Análisis de Stronghold 2 (PC)
Stronghold fue un título de estrategia en tiempo real que gustó mucho a los aficionados al género por permitir, entre otras muchas cosas, que el jugador pudiera diseñar una fortaleza a su antojo. Si queríamos, podíamos colocar varias líneas de muro defensivo, con sus correspondientes torres de defensa, para así frenar al enemigo con mayor efectividad. Por supuesto, también podíamos colocar trampas por los alrededores de la muralla para así evitar que los enemigos se acercaran a los muros.
A parte, el jugador también tenía la opción de dedicarse exclusivamente a la gestión de recursos para así levantar una gran ciudad con una economía sólida. Por tanto, Stronghold satisfacía a los amantes de la estrategia más directa, con grandes asedios a castillos de por medio; y a los seguidores de la estrategia más pausada, con la posibilidad de construir aldeas medievales con todo lujo de detalles.
Como es lógico, Firefly ha apostado sobre seguro y nos trae una versión mejorada de lo visto en el original y su correspondiente expansión, añadiendo más unidades, más construcciones, y un nuevo motor gráfico. Aún así, también nos encontraremos con algunas novedades que pasaremos a comentar a continuación.
El Sendero de la Paz: Lo primero que debe quedar claro es que en esta modalidad de juego el jugador tendrá que ser muy paciente. Si hemos optado por la campaña, tendremos que resolver una serie de problemas que van desde construir nuevas edificaciones, a recolectar más alimentos para tener contento al rey de turno. Lógicamente, estas acciones no se ejecutarán de manera inmediata, sino que tendremos que ir construyendo diferentes manufacturas para así ir obteniendo los materiales necesarios para continuar en la aventura, por ejemplo: una de nuestras primeras misiones consiste en reparar una atalaya que servirá para guiar a los barcos que se acercan a la costa –la mayoría termina encallando en el acantilado-. Como es lógico, necesitaremos madera para realizar esta tarea por lo que nuestra primera misión consistirá en construir varios aserraderos para así obtener la materia prima necesaria para continuar con la reparación.
Una vez situados los aserraderos cerca de las zonas boscosas, nuestros aldeanos se dirigirán a sus puestos de trabajo para iniciar la tala indiscriminada de árboles. Y aquí cabría resaltar el hecho de que cada manufactura funcionará con un solo aldeano, es decir; construimos un aserradero y un aldeano se dirigirá a la zona para talar árboles. Si construimos una granja, un solo aldeano se encargará de plantar y recoger las cosechas. Por tanto, tendremos que tener siempre aldeanos en reserva para que no falte mano de obra. Para ello, bastará con construir hogares y ante todo, tener a la población contenta. Si todo funciona bien, tendremos a un grupo de trabajadores dispuestos a todo junto a una hoguera cerca del castillo.
Conforme se vaya recolectando madera, nuestros trabajadores la irán transportando en sus carros al almacén, de donde se extraerá la cantidad requerida para continuar con la reparación de la atalaya. Lo mismo ocurrirá con el resto de materias primas que vayan a ser empleadas en la fabricación de otro tipo de productos, por ejemplo: el trigo que recogen los aldeanos no irá a parar al granero, donde se guarda la comida, sino que será transportado al almacén. Una vez allí, los encargados del molino se encargarán de preparar la harina para que después los panaderos tengan los ingredientes necesarios para elaborar el pan. Si construimos una granja para cerdos, la carne obtenida se llevará a la cocina directamente para preparar grandes banquetes que satisfagan al señor del castillo.
Así pues, vuestro trabajo consistirá en satisfacer las necesidades de los habitantes de la ciudad. Lo más importante es mantenerlos bien alimentados, por lo tanto, será fundamental crear un buen número de campos de cultivo para tener el granero repleto de comida. Eso sí, basar la alimentación de toda la aldea exclusivamente en frutas y hortalizas no es nada recomendable, será por tanto necesario construir cabañas para cazadores y de este modo, obtener también una buena cantidad de carne.
Si tenemos el granero repleto de alimentos, podemos incrementar las raciones de comida para así hacer felices a los aldeanos. Lógicamente, será mucho más complicado mantener el granero lleno repartiendo comida extra, por lo que habrá que buscar un punto intermedio que pueda satisfacer a la población y sobre todo, no perjudicar a la economía de nuestro territorio.
Otro punto importante en la gestión de la aldea lo encontraremos en el sistema de limpieza y en los impuestos. Un pueblo repleto de basura atraerá plagas que reducirán drásticamente la demografía del lugar. Lo mismo ocurrirá si los impuestos son demasiado elevados; la mayoría de personas preferirán largarse antes que quedarse y pagar. Así pues, será conveniente mantener una tasa de impuestos reducida y ante todo, construir diferentes vertederos para que la recogida de desperdicios se efectúe con la mayor celeridad posible.
Básicamente, hasta aquí nos encontraríamos con la gestión de recursos enfocada a la vida de los aldeanos, pero también será necesario tener un buen ejército con el que defender la aldea de posibles ataques –los lobos comenzarán a atacar rápidamente-. El honor, al igual que el oro, lo utilizaremos para comprar tropas. Es por eso por lo que será necesario tener un buen sistema de recaudación de impuestos, de este modo obtendremos el dinero necesario para comprar unidades. Pero antes, habrá que fabricar armas por lo que tendremos que gastar una buena cantidad de oro en las armerías. A parte, el honor lo tendremos que ir ganando haciendo feliz al "jefe" de la región. Si el duque del castillo, por ejemplo, está contento con los banquetes que hacemos en su honor, nos concederá puntos de honor que después podremos emplear para conseguir un ejército más poderoso. También, conquistando nuevos territorios, reduciendo los impuestos, aumentando el número de misas semanales, y como no, aumentando las raciones de comida, iremos consiguiendo más y más puntos de honor.
