Análisis Alien: Dark Descent - Estrategia, tensión y horror en una interesante aproximación al xenomorfo (PS5, PC, PS4, Xbox One, Xbox Series X/S)
Aliens: Dark Descent ha llegado sin hacer demasiado ruido, como las aviesas y retorcidas criaturas que moran en la oscuridad en el universo de Alien Con una propuesta original, sólida y llena de interesantes añadidos jugables, lo nuevo de Tindalos Interactive y Focus Home ahonda en la acción táctica y estratégica, combinándola con fuertes dosis de gestión y una atmósfera extraída directamente de las películas que una vez cautivaron a una audiencia entregada.
Originada en el 1979 por Ridley Scott y continuada con maestría por James Cameron en 1986, la saga del xenomorfo, tras varias secuelas y entregas cinematográficas derivadas, espera ahora revivir con dos nuevos proyectos en cine y televisión, Alien: Romulus y el proyecto televisivo de Noah Hawley para Disney+, que continuarán aterrorizándonos en un distante futuro en el que las corporaciones campan a sus anchas en la inmensidad del espacio. Es bastante obvio que Aliens: Dark Descent, el juego que nos atañe y que está disponible en Xbox One, PS4, Xbox Series S/X, PC y PlayStation 5, bebe de aquellas películas y de todo el lore publicado por la licencia a lo largo de los últimos años, especialmente desde que Disney adquiera 20th Century Studios. Pero, ¿merece la pena? ¿Es un buen juego de Alien? ¿Es un buen juego de acción y gestión táctica?
Otro glorioso día en el cuerpo de marines: Aliens: Dark Descent cuenta una historia muy interesante y arraigada en el lore de la saga
Aliens: Dark Descent es un videojuego de acción táctica para un jugador que arranca como las grandes historias de esta longeva saga de ciencia ficción y terror. Nos narra cómo, 20 años después de los eventos registrados en Alien 3, en una estación espacial, que orbita alrededor del planeta Lethe, ocurre lo inesperado: una nave carguero procedente de la superficie trae consigo una serie de huevos desconocidos que pronto infestan toda la instalación. En un rumbo de vigilancia, la USS Otago, una fragata de marines coloniales, recibe una llamada de auxilio procedente de la estación. Los raudos soldados, dirigidos por el oficial Jonas Harper, que comanda el escuadrón de los USCM, corren a salvar a los supervivientes y se encuentran con un escenario dantesco: unos seres violentos han aniquilado a todos los seres humanos y han usado a los pocos que han logrado salir indemnes como huéspedes.
A partir de aquí, y tras la activación de una serie de defensas orbitales para evitar que estos seres se propaguen a otras partes en las naves que han logrado salir de la estación, los militares y la administradora de la estación, Maeko Hayes, acabarán atrapados en la superficie de la Luna Lethe, un lugar hostil y distante, azotado por tormentas, en el que existen unas cuantas colonias y que, además de los alienígenas, existen facciones de contrabandistas, agentes de la corporación Weyland-Yutani y otros peligros. La historia de Aliens: Dark Descent es sorprendente, buena y bien hilada, teniendo en cuenta algunos de los puntos más recientes de los hechos narrados en novelas y cómics, así como ofreciendo grandes destellos de originalidad. Sí, puede dar más de sí, y eso nos frustra como seguidores de este universo, sobre todo en su conclusión, pero nos mantendrá pegados a continuar en ella y saber más.
Se nos irá narrando antes, durante y después de las misiones, a veces con vídeos, pero sobre todo a través de diálogos, documentos y la siempre recurrente narrativa ambiental. Si sois seguidores de Alien, como saga y universo, creemos que su historia está cerca del nivel de Alien: Isolation, mucho mejor contada que la de Alien: Fireteam Elite y que, a estas alturas, podría considerarse como una de las más notables muestras de lo que puede dar este escenario como contenedor de historias.
Amor a primera vista: nuestra misión es la de detener un brote de xenomorfos en la Luna Lethe y tendremos armas, soldados y recursos para hacerlo
En Aliens: Dark Descent, una vez la Otago descienda a la superficie del planeta, aprenderemos -quizá por las malas- cómo gestionar una misión o partida a este, a primera vista, complejo videojuego. Y decimos a primera vista porque el título de Tindalos se esfuerza en presentarnos tutoriales constantes en las primeras horas de juego, con menús con abundante información sobre qué debemos hacer o cómo acceder a las habilidades de nuestros soldados para sacarles el máximo partido en combate. Además, existe el códice, un enorme índice cargado de detalles que nos puede ayudar en cualquier momento.
