Análisis de Star Ocean: Integrity and Faithlessness (PS4, PS3)
Square Enix parece haberse "puesto las pilas" de un tiempo a esta parte. De hecho, si echamos un vistazo a los títulos que la compañía tiene en cartera, descubrimos que es una de las que más balas posee en el cargador, con juegos tan esperados como Deus Ex: Mankind Divided, Final Fantasy XV, NieR: Automata, la versión para PS4 de Rise of the Tomb Raider o Kingdom Hearts III entre otras muchas obras.
Está claro que dentro de su catálogo de títulos existen producciones que, por unas razones u otras, resultan menos atractivas para el gran público, siendo los JRPG más nicho como I am Setsuna o el que nos ocupa, Star Ocean: Integrity and Faithlessness, buenos ejemplos de esto. Para desgracia de muchos de nosotros, lo que antaño era uno de los géneros más importantes en la era de los 16 e incluso de los 32 y 64 bits, actualmente ha pasado a un segundo plano.
Pero tanto Square Enix como otras compañías como Bandai Namco, NIS o GUST se han propuesto ir revitalizando dicho estilo de títulos, los JRPG, los cuales de un tiempo a esta parte han ido recuperando el terreno perdido y prometen volver a gozar de la popularidad disoluta.
Aventura de rol y acción
Es un placer comprobar cómo todavía existen compañías que van a seguir apostando por uno de los subgéneros del rol que, al menos en nuestro territorio, gozaba de mayor aceptación por parte de los usuarios.
Star Ocean: Integrity and Faithlessness es un action RPG con todas las de la ley, un estilo de juegos que últimamente posee muy pocos representantes en cada uno de los formatos actuales, PS4 incluida.
La trama tiene lugar entre los eventos que tuvieron lugar en los capítulos dos y tres de esta misma serie, si bien ya os adelantamos que no hace falta haberlos ni tan siquiera jugado para seguir la historia que nos presenta esta nueva edición. El protagonista es Fidel Camuze, un joven que debe salvar a su ciudad y, por extensión, a su planeta de la oleada de unos entes mitad hombres mitad bestias que amenazan con conquistar Faykreed, lugar donde transcurre la mayor parte del juego.
Pero para llevar a cabo su objetivo Fidel debe pedir ayuda a cuantas tropas sea posible reunir, por lo que a partir de ahí comenzará su viaje en el que irán uniéndose más de media docena de personajes más, algo habitual en este tipo de aventuras.
Jugabilidad variada
Como sucede en estos títulos, la fórmula de juego reúne a un amplio número de elementos jugables, comenzando por la exploración. En esta aventura son muchos los entornos que podemos visitar, desde preciosas playas a zonas boscosas, pequeñas ciudades y aldeas, llanuras y demás localizaciones. Precisamente este aspecto es uno de los puntos más llamativos de todos los que presenta esta aventura, cualidad que es muy de agradecer.
Estos escenarios no suelen gozar de unas dimensiones muy extensas, si bien en ocasiones presentan bifurcaciones y, además, todos suelen esconder diversos cofres y otros objetos esperando a ser recopilados. Merece la pena recorrerlos con atención para no saltarnos ninguno de ellos.
Por supuesto, en muchos de estos fondos es posible ir encontrándonos con una amplia cantidad de personajes secundarios, sobre todo en los pueblos y demás zonas habitadas, pudiendo desde establecer las típicas relaciones de compra/venta de ítems como pasar a descansar en posadas, deambular por tabernas, etc. Los diálogos entre los personajes son bastante frecuentes en dichas localizaciones y, como ya os avisamos en las impresiones finales que publicamos hace unos días, se confirma en esta versión final que dichas conversaciones tienen lugar en inglés o japonés con subtítulos en inglés. Ya sabéis lo que suele pasar con estos juegos tan nicho en este aspecto…
Es cierto que no es necesario gozar de un elevado nivel en este idioma para entender la información que nos reportan, enterarnos del chiste de turno, dar comienzo a la misión secundaria correspondiente y demás, así que por lo menos se trata de un mal menor.
