Análisis de Guitar Hero 2 (PS2)
Quizás lo más correcto para este juego sea llamarle así, expansión, ya que no es una secuela al uso. Guitar Hero 2, el simulador de guitarrista, promete más de todo y mejor. Veámoslo con más detalle.
Harmonix, el estudio desarrollador del título, así como de los anteriores Amplitude y Frequency, ha trabajado duro para pulir todo aquello que fallaba o no estaba en el primer juego, y en casi un tiempo record, apenas unos meses entre ambos juegos. La mecánica es la misma: contamos con una réplica reducida de una guitarra Gibson con 5 botones en el mástil que debemos pulsar junto al golpeador, arriba y abajo, simulando que tocamos como si de una guitarra real se tratase, a medida que caen notas en la pantalla. Además, el periférico incluye dos grandes aciertos: una palanca que al pulsarla aplica efectos en las notas largas y éstas suenan diferente, y un sensor interno que nos ayudará a activar el modo turbo si colocamos la guitarra en posición vertical momentáneamente. La mecánica de juego es sencilla y muy adictiva, y la diversión está asegurada. En poco tiempo estaremos tocando con soltura y deseando subir el nivel de dificultad.
En esta ocasión, el repertorio de temas es bastante más amplio, tanto en cantidad como en variedad de estilos. En el primer juego nos encontrábamos con 47 temas en total, frente a los 64 que componen esta expansión. Son todos temas nuevos, e incluyen canciones tan míticas del rock como lo son Freebird, Sweet Child Of Mine, You Really Got Me o Shout At The Devil, entre otros clásicos. Y como decimos, la variedad de estilos es muy amplia, yendo del rock estilo sesentero al heavy o al rock más actual. Siguen echándose de menos algunos temas clásicos y grupos que aún no han aparecido en la saga pero seguro que con el tiempo todo se andará.
El apartado de personajes, escenarios y extras tampoco se ha descuidado. En cuanto a personajes, se mantienen los de la entrega anterior y surgen algunos nuevos. Todos ellos representando los estereotipos musicales que podemos encontrar en los temas del juego, con animaciones propias para cada uno, dignas de ver para reírse un rato. En cuanto a escenarios, hay bastantes nuevos, y algunos han recibido un lavado de cara. Entre los nuevos nos encontramos con una cancha de baloncesto o un macroconcierto en Stonenhen al aire libre, entre otros. Los extras han sido también ampliados, y ahora podremos comprar más cosas: desde un segundo skin o apariencia para los personajes, a nuevos tipos de guitarras (algunas sólo desbloqueables acabando el juego en cada modo de dificultad o exprimiendo el multijugador), más personajes, y las canciones secretas de grupos independientes o de los mismos desarrolladores así como videos de la creación del juego. Llevará bastante rato desbloquearlo todo, de hecho habrá que pasarse el juego en varios modos de dificultad para ir ganando más y más dinero, ya que éste es acumulable.
En cuanto a modos de juego, no hay grandes novedades, aunque las que hay son significativamente importantes. Lo más destacable está en el modo entrenamiento, que los fans pedían a gritos, y en el multijugador. En el entrenamiento podremos tocar el tema que queramos sin la presión de hacerlo bien o mal. Las opciones son completas: elegimos tema, dificultad, y el tipo de instrumento que queremos tocar según la canción (la novedad más destacable en el multijugador): guitarra principal, bajo o acompañamiento. Luego podemos elegir qué parte de la canción tocar, si entera o desde, por ejemplo, el estribillo número dos hasta el cierre del tema. Por último, y lo que es el mejor acierto del entrenamiento, se nos permite elegir la velocidad a la que queremos que se reproduzca el tema: normal, lento, muy lento o superlento. Esto viene perfecto para practicar los tramos más complejos de los temas donde abundan los combos de notas seguidas, ya que nos permite conocer bien esas secuencias y pulir nuestra técnica.
