Análisis de Far Cry 3 (PS3, Xbox 360)

Desde este momento el objetivo será rescatar a nuestros amigos de manos de los piratas, y viviremos en primera persona la evolución y transformación de Jason, de un niño rico que nunca se ha tenido a enfrentar a problemas reales en la vida, a un auténtico Rambo, un hombre de acción que no duda un segundo en matar para alcanzar el objetivo que persigue. Una evolución irreal pero bastante bien construida, motivada en parte por el gran villano de la función, el publicitado Vaas, que aparece hasta en la portada del juego, y que nos recuerda y mucho a personajes tan carismáticos como el Joker, desquiciado e impredecible. Por desgracia su peso en el argumento no es tanto como parecía, y cuando aparece el juego sube enteros, y cuando estamos unas cuantas misiones sin saber de él le echamos de menos.
La historia está bien, no es ninguna maravilla, pero sirve de excusa perfecta para que queramos acabar con los piratas y tengamos que entrenarnos para convertirnos en un implacable guerrero. Como pasa últimamente en muchos juegos, flaquea en su tramo final, por motivos que no os podemos contar, y nos deja un sabor agridulce, ya que se le podía haber sacado mejor provecho al contexto, con unos buenos personajes secundarios y esa evolución del protagonista que acaba transformando sus valores morales, una vía a la que tampoco se le termina sacando todo el jugo.
Pero lo importante, como siempre, son las posibilidades jugables, y Far Cry 3 va sobrado de ellas, acción en primera persona con mucha personalidad, prácticamente única en el género. Sin duda estamos ante un sandbox o juego de mundo abierto, tenemos desde el principio un precioso archipiélago para explorar a nuestro antojo, ya sea a pie, en coche, en una lancha o volando en un ala delta, sin ningún tiempo de carga. Antes siquiera de pegar el primer tiro, nos enseñan algunas nociones básicas muy importantes, como la importancia de las torres de radio.
Para que os hagáis una idea rápida, son algo muy similar a las atalayas de la saga Assassin's Creed, una torres que tenemos que escalar, al principio sin demasiados problemas, aunque más adelante se van complicado, como si se trataran de pequeñas secciones de plataformas. Una vez lleguemos a lo alta tenemos que activarlas, revelando el mapa de la zona, desbloqueando armas gratis en las tiendas y nuevas misiones. Los puestos también son muy importantes, campamentos enemigos que hay que conquistar para abrir nuevos puntos de viaje rápido, limpiar de enemigos los alrededores y que se pueda viajar con seguridad por la región, desbloquear nuevos encargos y conseguir suculentos puntos de experiencia.

Si conquistamos el puesto sin dar la alarma o incluso sin que nos detecten, nos darán muchos más puntos de experiencia, ya que una de las características más interesantes de Far Cry 3 es que podemos resolver casi todas las situaciones por la vía de la acción directa o el sigilo. Si sorprendemos a los enemigos por la espalda los podemos ejecutar, y teniendo cuidado de que sus compañeros no encuentren los cuerpos, podemos llegar a limpiar campamentos enteros sin que nos vean, muy divertido e interesante. Cuando un enemigo nos está viendo, un indicador visual aparece en la pantalla, nos indica la dirección desde la que nos está viendo, y cuánto queda para que nos descubran por completo. Una buena opción para que no nos vean es escondernos en la vegetación, ya que en las islas que visitamos hay mucha.

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