Análisis de Call of Duty: Advanced Warfare (PS4, PS3, Xbox 360, Xbox One, PC)

Si para el común de los mortales los anuncios de televisión de juguetes y de perfumes o la decoración de los centros comerciales les advierten de la llegada inminente de la navidad, para nosotros los jugadores ese recordatorio nos lo hace el Call of Duty de turno, que siempre sale por estas fechas. Desde que la serie diera el auténtico pelotazo con Call of Duty 4: Modern Warfare en 2007, su popularidad no dejó de crecer, con un ascenso imparable de las ventas, hasta llegar a su pico en 2011 con Call of Duty: Modern Warfare 3. Desde entonces ni Call of Duty: Black Ops II (2012) ni Call of Duty: Ghosts (2013) han conseguido superar las ventas de este, y los síntomas de agotamiento de la serie son más que evidentes, habiendo perdido cualquier capacidad de sorpresa, aunque gracias a su adictivo multijugador, siguen siendo grandes juegos.

Lo que más decepcionó la entrega del año pasado es que no aprovechara para nada la llegada de las nuevas consolas, PlayStation 4 y Xbox One, para dar un verdadero salto de calidad, y de hecho consiguieron todo lo contrario, siendo uno de los Call of Duty peor valorados, tanto por la prensa como por los jugadores. Este año, con las nuevas consolas ya asentadas, llega Call of Duty: Advanced Warfare, creado por Sledgehammer Games, que se estrenan en la serie tras colaborar en el desarrollo de Call of Duty: Modern Warfare 3. Con un nuevo ciclo de desarrollo de tres años, algo de lo que se sienten orgullosos en Activision y que nos parece una buena idea, esta vez sí luce como esperábamos que lo hiciera un juego de nueva generación, al menos con el mínimo exigible, y el multijugador ha recibido unas cuantas novedades que le aportan frescura, sin estropear demasiado lo que siempre ha funcionado tan bien.

Desde hace varios años Call of Duty se sostiene en tres pilares, aunque uno sea el más grande, robusto y fundamental. Una campaña para un jugador lineal, peliculera y espectacular, que ya a nadie sorprende aunque al que más o al que menos le entretiene; un modo multijugador cooperativo, que ya sea contra soldados, zombis o alienígenas aporta buena diversión en compañía, y el pilar fundamental, el multijugador competitivo, la razón de ser del producto, al que millones de jugadores de todo el mundo dedican decenas de horas cada año, y que aunque muchos juegos lo han intentado imitar, casi ninguno, haciendo algo parecido, lo ha conseguido superar.

Call of Duty: Advanced Warfare cumple a pies juntillas con estos tres pilares, y al menos en dos de ellos, supera ampliamente a la entrega del año pasado, lo que la verdad, tampoco era demasiado difícil. Si esperabais una auténtica revolución dentro de la serie iros olvidando, ni la campaña, ni el cooperativo ni el competitivo se alejan demasiado de lo que habíamos visto anteriormente, y no sorprende en ese aspecto. Pero si lo que esperáis es un buen Call of Duty, que tenga las novedades justas para que no se sienta como más de lo mismo, y que luzca gráficamente bastante bien, creemos que os vais a sentir satisfechos con lo que ofrece.

La guerra del futuro

Desde que comenzara en la Segunda Guerra Mundial, la serie no ha dejado de avanzar hacia el futuro, y en Call of Duty: Advanced Warfare da su mayor salto, llevándonos hasta el año 2054, en el que la guerra utiliza la más avanzada tecnología, como drones de combate, trajes de invisibilidad y los exoesqueletos, una especie de armaduras o segundo esqueleto que otorgan a su portador grandes poderes en el combate, pudiendo golpear con fuerza sobrehumana, planear por el aire y dar enormes saltos. En este contexto, un grupo terrorista decide atacar al mundo occidental e intentar llevarlo a la edad de piedra, dejándolo sin ningún tipo de tecnología. Atacando centrales nucleares y eléctricas consiguen sumir al mundo en un completo caos, pero la corporación militar privada Atlas, con el carismático Jonathan Irons al mando (interpretado por el prestigioso actor Kevin Spacey), acude al rescate, intentando solventar la situación.

