Análisis Zanki Zero, lo nuevo de los creadores de Danganronpa (PS4, PC)
Hace ya un par de años parte del equipo creativo de la saga de novelas visuales con puzles Danganronpa anunciaron un nuevo RPG con elementos de supervivencia para Spike Chunsoft alejado de las travesuras de Monokuma. El resultado nos llega ahora: Zanki Zero: Last Beginning.
No obstante, y pese al cambio de género, Zanki Zero todavía tiene el sello reconocible de Yoshinori Terasawa y Takayuki Sugawara: no se trata de un giro de 180º. Una vez más volvemos a hablar de un mundo en crisis –la civilización ha desaparecido y sólo quedamos nosotros- y un grupo de protagonistas aislados. El tono oscuro y de desesperación combinado con escenarios abiertos y soleados nos recuerda en parte a Danganronpa 2, la secuela que abandonaba la prisión del instituto para trasladar la historia a unas islas paradisiacas pero que, en el fondo, también eran una manera de encarcelara los personajes.
Supervivencia con toques de ciencia ficción
El protagonista despierta en una isla abandonada, salvado por unos jóvenes que están, al igual que nosotros, con la memoria borrosa e intentando sobrevivir con los pocos recursos que encuentran o mejorando las instalaciones del garaje que se ha convertido en la base de los ocho miembros.
Pero con los responsables de Danganronpa detrás, esta no puede ser una mera historia de aprendices de Robinson Crusoe. Pronto empezarán a asaltarnos recuerdos de nuestra vida antes del incidente, como la última escena de nuestro suicidio –la trágica caída desde un edificio-. Aparentemente somos las últimas personas del planeta y un extraño canal en la televisión nos va guiando sobre lo que tenemos que hacer: repoblar el planeta. ¿Se trata de una broma? ¿Es algún tipo de reality show?
Apenas os vamos a contar lo básico, pero Zanki Zero: Last Beginning comparte ese trasfondo de misterio de Danganronpa donde siempre hay esa sensación de que no nos están contando toda la verdad. Por si fuera poco, la televisión revela que en realidad somos clones y nuestro cuerpo es prescindible. Un dispositivo en el ombligo guarda nuestros recuerdos y personalidad, se puede trasladar a otro clon después de una muerte que llegará por la derrota en combate o el paso del tiempo: los clones tienen una vida limitada de escasos días.
Como se puede deducir, el juego consiste en un pequeño ciclo para nuestros personajes: tras la resurrección aparecen con aspecto de niños, al progresar en las mazmorras transcurren días que envejecen al grupo –pasan por varias etapas de su vida- hasta que necesitan un clon nuevo. Este proceso incluye la opción de añadir ventajas según el tipo de muerte que han recibido –a nivel jugable supone mejorar a los personajes con días extra u otros bonus-, pero hacer uso de la máquina clonadora tiene un coste.
El concepto de Zanki Zero parte de una idea similar a las novelas visuales, pero da más peso a la parte jugable sin que por ello pierda la narrativa. Esto significa que hay abundantes diálogos –textos en inglés- y muchas escenas con retratos que desarrollan la trama y profundizan en los personajes, cada uno con sus propios estereotipos. Quizás no están definidos como en Danganronpa, saga donde había que profundizar en las motivaciones de cada miembro, pero igualmente encontramos a la chica policía, al médico musculoso, a la heredera de un importante empresario, etc. cada uno con sus propias rarezas.
Novela visual, mazmorras y rol
Zanki Zero combina varios sistemas y se puede ver tanto como una novela visual con más jugabilidad que de costumbre como un dungeon crawler de combates en tiempo real con mucha historia. Las opciones de dificultad iniciales –alguna nueva respecto a la versión japonesa- permite orientar el juego a nuestro gusto: ¿queremos combates más fáciles y disfrutar de la trama, o potenciar la supervivencia para que sea difícil progresar?
La misión general consiste en explorar las islas cercanas a la base para encontrar, por ejemplo, algún artefacto que mejore nuestra máquina clonadora. El rol es ligero, pero está ahí: seleccionamos a los cuatro personajes que combaten, cada uno con su inventario, recogemos objetos con un peso determinado, podemos utilizar equipamiento –hay una función que automáticamente asigna las mejores piezas- o armas, e incluso hay sistema de estrés y necesidades básicas –sí, debes ir al cuarto de baño de vez en cuando-.
