Análisis After Us, una reflexión sobre la huella que dejamos en el planeta (PS5, PC, Xbox Series X/S)

Definir a After Us simplemente como un juego de plataformas 3D sería caer en la simplificación, tanto como describir Arise: A Simple Story de mero puzle. Piccolo Studio, el estudio barcelonés que nos sorprendió en 2019 con una aventura sobre las alegrías y penurias en la vida de un personaje, ha conseguido de nuevo hacer un juego con personalidad con unos ingredientes jugables que en principio son bastante tópicos: saltos, exploración y puzles. After Us es un juego más complejo que su predecesor, a veces irregular, pero también arriesgado y diferente. Se podría decir que es mucho más que la suma de sus partes.

Una aventura tras el fin de la humanidad

Del comienzo de After Us os hablamos en nuestras últimas impresiones, que resumen parte del gameplay. El marco de esta historia es esa misión de nuestra protagonista por recuperar un poder guardado en los Receptáculos; a lo largo del camino nos encontraremos con los últimos animales de cada especie, extintos en este planeta marchito en el que parece que el tiempo se ha detenido. Entre ruinas, lo que queda de la civilización y los Devoradores, unas criaturas con lo peor de los hombres. Es una pesadilla febril con algunas escenas muy bonitas, ya sean ciudades semidestruidas o instalaciones en decadencia. Se trata ni más ni menos de cuento sobre la amenaza de la humanidad contra la naturaleza –y en definitiva, nosotros mismos-.

Esta historia tiene un importante mensaje que calará más o menos en los jugadores dependiendo de su sensibilidad, pero queremos dejar claro que no es esto lo que hace interesante a After Us, es mucho más que una advertencia ecologista sobre el futuro al que nos acercamos.

Por supuesto hay secciones muy emotivas, en general todas las rectas finales antes de encontrar los Receptáculos que representan esa muerte del animal, removerán las conciencias de no pocos jugadores.

Ese apartado de gameplay de plataformas 3D que nos recibe en los primeros momentos es uno de los pilares del juego, aunque no el único. Y se agradece porque no diríamos que es el aspecto más brillante de After Us, aunque esto necesita una explicación. El control no sufre ningún gran problema –y como os contamos, da suficientes herramientas para salir airosos de cada situación- pero se trata más una cuestión de acostumbrarse al peso ligero de Gaia, que casi flota, que de unos saltos intuitivos y precisos. Eso no significa que el juego no exija de vez en cuando una buena combinación de saltos y correcciones en el aire, pero por lo general predomina la exploración durante las 10 horas de partida, algo variable dependiendo del tiempo que dediquemos a buscar coleccionables.

Este comienzo quizás no es el más positivo, sobre todo después de disfrutar con Arise, que era un juego que hacía muy bien aquello para lo que estaba construido, y puede hacer pensar que After Us intenta abarcar demasiadas ideas en gameplay sin profundizar mucho. En parte es verdad –hay desde fases sobre raíles estilo Sonic a plataformas móviles o desplazamientos verticales-, pero Piccolo Studio ha sabido dar un curioso giro al plataformeo para que oculte su linealidad. Esto no sólo se consigue con un progreso que incluye diversas opciones en determinados momentos, es decir, tomar un camino en una bifurcación, encontrar uno de los espíritus y volver atrás para elegir otra zona, sino también con la eliminación de muchas de esas guías naturales que generalmente nos van indicando la ruta de manera obvia, a veces demasiado obvia.

En After Us este diseño es mucho más caótico e impredecible, pero funciona porque las zonas de juego son del tamaño justo: en ocasiones con suficientes opciones para la exploración –algo importante, sobre todo porque los coleccionables se reflejan con más espíritus de animales por el camino- pero no hablamos de un mundo abierto que nos deje perdidos en mitad de la nada. Siempre hay una ruta posible, aunque no siempre esté clara; dicho de otra manera, no marca tu próximo salto con colores en cada bordillo. Con este título hemos dudado -y no pocas veces- si el camino que tomábamos era el acertado o nos estábamos equivocando para salir "fuera del mapa".