Esta es la premisa argumental de la campaña para un jugador, un modo historia que es exactamente a lo que nos tiene acostumbrados la serie, unas 8 o 9 horas de acción y espectáculo, con un desarrollo lineal, situaciones predefinidas, uso de vehículos y maquinaria para ofrecer algo de variedad, y que aquí al estar en el futuro, nos invita a utilizar un montón de gadgets, a cada cual más sorprendente. En cada misión contamos con un tipo distinto de exoesqueleto, que nos permite realizar doble salto, desplegar un escudo, lanzar un pulso sónico que aturde a los enemigos, o incluso ralentizar el tiempo durante unos segundos para poder disparar mejor.

Aunque esto debería cambiar bastante la experiencia, si te has jugado las campañas de todos los Call of Duty, o de una gran mayoría de ellos, la sensación de déjà vu es constante, y realmente no innova nada en cuanto a intenciones jugables, sigue siendo tan lineal y previsible como siempre, y además se le han añadido unos cuantos quick time events que sobran totalmente. La fórmula está agotadísima, exhausta, y por muchos "cacharritos" que le metas esto no se soluciona. No es de las peores campañas de un Call of Duty, ni mucho menos, e incluso nos ha parecido bastante mejor que la de Ghosts, pero claro, estamos en pleno 2014, y fastidia un poco que la notable renovación gráfica no haya venido acompañada también de una renovación jugable.

Pese a esto, hay que decir que tiene cosas destacables. Para empezar, una historia sencilla y que se entiende y se sigue sin problemas, sabiendo quienes somos en todo momento, lo que no es poco hablando de un Call of Duty. Una premisa argumental interesante, que habla de a dónde nos puede llevar la tecnología y el exceso de poder en manos de las empresas privadas, y un desarrollo que se esfuerza por intentar ser variado en todo momento, y que a lo mejor si llevas varios años sin jugar la campaña de un Call of Duty, puede que te entretenga bastante. Como único elemento diferencial, tecnología y gadgets aparte, hay un sistema de progresión.

Si consigues cierto número de bajas enemigas, tiros en la cabeza, muertes con granadas y recoges coleccionables, obtienes puntos de habilidad, que puedes utilizar entre misiones para mejorar al personaje. Aumentar la resistencia, el número de granadas que puedes llevar, esprintar durante más tiempo, recargar más rápido, etcétera, así hasta 22 mejoras, que se van acumulando a lo largo de la campaña. No cambian demasiado las cosas, pero es curioso, y le da cierta sensación de cohesión y continuidad a la campaña.

Un gran multijugador

Es en el multijugador competitivo donde más vuelve a destacar este nuevo Call of Duty, gracias a los nuevos movimientos que ofrece el exoesqueleto, que nos permiten realizar doble salto o deslizamientos laterales, tanto por tierra como por el aire. Aunque cuando lo vimos por primera vez en la gamescom nos "asustamos" un poco, realmente después de haber jugado un montón de horas, la esencia y el espíritu se mantienen y no es un cambio radical, pero sí lo suficiente para que se sienta fresco y actualizado.

Ahora nos movemos con más dinamismo por los mapas, hay que aprender a pensar en vertical, ya que es fácil subirse rápidamente a cualquier lugar elevado, y se disfruta mucho tiroteando enemigos en el aire. También nos agarramos a los bordes de los elementos y nos subimos, y aunque esta especie de parkour no se ha dejado de comparar con el que ofreció hace unos meses Titanfall, realmente es diferente, no es tan dinámico, y no podemos hacer cosas como correr por las paredes.