Podríamos definir a Dark Descent como un juego de estrategia y acción táctica, sí, pero también tiene un componente de rol y simulación, ya que todas las decisiones que tomamos durante el combate o en la preparación de las misiones tienen un impacto directo en el destino de Lethe. Sí, es una frase recurrente en muchos videojuegos, pero que en esta ocasión tiene mucho sentido. Debemos tener cuidado cómo enfocamos nuestros encargos, ya que la invasión de los alienígenas es constante, y se nos recordará con una especie de barra que irá progresando, indicándonos cómo de mal están las cosas.
Deberemos -una vez desplegados con nuestro ARC-, infiltrarnos en grandes niveles, desplegando nuestro grupo de hasta cinco soldados, y escogiendo qué ruta, objetivos o elementos abordar primero. Pese a que gran parte de las misiones de la historia están más o menos guiadas, y nos dicen qué tenemos que hacer o qué objetivos son los siguientes a cumplir, tendremos una gran libertad a la hora de encararlos llegados a cierto punto. La interfaz es sencilla, en Aliens: Dark Descent todo se resuelve con un par de botones, uno para marcar la ruta -con doble pulsación para que corran nuestros militares- y con otro botón para interactuar, todo de manera contextual y sin complicaciones. Simple y directo. Hasta el disparo de los rifles de pulso es algo automático si nos vemos asediados por los xenomorfos.
Pero lo divertido es cuando aprendemos a gestionar nuestras cualidades, decidiendo establecer fuego de supresión a una zona en concreto, interiorizando que lanzar granadas es una buena forma de demostrar superioridad sobre el terreno o utilizando las escopetas en los encuentros cercanos con estos seres… por si acaso. El nivel de equipo y de posibilidades táctica de nuestro escuadrón es impresionante, podemos resolver muchas situaciones de maneras muy diferentes, desde posicionándonos en una habitación con las famosas torretas centinelas que aparecían en la versión del director de Aliens: El regreso y sellando las puertas o decidiendo ir a saco a por los enemigos que nos encontremos. Eso de crear zonas seguras y atajos será esencial para sobrevivir, porque los niveles son realmente grandes y complejos, a veces incluso con varias plantas, llenos de recovecos donde la muerte puede esperarnos.
Y no es una muerte más. En Aliens: Dark Descent la muerte es el final, ya que el videojuego incorpora un sistema de baja permanente, que nos arrebatará el marine en cuestión si no estamos atentos. Teniendo en cuenta que cada uno de estos marines tiene nombre, características específicas, trasfondo e incluso habilidades desbloqueadas especiales con el paso de los niveles, no es poca cosa. Esto hace que cada decisión, cada misión y cada acción que tomemos tenga consecuencias directas, y sintamos que estamos arriesgando el pellejo constantemente. Los alienígenas y los enemigos con los que nos toparemos irán aprendiendo de nuestra forma de juego, sobre todo si llevamos tiempo en el mismo escenario, por lo que habrá que tener siempre un ojo en el sensor de movimiento para saber si esa señal es peligrosa o no. No hay descanso posible.
Más allá de la personalización y el desarrollo de las cinco clases disponibles en un inicio -médico, artillero, tecker (hacker), reconocimiento y sargento-, debemos tener sumo cuidado con la salud y el nivel de estrés o cansancio de nuestros marines. Someterlos a situaciones de estrés constante, en las que sus vidas están en permanente riesgo, puede suponer un error fatal. Como en las películas de Alien, el estrés acaba trayendo despistes y problemas varios en sus acciones y tiroteos, y nosotros, en varias de las misiones, hemos sido testigos de primera mano. Mantener la cordura del pelotón en Dark Descent es igual de importante que el rastreo de los niveles en busca de los objetivos, munición o recursos. Porque si, la Otago está hecha unos zorros, y los personajes o recursos que obtengamos en las misiones y despliegues por el planeta, serán esenciales para su reparación, el correcto desempeño del equipo en terreno enemigo y la construcción de mejores armas, materiales y objetos. Es como si XCOM y Company of Heroes hubiesen tenido un hijo extraterrestre.
