Análisis de Mortal Kombat (PS3, Xbox 360)
Todas las sagas tienen un traspiés tras varios años en activo. Sequía de ideas, introducción de alguna novedad que no gusta, se pierde el espíritu original… motivos que han afectado a múltiples juegos y entre ellos a Mortal Kombat. Es justo decir que la trilogía de la pasada generación, Deadly Alliance, Deception y Armageddon, demostró que Scorpion y Sub-Zero aún tenían algo que decir en el siglo XXI, con unos gráficos notables y un sistema de lucha con varios estilos por personaje que era diferente a la competencia. Pero aun así, no podríamos admitir que la saga había recuperado su trono, o al menos, situarse en el Panteón del género. Sencillamente, había otra generación que había crecido con Tekken, Virtua Fighter o Dead or Alive. ¿Qué podía ofrecer Mortal Kombat a los ojos de estos jugadores? Sangre y unos personajes cada vez más estrafalarios con cada secuela.
Pero suele ocurrir que hace falta un error para realizar la catarsis. Así lo hizo Midway tras Mortal Kombat 4 y así lo ha hecho Netherealm tras Mortal Kombat vs. DC, el menos Mortal Kombat de los Mortal Kombat –títulos alternativos aparte-. Porque tener a Batman y Superman como luchadores es muy tentador, pero no funciona si los mezclas con una saga consolidada que además se encuentra casi en las antípodas en algunos aspectos –violencia, por ejemplo-. De aquí nuestra alegría al recibir el noveno juego canónico, llamado simplemente Mortal Kombat, una declaración de intenciones que cumple la intención inicial de Ed Boon, que no pudo completar en 2008 debido a la colaboración con los cómics DC: un juego oscuro, gore, vuelta a los orígenes en casi todos los aspectos. El resultado, nostalgia a un lado, es que es fácilmente el mejor Mortal Kombat desarrollado hasta la fecha, pensado para fans, para novatos en la saga, para los aficionados al multijugador, y para los que prefieren un buen equilibrio entre contenido de juego solitario y dos -¡o cuatro!- jugadores. Tiene todo eso y mucho más.
En primer lugar, nos centraremos en los modos de juego para un jugador. En este sentido, el juego de Netherealm pasa la mano por la competencia de una manera muy exagerada. Solamente sagas como Soul Calibur han ofrecido una experiencia cercana gracias a las modalidades Edge Master o Modo Maestro de la Espada. Mortal Kombat tiene el modo arcade, que en esto no difiere mucho a otros juegos y mismamente al original: una lista de enemigos a batir de dificultad creciente coronada por los jefes finales, más duros y algo tramposillos como todo buen "final boss" –tramposos en el sentido de ejecutar golpes muy dañinos y exageradamente efectivos-. Como no hablamos de una máquina recreativa en la que gastar monedas, es cuestión de tiempo y paciencia superar a la inteligencia artificial con nuestro luchador favorito. Si decidimos ver todos los finales, nos llevará un tiempo considerable dada toda la plantilla, y existen varios niveles de dificultad.
El número de luchadores es muy generoso, pero más nos ha gustado la selección: todos aquellos carismáticos personajes que en los 90 eran tan conocidos como Mario o Sonic, más algunos "de segunda fila" como Jade, Quan Chi, Ermac y Noob Saibot vistos en Ultimate Mortal Kombat 3 o ya en Mortal Kombat 4 que ahora se redimen con un buen rediseño y movimientos espectaculares. Lo mismo sucede con algunos de los personajes menos populares como Nightwolf, Stryker o Kabal, que ahora auguramos tendrán una nueva legión de seguidores. En la parte de los villanos no controlables tenemos a Goro, Kintaro y Shao Kahn, echando de menos sólo al centauro Motaro –que no obstante aparece en la historia-, descartado por la dificultad que entrañaba su especial modelado en algunos movimientos especiales.
