Análisis de Shadow Hearts: From the New World (PS2)
Shadow Hearts regresa por tercera y última vez a la consola que vio nacer a la saga. El Nuevo Continente es el escenario de este juego de rol con jugabilidad a prueba de bombas y una trama desenfadada pero emocionante. Shadow Hearts fue, como recordarán los primeros usuarios de PlayStation 2, uno de esos RPG que se pudieron disfrutar en el margen entre la salida de la consola y Final Fantasy X, juego que eclipsó el resto de opciones del catálogo, como Dark Cloud o Evergrace y el citado título de Sacnoth.
En 2004, su secuela, Shadow Hearts: Covenant corrió mejor suerte, en ventas y especialmente en críticas. El abandono de fondos pre-renderizados y un sistema de juego más profundo lo convirtió en uno de los favoritos de los jugadores, especialmente por la ambientación que ha mantenido toda esta saga, que mezcla mundo real (lejos de planetas de fantasía) y magia.
Shadow Hearts: From The New World, la tercera entrega, sigue los cánones marcados por esta segunda entrega, quizá de forma no tan brillante, pero que sin duda será del gusto de los fans del rol, uno de los últimos juegos del género de PlayStation 2 junto con Final Fantasy XII, Valkyrie Profile 2: Silmeria y Rogue Galaxy.
El joven Johnny Garland se aburre en su oficina de detectives en plena Gran Manzana de Nueva York resolviendo casos intrascendentes. Un día, Gilbert, un profesor de la universidad de Boston (de aspecto poco agraciado y que recuerda de manera evidente al Pingüino, archienemigo de Batman) acude a su oficina con la misión de encontrar a una persona.
Gracias a las dotes detectivescas del protagonista, pronto conseguiremos llegar al desaparecido personaje, pero entonces, la trama enlazará con la magia y ciertos hechos acontecidos en la segunda entrega, Covenant, como la liberación del Mal. Sin embargo, From The New World no precisa haber disfrutado de anteriores capítulos para ser disfrutado plenamente.
Uno de los puntos siempre importantes en cualquier RPG se encuentra en el carisma y personalidad de los integrantes de la trama. Este Shadow Hearts no decepciona, y ofrecerá un amplio abanico (siete personajes) de acompañantes al héroe, algunos realmente extravagantes. Los diseños estilizados y variados, desde un ninja a un indio, pasando por una vampiresa en plan ghotic lolita o un enorme gato, son un aire fresco para todos aquellos que busquen algo diferente a la moda impuesta por Nomura en muchas producciones de Square Enix.
El carisma (y humor) también se ve reflejado en el plantel de secundarios del juego. Pronto en la aventura conoceremos a dos peculiares motoristas, al mismísimo Al Capone fugado de Alcatraz, o al pérfido Gilbert, que resulta ser algo más que lo que parece en su pequeña aparición al inicio de la historia.
Una advertencia: no está traducido. Es bastante molesto encontrar numerosos juegos de este género, y de gran calidad, completamente en inglés. El nivel exigido no es elevado, ni superior al exigido en muchas otras aventuras, pero para disfrutar plenamente del juego (y entender numerosos gags) es necesario ciertos conocimientos de este idioma. Más cuando parte del juego se basa en interrogar a ciudadanos que nos ofrezcan pistas para avanzar en la historia, como si de una aventura gráfica se tratase.
Uno de los aspectos más característicos de la saga Shadow Hearts se encuentra en sus combates por turnos, en los que una ruleta o rueda indicará la potencia de nuestros ataques o la cantidad, el Judgment Ring. Conocido por los seguidores de la saga, consiste en seleccionar el ataque (físico o mágico) en el menú, para pasar a una prueba que requerirá de nuestros reflejos; una indicación girará a cierta velocidad en la ruleta, y nuestra misión será pulsar el botón en el sector señalado. Dependiendo de la zona detenida, el ataque será más o menos crítico, especialmente importante en los ataques combos y dobles.
Además de poder editar dicho anillo, cada personaje podrá ser personalizado mediante el uso de una rejilla en forma de constelación zodiacal, en la que introducir magias adquiridas durante la aventura. Y todos los protagonistas contarán con ataques especiales, obtenibles por medio de retos alternativos.
Y aquí llegamos a uno de los puntos clave de From the New World. La duración de la historia principal puede llevar en torno a 30 o 40 horas. Sin embargo, resulta casi necesario invertir algunas horas en los clásicos sidequest paralelos, en orden de conseguir un suficiente nivel para completar sin demasiados problemas el juego (repleto de mazmorras algo repetitivas en su recta final, como se ha criticado a Final Fantasy XII). Estas pruebas para conseguir habilidades en los personajes varían según cada uno, destacando la fotografía de enemigos en combate, una lotería, o la caza de determinados monstruos (todo un clásico del género). Superar estas pruebas eleva la duración del juego en 20 horas más, y permite disfrutar del mejor final.