Un detalle que nos parece bastante importante es que ya no morimos con tanta facilidad, con apenas el roce de un disparo como en Call of Duty: Ghosts, y ahora es mucho más razonable, podemos recibir unos pocos disparos y revertir la situación. Se les había ido de las manos en la última entrega, y convertían un juego que siempre fue muy divertido, en por momentos algo frustrante. Esto puede sonar anecdótico, pero los que han jugado mucho a los distintos modos multijugador de la saga, saben que es algo realmente importante.

Los exoesqueletos además de para movernos con más dinamismo y realizar doble salto, la acción más importante, también cuentan con una habilidad especial, llamada aptitud exo. Desplegar un escudo portátil acoplado para protegernos de los disparos, silenciar las pisadas, generar salud por encima de los niveles normales, hacernos invisibles, planear por el aire, o ver durante unos segundos a los enemigos a través de las paredes. Y aunque podría haber sido fácil que estas habilidades se les fueran de las manos, están muy bien medidas, y no desequilibran los combates.

El diseño de los 13 mapas es entre bueno y notable, se adaptan muy bien a determinados modos de juego, aunque de momento solo dos o tres nos parecen sobresalientes, y que serán recordados en un futuro. En ocasiones tenemos algunos elementos con los que podemos interactuar, por ejemplo unos barriles de ácido, que podemos disparar para que su contenido dañe a los enemigos, y en alguno de los mapas hay eventos especiales, como un tsunami que inunda el escenario y que la verdad, no aporta nada sustancial a la partida. Han intentado con esto hacer algo similar al Levolution de Battlefield 4 y se ha quedado en nada, para eso la verdad, mejor no haberlo incluido.

En cuanto a modos de juego, volvemos a tener una enorme variedad para elegir, regresando algunos modos que demandaban los fans como el clásico Captura la bandera y el divertido Punto caliente, que nos encanta. Como novedad, tenemos Enlace, una especie de partido de rugby en el que tenemos que meter un dron esférico en la "portería" enemiga, como si se tratara de una pelota, algo parecido a Bola Loca de la saga Halo, pero aquí con el objetivo de marcar goles para ganar la partida. La gracia está en que en todo momento sabemos en el mapa donde está la pelota, y quien la lleva no puede disparar, por lo que está indefenso, aunque puede pasarla a sus compañeros de equipo. Por nuestra experiencia nos ha parecido un modo bastante original y divertido, que veremos cómo acoge la comunidad.

Estas son algunas de las novedades más destacables, ya que hay un sinfín de pequeños detalles nuevos. Por ejemplo las rachas de puntos se pueden personalizar, modificando su eficacia como el daño o el tiempo que duran, pero a cambio se vuelven más caras, más difíciles de conseguir. Hay rachas cooperativas, cuando un compañero de equipo despliega un dron, te puedes unir y disparar junto a él. Tenemos un nuevo sistema de recompensas tras cada partida, unos cofres con sorpresas en su interior, como armas, equipamiento, accesorios y ventajas, doble experiencia, que podemos utilizar de manera temporal.

En el menú de personalización hay un campo de tiro virtual, al que podemos acceder instantáneamente pulsando un botón, y que nos permite probar el arma que llevamos equipada, sin necesidad de tener que experimentar durante un combate real. Y se ha hecho mucho hincapié en la personalización visual de los personajes, pudiendo elegir entre diferente cascos, camisetas, guantes, pantalones, botas, etcétera, algo que nos parece anecdótico en un juego de acción en primera persona, en el que además no conviene ponerse un atuendo demasiado llamativo si no quieres convertirte en una atractiva diana con patas.

Por último queda hablar del multijugador cooperativo, Supervivencia Exo, el equivalente al modo zombis o aliens de las últimas entregas, y que nos ha decepcionado bastante, no nos parece tan trabajado como estos. Para empezar porque jugamos en los mismos mapas de los modos competitivos, no han creado nuevos escenarios para la ocasión, y porque aunque es bastante profundo, no deja de ser un modo horda más elaborado de lo normal, algo que está muy visto a estas alturas.

