Análisis de Dragon Fin Soup (PS4, PC, PSVITA, PS3)
Siempre es bueno ver cómo llegan a buen puerto –nos referimos a que al menos se lancen- desarrollos independientes que han comenzado su andadura en la financiación colectiva. Dragon Fin Soup obtuvo un 500% del objetivo inicial y eso permitió introducir varias novedades que han sido incluidas, como varios personajes jugables y modos extra. Llega ahora a PC y las tres PlayStation, a estas últimas en la promoción PS Plus.
El juego de Grimm Bros, nombre que da ligera idea de la temática fantástica que ambienta este mundo, es un RPG roguelike. Una breve descripción de esta variante del rol estratégico diría que consiste en avanzar por mapas, la mayoría de ocasiones generados aleatoriamente, con un sistema de turnos por el cual cada acción que realizamos –avanzar una casilla, atacar…- concede un turno a los enemigos.
A diferencia de un action-RPG de vista superior puedes replantear cualquier situación con calma, tú marcas el ritmo de combate. Además, el desplazamiento se hace por una rejilla –visible o no- que da un toque estratégico parecido al de los SRPG de tablero cerrado.
Dragon Fin Soup cumple estas normas. Su historia ligera con dosis de humor –textos traducidos al español- llevará a Red Robin, la chica que recuerda a Caperucita Roja y única seleccionable al inicio, y a su mascota por una serie de bosques y mazmorras donde debemos realizar algún tipo de tarea que nos encomiendan, en general alcanzar un punto o derrotar a todos los enemigos. Los diálogos de estilo coloquial y la personalidad quedan bien definidos, sin embargo el lento arranque de la historia hasta que comienza a cobrar peso hace que sea fácil desconectar del argumento. No es su punto fuerte.
Sus creadores dicen del juego que no es para jugadores casual y la verdad es que fácil no es, pero se debe simplemente más a cuestiones de fuerza en oponentes o cantidad de trampas tipo paneles venenosos que en mérito de diseño –diseño que como hemos explicado, es procedural-. También hay dolorosos picos de dificultad, como cuando nos desplazamos por el mapamundi y por sorpresa salta un evento donde unos ladrones nos piden dinero. Al negarnos, se inicia un combate con una dificultad inesperadamente alta. Por suerte el guardado manual –atención al sonido de disquete 3½ pulgadas- suaviza un poco sus asperezas. Hay una opción con muerte permanente para los más jugones que no recomendamos por los problemas que explicaremos a continuación.
Red dispone de ataques con armas blancas y a larga distancia, va acompañada de una mascota y en ocasiones de otros personajes por cuestiones de historia o porque sean mercenarios contratados. La personalización de este grupo da flexibilidad a la manera de afrontar un mapa y en ese sentido es un juego competente. Puedes especializar a la protagonista en un tipo de ataque y compensarlo con el resto del grupo, o buscar un mejor equilibrio entre todos.
¿Ayudan estos compañeros en la partida? Sí cuando funcionan, porque al rodear a enemigos la posición afecta al daño causado, pero hay que reconocer que muchas veces su pobre inteligencia artificial hace que no encaren bien el combate, que ni siquiera participen en él aunque la lucha se produzca frente a ellos, así que siempre hay que llevar la iniciativa y confiar poco en los acompañantes. Al final, el factor estratégico no es tan importante como se prometía.
En la parte positiva de Dragon Fin Soup tenemos que incluye casi todo lo que se le puede pedir al género: un sistema de creación y de cocina que aumenta el valor de la exploración, magias, minijuegos y un generoso catálogo de objetos para obtener y equipar. El jugador acostumbrado a estas aventuras no encontrará ni nada extraordinario ni tampoco ninguna ausencia importante. Más cuestionable es que el escenario se va desvelando según el campo de visión del personaje, es decir, si tiene un árbol enfrente esa parte se muestra oscura y no sabrás si continúa el camino, hay trampas, un tesoro o incluso un enemigo. Esto da lugar a recibir daños fuera del cono de visión y ataques sorpresa, que por muy desafiante que pueda ser, no deja de restar planificación táctica.
Al modo historia se le suman dos variantes que aprovechan la muerte permanente: Supervivencia y Laberinto eterno. Supervivencia obliga al jugador a superar mazmorras de dificultad creciente mientras lucha y obtiene recursos en el mapa. En Laberinto eterno debemos conseguir la mejor puntuación que depende de las casillas descubiertas, experiencia, combos, monedas y jefes finales derrotados. En ambos la dificultad está en durar el máximo tiempo posible sin arriesgar más de la cuenta.
Grimm Bros tiene algunos problemas en cuanto a diseño jugable –misiones poco inspiradas- como de la experiencia de usuario. Uno de estos últimos que salta a la vista rápidamente es la interfaz. Utilizar un objeto, comprar ítems de los mercaderes o dar un vistazo al equipamiento se hace innecesariamente complicado para tratarse de una acción habitual. Es un apartado en el que no te fijas demasiado hasta que se hace notar porque falla. Hay bastantes más críticas entrando en profundidad, por ejemplo las habilidades que se adquieren en cofres y no por una evolución de una clase o un árbol de progreso, una concesión que parece ir en contra del supuesto objetivo de contentar a los más hardcore.
Igualmente los gráficos, que en ocasiones son bonitos, resultan muy poco prácticos. Hay una razón por la cual otros muchos dungeon crawlers o roguelikes muestran entornos con menos detalle pero más limpios, y es que de esa manera resulta más fácil guiarse sin necesidad de mirar mucho el minimapa, especialmente cuando se trata de bosques tan caóticos en cuanto a recorrido y decoración –avanzar esquivando piedras o decoración no es muy agradable-.
Que no se malinterprete, el estilo de casas y árboles renderizados o pintados, el colorido y el estilo de las ilustraciones denota que hay bastante trabajo para ser el primer juego de un equipo independiente, la pena es que esté tan recargado que no resulta cómodo a la vista ni para localizar rutas o puntos de interés. Para terminar con la ambientación, la banda sonora, aunque no memorable, sí nos ha gustado bastante.
Conclusiones
Merece la pena probar Dragon Fin Soup si te gusta el roguelike, pero hay que aclarar que ni es uno de los mejores lanzamientos de este tipo ni resulta aconsejable para iniciarse en él. Fuera del pequeño manual digital no existe curva de aprendizaje ni tutoriales guiados que expliquen con detenimiento cómo funciona hasta lo más básico. Da demasiadas cosas por supuestas. Hay multitud de aspectos que el juego hace bien y otros tantos mejorables, nadie puede decir que sea un mal juego; simplemente necesita un poco más de tiempo de desarrollo para replantear varios puntos.
Dicho de otra manera, el aficionado al rol estratégico con mazmorras encontrará mejores opciones sobre todo en portátiles, donde hay una gran oferta desde Japón- y por otro lado el novato dispone de otros lanzamientos que, si bien rondarían la calidad de Dragon Fin Soup, pueden ser mucho más asequibles, divertidos y directos.