Análisis de Battlefield 3 (PS3, Xbox 360)
Nota: éste es el análisis de las versiones para consola. Podéis ver el análisis de la versión PC siguiendo este enlace.
Por fin, tras muchas habladurías, rumores, expectación y polémica, la tercera entrega numerada de Battlefield está entre nosotros.
El gran rival de este año de Call of Duty hace su aparición en consolas con un auténtico juegazo que a pesar de quedarse atrás técnicamente ante lo que muchos se esperaban que sería, nos regala un multijugador competitivo único al que difícilmente se le pueden poner pegas y que nos mantendrá enganchados pegando tiros durante meses y meses.
La guerra de los tópicos
Si hay algo por lo que es conocida esta saga, es por su multijugador. Sin embargo, no se puede decir lo mismo del modo campaña para un jugador, que generalmente suele estar carente de interés real comparado a lo que nos ofrecen los modos competitivos. Pero en esta ocasión, los chicos de DICE se han esforzado en crear una campaña intensa, épica y muy cinematográfica, para alzarla a un nuevo nivel. A pesar de que se nota un gran esfuerzo depositado en ella, la verdad es que no termina de convencer tanto como nos gustaría, aunque sí que supone un salto de gigante respecto a lo visto en Bad Company 2.
Argumentalmente, Battlefield 3 no consigue sorprender, ni por su narrativa ni por la historia que se nos cuenta. Tras un primer nivel a modo de tutorial a bordo de un tren completamente, en el que no sabremos muy bien por qué estamos allí disparando a todo lo que se mueva, nos veremos en la piel del soldado Henry Blackburn. Este está siendo interrogado por agentes de la CIA que intentan descubrir lo que realmente ha pasado para lo que parece evitar una catástrofe mayor. A partir de este momento iremos reviviendo distintos flashbacks para reconstruir su historia e ir enterándonos poco a poco de todo, hasta que las piezas encajen. Aunque no sólo manejaremos a Blackburn, ya que también controlaremos a otros personajes, con el fin de mostrarnos los sucesos paralelos desde otro punto de vista.
Este estilo narrativo nos ha recordado enormemente al que vimos en Call of Duty: Black Ops, pero no es aquí donde acaban las similitudes con la serie bélica de Activision, ya que su desarrollo sigue a pie juntillas todos los tópicos de su desarrollo y que son esperables de la campaña de un juego de estas características. Hay un abuso de scripts, es decir, de sucesos programados para que ocurran en el momento que pasemos por un sitio, y también de escenas de vídeo interactivas en las que ir pulsando los botones que nos muestren en la pantalla (QTE). Eso sí, no se puede negar la espectacularidad que se consigue en todos estos momentos, dignos de una producción de Hollywood, pero que a su vez nos dará la sensación constante de haberlo visto ya antes.
A pesar de tener la sensación de estar jugando sobre raíles, ya que su desarrollo está excesivamente guiado y los escenarios no dejan demasiado margen a una libertad de acciones real, la campaña resulta muy entretenida, intensa y sobre todo muy variada. Tan pronto estaremos en un combate aéreo de cazas de combate, que a lomos de un tanque, que infiltrándonos entre las tropas enemigas, que cubriendo con un francotirador a un escuadrón de infantería o recorriendo las calles de París a tiro limpio. Es en esta variedad donde reside su punto fuerte, aunque nunca consigue terminar de camuflar la excesiva linealidad de la que sufre, donde con el fin de obligar al jugador a que siga los pasos programados, se nos pondrán paredes invisibles o puertas que no se abrirán hasta que nuestro compañero llegue y nos diga que la abramos, por muy pronto que hayamos llegado y estemos persiguiendo a alguien.
La Inteligencia Artificial tampoco es para tirar cohetes. Veremos a los soldados enemigos tomar coberturas extrañas y exponerse fácilmente y sin ningún tipo de sentido a nuestros ataques, por lo que el que nos cueste más o menos avanzar acabará dependiendo de los pocos disparos que aguantemos según el nivel de dificultad escogido. Al final, los enemigos acaban siendo más problemáticos por su número que porque sepan ponernos las cosas difíciles con emboscadas y estrategias coordinadas.
Nuevamente volvemos a quedarnos sin poder disfrutar la campaña en cooperativo junto a un amigo, aunque en esta ocasión se han incluido unas pocas misiones completamente separadas de la historia con el fin de parchear esta ausencia. Son algo más largas que las pantallas de la campaña y bastante más difíciles, por lo que recomendamos jugar con alguien de confianza si queréis llegar a buen puerto.
Épica total multijugador
Llegamos al plato fuerte. Casi sin temor a equivocarnos, os podemos asegurar que estamos ante uno de los mejores multijugador competitivo visto en años. Lo primero que hay que tener en cuenta es que nos encontramos con un estilo de juego muy diferente a lo visto en Call of Duty. No decimos ni mejor ni peor, simplemente diferente. Mientras que la serie de Activision goza de un multijugador con un estilo muy arcade, rápido y con escenarios cerrados, en Battlefield nos encontramos con algo más táctico y algo más pausado, que no menos intenso, y con unos mapas enormes que nos transmiten completamente esa sensación de estar inmersos en un auténtico campo de batalla.