Los guerreros cuentan con un puñado de movimientos especiales característicos, entre los que encontramos desde el garfio de Scorpion a la sombra malvada de Noob Saibot. Estos movimientos tienen versiones potenciadas que consumen una de las tres barras que aumentan a medida que golpeamos en el combate. El sistema de lucha es mucho más profundo que en la trilogía original, porque aunque casi siempre se hace uso de estos golpes especiales, cada personaje tiene un estilo de lucha propio para los golpes básicos, aunque los barridos y el famoso gancho si son comunes. Por ejemplo, Johnny Cage es un luchador accesible, de combos rápidos en puños y patadas, mientras que Sub-Zero es más lento, aprovecha más sus técnicas de congelación para pillar desprevenido al rival y machacarlo. Sobre la plantilla, ninguna pega: es la más sólida vista en un Mortal Kombat; hay otras entregas con más luchadores, pero también con más relleno innecesario.
Mencionar brevemente a Kratos para la versión de PlayStation 3, del cual teníamos algunas reticencias por experiencias en el pasado con otros invitados metidos con calzador en sagas como Soul Calibur. En este caso se ha adaptado bien porque a diferencia de los superhéroes de DC, el espartano admite y reparte violencia y muchos de sus ataques no difieren demasiado del universo Mortal Kombat. También se ha incluido un escenario basado en el tercer juego de God of War, precisamente uno de los más apropiados –ya en el juego de Santa Monica recordaba a un juego de lucha versus-.
El modo arcade está bien pero no ofrece nada nuevo, y ahí es donde se quedan muchos otros juegos de la competencia, un gran fallo si no planeas dedicarte en exclusiva al multijugador. Netherealm añade un modo historia similar al visto en Mortal Kombat vs DC, pero mucho más largo –en torno a cinco horas- y con un aspecto mucho más cinematográfico. Lo que en el anterior Mortal Kombat eran simples encuentros entre combatientes para intercambiar tortas, ahora es una trama más o menos elaborada que presenta las motivaciones de cada luchador. Está organizada por capítulos, de manera que comenzamos con Johnny Cage y vamos enfrentándonos a uno o incluso dos rivales en partidas desigualadas hasta que la historia se centra en otro personaje. La historia trata el triste final que espera a todos los luchadores y la victoria de Shao Kahn sobre Raiden, pero éste, antes de morir, envía señales al Raiden del pasado, justo en la entrada al primer torneo. Así que como resultado, tenemos un repaso a los primeros juegos con algunas alteraciones que cambiarán el transcurso de la saga.
Hay que decir que aunque la historia de Mortal Kombat tampoco es el culmen de la originalidad, siempre ha sido un punto interesante que da más personalidad a cada luchador. Un combate entre Kano y Sonya puede ser una pelea más en el modo arcade, pero en el modo historia no lo es. Descubrimos viejas rencillas, nuevos detalles de personajes que no habían sido explotados –como el pasado de Cyrax y Sektor-, todo explicado en bastantes secuencias de vídeo dobladas al castellano. El argumento nos guía por recreaciones de escenarios del primer Mortal Kombat hasta que nos enfrentamos a Goro y al viejo Shang Tsung, somos testigos de la invasión de la Tierra, la convocatoria del torneo no oficial de Mortal Kombat II… Todos esos eventos que habían sido contados brevemente mediante un párrafo en los viejos cartuchos ahora forman una película, que vivimos en primera persona. Este regalo para los fans nos hace recordar porqué nos gustaba tanto la saga, y es un añadido sorprendentemente bien realizado para un juego de lucha.
Por si fuera poco, superar el modo historia y otros modos recompensa con puntos o monedas para gastar en la cripta, un lugar con decenas y decenas de almas que ofrecen desbloqueables. Es parecido al sistema visto en algunos Mortal Kombat anteriores, y aquí podemos encontrar ilustraciones, renders, nuevos movimientos Fatality o más trajes. Hay muchísimas posibilidades que dan una idea de todo el tiempo que nos puede llevar abrir todo el contenido –aunque existe la opción de tirar de guías y ver qué es lo que nos interesa-. De este apartado encontramos un pequeño defecto, y es que exploramos libremente el cementerio en vista subjetiva, con las tumbas o máquinas de tortura desperdigadas sin mucho orden. Gráficamente es mucho más espectacular que la cripta de Deadly Alliance, por ejemplo, pero aquella era más práctica e intuitiva, en la actual se hace más complicado encontrar la tumba que deseamos, y la navegación no es tan cómoda ni ágil.
