Análisis de MotoGP 07 (PS2)
Aunque las competiciones de motociclismo han tenido una dilatada historia en el mundo de los videojuegos, lo cierto es que suelen ser concebidas como una suerte de segundonas, por detrás, claro, de los coches en sus múltiples vertientes. Esto no ha impedido que nos hayamos encontrado con simuladores como Tourist Trophy, de competiciones de motocross como con el Excitebike (de una inspiración mucho más arcade) y, claro, también los futuristas, como Extreme G. En este contexto, no han faltado tampoco los representantes de las principales competiciones mundiales, como este MotoGP ‘07 que nos ocupa, un juego que ha pasado de las manos de Namco, quien había hecho hasta ahora títulos de tipo arcade, y que va a mostrar un giro ahora bajo la tutela de Capcom.
En este sentido, lo primero que hay que tener en cuenta es que MotoGP ’07 combina elementos propios de un simulador, como la lógica pero no siempre representada separación entre el uso del freno delantero y trasero, con una vocación arcade en forma de contenidos y modos de juegos adicionales.
Sin embargo, su control y planteamiento de la competición no se corresponden plenamente con lo que podemos y debemos esperar de un simulador puro, y desde luego sus contenidos como arcade resultan algo incompletos, de manera que el resultado no va a conseguir destacar en ninguna de esas dos vertientes, sobre todo en un catálogo como el de PlayStation 2, que con siete años a su espalda tiene buenos e importantes títulos de todo tipo.
La fidelidad a la competición está asegurada con la presencia de los equipos, pillotos y circuitos oficiales del mundial de Moto GP, el mundial de velocidad soabre dos ruedas que inició su andadura en 1949 y que en el presente año ha contado con motos de 800cc, en un deporte que lleva un par de años con importantes modificaciones en la normativa de la categoría reina del mundial de motos. En cuanto a los circuitos, el campeonato consta de 18 carreras en países como Turguía, Alemania, Portuga, Japón, Australia, EE.UU., y España, entre otros, hasta un total de dieciséis países. Las representaciones de los circuitos cuentan con un gran nivel de detalle, aunque, claro, no son comparables a los gráficos logrados en Xbox 360.
Sea como fuere, la esencia de la competición está bien representada en el juego, con la inclusión de 21 pilotos, todos ellos los oficiales del presente año, por lo que la lista incluye a gente ccomo Rossi, Hofmann, Hayden o Pedrosa, entre otros, cada uno en su equipo, y con el mono, casco y diseño de la moto correspondiente. La ficha se complementa con algunos pocos datos estadísticos, que ayudan a dar más verosimilitud a la presentación.
Uno de los modos de juego más importantes, por su accesibilidad, va a ser la carrera rápida, que pese a todo nos da la posibilidad de configurar bastantes opciones de juego, como la climatología, número de vueltas, y demás. En esta vertiente de modos de juego alejados del campeonato, en el que se juega, grand prix a grand prix, toda la temporada, nos encontramos también la contrarreloj, donde competimos contra el crono para superar nuestros tiempos, lo que va a ser, evidentemente, un importante modo de entrenamiento.
Pese a todo, lo que puede lamarnos más la atención es la presencia de unos retos, en torno a un centenar, que podemos entenderlos incluso como unos minijuegos en los que se nos da una situación concreta y debemos superarla con éxito. Evidentemente, esto es un juego de velocidad y las situaciones planteadas no son muy variadas, pero desde luego ayuda a completar un repertorio de modos de juego suficiente, pero escaso. El multijugador, con pantalla partida, se presenta, eso sí, como una opción interesante para pasar el rato con amigos y una sabia opción a la hora de potenciar la rejugabilidad de un juego como éste.
