Análisis de Strider PSN (PS4, Wii, PC, PS3, Xbox 360, Xbox One)
Ya nos dejó muy buen sabor de boca la beta que probamos hace unas semanas, y por suerte las buenas sensaciones se han confirmado con el producto final, y estamos ante un juegazo de acción en dos dimensiones, que mezcla de manera perfecta elementos clásicos con otros modernos, y que nos demuestra que los arcade de acción nunca pasarán de moda. No es la primera vez que Capcom intenta traer de vuelta uno de sus personajes clásicos -Bionic Commando-, pero en esta ocasión lo han clavado, y Strider vuelve por todo lo alto.
Strider es uno de los clásicos más queridos de Capcom, pero curiosamente una de las sagas menos explotadas por la compañía nipona. Lanzado en 1989 para recreativas, y adaptado posteriormente a multitud de consolas y ordenadores, no fue hasta 1999 cuando recibió una verdadera continuación con Strider 2, que se lanzó en arcades y la primera PlayStation. Pese a algún intento que otro de resucitar la saga, como el de GRIN Barcelona que en 2009 no pudo llevar a cabo el proyecto, en la última década solo hemos podido disfrutar de Strider Hiryu con sus apariciones en la saga Marvel vs. Capcom, hasta ahora.
Los encargados de este regreso han sido Double Helix Games, un estudio norteamericano que recientemente ha comprado Amazon, lo que esperamos no nos prive en el futuro de grandes juegos, porque con sus dos últimos trabajos, el nuevo Killer Instinct para Xbox One, y este Strider para PlayStation 3, Xbox 360, PC, PlayStation 4 y Xbox One, francamente, han estado sembrados. Han conseguido la cuadratura del círculo, traer de vuelva al personaje sin traicionar su espíritu, con una jugabilidad similar y decenas de homenajes y guiños al título original, y a la vez modernizar lo suficiente la fórmula para que se sienta como algo fresco y nuevo.
Si la entrega de 1989 y 1999 en planteamiento eran muy similares, dos arcades de acción de desarrollo lineal en los que ibas superando fases de manera consecutiva, que si eras lo suficientemente bueno te los podías pasar en poco más de 30 minutos, ahora tenemos un juego más elaborado y largo, una aventura con un agradecido toque a los "metroidvania", que nos permite explorar sus enormes escenarios para encontrar todo tipo de secretos y coleccionables –algo que ya hizo de manera similar la versión para NES del primer Strider-.
Para que no decaiga el ritmo y se puede disfrutar igual que las dos primeras entregas, como si de un arcade de acción clásico se tratara, en la parte superior derecha de la pantalla tenemos en todo momento un pequeño mapa, que nos indica con una flecha hacia dónde tenemos que dirigirnos, y la distancia que nos queda para llegar a nuestro objetivo. De esta manera, si no nos apetece entretenernos explorando, y solo queremos acción y saltos, basta con seguir la flecha guía y no curiosear por los escenarios. Si lo hacemos, seremos recompensados con mejoras de vida y energía, nuevos trajes y artes conceptuales, para así intentar completarlo al 100%.
Comenzamos la aventura con muy pocas habilidades, apenas un par de ataques con la espada, el salto, y la posibilidad de agarrarnos y escalar por las paredes. Pronto empezaremos a conseguir nuevos poderes, habilidades y armas que nos permitirán llegar a zonas hasta entonces inaccesibles, puro "metroidvania" vamos. Un ataque cargado que activa ciertos interruptores, un ataque barrido con el que nos metemos por reducidos conductos, el imprescindible doble salto, los kunais que lanzamos a distancia, distintos tipos –explosivos, eléctricos, de fuego-, la posibilidad de devolver disparos con la espada, y en definitiva un sinfín de mejoras, prácticamente no pasamos más de 15 minutos sin recibir alguna habilidad nueva, por lo que el desarrollo se hace muy variado y entretenido.
Entre las mejoras más importantes tenemos la espada de luz, que podemos equipar con diferentes tipos de plasmas. El de fuego que quema a los enemigos, el de hielo que los congela, o uno que como si de bumeranes se tratara, lanza ataques a distancia. Según obtenemos nuevos poderes aparecen nuevos tipos de enemigos, que llevan escudos de diferente color –azul, naranja, violeta- que nos indican que solo los podemos dañar con un tipo de plasma, por lo que tenemos que estar cambiando constantemente este poder, de manera rápida con la cruceta digital. Los llamados Option también son importantes, unos ataques especiales –en forma de águila, pantera o bot protector- que consumen parte de la barra de energía, y que hacen mucho daño a los enemigos. Con tantas mejores, en el tramo final del juego seremos una máquina de matar y nos sentiremos muy poderosos, algo necesario para los complicados rivales que nos esperan.