El sistema de juego, fuera de la entretenida mecánica de lucha no difiere, al menos demasiado, de los cánones habituales. Mucha exploración y conversaciones con los habitantes de las ciudades, inspiradas en lugares principalmente de Estados Unidos, nos darán pistas de nuestro siguiente paso. Ocasionalmente, nos adentraremos en lugares poblados de enemigos, las temidas mazmorras, donde las temidas criaturas que hacen de jefes finales, nos estarán esperando para poner a prueba nuestro nivel.
Un detalle que no gustará del todo es la aparente limitación de las grandes ciudades. Es cierto que paseamos por Nueva York, pero nunca da la sensación de ser tan compleja como Rabanastra en FF XII; parte de la culpa se encuentra en las barreras invisibles que impide salir de algunas aceras o caminos, que prácticamente nos guiarán hacia los lugares que visitar. Por otro lado, pronto en la aventura dispondremos de la oportunidad de viajar a nuevos lugares del mundo, seleccionando las localizaciones en un menú que aparecerá al salir de la ciudad.
Esta tercera entrega de Shadow Hearts sigue siendo tan divertida como cualquier entrega anterior. Los combates han evolucionado y la trama desenfadada impregna todo el juego, pero el jugador habitual no encontrará un apartado especialmente puntero que convierta a From the New World en uno de los grandes. Los numerosos combates en algunas secciones del juego y que estos se hacen algo lentos (pese al entretenido sistema del anillo) gustarán a los jugadores más clásicos, pero quizá no tanto a aquellos que han disfrutado del ágil sistema casi action-rpg de FF XII.
El apartado menos destacable de From the New World es sin duda el apartado técnico. Lejos de ser malo, actualmente PlayStation 2 posee auténticos pesos pesados y competencia muy fuerte, tanto de Square Enix como de Level 5.
Los modelados de los personajes son correctos (algo caricaturescos) y las texturas son coloridas y alegres, pero en conjunto se aprecia que el trabajo está un paso por detrás de recientes títulos. Las secuencias creadas con el motor gráfico muestran personajes con unos gestos faciales poco expresivos, similares a los vistos en los primeros títulos de la consola.
Los escenarios pecan de esa simpleza, a veces también buscada a propósito. Encontramos algunas localizaciones bastante atractivas, que como se ha mencionado, recrean lugares inspirados en ciudades reales, que en cierta manera recuerdan a otros RPGs ambientados en Nueva York, como el primer Parasite Eve. Sin embargo, mientras que los jardines y algunos interiores (con detalles en la iluminación atravesando las ventanas) resultan brillantes, en muchas ocasiones el nivel técnico recuerda a títulos de hace algunos años, como Dark Chronicle, salvando las distancias con el cel shading. Aún así, más que suficiente para adornar lo que es un buen RPG que basa su diversión en combates y una trama algo típica pero llena de toques de humor y personajes extraños.
Las cámaras en el juego no son controlables por el jugador, y varían según la situación, pasando de ser fijas (especialmente en algunos interiores) a realizar desplazamientos siguiendo a nuestro personaje. Siempre busca el mejor ángulo, no hay queja en este sentido. Además, algunos objetos ocultos son señalados con un icono al situarse cerca de ellos.
Quizás donde si encontramos una vista poco espectacular es en las batallas. Los escenarios de estos combates (que, al igual que otros muchos RPG, se realizan en un lugar genérico para todo el lugar, mucho más vacío en detalles) y la cámara situada demasiado lejos desmerece el apartado, siendo visualmente unas luchas menos atractivas que los vistos en la saga Final Fantasy. Tampoco encontraremos grandes efectos pirotécnicos que expriman la potencia técnica de la consola en la manera que Square Enix ha conseguido en sus entregas.
Mención para las secuencias de vídeo generadas por ordenador, de gran calidad. Sin alcanzar el nivel de las vacas sagradas de la citada Square Enix, son numerosas y bien distribuidas, utilizándose para los momentos de más tensión y espectacularidad.
En definitiva, tenemos un motor gráfico sólido, sin grandes defectos ni grandes alardes técnicos actuales. Por suerte, se ha incluido un selector de 50/60 hz para dotar de la misma velocidad al juego que en otras regiones.
La ambientación sigue la línea trazada en la saga, esto es, músicas de gran calidad con algunos coros de fondo (caso del tema para las batallas). No estamos ante una banda sonora memorable, pero cumple sobradamente con su función de diferenciar claramente cada lugar visitado. Se agradece la gran variedad sonora. Las voces (en inglés, al igual que los textos) no poseen grandes alardes, al igual que los sonidos, correctos sin más.
Los poseedores de PlayStation 2 están de enhorabuena. En la recta final de la consola, el catálogo de juegos de rol se ha visto reforzado de manera muy satisfactoria con gran variedad. A los próximos Rogue Galaxy o Valkyrie Profile 2: Silmeria se suma Shadow Hearts: From The New World, un título que no pretende revolucionar el género y que puede resultar menos impactante que la segunda parte, Covenant, pero que sin duda puede ser un buen comienzo para descubrir la saga, o continuar con sus aventuras.