Larga trayectoria
Tanner ha vuelto
Reflections tiene una larga carrera como desarrollador, que va desde el original Shadows of the Beast y sus secuelas en el inolvidable Amiga, a los primeros Destruction Derby. Driver fue sin duda la saga que les consagró por múltiples motivos: Era la primera vez que se representaba una ciudad completamente en 3D en una consola de videojuegos. Aunque el concepto es posiblemente deudor de Gran Theft Auto, Driver fue el primer título en llevarlo a las 3D totales, casi al mismo tiempo que Crazy Taxi o Harley Davidson de Sega.
Fue uno de los últimos grandes juegos de PSX, y realmente explotaba la consola por encima de sus posibilidades, siendo bastante impresionante. A este juego lo siguió una muy floja secuela, con grandes problemas de framerate a pesar de la variedad de entornos. El siguiente juego, Stuntman, no fue un gran título, teniendo un apartado técnico mediocre y una jugabilidad bastante mal compensada. Con lo cual, todos pensábamos que la larga travesía por el desierto de Reflections debería acabar con Driver 3… algo que no ha podido ser.
No es GTA, y no quiere serlo.
Partamos antes de nada, de un aviso esencial respecto al juego: Reflections no ha tomado GTA3 como base. Es decir, a pesar del modo libre y de algunos parecidos, Driver 3 mantiene la estructura por misiones del original. ¿Esto está bien o mal? Aquí sin duda es la clave de apreciación de juego y donde empieza a dilucidarse la mayoría de análisis de éste. Driver 3 no apuesta por una ciudad libre, con múltiples misiones, sino por misiones enlazadas en una trama lineal de carácter cinematográfico. Ésta es sin duda la primera decepción para los fanáticos del juego de Rockstar que se esperaban un juego comparable a GTA, Driver 3 no tiene nada en común en el diseño a pesar de las apariencias y se basa totalmente en el juego de coches en sí.
El juego es realmente una versión con buen framerate de Driver 2, algo que sin duda puede parecer limitado en los tiempos que corren. Esto le hace mantener las terroríficas misiones a pie de Driver 2, con un control atroz, del que hablaremos más tarde. Por supuesto, esa limitación de posibilidades trae consigo algunos elementos muy interesantes, como el completísimo motor físico del juego que es sin duda el mejor de toda la saga.
Todo objeto de la ciudad tiene un peso específico y actuará en relación a la interacción del jugador en él. Pero es bastante cierto que un diseño basado en misiones está realmente bien si el juego es un Arcade al estilo de Burnout, donde tu pericia debe ser superar cada misión.
Jugando con el camión
Pero Driver 3 no es ni por asomo un Arcade, ni se basa en la superación del jugador. Es más un GTA sin posibilidades, y mucho más limitado que éste. Reflections ha obviado todas las aportaciones del juego de DMA, por considerarlas superfluas y se ha centrado en las persecuciones, las cuales no son especialmente originales. Aparte está el increíblemente desigual diseño, que permite encontrarse el clásico "escalón truncado" referido a una misión extremadamente fácil después de una difícil. Y es que Driver 3 tiene una dificultad terrible, que sigue la tradición de Reflections en este apartado.
Mencionar por último que GTA es parodiado de manera salvaje, en una de las misiones del juego, con personajes que tienen manguitos para hacer hincapié en que nadie sabe nadar en el juego de Rockstar (mientras que en Driver 3 sí).
Buen apartado visual
De primeras, en las dos versiones, el apartado visual es sin duda magnífico. Las texturas, modelados y luz son de gran calidad, alcanzando cotas nunca vistas en las dos maquinas y sin duda una mejora sustancial sobre el flojo Stuntman. Lo que reduce mucho el aspecto de este apartado son dos características fundamentales: El popping (aparición brusca del escenario) y el pobrísimo modelado de los personajes. El popping no es acusado, como sí lo era en los Driver de PlayStation, pero resulta mucho más brusco que en GTA o True Crime, lo que empaña el muy superior trabajo de producción visual de Driv3r. Lo que sin duda es menos justificable, es el modelado, que es mediocre en los personajes. Eso hace que las fases a pie junto al control resulten propias de PSX, y da una imagen bastante pobre del trabajo de Reflections.
No obstante, hay que revindicar el gran diseño de producción (espectacular la iglesia Santa Sofía en Estambul, sabiendo que su modelado de cúpula circular requiere bastantes polígonos), las fastuosas CG y sobre todo el genial, y sólo comparable a Burnout, sistema físico del juego. La interacción entre los vehículos demuestra que están detrás los creadores del inolvidable Destruction Derby, y sin duda ponen al límite las dos maquinas. Éste es uno de los apartados más olvidados por muchos analistas, pero que hace subir varios puntos a Driver 3 en el apartado visual. Por lo demás, el juego está a la altura de lo que se espera de las dos maquinas, teniendo mejores texturas y suavidad de bordes en la versión XBOX.