Hay otro apartado que no hablamos en nuestras impresiones, y ese es el combate. Básico y en muchas ocasiones casi opcional, porque puedes pasar de largo si no te importa escapar de los enemigos: esos Devoradores son poco más inteligentes que los zombis, pero nos pueden obstaculizar una ruta. Combatimos con nuestro corazón, una especie de proyectil boomerang a media distancia que termina por eliminar el petróleo de su piel. No es el foco de la jugabilidad y dependiendo de la zona a veces nos encontraremos un grupo constantemente o pasaremos 30 minutos sin encontrarnos con ellos.

¿Se podría eliminar la acción de After Us? Probablemente sí, aunque no es algo que moleste. Gaia se suele sentir en inferioridad, así que debemos mantenernos en constante movimiento o aprovechar el entorno en nuestro beneficio; hay diversas criaturas –algunas dignas de Resident Evil 8- que van incrementando su protección y dan ese toque de dificultad que a veces no tienen las plataformas. Es otro aspecto que no está muy profundizado y es una decisión consciente de los desarrolladores.

La cuestión es que After Us toma estos ingredientes y el resultado es una aventura atípica, con sus puzles, escenarios de fantasía y un planteamiento original dentro de lo que cabe. De ahí que sea más que la suma de estos elementos: quizás no destaca como plataformas 3D o juego de acción –se nos ocurren mejores ejemplos en cada género-, pero cada área está pensada con mucho mimo e introducen mecánicas únicas para ese tipo de entorno. No hay muchos títulos que con estos mimbres logren sorprenderte cada 30 minutos o que transmitan más alma que la enésima superproducción de cada mes.

Más que una historia con mensaje emotivo

Cada zona temática del viaje nos lleva a localizaciones que retuercen paisajes reconocibles. Son fantásticos, y el aficionado a sacar capturas de los juegos encontrará mil rincones para sus fotografías virtuales. La cámara normalmente se aleja mucho de Gaia –esto cambia dependiendo de la situación- lo que favorece que el paisaje sea un protagonista más del juego. No queremos desvelar mucho, pero hay zonas completamente surrealistas que ayudan a dar un toque especial a toda la parte de plataformas.

El sonido también ayuda a ese toque melancólico y casi deprimente, y recomendamos disfrutarlo con un equipo de sonido envolvente porque lo aprovecha para su ambientación. Muchos podrán compararlo con ese subgénero que algunos llaman "indie atmosférico" con miembros tan destacados como Limbo, Inside o el algo más fallido Somerville, pero que eso no se entienda como un juego experimental o sólo de fachada bonita, detrás hay un juego entretenido.

El título no se lanza en la pasada generación de consolas y la decisión puede extrañar a algunos jugadores. Si bien es verdad que no hace nada que no pudieran mover los antiguos sistemas, imaginamos que habría necesitado una gran optimización; hay áreas de gran escala, multitud de efectos como el de vegetación instantánea y se agradece el modo de rendimiento a 60 fps, algo que se escaparía de las posibilidades de la anterior generación. En momentos muy puntuales hemos visto que el rendimiento sufre ligeramente, pero quizás esté solucionado en el lanzamiento poco después.

Conclusiones

After Us es a la aventura lo que era Arise: A Simple Story a los puzles: un giro con sello de autor. En este caso sí es cierto que hemos encontrado algún aspecto un poco menos pulido y que puede desentonar, pero entra dentro de lo normal porque es un juego más grande en todos los sentidos; al final, se trata de ver el conjunto y lo que tenemos es una experiencia diferente y un paso en la dirección correcta de Piccolo Studio por crecer en ambición.

Hemos realizado este análisis en PS5 con un código que nos ha proporcionado Best Vision PR.