En este modo hasta para cuatro jugadores, que se puede jugar a pantalla partida desde la misma consola o incluso solos, lo que evidentemente es mucho menos divertido, tenemos que sobrevivir oleadas de enemigos, y entre rondas podemos comprar armas y equipamiento, mejorar al personaje, etcétera. No solo nos limitamos a matar, y hay rondas especiales en las que hay objetivos secundarios, como recoger chapas o documentos. Se puede llegar a jugar hasta 100 rondas, lo que puede suponer unas 3 horas de juego, y lo cierto es que es realmente desafiante, y seguro que gustará a los jugadores más habilidosos.

Al principio tenemos desbloqueados solo cuatro mapas, de nivel 1, y jugando 46 rondas desbloqueamos otros cuatro mapas, de nivel 2. 75 rondas de nivel 2 desbloquean los mapas de nivel 3, y 100 rondas en los mapas de nivel 3, desbloquean el nivel 4. ¿Cuál es la recompensa de desbloquear todos los mapas? Bueno si habéis estado atentos estos días a los rumores y filtraciones que se han producido, os lo podéis imaginar, aunque nosotros no hemos podido probar todavía este nivel especial, que no estaba disponible en el evento de review.

Un gran lavado de cara

Tras el decepcionante aspecto de Call of Duty: Ghosts en las nuevas consolas, la saga necesitaba dar un salto de calidad visual, y demostrar que también puede ofrecer buenos gráficos, de nueva generación. Y en nuestra opinión lo ha conseguido, tanto en la espectacular campaña, con momentos muy buenos, en cuanto a cantidad de elementos en pantalla, modelados de los personajes, iluminación, etcétera, y con un multijugador que si bien visualmente no luce tan brillante, cuenta con un rendimiento perfecto, a 60fps totalmente estables. En cuanto a resolución, 1080p en PlayStation 4 y con resolución de 1360×1080 que se escala dinámicamente a Full HD en Xbox One.

Tecnológicamente puede que no sea un portento, y más de uno dirá que las nuevas consolas pueden ofrecer mucho más, pero lo cierto es que pocos juegos lo han demostrado hasta el momento, y al menos cumple con el mínimo que le pedíamos a la nueva generación. Una imagen nítida y limpia, muchos elementos en pantalla, algunos efectos destacables, y los siempre elevados valores de producción, que han permitido que una serie con un motor gráfico tan anticuado, siempre haya lucido bastante bien.

Lo que más nos molesta de sus gráficos y que deberían arreglar con urgencia porque estropea un poco la experiencia, son las muertes con animaciones predefinidas de los enemigos, a los que da igual que estés reventando a tiros, que se van a morir dramáticamente, con una animación concreta. Algo que a estas alturas queda muy feo, y deberían contar con unas buenas físicas, ya que la sensación de disparo e impacto no es satisfactoria por esto.

El sonido cumple, tanto en efectos, como con un doblaje al castellano como siempre correcto, que cuenta con uno de los actores de doblaje habituales de Kevin Spacey. La banda sonora nos ha pasado completamente desapercibida, pese a contar con el famoso compositor Harry Gregson-Williams, con amplia experiencia en este de los videojuegos. No es mala la música, cumple su función, pero no nos ha llamado en ningún momento la atención, ni para bien ni para mal.

Un buen Call of Duty, que insufla oxígeno a la saga

Sin ser ninguna revolución, Advanced Warfare devuelve a la saga al camino correcto, con uno de sus mejores multijugador de los últimos años, indiscutiblemente bueno, y una campaña que sin ser ninguna maravilla, se deja jugar y luce muy bien. El modo cooperativo no tiene tanta fuerza como los famosos zombis de Treyarch, y es la pata más floja del producto, pero si eres unos de los tantos aficionados de la saga que quedó desilusionado con la entrega del año pasado y se te quitaron las ganas de volver a caer en sus redes, dale una oportunidad a este, porque puede que te sorprenda muy gratamente.