Aún queda un tercer pilar para el juego en solitario, que es la torre de desafíos, 300 retos de todo tipo, que también recompensan con puntos para la cripta. La gracia de estas pruebas es que a diferencia de las luchas en arcade e historia, se permiten introducir normas completamente originales y extravagantes. Al inicio se explica en qué consiste la partida, que puede ser normal u obligarte a realizar un único movimiento para poder ganar; se pueden prohibir saltos, o movimientos especiales, puedes estar "envenenado", perder los brazos, se distorsiona o invierte la imagen, se te ordena ejecutar unos combos, participas en partidas por equipos, comienzas con menos vida, tus golpes dañan más –o menos- o sólo dañas al rival si se encuentra en un lugar determinado del escenario. Y así hasta centenares de originales combates que nunca cansan.
Hay muchísimas variantes y a lo largo de esta torre tomaremos contacto con todos los luchadores, pero lo más curioso son algunas fases de acción lateral, en las que desde una posición estática realizamos un ataque a larga distancia para detener a zombis u otro tipo de enemigos que se desplazan desde el otro extremo de la pantalla. Son unas fases que veladamente nos enseñan a realizar un movimiento concreto de manera rápida e instintiva, pero en cualquier caso, son muy originales. Luego tenemos los test de fuerza y demás minijuegos, presentes desde el primer juego –con la rotura de materiales-, entre los que se incluye el test de suerte –una ruleta decide normas de un combate-. Desde luego, tal y como pintaba en nuestros avances, si quieres un juego que ofrezca algo más que exclusivamente multijugador, Mortal Kombat es tu elección.
En el apartado jugable, esta vez Netherealm ha optado por llevar el juego a sus orígenes 2D y eso significa alejar las estrategias de lucha de las vistas en las últimas entregas, que estaban más orientadas a las 3D. Los malabares o ‘juggle’, los famosos golpes para levantar al rival del suelo ahora cobran una gran importancia, y son la clave para ejecutar combos lo más dañinos posibles. También tenemos los golpes Rayos X, que vienen a ser los Ultra de Street Fighter IV versión gore de Mortal Kombat, un combo demoledor capaz de cambiar el curso de un combate, o casi. La barra que los activa debe estar llena, y como comentamos, es la misma que potencia movimientos especiales o se usa para hacer los ‘break’ que detienen un combo rival, así que ahorrar o no ahorrar este ataque es la cuestión que debemos valorar según el desarrollo de acontecimientos.
En el apartado multijugador este Mortal Kombat se muestra también muy sólido con la inclusión del modo ‘tag’ por equipos, dos contra dos, que como se prometió, acepta a cuatro jugadores, cada uno controlando a un luchador. Esto da pie a combates muy emocionantes y multitudinarios en red o en la misma consola, especialmente si cada jugador está muy especializado en un personaje concreto y se forma un buen equipo. Para ser la primera incursión de Netherealm en esta opción el resultado es muy bueno, y con dominio se pueden hacer combos conjuntos, además de intercambiar los luchadores con una llamada especial de ataque. Quizás no llegue a toda la profundidad de los equipos 3 contra 3 de los Capcom vs. Marvel, pero que soporte a cuatro usuarios es un estupendísimo punto a favor.
Si nos decidimos por el juego en red, encontraremos partidas tanto para el tradicional uno contra uno como por equipos, de ranking y el Rey de la Colina, esa modalidad desvelada recientemente que intenta simular los momentos que antes eran exclusivos de los salones recreativos, o en su defecto, ante muchos amigos frente a la pantalla. La idea está en que, eligiendo un avatar, ya sea el del sistema -en Xbox 360- o caricatura de un luchador se accede como espectador a los combates. En otros juegos los usuarios en espera a su turno se limitan a ver y comentar la partida, lo cual está bien, pero aquí se puede valorar también a los contendientes con puntos de respeto según nuestra opinión. La verdad es que si los modos offline están muy cuidados, el online no parece quedarse atrás, y esta vez sí que tenemos la sensación de estar ante un juego con mucha duración, a diferencia de MK vs. DC. Como aspectos negativos, el uso del no muy popular código para jugar, el pase online –viene incluido en todas las unidades, pero frenará el mercado de segunda mano- y que no hay galería de repeticiones de partidas.