Puede suponer algo de lío asimilarlo todo en un principio, pero a las pocas horas de emprender nuestra misión en esta luna infernal, sabremos cómo se las gasta el juego, y hasta qué punto podemos salir indemnes o con heridas y bajas mínimas de las misiones más peliagudas o complicadas. Porque esa es otra: Aliens: Dark Descent es un juego muy difícil, incluso en un nivel de dificultad medio, algo que genera situaciones un tanto injustas. Un ejemplo: en una de las partidas, mientras se desarrollaba la trama, acabamos rodeados de alienígenas sin poder salir de un bucle que nos condenó a reiniciar el punto de control y ver si teníamos mejor suerte. Es decir, si no sabemos manejar bien las herramientas del juego y predecir las posibles situaciones o callejones sin salida que se nos pueden plantear en las misiones, podemos fracasar terriblemente y considerarlo incluso frustrante. Teniendo en cuenta que hablamos de un videojuego que tiene una campaña de unas 25 o 30 horas, y que puede extenderse hasta las 40 si intentamos completar el cien por cien del contenido, es una locura a largo plazo. Y nunca mejor dicho.
Lo hiciste bien para ser humana: Alien: Dark Descent es un videojuego duro, a veces un tanto injusto, pero que traslada la tensión de la saga a la perfección
¿Recordáis lo desafiante que podía llegar a ser Alien: Isolation en algunos tramos de la aventura? Pues algo parecido ocurre con Dark Descent, en el que a veces, nos sentiremos con cara de tontos al ver que toda la planificación se echa por tierra por una nimiedad o por un error que no es nuestra culpa. Sí, iremos reclutando soldados, subiéndolos de nivel, mejorándolos y equipándolos con las mejores armas al hacer uso de los recursos que tanto trabajo requieren y una vez sobre el terreno, intentando hacer la misión con el máximo sigilo posible, observaremos de qué manera todo se va al traste. El sigilo y la infiltración no están del todo bien ajustados, y aunque hay una suerte de cámara lenta que pausa la acción momentáneamente, las criaturas pueden ser unos enemigos tan desafiantes como imposibles de detener si la situación se desmadra.
Sí, tenemos la posibilidad de usar el escenario a nuestra favor, intentando escondernos tras una serie cajas, escritorios o paredes, buscando hacer acopio de cobertura para los tiroteos o pasar desapercibidos, pero cuando nos movemos, da igual lo que hagamos, es muy complicado no captar la atención de un xenomorfo, que atacará a la mínima una vez entramos en lo que se considera su línea de visión. No hay apenas tiempo de reacción, por lo que los encuentros son muy difíciles de evitar. No obstante, en Aliens: Dark Descent lucharemos contra un montón de seres extraterrestres con los que tendremos que combatir, y dado que se nos invita constantemente a luchar contra los monstruos que dominan Lethe, a veces tendremos que arriesgarnos con los marines que tenemos a nuestra disposición, sin reparar en las posibles consecuencias, lanzándonos a una cacería de bichos un tanto desesperada. Un todo o nada constante que no podemos rechazar o aplazar para otro día.
Dado a que la infestación planetaria pende sobre nosotros como una espada de Damocles, y las misiones principales tienen una serie de requisitos obligatorios para avanzar en la campaña -repetimos, de unas generosas 25 horas de duración-, podríamos decir que no hay respiro. La tensión que se transmitía en la obra maestra de James Cameron, con un grupo de experimentados soldados sobrepasados por la lucha ante un organismo perfecto, está muy bien trasladada. No hay encuentro con estos seres que no genere ansiedad, ni pasillo en el que no creamos que vamos a ser asediados.
La inteligencia artificial de los xenomorfos nos ha convencido a grandes rasgos, saben patrullar, tendernos trampas o reaccionan a los sonidos que hacemos en los niveles, atacándonos de forma feroz en hordas si pasamos cerca de sus nidos o entablamos combates de forma continuada contra ellos. Los humanos, miembros de la Era Darwinista o los sintéticos a los que tendremos que hacer frente, bueno, no son especialmente desafiantes, más bien lo contrario. Sacos de balas que no suponen ningún reto y que dan la sensación de ser unos enemigos de relleno, diseñados para dar algo de variedad y que no siempre estemos dando plomo a los extraterrestres. Extraterrestres que son muy diferentes entre sí, con los facehuggers o estrujacaras, los famosos parásitos, aquellos que salen los huevos dispuestos a infestar huéspedes. También tendremos drones o guerreros, los xenomorfos adultos, la forma refinada del ser más conocido por todos, y los runners, más rápidos e imprevisibles, herederos directos del diseño de reflejo genético que vimos en Alien 3 y que surge cuando los alienígenas se gestan en cuerpos de origen no humano.
