Análisis de Super Cloudbuilt (PS4, Xbox One, PC)
Assassin’s Creed y Mirror’s Edge pusieron de moda el parkour en los videojuegos hace una década, y aunque no fueron los primeros juegos en utilizar este desplazamiento por entornos urbanos sí suponía una parte muy importante de su jugabilidad. Muchos de estos movimientos acrobáticos los hemos encontrado en juegos tan diferentes como los Prince of Persia tridimensionales, Titanfall o los Call of Duty más futuristas, y es que correr por paredes o escalar fachadas de edificios siempre añade una nueva dimensión de libertad.
Cloudbuilt, un juego independiente lanzado en PC en 2014, se basa ligeramente en este deporte urbano, pero lo lleva a unos escenarios que están a medio camino entre lo psicodélico y lo postapocalíptico. Sus desarrolladores han pulido el contenido con actualizaciones y contenido descargable que ahora llega, además de a PC, a Xbox One, PlayStation 4 en la versión Super Cloudbuilt.
El juego nos propone explorar bloques –casi un laberinto de islas flotantes- con ocasionales enemigos hasta llegar a una meta final. Hay un significado detrás de estos escenarios y poco a poco conoceremos más de Demi y su pasado: su cuerpo se encuentra físicamente en una cama de hospital en fase de rehabilitación.
Esto no es, de todas formas, uno de los puntos fuertes del juego, y es una lástima que no se haya desarrollado un poco más este trasfondo para aumentar el interés del jugador por resolver el misterio pese a que la narrativa sea en este caso algo secundario.
Visualmente no es un juego tan plástico como los otros títulos de parkour citados –las animaciones son mucho más rígidas-, pero en cuanto a posibilidades de desplazamiento puedes hacer casi lo que te propongas. Hay enormes saltos sobre vacíos infinitos, carreras por paredes, disparos y múltiples obstáculos encadenados que requieren ritmo de juego y reflejos.
A los movimientos básicos se suma un movimiento imprescindible para alcanzar los lugares más alejados o altos: el turbo. Gracias a un propulsor –de energía limitada pero recarga rápida- será posible alcanzar una mayor velocidad, deslizarse por muros verticales y extender los saltos a mayor distancia. El juego está diseñado con esta libertad en mente, y aunque no seas un gran aficionado a las partidas speedrun -batir récords de tiempo- es muy entretenido no bajar la velocidad más de lo necesario.
Estos saltos son, lógicamente, la principal dificultad de Super Cloudbuilt. Por suerte no existe un orden establecido para superar los niveles, lo que significa que podrás dejar para más adelante aquel que más problemas te está causando. Hay secciones que a veces bordean lo frustrante, pero ¿quién dijo que el reto no fuese parte de la diversión? Además de puntos de control fijos existe la posibilidad de colocar otros –en una cantidad muy limitada, eso sí- frente a la zona que te parece más difícil, evitando la repetición de largos tramos incluso donde los desarrolladores pensaron que sería asequible.
Lo que sí desconcertará en algunos momentos es su diseño bastante abierto, no se trata de seguir una ruta lineal y clara, al contrario, estos mapas son amplios y preparados para potenciar la creatividad, de ahí que al repetir partidas encontrarás atajos o caminos diferentes de llegar al mismo punto. Está pensado para jugarse más de una vez.
Como elemento casi menor también disponemos de armas de fuego con las que destruir algunas torretas, robots enemigos, barreras o dispositivos de láser que impiden el paso. No se trata de jugar a Vanquish, están bastante dispersos por el mapa y con buena puntería podrás liquidar estas amenazas sin parar, e incluso evitar muchas de ellas. La parte de acción no aporta demasiado pero tampoco se convierten en un grave impedimento para disfrutar del parkour. Al final todo consiste en pulir nuestra pericia, reducir el número de muertes y conseguir la mayor cantidad de coleccionables; fuera del modo principal con historia –con una duración entre cinco y diez horas- hay modos más orientados a la competitividad que amplían el tiempo que estaremos frente al juego.
Técnicamente es modesto pero mantiene sin problemas las 60 imágenes por segundo. Los gráficos por defecto simulan el trazo de un boceto, no tan exagerado como Drawn to Death y con una paleta más estridente que la saga Valkyria Chronicles. Mete una textura a trazo de lápiz en las sombras que recarga la imagen que a nosotros nos ha parecido algo un poco innecesario. Mirror’s Edge por ejemplo optó por todo lo contrario, guiar al usuario con colores sobre superficies blancas o muy homogéneas, facilitando localizar las pistas sobre la marcha.
¿Echas en falta una imagen más limpia? Una buena idea de los desarrolladores es que podemos personalizar esta representación ajustando la paleta de colores y visibilidad de los trazos hasta eliminarlos, apostando más por un estilo de cel shading más clásico que se agradece con esta arquitectura de aspecto tan caótica. Respecto a la ambientación sonora en general es buena, y de corte electrónico, pero no suele destacar demasiado.
Conclusiones
Super Cloudbuilt es un título de velocidad y reflejos que no hace nada especialmente revolucionario pero lo que hace, lo hace bien. Como en otros títulos muy enfocados al estilo arcade, su duración dependerá mucho de nuestro grado de pique; completar la historia principal debería ser sólo el inicio para empezar a mejorar la técnica y batir récords. Pero incluso si no estás interesado en estos aspectos más competitivos, tenemos un frenético plataformas que pondrá a prueba nuestra habilidad.
Hemos realizado este análisis con una descarga de la versión PS4 que nos ha proporcionado Double Eleven.