El modo multijugador ha sido el otro gran beneficiado del juego. Si ya en el primer Guitar Hero era genial tocar a dobles una canción, ahora la diversión se multiplica con las nuevas posibilidades. Esta vez contamos con tres submodos:
El resto sigue todo prácticamente igual, aunque tampoco es que se necesitase una revisión en los demás modos. Aún así, en Harmonix no se han quedado de brazos cruzados y han incorporado nuevos detalles en el modo Carrera. Aquí interpretamos al guitarrista de un grupo de rock que intenta abrirse paso en el complejo mundo de la música desde el escalafón más bajo, dando conciertos en locales de mala muerte. A medida que superamos temas la fama del grupo crece y pasamos a tocar en sitios más grandes y a participar en festivales de renombre (ficticios, como todo en el juego).
Los detalle nuevos se centran en dar un poco más de profundidad al modo, y ahora nos surgirán patrocinadores que nos darán algo de dinero extra, veremos pequeñas animaciones donde el grupo recorre el país de concierto en concierto (con su correspondiente dosis de humor en los sonido de los vehículos, hechos con la boca). Pero el detalle que más agradecemos y que nos hace creer que lo estamos haciendo bien, se da cuando el público, tras acabar el último tema de cada concierto, empieza a ovacionarnos y a pedirnos que toquemos un último tema, que no está en la lista inicial disponible. Si lo superamos, se desbloquea el tema y ya podemos jugarlo cuando queramos. También contamos ahora con unas estadísticas que nos informan qué tramos de cada tema hemos hecho mejor y cuáles se nos dan peor.
Jugablemente, como dijimos, la mecánica es la misma, pero ahora las pulsaciones de teclas en escala se han mejorado y son un poco más fáciles de ejecutar con éxito. Además las notas que activan el Star Power están mejor distribuidas. La dificultad, se ha rebajado en el nivel medio, y no hay apenas ningún tema que se nos atragante. Donde se ha elevado el listón, sin duda, es en los niveles Difícil y Experto, que requieren quizás, practicar con el primer juego antes de embarcarse con los temas de esta expansión.
Por lo demás, todo es un buen calco del primer Guitar Hero. A nivel gráfico no hay cambios significtivos, y los gráficos son resultones y graciosos, aunque se aprecian más animaciones en los escenarios, con pequeños detalles que no notaremos cuando toquemos, pero que para el que nos mire harán que esboce alguna sonrisa. Mención especial para los decorados de cada escenario, donde se activarán partes semiocultas cuando nos pidan un bis, un detalle de lujo para un momento de lujo.
El sonido raya al mismo nivel de siempre, muy alto. Los temas no son los originales, ya que hacerse con los derechos resultaría caro, y la calidad de sonido de todos los temas no sería la misma si pensamos que hay canciones de diferentes épocas. De ahí que todo sean versiones, casi calcadas, de los originales, pero este detalle será lo que menos nos importe a la hora de tocar, y sólo reparemos en ello la primera vez que oigamos cada canción.
Por último, hay que mencionar obligatoriamente, el buen sentido del humor que desprende constantemente el juego. Todo es autoparódico, desde los personajes y sus característicos movimientos, a los viajes en bus del modo carrera, pasando por el tutorial donde un rockero nos cuenta su vida sin comerlo ni beberlo o las frases con graciosos consejos que se dan cuando carga un tema.
En conclusión, estamos ante un juego que supera ampliamente las posibilidades del primer título, aunque sólo sea por el modo multijugador. Para el que pueda probarlo debería ser parada obligatoria echarse unas risas con los amigos en el modo cooperativo. Nadie debería perder la oportunidad de probar uno de los juegos musicales más divertidos y adictivos que se han visto en los últimos años, lo cual lo dice todo a su favor. Recomendado tanto para los amantes del rock como para los más ignorantes en este género musical. Es más, puede que estos últimos, descubran las genialidades del rock y no suelten la guitarra en mucho tiempo.