Por si fuera poco, y tras recuperarse en el canon de Disney, tenemos los pretorianos, seres mucho más capacitados y poderosos, que evolucionan de alienígenas elegidos una vez la colmena alcanza su pleno desarrollo. Estos monstruos son más grandes y fuertes que los típicos xenomorfos, muchos más letales, y se pueden identificar por su ancha cresta cefálica y sus espinas dorsales más largas. Si no vamos bien armados, o decidimos enfrentarnos a ellos en un combate desesperado, es bastante probable que caigamos en combate. Y qué decir de las reinas. Sí, cada colmena en Dark Descent está liderada por una reina. Estos especímenes, las formas de mayor tamaño y más inteligentes de los xenomorfos en el canon actual, son muy peligrosas, se pueden considerar una suerte de jefe final, y su objetivo no es otro que la perpetuar la especie con su ovipositor, una especie de abdomen o saco abdominal que produce las huevos. En el juego hay varias, quizás demasiadas, y suponen el mayor desafío en combate.
Estéticamente irreprochable, Aliens: Dark Descent es un juego que no destaca en lo técnico pero se esfuerza en ser atmosférico
Aliens: Dark Descent es un videojuego de acción táctica con una perspectiva propia de este estilo de juegos de estrategia en tiempos real, con una cámara que, por normal general, estará a cierta distancia de la acción para ofrecernos una visión completa del escenario. Programado en base a Unreal Engine 4, contiene algunas secuencias cinematográficas in-game bastante bien avenidas, muy espectaculares dentro de su estilo, intentando siempre reflejar la estética de las películas originales. Tendremos los clásicos power-leader, los clásicos pasillos metálicos extraídos de la colonia Hadley’s Hope en Aqueronte (LV-426) o incluso guiños al material militar con el que se equipaban los marines del citado filme de Cameron. Y qué decir de los juegos de luces de los escenarios, muy inteligentes, con escuadrones que se desplazan por lugares oscuros que van iluminando con sus linternas poco a poco.
Desgraciadamente, las animaciones de los humanos y los extraterrestres, especialmente en los rostros de los personajes principales, no son muy allá. En combate o con la cámara alejada poco importa, pero dado que hay diálogos y secuencias con ellos en un primer plano, afean mucho el conjunto. El rendimiento, en su versión para PlayStation 5, que ha sido la que hemos analizado, es mejorable. Nosotros hemos jugado en los dos modos disponibles, rendimiento a 60 fps y 1080p y calidad a 30 fps y 4K nativos. El modo rendimiento reduce algo la calidad gráfica, no demasiado, y aunque la resolución no es especialmente buena, creemos que puede llegar a ser recomendable para los usuarios que tengan una mayor sensibilidad a la frecuencia de imágenes por segundo y quieran una respuesta más rápida en momentos de tensión.
Aliens: Dark Descent no tiene doblaje al castellano, pero sí una correcta traducción en textos y subtítulos, con un elenco de voces al inglés muy notable. Y es que su diseño sonoro, y aquí no exageramos ni un ápice, nos ha encantado. Es contundente, tiene mucha presencia a nivel de efectos sonoros, con efectos especiales extraídos de la biblioteca de sonidos de las películas. Si penséis en los siseos y gruñidos de los xenomorfos, en el sonido de las smart gun o en los ruidos de las puertas estancas, los tendréis. Es realmente alucinante. De igual manera queremos aplaudir su banda sonora, absolutamente espectacular, con melodías originales que rinden tributo a las partituras de Jerry Goldsmith o James Horner. Una auténtica delicia.
Conclusiones finales
Aliens: Dark Descent es un juego notable pero al que le falta algo en varios de sus apartados. Tiene una historia muy interesante, llena de guiños al lore más reciente de la saga, se toma en serio su universo y sabe qué ofrecer a los jugadores de cara a que sigan explorando el planeta y aceptando misiones. Sí, quizás podría haber dado para más, pero sus credenciales son notables. También encontramos un entretenido planteamiento jugable, afianzado en la acción táctica en tiempo real y la gestión de recursos, con un sistema que permite la rejugabilidad y que fomenta la tensión debido a la invasión xenomorfa de la luna en la que estamos atrapados. Eso sí, aunque las posibilidades del combate son grandes, prontos detectaremos patrones y observaremos que la dificultad es un tanto extraña, con picos muy mal ajustados -sobre todo en el sigilo-, y con una inteligencia artificial que dependiendo del enemigo, puede ser notable o mediocre. Demasiados contrastes cuando hablamos de un juego que sobrepasa las 20 horas de duración.
Con un apartado técnico aceptable, aderezado con una buen diseño sonoro y una gran dirección artística, Aliens: Dark Descent es un buen juego, que aunque no sea brillante, sí puede encandilar a los aficionados al género y, sobre todo, a los que disfrutan de este universo en el que nadie puede oír nuestros gritos.
Hemos realizado el análisis en su versión de PS5 con un código proporcionado por Plaion.