Análisis Citizens of Space, un RPG con combates a lo Paper Mario (PS4, PC, Switch, Xbox One)
Muchos estudios independientes están intentando rescatar el estilo de los clásicos juegos de rol por turnos, en concreto el de los JRPG, aunque sea con desarrollos occidentales. En 2015 Eden Industries probó suerte con Citizens of Earth, una aventura que destacaba por la posibilidad de reclutar cuatro decenas de personajes, un gran mapa plagado de misiones secundarias y plagado de personajes simpáticos.
Aunque el juego no se convirtió en un éxito de crítica o ventas, sí logró llamar la atención de muchos, en especial de los fans de Earthbound. Ahora sus creadores vuelven a la carga con Citizens of Space, una aventura similar a la original pero con un nuevo misterio: la desaparición de la Tierra.
Contratiempo en la Federación Galáctica
Somos el Embajador de la Tierra en una visita a la Federación Galáctica para celebrar que nuestro planeta ha sido incluido en la organización. Durante la charla llega el momento de presentar la imagen del planeta azul al resto de civilizaciones, pero algo inesperado sucede: la Tierra ha desaparecido.
Aparentemente el resto de miembros de la Federación no muestra interés por la civilización terrícola y será responsabilidad nuestra descubrir que ha pasado, que por algo somos su principal representante.
Citizens of Space combina parte de exploración, combates y conversaciones con personajes –nos llega con textos en español-. El embajador es un personaje estirado que da lugar a algunas situaciones graciosas, y en general los diálogos siempre tienen una dosis de humor. Está plagado de criaturas de todo tipo que al igual que su predecesor podremos sumar a nuestro grupo, pero la escala y la jugabilidad son un poco diferentes.
Con guiños a Paper Mario
El desarrollo y tono del juego es bastante similar a Citizens of Earth y gustará a los fans de aquel. Es un poco abierto e incluso cuenta con su propio horario –que afecta por ejemplo a la iluminación del mapa-, algo que da la sensación de un pequeño sandbox en miniatura.
Tendremos una misión principal y una serie de misiones opcionales que se suelen conseguir por conversar con la población que vamos encontrando, y que en ocasiones forma parte del requisito para sumar a estos personajes a nuestra aventura. Existen indicaciones y una brújula en pantalla para saber la ubicación de estos encargos, algo que reducirá nuestros paseos dando vueltas por los mapas. En general siempre sabremos cuál es nuestro siguiente paso y las tareas pendientes que tenemos sin terminar.
Estos ciudadanos que iremos conociendo son clave para progresar en la aventura, pues el Embajador no lucha directamente –sí utilizar algunos objetos y comandos especiales-. La gente que reclutamos se dividen en varias categorías, unos están preparados para el enfrentamiento y otros por ejemplo son de apoyo. Con esta personalización, además del equipamiento habitual del rol, se modifican los parámetros y habilidades, y cuantos más personajes a elegir más combinaciones posibles. Siempre es interesante combinar ciudadanos fuertes con otros orientados a la curación, mientras que otros pueden ser invocados para desatar ataques demoledores.
El sistema de lucha por comandos trae una de las principales novedades de esta secuela. Los ataques y habilidades incluyen un pequeño minijuego para potenciar el daño como puede ser la pulsación repetida de botones para aumentar una barra o acertar con precisión en algún indicador. La verdad es que estos minijuegos estilo Paper Mario añaden algo más de personalidad a cada tipo de guerrero y no resultan tan pesados como en YIIK: A Post-Modern RPG, donde cualquier encuentro se eternizaba por el tiempo que suponía cada mínima acción –aun así, sabemos que tras muchas horas quizás repetir estas pruebas pueda acabar cansando-.
De igual manera la defensa tiene su propia mecánica. En el momento de recibir un golpe aparece un círculo que se va reduciendo, y si pulsas el botón cuando coincide con la marca reducimos el impacto, e incluso se puede evitar por completo. En definitiva, te mantiene atento a la partida incluso en este tiempo que, en muchos otros RPG, apenas prestamos atención.
Además los talentos de la población permiten otras ventajas fuera de la lucha, como ofrecer algún tipo de interacción durante mazmorras y escenarios. Un topo lunar nos desbloquea la habilidad de romper rocas que bloquean el camino, obstáculos insalvables de otra manera, y como este hay otros muchos casos. No será necesario conseguir los 40 personajes reclutables, pero los importantes se obtienen por simple progreso en la historia.
El tono ligero y el carisma del protagonista hacen de Citizens of Space una aventura entretenida, alejada del dramatismo que solemos ver en el rol actual. Tiene algunos aspectos mejorables, por ejemplo que al final casi todas las misiones secundarias –y las de reclutar- se convierten en peticiones de recadero, del tipo "lleva tal objeto a este personaje", o de coleccionismo, lo cual se hace repetitivo cuando queremos ir a por el mayor número de compañeros. Sí, nuestro planeta ha desaparecido… Pero por alguna razón la mayoría de las tareas son tan mundanas como entregar un paquete a un personaje.
Pese a la diversión de los combates, sabemos que no todos estarán contentos con volver a los enfrentamientos aleatorios. Se puede minimizar la tasa de enfrentamientos con uno de los talentos de nuestro ayudante, aunque para que se vea una reducción drástica hay que avanzar mucho en el juego.
El control también es mejorable durante la exploración –con escenarios que muchas veces son demasiado dispersos, sin nada interesante-. A los usuarios de PC les recomendamos utilizar un pad, ya que se hace muy engorroso con teclado, sobre todo a la hora de participar en los minijuegos. Por cierto, al menos en esta versión cuenta con abundantes bugs de todo tipo, incluyendo algunos que cerraron el programa.
Gráficos sin mucha personalidad
Así como el juego y el Embajador tienen personalidad propia, gráficamente peca de ser poco llamativo. No luce mal, es un estilo cartoon y hay variedad de entornos según el lugar o planeta en el que nos encontramos, pero a muchos les recordará aquellos juegos para web en Flash que tan de moda estuvieron hace años. Un diseño limpio, quizás demasiado, y unas animaciones muy justas dan una sensación de juego más genérico de lo que debería.
En el sonido sin duda resaltan las voces –en inglés- del Embajador y su ayudante, con un elenco muy variado de actores. No todos los personajes secundarios están igual de cuidados en cuanto a peso en la historia, pero los más importantes siempre están a un buen nivel. La banda sonora sigue el estilo del original, acompaña pero rápidamente pasa muy desapercibida y difícilmente nos acordaremos de ella una vez se apague el juego.
Conclusiones
Citizens of Space es una secuela en cuanto a historia y desarrollo general –reclutar un grupo de pintorescos ciudadanos-, pero que cambia su inspiración en Earthbound por Paper Mario. Tiene sus ventajas e inconvenientes según el grado de implicación que queramos tener durante las batallas, por ejemplo hay jugadores que prefieren un sistema más estratégico donde el daño no dependa tanto de los reflejos, pero en ningún caso diríamos que es un cambio a peor.
Por lo demás, quienes disfrutaron del original lo harán de esta aventura. Es un RPG que no se toma muy en serio y tiene algunas buenas ideas que lo diferencian de la mayoría de juegos de rol japoneses estándar, tan preocupados en recuperar la nostalgia que apenas innovan, pero falta un punto de pulido en mecánicas y diseño que destaque más sus virtudes.
Hemos realizado este análisis en PC con un código que nos ha proporcionado Cosmocover.