El Sendero de la Guerra: En esta modalidad de juego el jugador podrá disfrutar de los asedios de manera directa, o por el contrario, tendrá la oportunidad de construir desde cero una aldea que podrá defender de los constantes asedios de las tropas enemigas. Como os podéis imaginar, el proceso de construcción de pueblos será idéntico al comentado más arriba, aunque esta vez habrá que tener en cuenta las invasiones enemigas. Si conquistamos un territorio rival, nuestro honor aumentará y nuestro ejército, lógicamente, crecerá.
Dicho esto, lo mejor será que nos centremos en los asedios, y de nuevo nos encontraremos con dos opciones: podremos convertirnos en los atacantes, o si lo preferimos, ser los defensores de la fortaleza. Por supuesto, la acción cambiará mucho según el papel que vayamos a desempeñar: si defendemos el castillo tendremos que situar a los arqueros en los torreones y esperar pacientemente a los enemigos; habrá que activar las diversas trampas que hemos preparado y ante todo, tendremos que proteger al rey del castillo. Si nuestro papel es el del atacante, tendremos que avanzar con contundencia utilizando las escalas para subir las murallas; el ariete tendrá que destrozar los portones y por supuesto, nuestras máquinas de asedio deberán arrasar las murallas enemigas.
El problema en esta modalidad de juego radica en lo caótico que resulta todo. Las tropas avanzan demasiado rápido y en cuestión de minutos toda la pantalla estará repleta de soldados. Esto no quiere decir que no podamos defender correctamente el castillo ya que por ejemplo, podemos ordenar a nuestros arqueros que disparen con flechas de fuego sobre charcos de aceite para freír literalmente a las unidades enemigas, o si lo preferimos, podemos soltar troncos para arrasar con las fuerzas atacantes. Aún así, el hecho de que la acción vaya tan acelerada hace que estas batallas pierdan un tanto el toque estratégico que muchos desearíamos. De todos modos, siguen siendo unos enfrentamientos muy divertidos, sobre todo gracias a la posibilidad de ver a las tropas combatiendo en el interior de los castillos. Cuando los enemigos entran en las torres, por ejemplo, nosotros veremos como la muralla desaparece, pudiendo seguir de esta forma el enfrentamiento que se realiza en el interior de las torres.
Y es que una de las novedades más destacables será el paso del juego a las tres dimensiones. Y este cambio no se notará exclusivamente en el apartado gráfico, que por supuesto será mucho mejor que en el original, sino que en esta ocasión habrá que tener en cuenta la orografía del escenario para combatir con mayor eficacia. Un castillo situado sobre una zona elevada será mucho más difícil de asaltar que uno que se encuentre sobre el mismo nivel que las tropas de asedio. Los arqueros, lógicamente, serán mucho más dañinos si los situamos en zonas elevadas como los torreones ya que comenzarán a abrir fuego mucho antes que los arqueros enemigos, que se encuentran en una peor situación.
Si lo preferimos, podemos alejar la vista al máximo y admirar los paisajes coloristas que nos acompañarán a lo largo de la aventura. Los árboles son mecidos por el viento mientras que en la costa, un agua de lo más realista romperá con las rocas levantando grandes olas de espuma. Las edificaciones tendrán un buen nivel de detalles, aunque no se puede decir lo mismo de las unidades, que si bien vistas desde lejos no desentonan con el conjunto en general, será en las distancias cortas cuando veamos su falta de detalles. También es cierto, eso sí, que Stronghold 2 presentará en pantalla un buen número de unidades, sobre todo en los asedios, pero aún así, y viendo los últimos juegos de estrategia que han ido apareciendo, se podrían haber esmerado un poquito más en ese aspecto.
Y ya que hablamos de los asedios, debemos resaltar la espectacularidad de algunas de las armas que emplearán nuestras tropas. Es impresionante ver como cuando decenas de soldados enemigos se acercan a nuestra fortaleza, nuestros arqueros comienzan a disparar sin parar flechas de fuego, dejando estelas de fuego y humo por el cielo. También destacan detalles como el que comentábamos con anterioridad: cuando los enemigos entran en la fortaleza, el muro desaparecerá dejándonos ver los combates que se desarrollarán en el interior del castillo.
En cuanto al apartado sonoro, Stronghold 2 presenta un repertorio musical de lo más agradable. Sus melodías son pegadizas y variadas, manteniendo un marcado carácter medieval. Los efectos sonoros también mantendrán un nivel de calidad aceptable, siendo variados y contundentes. También, hay que destacar que el juego ha sido doblado al castellano, y aunque no sea un doblaje magnífico, sí que hay que agradecer que se preocupen cada vez más por traer las versiones en castellano lo más cuidadas posible.
Con todo esto, ya os podéis ir haciendo una idea de lo que ofrecerá Stronghold 2. Los jugadores podrán disfrutar de dos estilos de juego totalmente opuestos, lo que permitirá que cada uno decida la forma con la que desea disfrutar del juego. La campaña para un solo jugador ofrecerá muchas horas de diversión, pero a parte, también podremos entretenernos diseñando nuevos mapas y castillos para después estrenarlos con alguna que otra batalla. Eso sí, pronto nos cansaremos de la mala inteligencia artificial de las tropas en el modo asedio, por lo que será esencial buscar a diversos jugadores por Internet para disfrutar de verdad con el juego.