Análisis de One Piece: Pirate Warriors 2 (PS3, PSVITA)
No son pocas las licencias de manga y anime que han saltado al género musou –mamporros a gran escala- en los últimos años. Naruto -con Ultimate Ninja Impact-, Saint Seiya -Batalla por el Santuario-, Fist of the North Star y One Piece lo han intentado con mayor o menor fortuna. ¿Qué hacer para que estos juegos sean algo más que un homenaje modesto destinado únicamente a los fans del personaje en cuestión? Exacto, encargárselo a los "padres", o por lo menos, los maestros del género, Omega Force. Tras un primer Pirate Warriors bueno, aunque no tan brillante como se prometía, el equipo creador de Dynasty Warriors lo intenta una vez más con One Piece: Pirate Warriors 2 para PlayStation 3 y PS Vita –versión portátil que no nos llega a Europa- mejorando varios puntos polémicos del primero y haciendo lo que muchos esperaban que fuese el original: un Dynasty Warriors con Luffy. Y vaya si lo han hecho, que estamos ante uno de los mejores hermanastros de la veterana saga de guerras chinas.
A Pirate Warriors 2 se le pueden criticar muchas cosas, pero no tantas por el juego en sí, sino más bien por el estilo adoptado: una jugabilidad bastante sencilla y un poco repetitiva por naturaleza, pero que viene muy bien para descargar adrenalina sin complicaciones contra centenares de enemigos. Exactamente lo mismo que Dynasty Warriors. De hecho hay varios aspectos que nos han gustado más que en dicha saga, y que lo hacen mucho más interesante para jóvenes o incluso jugadores sin gran experiencia en el género. Sin duda, las aventuras de Luffy y sus compañeros entran por los ojos mucho más fácilmente que las conquistas del Período de los Tres Reinos, o por lo menos esa es nuestra sensación.
Si bien el primer Pirate Warriors fue un alumno aventajado respecto a las otras adaptaciones que intentaron apuntarse a esta mecánica masiva, a nadie se le escapa que hubo varios elementos como los QTE, las pseudoplataformas y los puzles ligeros con más buenas intenciones que calidad. Esta vez Pirate Warriors 2 se quita los complejos y Omega Force hace lo que sabe hacer, grandes escenarios con hordas de enemigos, un sistema de combate simple pero más que decente y una historia completamente nueva creada expresamente para el juego que gira en torno a un accidente que sufre la Banda del Sombrero de Paja y que provocará luchas con compañeros y alianzas inesperadas. ¿El resultado? Duelos espectaculares, situaciones ridículas –en el buen sentido, que es lo que piden estos juegos- y sorpresas no atadas al guión original. Si no estás familiarizado con los personajes el juego apenas incluye breves biografías de cada uno de ellos, o de los términos más usados en la historia, pero no será un gran inconveniente para disfrutar de su jugabilidad. Los fans de One Piece podrán saltar inmediatamente a la acción.
Como buen musou, Pirate Warriors nos lanza decenas de enemigos en pantalla que piden a gritos ser masacrados por nuestro protagonista, a escoger entre una amplia gama que iremos desbloqueando –cerca de una treintena, más del doble que el primero-. Entre los rivales estándar de inteligencia más bien escasa, o directamente de nula, de vez en cuando encontraremos algún capitán más resistente y mejor armado que podremos marcar como objetivo –la cámara se centrará en él-, cuya derrota mermará la moral enemiga y nos allanará el camino para conquistar las fortalezas del mapa, evitando que nuevas fuerzas lleguen a esta zona a defenderla. El juego hace uso de dos botones de ataque que combinaremos de manera intuitiva para ejecutar ataques rápidos, golpes giratorios, impactos potentes, en definitiva, todo lo necesario para salir airoso de este tumulto.
Una de las gracias del juego es probar los diferentes personajes y sus técnicas, lo que garantiza muchas horas de rejugabilidad para subir el nivel de cada compañero de manera independiente; incluso si lo deseamos, se puede comprar la experiencia para no tener que empezar desde el primer nivel con un personaje recién conseguido, lo que facilita cambiar de héroe sin tener que volver a empezar como un enclenque. El dinero conseguido también se utiliza para adquirir galerías, películas o música, numerosos extras en forma de coleccionables. Y aunque explotar a todos los personajes quizás se escape de nuestra ambición, seguro que los fans de One Piece valoran tanta variedad de protagonistas y estilos de lucha, pese a que el número de caras no llegue a las de un Dynasty Warriors. Por si fuera poco, ahora podemos jugar a toda la campaña en cooperativo, local –pantalla dividida horizontalmente- y online, con la opción de enviar una petición de auxilio a otros jugadores o de entrar en avisos que nos llegan de los usuarios.
El combate incluye más opciones que los dos golpes básicos, como una útil maniobra para esquivar y que viene a sustituir una defensa, lo cual hace la jugabilidad más dinámica –y sinceramente, defenderse no tiene mucho sentido cuando estás rodeado-. También disponemos del ataque especial Haki para realizar movimientos más poderosos y la opción de llamar de forma temporal a un segundo personaje que saldrá en nuestra ayuda si se encuentra cerca. Según el perfil de cada uno como compañero nos beneficiaremos de su poder destructivo o de sus ataques a velocidad normal mientras los enemigos se mueven a cámara lenta. Estas potentes técnicas son tan espectaculares como letales para nuestros enemigos.