Aun con todo esto, el título ofrece modos de juego para todos los gustos. En el modo Conquista podremos disfrutar de combates a gran escala, donde nuestro objetivo será capturar y controlar diversas banderas repartidas por el escenario. En Asalto, habrá un equipo atacante y otro defensor. El objetivo de los primeros será destruir dos estaciones móviles de comunicaciones por base, mientras que los segundos deberán impedirlo y aguantar hasta que los contrarios se queden sin vidas para regenerar. También existe una modalidad con menos jugadores de Asalto llamada Patrulla.
Tampoco podía faltar a la cita el clásico Todos Contra Todos por equipos, donde el único objetivo es conseguir matar a todo el que veamos del bando rival. De este último modo también existe la variante Patrulla, en la que en vez de dos equipos habrá cuatro.
Como ya hemos dicho antes, cada mapa tiene una dimensiones gigantescas para lo que muchos estarán habituados, y no sólo eso, sino que será fundamental conocerlos al dedillo para sacarles todo el partido posible, ya que hay multitud de maneras distintas de afrontar cada partida según el modo de juego y el mapa en el que estemos, ya que estos están llenos de recovecos y puntos estratégicos para usar en nuestro favor. Las dimensiones de los mismos han sido ligeramente modificadas respecto a la versión de PC, especialmente para reajustar los puntos de reaparición, dado que el máximo de jugadores simultáneos por partida se ha disminuido. Esto garantiza que pase menos tiempo desde que aparecemos hasta que llegamos a los puntos de enfrentamiento.
Respecto a las reapariciones, nos ha gustado mucho el planteamiento que se ha dado al sistema de patrullas, mediante el cual, antes de entrar en partida, podremos escoger que se nos asigne a una patrulla o no. Si escogemos esta opción entraremos dentro de una junto a unos pocos jugadores de nuestro equipo, por lo que si morimos podremos o resucitar en base o junto a uno de ellos, lo cual ayuda a fomentar el trabajo en equipo y acabe haciendo más fácil coordinarse.
La otra característica clave del multijugador la encontramos en los vehículos, que dada la escala de los mapas, no sólo se integran estupendamente en la mecánica del juego, sino que resultan prácticamente fundamentales. La gran mayoría se manejan fácilmente, ya que gozan de unos controles intuitivos, aunque otros, como los aéreos (helicópteros y cazas) nos darán bastantes problemas hasta que aprendamos a dominarlos. No son pocas las partidas en las que hemos visto cazas y helicópteros estrellándose cada dos minutos nada más despegar del suelo por la inexperiencia de los pilotos. Eso sí, una vez controlados, la experiencia de surcar los cielos para dar apoyo a tierra en un asalto masivo es inigualable.
Y es que si hay algo que el multijugador de Battlefield 3 exige, es el juego en equipo. Aquí no sirve de nada que haya un jugador que fusile con disparos a la cabeza al equipo rival si no juega en equipo. Saber coordinarse con el resto de jugadores, para alcanzar los objetivos de cada escenario es fundamental y a su vez, tremendamente gratificante. Es difícil expresar con palabras el sentimiento de satisfacción que se siente al haber realizado un ataque perfectamente organizado. Tomar una base habiendo planeado una estrategia en la que cada jugador ha cumplido con su función, con expertos francotiradores cubriendo las espaldas, vehículos abriendo camino y parte de la infantería infiltrándose sin ser vista por los laterales aprovechando la distracción de la batalla principal, es solo un ejemplo de los momentos tan épicos que podremos vivir.
Otra cosa que hay que tener en cuenta, es que antes de saltar al campo de batalla deberemos escoger nuestro equipamiento y la clase que queremos ser, entre Asalto, Ingeniero, Apoyo y Reconocimiento. Cada una nos ofrecerá distintas habilidades, artilugios y armas e irán subiendo de nivel mientras más juguemos con ellas, al igual que los vehículos, que mientras más los usemos, más iremos subiendo de nivel con ellos y recibiendo diversas mejoras para equiparles.
Es en este sistema de subida de nivel y desbloqueables donde radica otro de sus puntos fuertes. Si bien no es lo más original que hayamos visto, acaba por permitir un alto grado de personalización y nos anima a seguir jugando para mejorar, conseguir nuevas armas y equipamiento.
La guinda final al pastel la pone el Battlelog, una herramienta web donde podremos gestionar todos nuestros datos, perfil y estadísticas de juego, suponiendo el complemento ideal para el título. Su navegación por ella es muy intuitiva y resulta fácil moverse por todas las opciones, ya que resulta todo muy visual. Además , se nos permite consultar los perfiles de nuestros amigos y otros jugadores, para comprobar sus avances y sus estilos de juego, demostrando la clara intención de Electronic Arts y DICE de crear una potente comunidad.
