Análisis The Last Faith, una entretenidísima aventura inspirada por Bloodborne, Blasphemous y Castlevania (PC, Switch, PS4, Xbox One, PS5, Xbox Series X/S)
Vamos a ser claros desde el principio: The Last Faith es un soulsvania que se esfuerza tantísimo en imitar a Bloodborne, Blasphemous y Castlevania que, en el proceso, acaba perdiendo cualquier tipo de identidad o personalidad que pudiese haber tenido. No en vano, nunca llega a sorprender, pues todo lo que hace lo hemos visto ya antes en decenas de títulos. Y sin embargo, no hemos podido parar de jugar hasta llegar al final, pero vayamos por partes.
Una aventura muy completa y disfrutable
Como acabamos de comentar, la nueva obra de Kumi Souls Games es un metroidvania 2D que hace gala de muchas de las mecánicas habituales de los soulslike. De este modo, deberemos explorar un mapa de tamaño considerable en el que todas sus zonas están interconectadas mientras nos enfrentamos a multitud de enemigos, subimos de nivel, adquirimos nuevas habilidades y poderes que nos permiten llegar a lugares previamente inaccesibles y derrotamos a peligrosos jefes en unos duelos muy intensos. Por supuesto, los puntos de control nos permiten curarnos a cambio de hacer que todos los monstruos reaparezcan, si morimos perderemos todas las "almas" que llevemos encima (las cuales nos sirven como moneda de cambio tanto para comerciar con otros personajes como para subir de nivel) a menos que volvamos al lugar en el que caímos derrotados y hay una gran variedad de armas cuerpo a cuerpo, a distancia y hechizos con los que podremos experimentar para definir nuestra build según los atributos que decidamos mejorar.
Sin entrar en muchos detalles, su historia nos pone en la piel de Eryk, un guerrero que despierta en Mythringal, una ciudad de estilo gótico que está completamente sumida en el caos tras haberse propagado una enfermedad que está convirtiendo a sus habitantes en terribles bestias. Por desgracia, nosotros también estamos infectados, así que nos tocará buscar una cura antes de que sea demasiado tarde.
Lamentablemente, se ha intentado imitar con muy poco éxito la narrativa fragmentada de los juegos de FromSoftware para contarnos su trasfondo a través de crípticas conversaciones pobremente escritas, los propios escenarios y las descripciones de los objetos, aunque la sensación final que nos ha quedado es la de que ni la historia ni el cómo la cuentan consiguen generar el más mínimo interés.
La buena noticia es que esto tampoco nos va a impedir disfrutar de su propuesta jugable, donde el título sí que puede sacar pecho gracias a un buen diseño de niveles no lineal que invita constantemente a explorar. Cada zona ofrece sus propios peligros y mecánicas, hay secretos escondidos por todas partes y siempre vamos a tener un buen número de rutas entre las que escoger, algo que va a más a medida que progresamos, adquirimos poderes, encontramos llaves y abrimos atajos.
No llega al nivel de los mejores exponentes del género, pero la colocación de los enemigos, trampas y plataformas suele acertar, hay una buena variedad de situaciones y el backtracking está muy bien llevado, incentivando que volvamos atrás y coloquemos marcadores en el mapa para no olvidarnos de todos aquellos lugares a los que no hemos podido llegar y en los que hemos visto algo. De igual modo, nos ha gustado que muchas veces no hemos tenido del todo claro si el camino por el que íbamos formaba parte de la ruta obligatoria o nos estaba llevando a alguna zona opcional con sus jugosas recompensas esperando a ser descubiertas. Es, en definitiva, un juego por el que da gusto perderse y que consigue que la adquisición de nuevas habilidades sean momentos realmente relevantes e importantes por todas las puertas que nos abren.
Ahora bien, adolece de algunos problemas que no son fáciles de pasar por alto, como lo poco claros e intuitivos que resultan muchos de los abismos que nos encontraremos. Hay bastantes de ellos que nos van a hacer dudar de si nos llevan a una muerte segura o si, en cambio, hay una zona explorable abajo, una duda que el mapa es incapaz de resolvernos (de hecho, suele acabar por confundirnos más todavía). Sumadle algunos saltos de fe y ciertos elementos decorativos de los escenarios que pueden ser confundidos con plataformas, y tendréis unos problemas de legibilidad que, aunque leves, resultan molestos cuando aparecen.
Y sí, caer tanto en los abismos como en la gran cantidad de fosos con pinchos que hay a lo largo de todo el juego supondrá una muerte automática y reaparecer en el último punto de control que hayamos visitado, lo que a veces puede resultar algo frustrante, ya que la mayoría de muertes que vamos a sufrir van a ser por este motivo. No es que el plataformeo sea difícil o exigente, ni mucho menos (no hay saltos demasiado ajustados ni secciones que requieran de grandes acrobacias), pero sí que vais a tener que lidiar con enemigos al saltar cuyos golpes os harán retroceder y, probablemente, caer donde no queríais.
