Análisis de Dragon's Dogma (PS3, Xbox 360)

La sensación de explorar y aventurarte en territorios inhóspitos, exóticos y peligrosos, el no saber qué te vas a encontrar en el siguiente bosque, en lo alto de esa colina, cruzando un río, saber cuándo retirarse a tiempo (algo sobre lo que se nos advierte constantemente), el hecho de aprender a medir bien tus fuerzas y la de los peligros a los que te enfrentas, equipándote correctamente, y yendo acompañado y formado un equipo de guerreros adecuado y equilibrado. Una experiencia adictiva e inmersiva, un reto desafiante por momentos, sensaciones que ni las primeras siete u ocho horas, y mucho menos una demo, son capaces de transmitir.
Por eso a todos los que os gusten este tipo de juegos deberíais darle una oportunidad. El explorar y descubrir un enorme mundo abierto, vivir su acertado sentido de la progresión, en el que cada vez te sientes más fuerte y seguro aunque siempre encuentres retos a tu altura y otros que te desbordarán. El mejorar el personaje y el equipamiento para ir cada vez mejor preparado. Adentrarte en peligrosas mazmorras llenas de secretos, combatir en épicas batallas que te dejan un "subidón" en el cuerpo tras salir airosos, etcétera. Pese a sus numerosas virtudes, no está exento de muchos fallos y defectos, pero por lo general pequeños, y no llegan a empañar la experiencia global, la cual es muy satisfactoria.
Tiene defectos gráficos evidentes, la cámara a veces nos juega malas pasadas, el diseño artístico por momentos es soso, con unos monstruos con más carisma que los propios humanos, sin apenas personalidad y unos rostros carentes de alma. La historia es testimonial y anecdótica, sino por momentos absurda, no hay apenas ciudades, y la enorme y central Gran Soren carece de la suficiente vida como para llevar todo el peso del juego. Las caminatas son abundantes y largas, ya que no está la habitual opción de viaje rápido de otros títulos –algo que matizaremos más adelante-, el sistema de misiones puede ser confuso, sin diferenciar correctamente entre principales y secundarias, y no indicando bien los objetivos a realizar o cómo llevarlos a cabo, o el hecho de no poder tener varias ranuras de guardado resulta un tanto molesto –siempre es un partida que se va sobrescribiendo-.

Hay más defectos que no hemos mencionado, algunos muy subjetivos y que molestarán a unos jugadores y a otros no, pero como decimos, no consiguen estropear el producto, que nos ha gustado mucho, aunque sí lo alejan de la excelencia y de ser sobresaliente. En cualquier caso, y Monster Hunter aparte, este primer intento de Capcom en hacer una aventura de rol y acción en un enorme mundo abierto, de intentarlo con un RPG de corte occidental, les ha quedado genial, permitiéndose incluso el lujo de aportar valiosas innovaciones al género, y aunque ya habíamos tenido varios contactos previos, ha sido con esta versión de análisis y tras decenas de horas jugadas cuando hemos podido comprobar su verdadero valor, y nos ha gustado más de lo que nos esperábamos. Insistimos, muy recomendable para los amantes del género, o incluso para aquellos que nunca hayan tenido valor para ponerse con un RPG de esta magnitud.

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