Análisis Final Fantasy I-VI Pixel Remaster, el comienzo de una saga legendaria (PS4, Xbox Series X/S, Switch)
Tras su paso por PC con un lanzamiento escalonado, la colección Final Fantasy Pixel Remaster –o con los juegos disponibles de manera individual- llega a PlayStation 4 y Nintendo Switch. Con seis juegos de 8 y 16 bits recopilados, aspecto gráfico rehecho pero fiel a los originales más diversos cambios en sonido o comodidad, Square Enix lo considera la versión definitiva de estos clásicos, además de ser una oportunidad inmejorable para descubrir el origen de una de las grandes sagas de rol que todavía está de plena actualidad –Final Fantasy XVI se estrena el 22 de junio-.
Si bien estos juegos han estado disponibles desde hace años en otras versiones en PC y móviles, uno de los aspectos más interesantes de Pixel Remaster es que llega a consolas modernas, lo que permite jugar a un imprescindible del género como Final Fantasy VI, volver a entregas a las que tengas un cariño especial o descubrir algún Final Fantasy que no habías probado hasta el momento.
¿Estás listo para revivir la leyenda de los cristales?
Final Fantasy (1987), Final Fantasy II (1988) y Final Fantasy III (1990) se lanzaron en Nintendo Entertainment. Cada entrega principal de la saga creada por Hironobu Sakaguchi es independiente, pero todas comparten similitudes en temáticas –grupos de héroes luchando contra algún enorme poder, magia, invocaciones y en ocasiones, tecnología- y en estos primeros juegos, también gran parte del sistema de combate por turnos.
Las primeras entregas no son tan ambiciosas –en narrativa y gameplay- como lo que llegaría más tarde, y la calidad de la colección evidentemente varía un poco dependiendo el caso, pero todos estos episodios forman parte del legado de Final Fantasy. El primer juego, sobre la aventura de cuatro jóvenes que deben restaurar la luz de los cristales y salvar el mundo, se convirtió en una pequeña revolución del rol japonés y fue clave para inspirar a muchos otros juegos, además de dar pie a las secuelas.
Final Fantasy II, sobre unos jóvenes que luchan contra el Emperador de Palamecia, comenzó a añadir diversos elementos que hoy son seña de identidad de la saga, como los chocobos o el recurrente Cid, a la vez que cambiaba el sistema de experiencia por puntos por un progreso que dependía más del uso –cuanto más utilizas un arma, más fuerza y precisión gana-.
Final Fantasy III, de nuevo sobre unos huérfanos que deben recuperar el equilibrio en el mundo, apostó por un sistema con cambios de clase, ofreciendo más libertad en la personalización de lo que habíamos visto anteriormente; también añadió por primera vez comandos como robar, asociado al ladrón, o las invocaciones de criaturas. Final Fantasy III es nuestro favorito de esta primera etapa.
Tras estos juegos, inicialmente exclusivos de Japón, llegó el cambio de generación de Nintendo. Final Fantasy IV (1991), Final Fantasy V (1992) y Final Fantasy VI (1994) sin duda ganaron en detalle gráfico y calidad de sonido gracias a las ventajas que permitía Super Nintendo, sorprendieron con tramas más complejas, y empezaron a disparar la popularidad de la saga, especialmente con su salida en el mercado estadounidense –cambio de numeración incluido-.
Final Fantasy IV sigue los pasos de Cecil, un Caballero Oscuro, en su lucha por detener al brujo Golbez, quien busca destruir el mundo con el poder de los cristales. Dio a los personajes clases fijadas y presentó el sistema Active Time Battle, que más tarde se utilizaría en multitud de juegos de Square Enix. En Final Fantasy V tenemos a Bartz y sus amigos con la misión de proteger los cuatro cristales elementales de la amenaza de Exdeath. El juego destacó por su enorme libertad de personalización, aunque presentó algunos problemas con la historia y una dificultad por encima de la media. Su versión Pixel Remaster fue analizada en Vandal.
Y tenemos la joya de la corona de la colección, Final Fantasy VI, con una historia más elaborada que sus predecesores, personajes memorables, un amplio elenco de personajes y de nuevo una enorme banda sonora de Nobuo Uematsu. Es uno de los mejores RPG de todos los tiempos e obligado para aficionados a Final Fantasy. Poco más os podemos contar respecto al análisis del año pasado, y si únicamente planeas adquirir uno de estos juegos, este debería ser tu elección.
Las mejoras de Pixel Remaster
Tal y como os contamos en los análisis e impresiones de algunos de estos juegos, Pixel Remaster es algo más que la enésima reedición de los originales con textos en español. Parte del equipo original volvió para rehacer los sprites con más detalle, algo que sobre todo beneficia a los tres primeros Final Fantasy que ahora se acercan más al aspecto de Super Nintendo, pero lo hacen sin alterar demasiado la estética, algo que en otras ocasiones y juegos de móviles se podía considerar un atentado artístico.
La banda sonora también se actualiza con temas orquestales –con la opción de pasar a la original si por alguna razón la preferimos-, y se añade la lista habitual de juegos retro en accesibilidad, como la posibilidad de multiplicar la experiencia y giles obtenidos o desactivar los encuentros aleatorios, suavizando la dificultad o pegas que algunos jugadores pueden encontrar con estos RPG. Naturalmente se muestra a pantalla completa, hay autoguardado y guardado rápido, batallas automáticas, control en ocho direcciones, etc. Retoques que pueden parecer mínimos, pero que invitan a rejugarlos aunque sea sólo por disfrutar de sus historias.
Pixel Remaster en su lanzamiento de PC y móviles recibió algunas críticas, por falta de algún contenido posterior a los lanzamientos originales –por ejemplo lo visto en Final Fantasy I & II: Dawn of Souls-, algún error o la polémica fuente de texto que para muchos fans suponía un fallo grave. Por suerte, el retraso de las versiones en consola viene con ciertas mejoras y se incluyen dos tipos de fuente: moderna –que es la misma de PC- y clásica, de estilo pixelado, que desentona menos con el resto de gráficos. Incluso nos alegra confirmar que la intro de Final Fantasy VI recupera los créditos durante la escena inicial, así que estas versiones de consola están actualizadas para que la experiencia sea muy buena desde el primer minuto.
'Final Fantasy VI' y los diferentes ajustes de gráficos.
Conclusiones
Con las bondades gráficas y sonoras que vimos en los últimos años, más los últimos cambios que traen las versiones de consola respecto a PC y móviles, Final Fantasy I-VI Pixel Remaster ahora es más recomendable que nunca. Sí, todavía podemos encontrar algunas pegas sobre el contenido que falta de versiones de GameBoy Advance, las secuencias de vídeo CGI de PlayStation -al menos como extra- o habrá puristas que no estén contentos con los equilibrios en dificultad, pero esta colección trae suficientes mejoras en aspectos audiovisuales y jugables que lo convierten en la opción ideal para disfrutar de algunos de los mejores exponentes del rol, y del comienzo de una de las sagas más importantes de la industria.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código que nos ha proporcionado Plaion.