Análisis NEO: The World Ends With You, volviendo a enamorarnos de Shibuya (PS4, Switch)
Tetsuya Nomura nunca ha escondido las ganas que tenía de hacer una secuela de The World Ends With You, una idea que llevaba rondando en su cabeza desde hace más de 10 años, pero que parecía que nunca iba a hacerse realidad. A fin de cuentas, el título original para Nintendo DS no vendió demasiado y las probabilidades de que Square Enix diera luz verde al proyecto eran muy escasas. Sin embargo, el creativo nunca se rindió e intentó popularizar las aventuras de Neku y compañía introduciendo a sus personajes en el universo de Kingdom Hearts y relanzando el juego en dispositivos móviles y Nintendo Switch, versiones que además añadían nuevos contenidos con importantes pistas de lo que estaba por venir. Por suerte, a finales de 2020 por fin se anunció que este JRPG de culto tendría su continuación con NEO: The World Ends With You, una obra que ya hemos podido jugar de principio a fin y que nos ha dejado muy claro que todos estos años de espera han merecido muchísimo la pena.
El esperado regreso a Shibuya
De este modo, volveremos a adentrarnos en una aventura de rol y acción en tiempo real muy especial y bastante diferente a lo que viene siendo habitual en el género. Tanto es así que aquí no hay mazmorras ni un gran mundo que recorrer y explorar, pues todo se desarrolla en las calles de Shibuya, uno de los lugares más icónicos e importantes de Tokio, Japón.
Su premisa argumental no varía demasiado respecto a lo que vimos en su primera entrega: unos jóvenes acaban atrapados en un juego mortal al que tienen que sobrevivir realizando pruebas de todo tipo durante una semana. Quien gane, podrá pedir el deseo que quiera, pero los perdedores serán suprimidos y desaparecerán para siempre.
Esta vez contamos con un nuevo protagonista, Rindo Kanade, quien debe buscar aliados para superar los desafíos que se le planteen cada día, dando pie a una historia que empieza lenta, pero que ha terminado por enamorarnos. La carga narrativa del juego es enormemente alta y os vais a pasar horas y horas leyendo largas conversaciones cada pocos pasos, pero está todo tan bien escrito y los personajes desprenden tantísimo carisma que nunca cansan o entorpecen. Es uno de esos títulos que consiguen implicarte por completo con todo lo que te cuentan y con sus protagonistas para que siempre quieras saber más, recompensando tus avances con una trama que no deja de ir a más hasta explotar en una recta final simplemente soberbia.
Evidentemente, podéis esperar multitud de giros y sorpresas, aunque el guion siempre se las apaña para ser coherente con sus propias reglas y no dejar cabos sueltos, algo que es muy de agradecer y que da una sensación de cierre realmente satisfactoria en el momento de ver los títulos de crédito. Además, el mensaje que esconde la historia es muy potente, recordándonos algo que puede parecer obvio, pero que a veces se tiende a olvidar.
Aquí tampoco queremos olvidarnos de señalar la importancia que tiene la propia Shibuya en cada palmo de la aventura. La ciudad no es solo un simple escenario que sirve como telón de fondo, sino que es una protagonista más, envolviéndonos con su particular ambiente urbano, su cultura y las peculiaridades de cada una de sus calles para contagiarnos de su espíritu. Si esta saga es tan especial es precisamente por la forma que tiene de captar y trasladar a un videojuego la esencia de esta urbe, y os aseguramos que esta entrega no se queda atrás.
El juego de los Segadores
Si hemos dedicado tantas líneas a la narrativa es porque se trata del aspecto más importante del juego. La historia siempre está presente y es la que guía todos y cada uno de nuestros pasos, aunque esto no quiere decir que no sea un título divertido a la hora de coger el mando. En líneas generales lo que haremos durante casi toda la aventura será dirigirnos a los puntos del mapa que nos indiquen para cumplir diferentes misiones, como eliminar Ruidos (los monstruos que pueblan la ciudad) o resolver un puzle.