Por su parte, ir mejorando las prestaciones de nuestros personajes también tiene su relevancia, siendo otro de los aspectos más conseguidos de todo el juego. Cada protagonista posee sus propias armas y habilidades, las cuales es necesario ir desbloqueando a medida que avanzamos, aptitudes pasivas que nos permiten disfrutar de ciertas ventajas como poder extraer objetos extra de los escenarios, aumentar la fuerza de nuestros compañeros, etc.
Y junto a esto, otro de los elementos más importantes que presenta este título tiene que ver con los roles que es posible atribuir a los personajes. Hasta cuatro de ellos pueden ser asumidos por cada protagonista, los cuales son bastante numerosos y se agrupan en categorías muy concretas como ataque, sanación, apoyo, etc. Gran parte de la vertiente táctica que alberga esta producción la hallamos justamente en esta funcionalidad, la cual nos ha parecido realmente llamativa y, además, va ganando en posibilidades y trascendencia a medida que avanzamos y vamos aprendiendo nuevos roles.
Tampoco debemos olvidarnos de las escenas de batallas espaciales que de vez en cuando se dejan ver durante la aventura. Y lo expresamos así porque, lejos de poder tomar partido en atractivas batallas con naves espaciales de por medio, lo único que podemos hacer es cruzarnos de brazos y contemplar sólo una parte de las mismas. Sin duda se trata de uno de los aspectos menos conseguidos y atractivos del título, dejándonos la sensación de que los desarrolladores han desperdiciado una oportunidad de hacernos disfrutar con dichos combates espaciales.
Combates irregulares
Por otra parte y tal y como como en todo juego de este estilo que se precie, también es necesario pelear contra centenares de rivales durante las 30 horas que dura la aventura principal.
En esta ocasión se han introducido ciertos cambios, algunos de ellos acertados y otros no tanto. Para empezar debéis saber que las batallas tienen lugar en tiempo real y, además, en esta ocasión no se producen transiciones entre los momentos de exploración y dichos enfrentamientos, lo que dinamiza mucho el ritmo de juego. En cuanto atacamos (o viceversa) a alguno de los monstruos que pululan por los escenarios da comienzo el combate, así de simple.
Durante las contiendas gozamos de la posibilidad de ir alternando el control de los personajes, pudiendo tomar partido hasta siete de nuestros protagonistas a la vez contra una buena suma de rivales, lo cual tiene su parte buena y también otra mala. Lo más atractivo de esto es que dichas peleas pueden llegar a ser realmente frenéticas y hasta épicas, dada la gran cantidad de personajes que pueden llegar a verse envueltos en las mismas. Pero esto tiene su lectura negativa, y es que de vez en cuando resulta complicado discernir qué sucede exactamente en pantalla, siendo frecuente a partir de cierto momento de la aventura tener la sensación de que durante las batallas reina el caos.
Por otra parte el manejo no puede ser más sencillo y, también, nos faculta multitud de posibilidades. Ataque rápido, fuerte y guardia actúan como un triángulo en plan piedra, papel o tijera, por lo que el ataque rápido cancela al fuerte, el fuerte rompe la guardia y ésta última posibilita los contraataques si nos acechan con golpes rápidos. Una mecánica que funciona bastante bien aunque es fácil caer en la tentación de cubrirnos siempre hasta que veamos a uno de nuestros rivales cargar un ataque fuerte, momento en el cual debemos actuar rápido y atacar con un golpe leve. Una forma de ganar batallas con cierta facilidad… hasta que entra en juego el principal problema que hemos encontrado en esta aventura y que se centra en las batallas.
