Análisis de Deus Ex: Mankind Divided (PS4, Xbox One, PC)
Deus Ex puede que no sea la saga de videojuegos más conocida de la industria, pero sí de una de las más importantes, influyentes y únicas que existen. No en vano, el impacto que tuvo su primera entrega cuando se lanzó en el año 2000 sigue resonando hoy en día, manteniéndose no solo como un juego de culto, sino como una obra maestra de esas que no vuelven a repetirse gracias su perfecta combinación de rol, acción en primera persona y sigilo, sin olvidarnos por el camino de su apasionante historia y ambientación.
Un título repleto de posibilidades y con una libertad inaudita que consiguió abrirnos los ojos a muchos de los que tuvimos la oportunidad de jugarlo en su momento y hacernos vislumbrar todo el potencial que todavía tenía por delante este hobby que tanto nos apasiona. Por desgracia, su secuela, Invisible War, no estuvo a la altura, sentenciando el futuro de la serie para siempre... o eso pensábamos hasta que Square Enix se hizo con sus derechos y puso en marcha una nueva entrega titulada Human Revolution.
El resultado fue inmejorable y Eidos Montreal, los responsables de su renacer, nos regalaron un juegazo en 2011 que mantenía intacta la esencia del original. Mucha libertad, múltiples decisiones, un argumento maduro e interesantísimo, buenos personajes y una jugabilidad que funcionaba genial cuando apostábamos por el sigilo. Sí, tenía sus fallos, pero estos no impidieron que acabara por convertirse en uno de los mejores lanzamientos de la pasada generación de consolas.
Estos precedentes explican por sí solos las ganas y las expectativas que teníamos depositadas sobre Mankind Divided, la secuela directa de Human Revolution, especialmente teniendo en cuenta que hemos tenido que esperar cinco largos años para volver a este fascinante universo de ciencia ficción. ¿Ha sobrevivido a lo que se esperaba de él? No tenéis más que seguir leyendo para descubrirlo.
La división de la humanidad
Para evitar entrar en el peligroso terreno de los "spoilers", y más todavía en un juego con tantísima carga narrativa como el que nos ocupa, decir que esta vez la historia se sitúa dos años después de los hechos de su predecesor, aunque no sigue ninguno de los posibles finales de aquel.
Conocer lo que pasó en aquella aventura resulta imprescindible si queremos enterarnos bien de lo que aquí nos van a contar, aunque, por suerte, se ha incluido un completísimo vídeo de casi un cuarto de hora de duración donde nos resumen genialmente toda la aventura original de Adam Jensen, el protagonista tanto de Human Revolution como de Mankind Divided. Esta decisión nos ha parecido muy acertada no solo por los nuevos jugadores, sino también por los más veteranos, ya que su argumento era tan complejo y pasaban tantas cosas durante su desarrollo que algo como esto para refrescar la memoria es algo que se agradece enormemente.
Uno de los incidentes más importantes y graves que tuvieron lugar en aquel juego desataron una oleada de miedo y odio en contra de los Aumentados, personas con implantes robóticos que mejoran sus capacidades, dividiendo de este modo a la humanidad entre Naturales y Aumentados, una incómoda situación que se ha convertido en el detonante de multitud de conflictos e incidentes, como ataques terroristas y un incremento de las actividades delictivas.
Manteniendo el estilo habitual de la serie, tendremos que desentrañar un complejo entramado de conspiraciones y complots en los que entran en juego grandes empresas, intereses políticos, la mafia e incluso organizaciones secretas. Evidentemente, por el camino nos plantearán multitud de dilemas morales de lo más interesantes, ya que se tocan temas serios y adultos que conseguirán hacernos reflexionar y cuestionarnos nuestra propia ética y lo que pensamos sobre ciertos asuntos, aunque también hay que decir que muchos de ellos ya fueron tratados en Human Revolution.
En general, el desarrollo de la trama nos ha gustado mucho y ha conseguido mantenernos enganchados de principio a fin gracias a lo bien que se sabe mantener el misterio y a sus constantes giros argumentales, aunque ya os avisamos que el comienzo es algo lento y hasta que las cosas se empiezan a mover pasan unas cuantas horas repletas de presentaciones de personajes y del estado actual del mundo.
Una secuela muy conservadora
Si jugasteis a la primera parte, probablemente os podríamos describir esta nueva entrega con un simple "es como el anterior, pero con pequeños detalles aquí y allí que se han pulido", y os haríais una muy buena idea de qué es lo que os vais a encontrar, ya que es eso mismo lo que ofrece.
Se trata de un juego tremendamente continuista y por momentos tendremos la sensación de volver a estar jugando lo mismo de hace cinco años pero con una nueva historia, nuevas misiones y mejores gráficos. Se nota que en Eidos Montreal han ido a lo seguro y no se la han querido jugar, algo que no es necesariamente malo, pero tras todo el tiempo que ha pasado sí que esperábamos algo más, especialmente cuando tenemos en cuenta que algunas mecánicas no han terminado de envejecer del todo bien y no han sido apropiadamente actualizadas a los tiempos actuales.