La exploración como tal está limitadísima y casi nunca nos dejarán salirnos del camino establecido, limitando las áreas a las que podemos ir cada día para forzarnos a seguir la trama, aunque el equipo de desarrollo ha introducido diversas mecánicas para ayudar a aportar algo de variedad y que superar pruebas sea una experiencia amena y entretenida, como poder viajar en el tiempo para cambiar ciertos hechos o "coleccionar" palabras que posteriormente podemos usar para dejar improntas en determinados personajes para que actúen como queremos. Eso sí, estos poderes solo pueden utilizarse cuando el guion lo dicte, por lo que sus usos y posibilidades están muy limitados.
Luchando contra el Ruido
En lo que respecta a los combates, comentar que estos se desarrollan en tiempo real y que se basan en el uso de pines, los objetos que definen los poderes que puede usar cada uno de los personajes de nuestro grupo. Cada pin está asignado a un botón concreto del mando, de modo que cuando lo pulsemos en un combate, el héroe que lo tenga equipado hará su correspondiente acción hasta que consumamos sus usos, momento en el que deberemos esperar unos segundos a que se recarguen.
Lo interesante de todo esto es que hay montones de pines diferentes, cada uno con usos y aplicaciones muy diferentes. Algunos nos pedirán que aporreemos el botón para realizar combos, otros que los carguemos para lanzar un devastador ataque e incluso los hay que tienen funciones de apoyo, por mencionar unos pocos ejemplos. Cada integrante del grupo solo puede tener un único pin asignado, así que las batallas van ganando en complejidad y posibilidades a medida que avanzamos y reclutamos a más personajes, una cifra que puede llegar a alcanzar un máximo de hasta seis.
Aquí no os vamos a mentir: los enfrentamientos durante las primeras horas dejan mucho que desear. Estaremos tan limitados que todo se acaba resumiendo en un caótico machaque de botones sin orden ni concierto alguno, aunque poco a poco y de forma progresiva todo va mejorando: se añaden nuevas mecánicas, los pines que obtenemos tienen poderes más divertidos e interesantes, la dificultad aumenta, aparecen Ruidos con patrones más complejos y debilidades muy específicas y los jefes proponen unas batallas muy únicas y diferentes en las que tendremos que hacer mucho más que solo atacar como locos.
Creemos que las batallas tardan más de lo que deberían en tomar forma, pero una vez nos terminaron de hacer "clic" pasamos a disfrutarlas bastante, incluyendo algunos enfrentamientos en la recta final que son todo un espectáculo. Además, podremos encadenar combates contra enemigos normales para aumentar nuestras probabilidades de obtener botín y podremos bajar o subir la dificultad en cualquier momento para que las recompensas y los puntos de experiencia que obtengamos sean mejores, algo que también podemos potenciar reduciendo nuestro nivel. Gracias a esto, tenemos un sistema de riesgo y recompensa que funciona realmente bien y que nos permite ajustar el desafío a nuestros gustos y necesidades.
Nunca llegan a ser unos combates especialmente complejos o profundos, pero sí que saben cómo divertir, algo de lo que también tiene la culpa su adictivo sistema de progreso al invitarnos a probar nuevas combinaciones de pines, a buscar las mejores sinergias y a encontrar la mejor manera de sacarles partido.
La red social
Otro de sus grandes aciertos lo tenemos en la red social, una especie de árbol de habilidades en el que podemos desbloquear todo tipo de cosas, desde mecánicas nuevas que afectan a los combates y la exploración hasta mejoras pasivas, niveles de dificultad, objetos o nuevos platos de comida en los restaurantes. Lo llamativo es que para ganar acceso a muchas de estas ventajas nos tocará cumplir algunos requisitos, como ayudar a alguien en apuros con breves misiones secundarias o convertirnos en clientes habituales de alguna tienda. Como podréis suponer, esto nos da un incentivo muy goloso de cara a hacer sus contenidos secundarios, ya que no hablamos de adquirir un aumento de vida o de ataque, sino de desbloquear cosas muy útiles y cuyos efectos enriquecen la jugabilidad.
