Análisis de Lock's Quest (PS4, Xbox One, PC)
A principios de 2016 el estudio 5th Cell sufrió una importante reducción de personal. Aunque han cerrado sus puertas, los creadores de Scribblenauts no pasan por su mejor momento. Ahora THQ Nordic, decidida a aprovechar las múltiples licencias de las que dispone –recientemente se anunció Darksiders III-, rescata del olvido uno de estos clásicos de 5th Cell para Nintendo DS, Lock's Quest.
La nueva versión, para consolas domésticas y PC, nos vuelve a hablar de un mundo de fantasía que se enfrenta al regreso de un villano que se creía derrotado. Él y su ejército de unidades mecánicas amenazan la vida de un reino, comenzando por la aldea del protagonista.
Lock, un joven arquingeniero -ingeniero y arquitecto-, básicamente será el encargado de crear fortificaciones capaces de repeler las oleadas rivales hasta que la energía de estos robots se agote –es decir, el tiempo de la partida se agote-. Si el objetivo de la misión se mantiene en pie al final de la ronda, hemos ganado la partida.
Vamos a repasar brevemente su jugabilidad, más detallado en el análisis del original. Lock’s Quest es, tal y como se puede entender por la descripción, una especie de juego de estrategia en tiempo real y de defensa de torres, bastante más orientado a la parte activa que otros títulos del género, lo que hace que sea divertido en sus dos fases: la construcción y el combate propiamente dicho. Por su naturaleza de título portátil el ritmo de cada sección es ágil y no llevará demasiados minutos.
Durante la fase de planificación, cronometrada –hay tiempo suficiente para estudiar el diseño del mapa, pero no te lo pienses mucho-, disponemos de una serie de muros y trampas destinadas a eliminar o retrasar el avance de los enemigos. Estas defensas tienen un coste asociado, así que en muchas ocasiones se trata de elegir entre dos torres automáticas o un único ingenio más fuerte y caro. La ubicación se escoge sobre un mapa de cuadrícula, utilizando a nuestro favor la existencia de casas, ruinas y cuellos de botella por donde sabemos que necesariamente pasará el ejército robot.
En la nueva versión se han hecho algunos cambios y hay un nuevo sistema de progreso que desbloquea estas torretas automáticamente en puntos de la historia. La interfaz también se ha adaptado al teclado/ratón y pad: con los gatillos cambiamos categorías de elementos de construcción y rotamos la edificación en los cuatro ejes. Funciona razonablemente bien una vez memorizamos dónde están nuestros elementos favoritos. Puesto que el tiempo para diseñar nuestro plan es generoso, el control nunca entorpece la partida.
En general los juegos de defensa de torres constan de una segunda fase más pasiva: ver cómo marcha la batalla mientras, como mucho, reparamos las defensas. En Lock's Quest el protagonista también participa en la lucha, para restaurar la resistencia de las trampas o combatir directamente contra los enemigos. El mérito de la victoria en todo caso siempre hay que darlo a las trampas.
El sistema de combate es bastante simple y limitado, pero ayuda a torpedear el avance enemigo, por ejemplo en los puntos ciegos de nuestra defensa o eliminar una unidad persistente y molesta. Hay robots especializados en ataques a distancia que dañan los muros desde posiciones seguras, así que en estos casos vale más acercarse y golpear o distraer al enemigo –recuerda que el tiempo juega a tu favor-.
A modo casi de minijuego, nuestros ataques se convierten en combos más poderosos si seguimos correctamente la serie de botones que se indican en la pantalla; por supuesto puedes fallar y continuar aporreando el mismo botón, pero serás menos efectivo.
Igualmente la reparación de estructuras nos llevará unos instantes. Cuando los robots golpean un muro o torreta, baja su barra de resistencia. Si interactúas con la defensa aparece una palanca que debemos girar un número de veces con el stick derecho. Respecto a nuestra propia salud, bastará con alejarse de la acción para recuperar vitalidad poco a poco.
Diferentes enemigos requieren diferentes estrategias. Además, según avanza la historia –comienza bastante simple, pero irá ganando interés- las misiones nos llevarán por nuevos mapas del reino con personajes que nos piden ayuda: destruir a un enemigo, proteger un objetivo o personas, robar una fuente de energía. En definitiva, iremos desbloqueando nuevos artilugios muy prácticos pero a la vez nuestros oponentes irán ampliando su repertorio de ataques con la aparición de nuevas clases.
Con motivo de la alta resolución, en la nueva versión se ha retocado la interfaz y los retratos de personajes –ilustraciones de más calidad-. El sonido también se remasteriza, y los temas de introducción y final se han orquestado. En cambio los gráficos de la parte jugable no ha necesitado muchos ajustes dado que utilizaba pixel-art con un buen equilibrio de detalle y claridad. No importa el paso del tiempo o su origen portátil, después de una década no ha perdido su encanto.
La principal diferencia visual se encuentra en el formato panorámico y una cámara más alejada del protagonista. En la práctica beneficia a la jugabilidad, es mucho más cómodo ver de un vistazo más espacio y localizar la dirección de las oleadas sin necesidad de desplazar demasiado la cámara o al protagonista. Quien haya probado la versión de DS lo notará mucho menos claustrofóbico.
Queda por mencionar un cambio agridulce en cuanto al contenido: se cae el modo multijugador, muy celebrado en la portátil. Una lástima que en lugar de ampliarlo con opciones online o cooperativo sea recortado y en su lugar aparezca un modo infinito donde defendemos Antonia. No es lo mismo y prácticamente es el único punto negro de la remasterización.
Conclusiones
Poco que añadir sobre las conclusiones del original: una vuelta de tuerca a la defensa de torres que profundiza en la estrategia en tiempo real, con un argumento más interesante de lo que aparenta en un principio y un apartado gráfico que, si bien están lejos de impactar, cumple sobradamente con su propósito –la prueba es que apenas ha necesitado retoques en la interfaz-.
En contenido, una de cal y otra de arena; aunque era principalmente un título para un usuario, muchos jugadores echarán de menos la ausencia de multijugador. Pese a todo, una joyita de 5th Cell que ningún fan del género debería dejar escapar si no lo ha disfrutado en su momento.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Dead Good Media.