Como lanzarse a la aventura en red es quizás demasiado aventurado sin práctica, tenemos los habituales modos de entrenamiento, que no sólo cubren lo que es el juego en sí, también podemos poner a prueba los Fatality. Este polémico movimiento final ha causado mucho revuelo en este Mortal Kombat porque recuperaba toda la mala baba de los originales tras el descafeinado encuentro con los héroes y villanos de DC. Y aunque los primeros juegos en tres dimensiones tenían buenas ideas, la capacidad gráfica hacía que mucha de la violencia se perdiese en una lluvia de polígonos rojos del tamaño de puños –caso de Mortal Kombat 4-. Ahora al contrario, el realismo supera al de los juegos de imagen grabada con un detalle enfermizo por tripas y vísceras, siempre con el toque de humor negro necesario para que no llegue a ser desagradable. El propósito: reírse del enemigo. También tenemos los Babality, que en esta ocasión tienen más miga que antes, porque hay una pequeña animación con el perdedor única para cada personaje.
Si alguien hace la pregunta del millón, qué juego es "más divertido", si Street Fighter IV o Mortal Kombat, no tenemos la respuesta definitiva porque no hay una única solución válida, pero lo que está claro es que son diferentes y para gustos, juegos. Podríamos decir que Mortal Kombat se aproxima más al estilo Tekken, pero en un plano bidimensional, que a los juegos de Capcom.
Con los aspectos técnicos, aunque Mortal Kombat no llega a explotar del todo las consolas, hay que rendirse ante los desarrolladores porque el salto con el anterior juego para alta definición es enorme. Apenas dos años después Netherealm, usando el mismo motor pero pulido, consigue unos luchadores muy detallados, bien animados y con heridas en tiempo real que rompen la ropa, más el interior de esqueletos y entrañas visible en los golpes especiales. Pero los escenarios no tienen nada que ver con el mundo de cartón piedra de MK vs DC, que además de una simpleza pasmosa no tenía vida. Ahora los fondos, tres decenas –una burrada- poseen variantes de iluminación, personajes animados y acción en el segundo plano.
Pero sinceramente, lo que más nos gusta es la recreación de algunos escenarios legendarios de la primera trilogía de manera tridimensional. Por escuchar una nueva versión del tema musical del metro de Mortal Kombat 3 y ver aquel escenario más real que nunca el juego ya cumple con creces la promesa de traer de vuelta a la saga con fuerzas renovadas. Hay de todo, las gradas con monjes del primer MK, la guarida de Goro, el puente de MK II, la fundición o el coliseo, el templo de MK3, y por supuesto, unos cuantos escenarios completamente inéditos. La banda sonora incluye versiones de los temas clásicos y otros nuevos, aunque quizás en el aspecto musical el juego está por debajo de nuestras expectativas, falta contundencia y melodías más variadas.
Mortal Kombat tiene un doblaje al castellano como hemos mencionado para las secuencias de historia, que son muchas y abundantes. Aunque la elección de las voces podría ser mejorable, no vamos a dar demasiada importancia a este defecto en un juego de este género, en el que además no es habitual escuchar diálogos en nuestro idioma. Las voces de mensajes durante el combate y de los luchadores con los golpes y movimientos especiales se mantienen como en el original, en inglés.
Conclusiones
Nuestra conclusión es que el último juego de Mortal Kombat es, objetivamente, el mejor de toda la saga. El primero de todos sentó las bases, MK II guardará siempre un lugar especial en nuestra memoria que nunca se podrá superar, MK 3 nos dio muchas horas de diversión, y la trilogía tridimensional de la pasada generación es digna de elogio –aunque alterase la jugabilidad clásica-, pero el último Mortal Kombat tiene mucha más ambición que todos ellos, una plantilla simplemente perfecta y, aunque aún hay algunos aspectos que se pueden pulir, ofrece más contenido que cualquier otro juego de lucha. Pasarán decenas de horas y seguirás descubriendo algo nuevo en la cripta, explorando las biografías de los luchadores, encontrando nuevas formas de encadenar ataques en solitario o en equipo y reinando en los modos online.
Si te gustó Mortal Kombat en la era de los 16 bits, ha llegado el momento de escuchar una vez más la llamada de Raiden para defender Earthrealm. Los guerreros de Shao Kahn han ganado nueve de los diez torneos. ¿Eres tú el elegido para cambiar el aciago destino de nuestro mundo?