla y jugar en compañía sin demasiadas complicaciones.
Cat Quest 3 no sufre grandes fallos salvo su limitada ambición, que no pretende hacer casi nada que no viésemos en Cat Quest 2. Hay cierta repetición en el comportamiento de los enemigos y el contenido puede saber a poco, pero hay que reconocer también sus muchos méritos, desde esos preciosos gráficos, la estupenda banda sonora con los tópicos de la piratería y que sabe variar de ritmo constantemente para que nunca te aburras: cinco minutos explorando islas, otros cinco en una mazmorra, un rato mejorando equipo o cumpliendo algún encargo –aunque sea de recadero-. Se puede disfrutar perfectamente en partidas breves, algo poco habitual en el rol.
Conclusiones
Cat Quest 3 es un excelente RPG de acción para el público al que va dirigido. En ese sentido es difícil señalar fallos graves porque cumple con lo exigible: es divertido, los sistemas roleros evitan cualquier engorro y lo puedes disfrutar en compañía. Quizás no suponga una gran mejoría respecto a su predecesor, pero tenemos la sensación de que The Gentlebros simplemente no buscaba algo diferente sino "más de lo mismo", que no siempre debe entenderse como algo negativo. Por lo pronto, ya han anunciado que su próximo proyecto será algo diferente y en otro género, una buena decisión para dar un respiro y aire fresco a este mundo felino.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS5 gracias a un código proporcionado por Cosmocover.