Si bien durante el primer tercio de la aventura los combates nos han parecido muy sugerentes, cuando la dificultad de éstos alcanza un determinado nivel las cosas empiezan a complicarse. Y no sólo por el hecho de que las batallas comienzan a ser cada vez más exigentes, sino por un tema en particular: la floja inteligencia artificial de nuestros aliados.
Como ya os hemos avisado, durante los enfrentamientos es posible ir cambiando el manejo de un tipo a otro en cualquier momento, por lo que la CPU se encarga de controlar al resto. Bien, pues su eficacia no es la mejor que hemos experimentado en título alguno, complicándonos las cosas de manera artificial más de lo que nos gustaría. De esta forma resulta complicado que personajes que asumen roles clave como el sanador del grupo, el estilete ofensivo o el absorbe-golpes actúen de la manera en que deberían, gastando recursos (como puntos de magia) de forma innecesaria, colocándose de manera errónea en el campo de batalla, etc.
Para solucionar dicho problema sólo hemos encontrado dos opciones. Una es la de asumir permanentemente el papel de los personajes clave durante las batallas, lo cual nos obliga a mantener un nivel de concentración que a veces resulta complicado de conseguir, especialmente cuando llevamos bastante tiempo seguido jugando. Y la otra es mucho más "simple" pero menos práctica, y consiste sencillamente en jugar en un nivel de dificultad más bajo del que nos gustaría.
En nuestra opinión este defecto no termina de arruinar una experiencia de juego que, por otra parte, es bastante notable. Pero sin duda es una pena que por culpa de este problema la aventura no llega a alcanzar el nivel de diversión que nos hubiera gustado.
Solvente y bien ambientado
Entrando ya a comentar sus facetas y virtudes gráficas, estamos ante un título más o menos vistoso pero algo irregular en según qué aspectos. Lo que más nos ha convencido es la variedad y el aspecto general de los escenarios, que sin ser los más bellos que hemos tenido la oportunidad de presenciar en un juego de este tipo, cumplen con creces. Además el juego luce a 1080p y 60 imágenes de animación bastante estables (salvo alguna que otra bajada ocasional), y muestra una ambientación conseguida y muy manganime.
Por otra parte, el modelado de los personajes y monstruos no pasa de correcto y, en el caso de los primeros, lo cierto es que su expresividad facial es poco convincente, un mal que últimamente afecta a un gran número de este tipo de aventuras JRPG.
El sonido y tal y como suele pasar con este tipo de aventuras se encuentra a un nivel superior que lo dispensado en la parcela anterior. De esta forma gozamos de una banda sonora realmente buena que nos obsequia con melodías variadas y bien compuestas. Es cierto que algunas de ellas pueden hacerse algo pesadas porque quizá se repiten más de la cuenta en algunos escenarios, pero en líneas generales es muy notable.
Los diálogos entre los personajes pueden ser escuchados en inglés o en japonés, interpretaciones muy conseguidas (especialmente las originales) que como ya os hemos comentado únicamente pueden ser seguidas mediante textos en inglés. Y en cuanto a los efectos, éstos son variados pero nada sorprendentes, pudiendo escuchar los clásicos comentarios, gritos y ruidos típicos de esta clase de juegos que ayudan a dar más empaque a las batallas o a los momentos de exploración.
Conclusiones
Star Ocean: Integrity and Faithlessness es un juego de rol y acción de los que cada vez aparecen con menor frecuencia y que posee una buena cuantía de cualidades. Una trama interesante, muchos escenarios que visitar, multitud de tareas que llevar a cabo y un buen abanico de protagonistas se dan cita en una aventura notable. Lo que pasa es que algunos de sus defectos, como la pobre inteligencia artificial de nuestros aliados, le pasan factura y le alejan de la posibilidad de poder codearse con los mejores representantes del género actuales. Pero a pesar de eso sigue siendo una aventura que puede dispensar bastantes horas de diversión.
Este análisis ha sido elaborado mediante una copia final enviada por Koch Media.