Al comenzar la aventura podemos elegir entre tres modos de dificultad: fácil, normal y hardcore, y atentos a esta elección, ya que una vez iniciada la partida no se puede cambiar. En las impresiones de la beta os dijimos que nos parecía un juego bastante complicado y exigente, pero en esta versión final parece que la dificultad se ha visto reducida en el nivel intermedio, y la verdad, por momentos nos ha parecido un paseo, demasiado fácil, solo poniéndose las cosas realmente complicadas en algún jefe muy puntual, que nos habrá matado tres o cuatro veces.
Si os consideráis un jugador experimentado, y os gustan mucho este tipo de juegos de acción y plataformas en dos dimensiones, os recomendamos que lo empecéis directamente en dificultad hardcore. Nosotros no nos consideramos especialmente habilidosos, y en líneas generales nos ha parecido demasiado fácil en normal. Al principio la aventura está muy centrada en la acción, y ya en el tramo final, aparecen momentos de plataformas bastante interesantes, que se agradecen al aportar variedad al desarrollo. Lo que no deja de aparecer constantemente son muchos y muy buenos jefes finales, en enfrentamientos con sabor a la vieja escuela, que encantarán a los jugadores más nostálgicos, espectaculares a la par que entretenidos.
Un público del que nunca se olvida este nuevo Strider, repleto de guiños y homenajes al juego de hace 25 años, viéndonos las caras con las hermanas Pooh, el enorme dragón blindado, el memorable robot gorila, además de escuchar versiones muy acertadas de los temas musicales de la primera entrega. El mejor homenaje que se le podía hacer era que la jugabilidad, las sensaciones con el mando, fueran similares o muy parecidas al título original, y eso es algo que han conseguido sobradamente, sintiéndonos en todo momento un habilidoso ninja, con un control que ralla la perfección.
La aventura se puede completar en unas 5 horas si vas al grano –nuestra primera partida nos duró 6 horas, con un 80% completado, un porcentaje en el que se tienen en cuenta todos los coleccionables-, y además tenemos un par de modos extra: Carrera de balizas y Modo supervivencia. En el primero tenemos que recorrer secciones de los escenarios llegando a tiempo a los puntos de control, como si se tratara de una contrarreloj, para competir en los marcadores en línea. Y en el segundo tenemos que combatir oleadas de enemigos y derrotarlos en el menor tiempo posible, en un pequeño escenario. Dos modos que no son gran cosa, pero que pueden entretener un rato a todos aquellos que se queden con ganas de más.
El apartado gráfico también nos ha gustado mucho, a 1080p y 60fps en PlayStation 4, Xbox One y PC, y a 720p y 30fps en las veteranas PlayStation 3 y Xbox 360. En cualquiera de los dos casos, el juego se mueve rapidísimo y tiene una jugabilidad endiablada, pero por supuesto si podemos elegir, mejor hacernos con la versión de PC y la de nuevas consolas, que luce bastante mejor. Es cierto que los modelados de los personajes no son muy complejos, y las texturas son simples y planas, pero gracias a una acertada dirección artística, cuenta con un apartado visual vistoso y con mucha personalidad. Colores oscuros y fríos que transmiten perfectamente esa sensación de estar en un futuro distópico dominado por un imperio opresor.
Exploramos la ciudad de Kazakh City y sus alrededores, y la verdad es que sí se echa un poco de menos esa variedad de escenarios del Strider original, con selvas y dinosaurios incluidos, pero al recorrer aquí una serie de localizaciones coherentemente conectadas, entendemos que no se hayan permitido ese tipo de licencias, a costa de hacerse un poco repetitivo visualmente. Como decíamos antes, la música es también muy acertada, en especial el tema principal, Kazakh Theme, que suena en los mejores momentos como en los enfrentamientos contra jefes finales, y que no nos cansamos de escuchar, es muy pegadiza, como lo eran las melodías de los videojuegos de los 90.
Strider vuelve por todo lo alto
Double Helix Games ha hecho un excelente trabajo con este nuevo Strider, una saga que se ha ausentado 15 años, y que ha vuelto con tanta fuerza y acierto, que ya estamos esperando una nueva entrega. No se nos ocurre una mejor manera de recuperar un clásico, siendo respetuosos con sus mayores señas de identidad, pero a la vez aportando algo nuevo y que haga que merezca la pena su regreso. Si os gusta el original, o simplemente los juegos de acción y plataformas en 2D, y más si tienen un toque a lo "metroidvania", este nuevo Strider nos parece prácticamente imprescindible, toda una sorpresa. Hay fórmulas y sagas que no envejecen con el paso de los años, y en las manos adecuadas, siempre es grato volver a disfrutarlas. Un ejemplo a seguir para futuros proyectos que pretendan recuperar clásicos olvidados en el tiempo.