Por lo tanto, volvemos a tener una aventura de rol en la que tendremos que cumplir todo tipo de misiones, tanto principales como secundarias, mientras exploramos sus distintas localizaciones. Lo interesante es que para cumplir los objetivos que nos pedirán tendremos multitud de opciones posibles, quedando en nuestra mano actuar de un modo u otro para resolver estos encargos.
De este modo, podremos optar por el sigilo para infiltrarnos en sitios esquivando enemigos sin dar la alarma, por buscar rutas alternativas y ocultas a simple vista que nos lleven directamente hasta nuestro objetivo o por abrirnos camino a tiro limpio, como si de un juego de acción en primera persona se tratara. Incluso podremos resolver muchas misiones simplemente haciendo uso de nuestro don de la palabra para convencer a nuestros interlocutores de que hagan lo que queremos.
Se trata de una aventura en la que no pararemos de tomar decisiones con sus correspondientes consecuencias, ya sea escogiendo respuestas durante los diálogos o a través de nuestras acciones y estilo de juego, algo que está muy bien implementado y que no parará de sorprendernos al ver cómo influimos en el mundo de un modo u otro, desde una regañina de nuestro jefe por haber matado a unos policías (podéis pasaros todo el juego sin matar a nadie, por lo que la vía no letal también es una opción válida) en una infiltración en la que hemos sido algo patosos hasta leer en los periódicos algunas de nuestras andanzas.
Esto es algo que también se aplica con las misiones secundarias, las cuales pueden activar unos eventos u otros dependiendo de lo que hagamos en ellas, permitiéndonos conocer a nuevos personajes, que aparezcan otros encargos y que aparezcan objetivos adicionales y opcionales en otras misiones. El mundo reacciona ante nosotros y se siente vivo, y esa es una de las mejores sensaciones que nos regala este Deus Ex, animándonos en todo momento a explorar hasta el último rincón de los escenarios para buscar secretos, documentos, objetos y cumplir misiones.
Ya lo hemos dicho en algunos de nuestros avances, pero se trata de un juego para jugar con calma y tiempo. No está hecho para partidas rápidas y os recomendamos tener al menos un par de horas libres por delante antes de poneros con él, ya que querréis pararos en cada rincón para leer todo lo que encontréis y no dejaros ni una sola secundaria sin hacer, en vez de jugar con prisas y a la carrera para llegar cuanto antes a los títulos de crédito y pasar a otra cosa.
Volviendo a su jugabilidad, los aumentos vuelven a ser los grandes protagonistas. Gracias a ellos podremos volvernos invisibles, eliminar el ruido que realizamos, piratear con mayor eficacia, levantar objetos pesados y un largo etcétera de posibilidades a cada cual más jugosa que la anterior. Todos los aumentos son útiles de un modo u otro, por lo que planificar con cuidado el orden desbloqueo de los mismos será una de vuestras prioridades a la hora de desarrollar a Jensen.
La mayoría de los aumentos que tendremos disponibles son los mismos que los que vimos en Human Revolution, aunque se han añadido unos pocos de carácter especial que no podremos tener activos de forma simultánea (aunque existen maneras de aumentar nuestra capacidad máxima para activar estas habilidades "ilegales"). Son probablemente los más útiles y gracias a ellos podremos piratear a distancia, ralentizar el tiempo durante los tiroteos o lanzar descargas aturdidoras con el brazo, por mencionar unos pocos ejemplos.
Estos nuevos aumentos podrían considerarse como la mayor novedad jugable que ofrece Mankind Divided, aunque también nos encontramos con pequeños detalles que se han pulido para hacer de la experiencia algo más disfrutable. Por ejemplo, el sistema de coberturas ahora funciona mucho mejor y resulta más intuitivo que antes, pudiendo realizar incluso ejecuciones silenciosas desde ellas, y los tiroteos ahora funcionan algo mejor y son un poquito más satisfactorios, cosa no demasiado difícil.
Por desgracia, el enfoque directo, aunque más viable, sigue teniendo una ejecución en la práctica un tanto desastrosa y no nos ha parecido, ni de lejos, la forma más recomendable de jugar a esta entrega. Las sensaciones que nos transmiten las armas al disparar con ellas son horribles (el gunplay deja muchísimo que desear) y aunque sigue siendo una opción y os podéis pasar el juego a tiro limpio, probablemente no lo disfrutéis ni la mitad que si apostáis por buscar rutas secretas o infiltraros de forma sigilosa.
Otro de los errores del juego lo tenemos en su IA, muy deficiente e incapaz de reaccionar en condiciones ante determinadas circunstancias. Además, los enemigos a veces tienen problemas para detectarnos incluso cuando estamos teóricamente dentro de su rango de visión, algo que nos saca de la experiencia con frecuencia.