Hablando de enemigos, cabe destacar que los combates nos han recordado mucho, tanto en los controles como en su ritmo, forma y desarrollo, a lo visto en juegos como las diferentes entregas de Castlevania. Aquí no hay una barra de resistencia que limite nuestras acciones, así que podemos pegar, esquivar y saltar todo lo que queramos, y aunque existen armas a distancia y hechizos, es al usar las armas cuerpo a cuerpo cuando más satisfactoria y divertida resulta la acción.
Hay ciertas asperezas en el control, pues no siempre responde con la precisión y agilidad que cabría esperar, pero en líneas generales se maneja bien, hay una buena variedad de enemigos, diferentes tipos de mecánicas y los jefes nos han gustado, deleitándonos con unas batallas intensas, divertidas y muy espectaculares que, eso sí, no son especialmente difíciles. De hecho, nos ha llamado la atención cómo la curva de dificultad se va suavizando con el paso de las horas. Sí, las grandes bestias que hay que derrotar son cada vez más complejas y cuentan con ataques más mortíferos, pero nosotros también nos fortaleceremos y tendremos acceso a una mayor cantidad de recursos que nos acabarán por facilitar la vida, algo a lo que hay que sumarle que es un juego en el que resulta muy fácil subir de nivel y mejorar nuestras armas para hacernos extremadamente poderosos a partir de su ecuador.
Como apunte, cabe destacar que aquí los viales curativos funcionan como en Bloodborne, por lo que son ítems consumibles que se pueden llegar a agotar si nos quedamos sin reservas en nuestro almacén. Evidentemente, hay un límite de ellos que podemos llevar a la vez y si tocamos un punto de control teniendo menos de ese máximo, los huecos disponibles se recargarán con lo que tengamos en nuestro baúl, una mecánica que temíamos que pudiese habernos obligado a "farmear" pociones, pero que, al final, resulta un poco anecdótica. No en vano, los viales son baratísimos y los enemigos suelen soltar bastantes, por lo que hemos acabado la aventura con más de 180 de ellos en nuestra despensa sin habernos tenido que parar ni una sola vez a conseguirlos. Lo que sí que no entendemos es que la desarrolladora no haya incluido un botón de pausa. Esto lo podemos comprender en un juego con funciones online en el que nos pueden invadir, pero en este caso no tiene ningún tipo de sentido al ser exclusivamente para un jugador.
Sobre su duración, terminar la historia principal con un 70 % de juego completado es algo que nos ha llevado 12 horas y ya os avisamos que hay secretos muy bien escondidos y una buena cantidad de contenidos que pueden alargar fácilmente la cifra entre las 15 y las 20 horas, dependiendo de las dificultades que tengáis para avanzar. Además, hay varios finales, algunas misiones secundarias "perdibles" y ciertas características que probablemente os inviten a darle una segunda vuelta a una obra que creemos que dura lo que tiene que durar, ni más ni menos. Ahora bien, aunque está previsto que llegue el modo Nueva Partida+ en algún momento, todavía no está disponible, algo que, sinceramente, hemos echado muchísimo de menos y le sentaría genial. De igual forma, hay ciertas modalidades que se prometieron en su campaña de financiación de Kickstarter que no están implementadas actualmente, por lo que es de esperar que con el paso de los meses tengamos un producto incluso más completo y rejugable.
Espectáculo pixel art al estilo gótico
Cambiando de tercio, algo que sí que nos ha gustado muchísimo ha sido su apartado visual, el cual hace gala de un pixel art fantástico que destaca, sobre todo, por sus escenarios, con fondos recargadísimos y repletos de detalles, algo que se ve reforzado por una gran y lúgubre dirección de arte. De igual modo, los jefes también destacan y las animaciones son realmente buenas. Algo menos nos ha gustado el diseño de los personajes y sus ilustraciones durante las conversaciones, aunque esto no quita que siga siendo una obra espectacular que entra directamente por los ojos.
Algo más flojo nos ha parecido el sonido, con una banda sonora de corte ambiental que pasa muy desapercibida durante los momentos de exploración y que, a pesar de intentar ser épica con coros y orquestas en los enfrentamientos contra jefes, nunca termina de brillar ni destacar. Los efectos se limitan a cumplir sin grandes alardes y las voces en inglés nos dejan unas interpretaciones muy desganadas y faltas de chispa. Los textos están traducidos al español tanto de España como de Latinoamérica.
Conclusiones
The Last Faith no ha llegado para convertirse en el nuevo referente del género, pero si os gustan los soulsvania, estamos seguros de que lo vais a disfrutar plenamente y vais a echar muy buenas horas con él. Un buen diseño de niveles, un backtracking bien planteado, una jugabilidad satisfactoria, buenos combates contra jefes, una duración perfecta y un pixel art espectacular son sus principales puntos fuertes y aunque no se va a llevar el premio al juego más original del año, tiene "algo" que invita a seguir jugando y consigue que no nos queramos despegar del mando. Sí, hay más problemas más allá de su falta de personalidad, pero lo realmente importante es que la experiencia general es divertida, así que si os apetece un título de este estilo al que echarle el guante, no dudéis en darle una oportunidad.
Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga para PS5 que nos ha ofrecido Playstack.