Visualmente impactante, aunque con irregularidades técnicas
Este es el apartado que probablemente más polémica haya generado en torno al lanzamiento del juego en consolas. DICE ha hecho un buen trabajo a la hora de adaptar el título a las actuales consolas de sobremesa, pero también deja claramente visible sus limitaciones. La versión que hemos tenido ocasión de jugar para este análisis es la de Xbox 360 (y que para disfrutar plenamente recomendamos encarecidamente instalar las texturas en alta definición que vienen en el disco) y en ella hemos visto algunos destellos de genialidad gráfica que nos han dejado boquiabiertos, junto a otros para olvidar.
En lo puramente visual, Battlefield 3 en consolas resulta un juego muy resultón. Probablemente visto en imágenes estáticas incluso se podría decir que es muy superior al resto de sus competidores, pero una vez en movimiento la cosa cambia bastante. Para empezar, el gran acierto lo encontramos en el sistema de iluminación, sencillamente perfecto. Los efectos de luz de este juego probablemente sean los mejores y más realistas vistos hasta la fecha en consola, incluso por encima de Crysis 2. Esto no es algo puramente estético, ya que acaba teniendo mucho impacto sobre su jugabilidad, al poder quedar deslumbrados por un foco o tener que ocultarnos entre las sombras. Además, el genial uso que se le da a la misma acaba escondiendo algunos defectos gráficos y maquillándolos, de forma que todo queda mucho más espectacular y realista.
Todo esto es especialmente notable en la campaña, que es donde se busca ese aspecto cinematográfico. Y es que este es el modo más beneficiado en cuanto a gráficos, ya que a pesar de tener escenarios abiertos, los mapeados no suelen ser tan gigantescos como los del multijugador, por lo que al estar todo concentrado está todo mucho más detallado.
Como ya hemos dicho, el juego está a un gran nivel en este apartado, pero adolece de muchas irregularidades técnicas que empañan el resultado final y que pensamos que a pesar de las limitaciones de las consolas, se podrían haber optimizado un poco más. Las texturas por ejemplo rayan a buen nivel por lo general, aunque en ocasiones veremos alguna que otra a una resolución demasiado baja. Respecto a las famosas destrucciones que hemos podido ver en múltiples vídeos, tampoco terminan de resultar tan sumamente espectaculares al haber reducido el número de efectos de partículas. Además, en ocasiones veremos cosas como que un edificio se medio derrumbe delante nuestra, y que al disiparse el polvo, los trozos que se habían caído milagrosamente hayan desaparecido.
Estos efectos de desapariciones también se dan con los cadáveres de los enemigos, que no tardarán apenas unos segundos en desaparecer. Otro efecto similar es el de los daños de balas que hagamos en las paredes y columnas, que pasados unos instantes se regenerarán. Respecto al agua, es una pena lo poco o nada interactiva que resulta, dando la sensación casi de estar pisando o disparando a un plástico. También veremos que los objetos interactivos son un poco aleatorios, ya que a lo mejor vemos dos coches iguales, pero a uno le podremos romper el cristal y al otro no. En lo referente a los personajes, están muy conseguidos y bien modelados, aunque las animaciones faciales no son nada del otro mundo y las de salto quedan bastante cómicas ante lo ortopédico que resulta ver a otro jugador saltar.
Respecto a la tasa de imágenes por segundo, Battlefield 3 en consolas funciona a 30, algo que se nota y nos hace echar en falta la fluidez que garantiza una tasa de 60 imágenes por segundo. Además, adolece de problemas con la sincronización vertical de la imagen y de ralentizaciones que en ocasiones llegan a ser bastante serias donde todo el juego se queda congelado durante unos segundos (aunque esto último lo hemos experimentado más en la campaña que en el multijugador). También en los escenarios más abiertos, notaremos muchísimo popping, y veremos cómo los objetos distante irán apareciendo abruptamente a medida que nos acercamos a ellos.
El juego jugado en internet va perfectamente, sin problemas graves de lag y con un sistema de búsqueda de partidas rápido, fácil de manejar y que funciona, aunque la consola se nos ha quedado colgada en un par de ocasiones mientras buscábamos un servidor en el que meternos.
En el apartado sonoro está también a un altísimo nivel. Mientras que la banda sonora apenas llega a tener presencia más allá de la nueva revisión del tema principal, la calidad del doblaje al castellano y de los efectos de sonido es de lo mejorcito que podremos oír, especialmente si gozamos de un equipo de sonido envolvente, que conseguirán sumergirnos totalmente en los campos de batalla. Además, para quienes prefieran jugarlo con su doblaje original tenemos la opción de escoger selector de idiomas para las voces.
Conclusiones
Battlefield 3 es sin lugar a dudas un juegazo multijugador en consolas, incluso con todos los problemas técnicos que acarrea. Sin embargo, si lo que buscas es comprarte el juego sólo por la campaña, difícilmente te lo podemos recomendar, ya que esta no representa ni un 5% de lo que el título ofrece. En cambio, si lo que quieres es un tipo de acción multijugador diferente a lo ya visto en consolas, aquí encontrarás una apuesta segura en la que invertir una gigantesca cantidad de horas y en la que cada partida es completamente distinta a la anterior.