En las partidas multijugador vamos a ver cómo puede ser muy importante haber optado por un sistema de control adecuado a nuestras características como jugador y, también, al tiempo que llevemos invertido en este título. Nos vamos a encontrar, así pues, con tres opciones: arcade, avanzado y simulador. En el caso de optar por un sistema de control arcade, la sensación es que la moto es más pesada y estable, de manera que aunque cuesta un poco más girar, se hace más difícil también caerse, permite apurar mejorar las curvas, y los roces con otros corredores no son graves. Esto cambia radicalmente si optamos por el control de simulador, donde la moto es ligerísima, rápida, e inestable, haciendo que sea preciso controlar muy bien el mando para optar con un mínimo de posiblidades a acabar la carrera. Desde luego, esto es ir de un extremo a otro, y por eso tenemos la opción intermedia de avanzado, que se desvela como una opción muy a tener en cuenta, dado que el resultado del arcade es excesivamente tosco, y el de simulador sutil en exceso. Eso sí, el objetivo final es conseguir un nivel de dominio tal que nos permita optar por el sistema de control de simulación, que a la larga será el que más recompensas nos dé.
Como es de esperar, hay un imporante escalón, pese a todo, en la curva de dificultad del juego a la hora de pasar de un esquema de control al otro, aun cuando lo cierto es que el juego no resulta muy accesible ni siquiera en arcade, exigiendo al jugador cierto nivel de dedicación e incluso de prueba y error en cuanto a la disposición de las funciones en el mando. En principio, no parece que los botones escogidos por defecto sean muy cómodos, pero por suerte si no nos adaptamos a ellos una rápida visita a las opciones del juego permitirá cambiar la configuración. De manera estándar, el botón lateral R2 es el freno trasero, mientras que el cuadrado es el delantero; en principio, parece más apropiado distribuir los botones de freno (pues son de importancia capital) en posiciones similares y accesibles, ya sea en el conjunto de los botones frontales o en los laterales. Como hemos dicho, eso sí, esto va a ir a gusto del jugador y no es algo que deba tenerse en cuenta.
Lo que sí se echa en falta en ocasiones es la ausencia de unas estadísticas más cuidadas de la evolución del jugador, ya que los resultados se almacenan en referencia a los pilotos, pero no al jugador en sí mismo, que no puede crear un perfil de usuario ni introducir tampoco su propio piloto en el juego. Esto en realidad no es algo que nos parezca muy relevante, pues es el camino marcado por la mayoría de simuladores de competiciones oficiales, pero puede haber quien eche en falta esa opción que sí está presente en algunos otros videojuegos de características similares. Más notable es la falta de opciones de configuración de la moto, en tanto en cuanto el juego no da cancha para retocar sus características aquí y allá para adaptarla convenientemente a las que pueden ser las necesidades de un circuito, algo que podría haber aportado mucha salsa al juego en su vertiente de simulación más dura.
Quizás con la posibldad de configurar la moto se hubiese ganado en profundidad y duración del juego, ya que cuando queremos correr un campeonato lo cierto es que nuestras opciones se limitan a seleccionar piloto y tipo de control, y a partir de ahí correremos los dieciocho grandes premios, sin que importe mucho lo que suceda en realidad. Es decir, no pasa nada por caernos (ni a nosotros ni a la moto), ni hay una recompensa en el juego por lograr alzarse con el éxito (un sistema de extras desbloqueables hubiese sido un bonito incentivo, muy de moda en la actualidad), y tampoco se complementa la presentación con nada destacable, como secuencias o vídeos reales de los circuitos. Resulta, en este sentido, soso y escaso a nivel jugable, y poco profundo como simulador.
Los gráficos del juego son simples; eso es innegable. Los responsables de este título, los italianos Milestone (que, curiosamente, son también los responables del juego de SBK) han hecho buenas reproducciones de circuitos, entornos, motos y demás, pero no se ha conseguido aportar una personalidad definida a las gradas, ni se ha dotado al cielo de un diseño que permita representar de manera consistente las diversas condiciones climáticas. Se mueve de manera suave, sí, y esto es importante, pero la presentación del juego (menús simples, anodinos), y el poco mimo puesto en toda la presentación general del título le impregnan de un cierto toque de desgana El apartado sonoro se centra por completo en los efectos de sonido, como el rugir de los motores, y el chirriar de las frenadas, con un resultado consistente y bien formado.