Este apartado existe porque la exploración de mazmorras, con el movimiento clásico por casillas –no es un desplazamiento libre tipo FPS-, nos enfrenta a ocasionales animales o mutantes. A diferencia de otros dungeon crawler de combate por turnos Zanki Zero utiliza algo más sencillo: pulsa un botón para atacar, repite para un combo con los miembros del grupo, mantén pulsado para cargar y descansa un instante para volver a la acción.
Para una novela visual este combate es más que suficiente, incluso hay algún que otro jefe, obtenemos recompensas y puntos por derrotar enemigos, subimos de nivel, hay compra de habilidades… Como juego de rol queda corto, así que el valor de las batallas dependerá un poco de nuestras exigencias con el juego. En muchos casos la única estrategia consiste en saber desplazarse por el mapa antes de recibir un golpe, evitar ser arrinconado. Siempre que tengas espacio lateral o a tu espalda podrás cambiar de posición, esperar a que pase el tiempo de enfriamiento y descargar tus golpes.
A lo largo de las islas y edificios conseguiremos recursos, libros u objetos de la antigua civilización que aportan más datos del mundo antiguo o nuestro pasado. Las mazmorras ofrecen mapas con puertas bloqueadas y algún que otro puzle de interruptores, paneles que funcionan por peso y demás, lo que hace que la exploración no sea completamente lineal. Más adelanten aparecen puzles un poco más elaborados que nos obligarán a explorar mejor el entorno o encontrar soluciones numéricas.
¿Dónde está el cuarto de baño?
Todas las mecánicas descritas –mazmorras, rol, gestión de ítems- son superficiales, pero juntas hacen que Zanki Zero tenga su miga, especialmente si juegas en dificultad alta –que realmente no es necesario para disfrutar del juego, y no lo recomendamos para aficionados a la novela visual-.
Ten en cuenta que en tu equipo tendrás personajes jóvenes, adultos, mayores y ancianos, lo que tiene ventajas y desventajas de salud, ataque, defensa o peso límite. ¿Un personaje tiene hambre? Puedes alimentarlo, pero eso acelera su necesidad de ir al baño o de lo contrario bajará su rendimiento. Estos personajes aprenden habilidades, con algunas ventajas dependiendo de su edad; por ejemplo, mejora de ataque o defensa cuando son jóvenes.
Al margen hay un sistema de ampliación y mejora de la base central con los materiales que vamos encontrando en mazmorras o de los enemigos. Resulta que el cuarto de baño en su primer nivel está sucio y usarlo aumenta el estrés de los personajes. Crear más comodidades o subir su nivel es otro gasto de puntos que nos mantendrá ocupados en el tiempo que no dedicamos a las mazmorras.
Supervivencia anime
Ni las novelas visuales ni los dungeon crawlers suelen destacar por un apartado técnico potente, pero lo suelen compensar con buenas ilustraciones y ambientación. Dentro de estos géneros, Zanki Zero parece contar con un presupuesto algo mayor que la competencia, y aunque el interior de los edificios sea en su mayor parte pasillos repetitivos con escasa decoración, esta vez los personajes y enemigos son modelados 3D. Eso sí, tampoco hay un derroche de animaciones, la mayoría del tiempo estos protagonistas siguen en posición muy estática.
Sin embargo, los artistas han hecho un buen trabajo en las localizaciones exteriores y el diseño de los personajes es bastante bueno. Y por supuesto, verás a cada uno en sus diferentes etapas de la vida.
La música no alcanza la calidad de Danganronpa, pero su estilo es similar, con ritmos electrónicos cañeros. Las voces en inglés son excelentes, aunque los puristas pueden elegir las originales en japonés.
Conclusiones
La dosis no muy profunda de rol y mazmorras de Zanki Zero: Last Beginning lo convierte en un juego recomendable para novatos en este género, aunque sin duda destaca más por sus personajes e historia. Detrás de su estética infantil o humor absurdo esconde muchos temas escabrosos que pocos juegos se atreven a tocar.
En ningún momento alcanza los mejores momentos de Danganronpa y muchos aspectos jugables de supervivencia entorpecen al ritmo de la narrativa –sobre todo para los amantes de la novela visual pura-, pero los fans de Monokuma encontrarán el ADN de sus creadores, siempre y cuando pasen por alto la simpleza de su combate. Entretenido y con derroche de carisma, aunque no memorable.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 Pro con una copia que ha proporcionado Koch Media.