Eso sí, no es un juego fácil, ya que la cantidad de guardias que nos encontraremos en cada misión no es para nada despreciable, de modo que si no nos ve uno, probablemente nos detecte otro, y una vez se dé la alarma nos veremos rodeados en cuestión de segundos a menos que encontremos un buen escondite lo suficientemente extraño y rebuscado como para que no se les ocurra mirar ahí.
En cuanto a los escenarios, tenemos que destacar lo mucho que nos ha gustado lo bien diseñados que están. Están repletos de posibilidades para interactuar con ellos y utilizarlos en nuestro favor para abrirnos camino, incitando a la exploración y a nuestra creatividad a la hora de trazar nuestras rutas y planes de acción. No son mucho más grandes a nivel de escala que los vistos en su predecesor, pero sí que han ganado en verticalidad (algunos de ellos tienen multitud de pisos) y densidad de elementos.
A pesar de ello, a veces nos hemos encontrado con algunos detalles impropios de un juego de este calibre, como el uso de paredes invisibles en sitios que no tienen demasiado sentido (los techos de la ciudad de Praga son un buen ejemplo de ello), rompiendo de este modo esa ilusión de poder explorar y movernos por cualquier sitio que queramos.
La duración del juego es muy relativa, ya que depende de demasiados factores, como lo que nos queramos parar a explorar, a leer, a hablar con otros personajes, la dificultad en la que juguemos, el número de misiones secundarias que hagamos, etcétera, aunque si vais directos al grano y jugando con prisas podréis llegar al final entre 12 y 15 horas de juego, una cifra que evidentemente es mucho más alta si jugáis con calma y de una forma más completista.
De todos modos, se ha añadido un nuevo modo de juego llamado Breach con el que Eidos busca aumentar su vida útil una vez nos cansemos de la campaña principal, aunque a la hora de la verdad se siente como un pobre intento de justificar la inclusión de micropagos. Aquí nos propondrán cumplir unas misiones contrarreloj en entornos bastante cerrados y con poco margen de maniobra para competir y conseguir las mejores marcas y puntos posibles, ofreciéndonos un enfoque muy arcade de la jugabilidad tradicional de Deus Ex, algo que no le sienta demasiado bien.
Tiene su propia justificación argumental y a medida que juguemos podremos mejorar a nuestro personaje, uno de los principales ganchos de este modo, aunque al final su inclusión nos ha resultado meramente entretenida y puramente anecdótica. Está previsto que se realicen eventos temporales para la comunidad, aunque no creemos que vaya a ser una modalidad de largo recorrido.
El arte del futuro
Gráficamente nos encontramos con un juego muy llamativo gracias a una sobresaliente dirección artística y al detalle y mimo puesto en todos y cada uno de los escenarios, aunque a nivel técnico podría dar más de sí y está lejos de ser un referente. Las texturas están bien, pero no terminan de destacar, hay animaciones muy pobres (esto queda especialmente evidenciado durante las conversaciones), los modelados de las caras no es el mejor (solo los personajes principales lucen realmente bien) y las expresiones faciales suelen brillar por su ausencia, entre otros problemas exclusivos de su versión para consolas, como tearing en determinadas secuencias (ocurre en contadísimas ocasiones), largos tiempos de carga (aunque no desesperantes) y caídas en la tasa de imágenes por segundo en los momentos más exigentes.
Finalmente, decir que la banda sonora es realmente buena y encaja perfectamente con todo lo que vemos en pantalla, a la vez que mantiene el mismo estilo de lo que pudimos escuchar en la anterior entrega. Rara vez toma el protagonismo, pero siempre está ahí, acompañándonos de fondo y ayudando a elevar la experiencia.
Los efectos son también muy buenos, variados y contundentes (menos los sonidos de las armas) y el doblaje en español vuelve a ser el mismo que el de Human Revolution, con todos los actores originales repitiendo sus papeles, algo que se agradece mucho, aunque ni la selección de voces ni las interpretaciones son demasiado convincentes. La buena noticia es que podremos escoger el idioma en el que queremos escuchar a los personajes hablar, por lo que siempre tendremos la posibilidad de cambiar al original en inglés en el caso de que no nos guste cómo ha quedado todo en nuestra lengua.
Conclusiones
Deus Ex: Mankind Divided juega sobre seguro para ofrecernos una aventura muy conservadora y continuista que rara vez se atreve con cosas nuevas. A pesar de ello, su fórmula sigue funcionando muy bien, ofreciéndonos una mezcla muy única entre rol y sigilo con algo de acción en un universo apasionante. Y todo esto aderezado por una potente historia que sabe tratar con gusto temas muy interesantes, actuales y maduros. Está lejos de ser perfecto y tiene algunos fallos que le impiden llegar más lejos (IA mejorable, tiroteos sin gracia alguna, etcétera), pero si os gustó Human Revolution y os quedasteis con ganas de más de lo mismo, lo nuevo de Adam Jensen difícilmente os decepcionará.
Hemos realizado este artículo con una copia digital de la versión final de PlayStation 4 que nos ha proporcionado Koch Media.