En líneas generales es un juego con un sistema de progresión muy bien medido y bastante satisfactorio que no para de introducir novedades durante toda la aventura, ya sea por medio de la red social, los enemigos que nos encontremos, lo que consigamos a través de la historia principal, los pines que adquiramos y otras sorpresas que no os vamos a desvelar. Todo esto ayuda a mantener las cosas frescas durante las 30 horas que necesitaremos para llegar a los créditos, una cifra más que respetable que puede ser ampliada considerablemente si nos proponemos completarlo al 100%.
Un estilo visual deslumbrante, un apartado técnico demasiado discreto
Finalmente llegamos al que es probablemente el apartado más irregular del título: sus gráficos. Por una parte tenemos una dirección de arte simple y llanamente espectacular y con una personalidad marcadísima en la que destacan su diseño de personajes y criaturas, el buen gusto con el que se presentan los diálogos mediante imágenes estáticas, una interfaz muy cuidada y el genial uso que hace del color. No hay duda de que es una aventura que derrocha carisma, buen rollo y muchísimo estilo, entonces, ¿cuál es el problema? Su apartado técnico.
Se nota demasiado que estamos ante un juego que ha tenido un presupuesto bastante ajustado y ni las animaciones, ni los efectos, ni los modelados, ni los escenarios terminan de estar al nivel, algo que también podemos extender a sus constantes (aunque breves) pantallas de carga cada vez que cambiamos de calle, lo que nos acaba dejando con una Shibuya extremadamente fragmentada. Al final, lo artístico se acaba imponiendo a lo técnico y los pocos recursos que han tenido están muy bien aprovechados para maquillar sus carencias, dejándonos con una experiencia visual satisfactoria, pero de la que esperábamos algo más.
Por último, al sonido no le podemos poner ni una sola pega. La banda sonora es una auténtica pasada y está repleta de temas vocales muy pegadizos y cañeros que ambientan de maravilla nuestras andanzas por la ciudad. Y mucha atención a las geniales remezclas que se han hecho de algunas de las canciones más populares de la primera entrega. Los efectos son variados y de calidad, y el doblaje nos llega tanto con voces en inglés como en japonés, ambas opciones con unas buenas interpretaciones. La buena noticia es que los textos nos llegan perfectamente traducidos al español con una localización que, a pesar de ciertos juegos de palabras que no nos han terminado de convencer, ha captado de maravilla el tipo de lenguaje que utilizan los personajes, algo que se ve muy bien reflejado hasta en los mensajes que se envían los personajes con el móvil, donde se olvidan de usar la mayoría de tildes y buscan la manera de acortar las frases todo lo que pueden.
Conclusiones
NEO: The World Ends With You ha resultado ser una de las sorpresas más agradables que nos hemos llevado este año. No vamos a negar que el primer contacto que tuvimos con él hace unas semanas nos dejó algo fríos, pero su versión final nos ha demostrado que se trata de una dignísima secuela del juego de culto de Nintendo DS. Tiene muchos contenidos, la historia es buenísima, resulta imposible no encariñarse con sus personajes, los combates dentro de su simpleza resultan divertidos, el sistema de progreso es muy satisfactorio y sabe cómo recompensar al jugador, su dirección de arte es una pasada y su banda sonora es un regalo para nuestros oídos. ¿Es perfecto? No, pero nos ha resultado imposible soltar el mando hasta llegar a su magnífico final, algo que pocos títulos consiguen, así que no dudéis en darle una oportunidad a poco que os gustara su predecesor u os llame la atención lo que propone. Difícilmente os arrepentiréis.
Hemos realizado este análisis jugando en PS5 gracias a un código de descarga para PS4 que nos ha facilitado Koch Media.