Mediana BSO, y terrible doblaje
Miami
La banda sonora está compuesta en su mayoría, por rock duro de mediana calidad, siendo muy poco variada. En ella podemos encontrarnos a Iggy Pop, dentro de una BSO con grandes aires de los años 70. El apartado en el cual Atari se ha gastado un dinero, es sin duda el doblaje, presente tanto en castellano como ingles en la versión distribuida en España. El doblaje anglosajón es de mucha más calidad que el castellano, que está bastante forzado en muchos personajes. Y es que el inglés cuenta con actores consagrados como Mickey Rourke o Michelle Rodríguez., lo que da un mayor empaque. Es de agradecer el gesto de Atari España de doblarlo, pero la versión española palidece ante el original del juego.
Con respeto a los FX de las colisiones, estos mantienen la calidad habitual en estas producciones, estando especialmente presentes en las colisiones entre vehículos o en las continuas persecuciones por las ciudades.
Máxima dificultad y mediocre diseño
Reflections continúa su tradición de controles imposibles en Driver 3: El juego es complicadísimo de controlar y es muy frecuente que en las primeras partidas vayas irremediablemente a una pared. Pero, mientras la parte de conducción se puede mejorar y controlar pasado un tiempo, los controles a pie son terriblemente malos y alcanzan grandes niveles de bochorno. La intención original de Reflections, era combinar el clásico paso lateral de los shooters de PC con el control de los juegos de tercera persona en consola. Como suele ser habitual, la conjunción de estos elementos se torna en desastre, y ni en el modo de primera persona el juego resulta manejable, ni tampoco en el de tercera persona.
No llega a aniquilar la jugabilidad, ya que las partes a pie son muy pocas, pero sin duda los objetivos de complejidad que querían alcanzar en este apartado no los cumplen de ningún modo. Hay que mencionar por último que al igual que el Enter the Matrix, el juego está plagado de bugs que van desde coches voladores a paredes invisibles. Estos también estaban presentes en menor cantidad en GTA3, pero en Driver resultan propios de un lanzamiento prematuro del juego por parte de Atari. A eso se añade que la I.A. en las misiones de a pie es terrible, y en los coches no es mucho mejor. Quizás sea una de las más notorias diferencias a la hora de jugar del juego de Reflections en relación con otros competidores de su estilo y talla.
El diseño del juego es mediocre por una sencilla razón: La mayoría de misiones no pasan del clásico ir del punto A al B, y como hemos dicho antes tienen muy mala curva de dificultad. Es cierto que incluyen tiroteos y a veces elementos propios de GTA, pero, en definitiva resulta un auténtico remedo de la segunda entrega de la saga de Reflections. El juego tiene aproximadamente nueve niveles por ciudad, totalmente lineales y sin posibilidad de alteración en el orden. Las ciudades son Miami, Niza y Estambul, todas recreadas espléndidamente y con un gran grado de realismo. Los modos se agrupan en la campaña (lineal historia de nuestro amigo Tanner, unida por secuencias CG), ciudad libre (una imitación de GTA, pero sin ningún tipo de objetivos, al estilo de Driver 1 o 2) y juegos de conducción (una forma de aumentar la limitada vida del juego mediante misiones cortas).
Aquí es conveniente resaltar la gran lacra o virtud del juego mencionada antes: Hay una auténtica primacía de las misiones de conducción sobre las de a pie. Es decir, Driver 3 tiene más elementos en común a la hora de jugar con Burnout que con GTA. Éste es sin duda el apartado clave del juego, y el que le hace bajar muchos enteros. Reflections no ha llegado a decidirse entre los dos estilos de juego, y a los que esperen algo con tantas posibilidades como GTA, Driver 3 les parecerá muy limitado. En Driver 3 no hay distintos objetivos, no hay misiones de taxi, bomberos o ambulancias, ni mucho menos tiendas específicas como en GTA. Pero es que, como émulo de Burnout tampoco es un crack, sino que se queda a bastante medio gas, al ser en control un completo simulador.
No obstante, no todo es negro en el apartado jugable, y Driver 3 permite usar muchísimos vehículos que van desde coches a camiones, pasando por las imprescindibles motocicletas. Hay también un apartado genial, y que posiblemente sea el mejor añadido al juego, en el cual uno puede manipular una secuencia de escapada creando tu propia secuencia cinematográfica. Este apartado tiene muchísimas posibilidades, y para todos aquellos fanáticos de películas como Bullit de Steve McQueen es todo un regalo.
Conclusión
Driver 3 es un juego que todos esperábamos por la puerta grande, y tristemente ha entrado por una puerta de mucho menor tamaño. Reflections, en una apuesta por el realismo, ha decidido limitar el juego a persecuciones por las magníficamente representadas Miami, Niza y Estambul. Pero el problema es que ni True Crime ni GTA son juegos basados en las persecuciones, todos ellos tienen mucha más miga dentro que permiten la rejugabilidad total. Driv3r no, Driv3r es simplemente un remedo de su segunda entrega, reconvertido en un bonito envoltorio de 128 bits. Martin Edmonson y la gente de Reflections han limitado bastante el juego reduciéndolo a persecuciones y sobre todo haciéndolo terriblemente lineal. Es obvio que Driver tiene un diseño de producción de mucha más calidad que GTA o True Crime, pero, ¿de qué sirve si es mucho más limitado que estos? En fin, Reflections no ha hecho ni mucho menos un mal juego, pero está muy lejos del consabido "GTA Killer" que anunció Atari. Es sencillamente el Driver original con más polígonos, lo cual para los tiempos que corren es demasiado simple.