El juego también incluye personalización de habilidades –obtenidas formando bingo en un panel que obtendremos superando capítulos- y de los parámetros básicos –salud, fuerza, defensa- con un sistema muy rolero que funciona mediante asignación de monedas conseguidas en las partidas, que además pueden aliarse en grupos según su categoría para potenciar aún más las ventajas. Estas monedas suben de nivel con el uso, así que podemos decir que la parte de la personalización está bien desarrollada.
Contra las grandes masas no es necesaria ninguna estrategia especial, pero esto cambiará con los jefes y aquellos capitanes más rabiosos, con los que no hace falta usar mucha materia gris, pero sí saber cuándo atacar y cuándo esquivar. El combate es divertido, hay muchas combinaciones disponibles que iremos obteniendo, los ataques se pueden recargar y todo resulta muy vistoso por las habilidades fantásticas de Luffy y sus compañeros. El único inconveniente de decantarse tanto por este género es que pierde la ligera variedad de situaciones que tenía su predecesor, o al menos ese aspecto más de aventura –ahora estamos ante grandes campos de batalla, un poco laberínticos, pero sin respiro en el ritmo-.
El diario pirata es el modo principal, con episodios de historia y de aliados, con los que conseguirnos nuevos compañeros superando estas misiones secundarias. Diario libre permite elegir episodio libremente y Desafíos son una serie de retos especiales con objetivos específicos sin ningún tipo de historia, y por lo que hemos visto se necesita tener personajes con cierta experiencia porque no hay una curva de aprendizaje como sucede en el diario pirata. El menú online incluye las funciones básicas para crear partidas o búsqueda rápida.
El juego no esconde que en el fondo sea una especie de "mod" de Dynasty Warriors, lo cual no es para nada malo. Arrastra sus virtudes y defectos, así por ejemplo la mayor crítica que podemos achacar es la repetitividad de sus objetivos, que consisten casi siempre en capturar territorios o defenderlos, acabar con un capitán concreto, eliminar un número de enemigos y abrir así las puertas de la fortaleza del jefe, al que nos enfrentaremos en duelo o acompañados de su ejército, un desarrollo que se repite a lo largo del juego con muy poco margen a la exploración, reducida únicamente en abrir los cofres con ítems curativos o recompensas. Fácilmente pasará de las 10 horas si decidimos exprimir todos los modos, más si quedamos enganchados al cooperativo. Los fanáticos de Omega Force saben lo que se van a encontrar y pocas pegas pueden poner a esta genial adaptación manga, mientras que los seguidores de One Piece tienen por lo menos que tolerar esta jugabilidad para disfrutarlo plenamente.
Pirate Warriors 2 es un juego notable en el apartado gráfico si lo comparamos con otros títulos similares. Las animaciones son excelentes, sólo superadas por el trabajo que realiza Cyberconnect2 en sus producciones. El tipo de sombreado da un aspecto de plástico que no busca el aspecto anime de los juegos de Naruto, y que por lo menos le da un toque personal; en las imágenes y tráilers podéis ver que el resultado es muy colorido y ciertamente parece más inspirado que lo visto en Dynasty Warriors, incluso los escenarios, dentro de su simpleza, están bien trabajados, son variados entre sí –aunque luego repiten constantemente elementos en su recorrido- y ocultan sus carencias de manera decente. Se acabaron los terrenos de pobres montículos y cuatro árboles, este juego es, de entre todos los musou, fácilmente el más bonito.
Eso sí, no se libra de algún que otro fallo típico del género en lo técnico, como pequeñas apariciones de elementos en el decorado –pop-up–- y poca variedad en los enemigos genéricos, todos clones salvo mínimas diferencia en el tipo de arma que portan –si bien, esto ayuda a reconocer inmediatamente al bando oponente por sus colores-. Claro que cuando pones en pantalla a 100 rivales con rarísimos bajones en el rendimiento, sin cortes de pantalla u otros defectos más graves, no es cuestión de pedir más explicaciones.
El juego llega únicamente con voces en japonés, con los actores originales del anime, y no nos perderemos ningún detalle del argumento mediante la traducción al español. La música mezcla rock y algunos toques de jazz –nos ha recordado bastante al tipo de música de sagas como Yakuza-, ningún tema es pegadizo fuera del juego, pero como ambientación cumple con creces.
Conclusiones
Pirate Warriors 2 apuesta más por la acción sin frenos que su predecesor, y lo que hace, lo hace bien. Es además un buen caballo de Troya para Omega Force que atraerá usuarios que nunca se habían planteado alguno de sus otros proyectos y que gracias a esta licencia ahora se interesarán por los hack´n slash.
Una plantilla de personajes amplia, cooperativo y muchos desbloqueables por conseguir son motivos de peso para mantenerte durante muchas horas pegado a la pantalla en una historia que va mejorando según avanza, adornado con un apartado gráfico por encima de la media para lo que solemos ver en el género. Salvo que realmente tengas alergia a los musou, es una compra más que recomendable para seguidores de la obra creada por Eiichirō Oda.