Análisis de The Interactive Adventures of Dog Mendonça and Pizzaboy (PC)
Dentro del enorme mundo del cómic hay algunas joyas que se escapan de la calificación de "superhéroes americanos, manga o cómic europeo". Por ejemplo, podemos hablar de The Adventures of Dog Mendonça & Pizzaboy, una trilogía publicada por Dark Horse (sí, los mismos de Sin City o Hellboy) en la que un repartidor de pizza llamado Eurico se une a un investigador de lo oculto y su ayudante, en una historia alrededor de diversas fuerzas ocultas.
La historia está guionizada por Felipe Melo, un escritor portugués bastante conocido dentro del mundo de Dark Horse, mientras que el dibujo le corresponde a Juan Cavia, un artista argentino conocido, además de por sus obras en comic, por haber trabajado en la fantástica película El Secreto de sus Ojos de la que es el diseñador de escenarios, y de ser el director artístico de Mi primera Boda.
No contentos con publicar tres cómics relacionados con esta historia, a finales del año 2014 ya vimos una iniciativa para llevar esta historia a los videojuegos mediante una campaña de Kickstarter donde, con una cantidad de dinero bastante escasa (apenas 30.000 dólares), el estudio argentino Okam Studio se prestaba a crear una aventura gráfica basándose en los personajes y aventuras de este cómic.
La historia de The Interactive Adventures of Dog Mendonça and Pizzaboy nos pone en la piel del repartidor de pizzas, tras una trepidante intro que nos sitúa ligeramente en la acción, en un nuevo caso alrededor de una mujer de habla portuguesa que se ve lidiando con fuerzas del más allá. Así que nuestro investigador se pone manos a la obra, sólo para ver cómo tiene que verse rescatado por nuestro protagonista, secundado siempre por una gárgola de la que sólo queda una cabeza, y por un demonio de 6.000 años de vida en forma de niña que aún no va al instituto (pero que fuma constantemente).
La manera de jugar a este juego es bastante tradicional para los estándares del género. Si situamos el cursor encima de cualquier objeto interactuable se abre un pequeño cuadro de opciones en forma de una serie de círculos, que siempre son mirar, usar y hablar, aunque no tenga ningún sentido que un objeto pueda hablar con nuestro protagonista.
Echamos de menos la posibilidad de que se puedan ver de un tirón los puntos interactivos dentro de cada escena, pero dado que esta posibilidad no existe (o no hemos sido capaces de encontrarla), pues tendremos que pasar el cursor del ratón por encima de cada escena, lo cual por otro lado tampoco es demasiado problema porque son escenarios llenos de detalle y nos permite recrearnos con más calma. Una ayuda que sí que tenemos, y que agradecemos notablemente, es una libreta donde aparecen las diferentes pistas o misiones que tengamos que cumplir. Es muy agradecido si pasa un tiempo entre partida y partida, ya que nos permite reengancharnos al juego sin demasiados problemas.
Un detalle que tiene este juego es que se han permitido el lujo, y con mucha gracia, de hacer muchos homenajes no sólo a gran parte del sector del videojuego, sino también a muchos íconos de la cultura popular. Podemos encontrarnos en el juego desde Charles Cecil (Broken Sword) a Tim Schafer pasando por Nathan Vella (Capybara Games) y Raph Koster. Nos toca además algo cerca a los hispano parlantes por el orígen de sus creadores, y hemos podido encontrarnos ya con Agustín Cordés (creador argentino de juegos de terror), Jesús Fabre (relaciones públicas murciano) y otros desarrolladores de habla hispana. Evidentemente la mayoría del público agradecerá mucho más los guiños a películas y propiedades intelectuales de los 80 y 90 (incluso algunos de ellos jugables, con cambios de sistema propios de juegos de consola de esa época), pero detalles como éstos son los que nos gustan a los que conocemos los videojuegos desde dentro.
En general la historia es muy entretenida, y las mecánicas están muy bien llevadas. En ningún momento nos hemos quedado muy atascados, aunque hay bastante variedad de acciones, personajes y escenarios. La historia es muy divertida, y dada la gran cantidad de sorpresas que nos encontramos, lo cierto es que podemos considerar que es muy recomendable meterse dentro de ella. La sensación al jugarla es parecida a leer el cómic original, lo que se nota especialmente si jugamos sin sonido.
En el apartado sonoro, no podemos decir que sea perfecto. El doblaje se ha realizado sólo al alemán (suponemos que porque Koch Media, el editor, es alemán, y por el gran tirón que tiene en el mercado alemán los juegos para ordenador), y el inglés, y en éste último lenguaje podemos decir que las voces no están del todo bien conseguidas. De hecho, a pesar de una buena banda sonora que ambienta bastante bien, casi preferimos no tener sonido alguno y jugar a este título como quien lee el cómic, de manera que somos nosotros los que marcamos el ritmo de la lectura.
Algo parecido pasa con el apartado gráfico. Si vemos las imágenes sin movimiento alguno lo cierto es que parece que estemos repasando las páginas de un cómic de gran calidad. Los personajes son fantásticos, están muy bien caracterizados, son muy graciosos, tienen mucha personalidad y sin duda alguna valen la pena. Lo mismo podemos decir de los escenarios, realizados con todo tipo de detalle, encontrándonos muchos toques maestros tras haber tenido que recorrer con el cursor en busca de objetos interactivos. Hasta aquí podríamos decir que The Interactive Adventures of Dog Mendonça & Pizzaboy es una de las aventuras gráficas con mejor aspecto de los últimos años, diferenciada además de otros títulos muy bellos como las aventuras de Amanita Design, Broken Age, Los Ríos de Alice o Shardlight, porque en esta ocasión hablamos de dibujos en dos dimensiones realizados en alta resolución, con aspecto cómic americano o europeo, y muchísimo detalle.
Por desgracia parte del trabajo se va al traste en el momento en que vemos las animaciones. No hay demasiadas, y tal vez sea por el caracter aliñado de Pizzaboy, pero de nuevo, como hemos dicho en el apartado sonoro, hemos preferido tomarnos esto como si fuera un cómic, marcando nuestro propio ritmo.
Conclusiones
The Interactive Adventures of Dog Mendonça and Pizzaboy es una buena aventura gráfica, que por detalles no se queda en una excelente aventura gráfica. Es un juego recomendable, con el que nos lo pasaremos muy bien, y podremos disfrutar de todos sus apartados positivos, pero a poco que seamos algo críticos en más de una ocasión pensaremos "que pena que aquí…" al ver las animaciones o el doblaje. Con todo, un juego notable, que debe gustar a los aficionados a este género, pero no sobresaliente.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Okam Studio.