Análisis de Strike Vector (PC)
Hacerse un hueco en el mercado de los videojuegos es difícil, pero hacértelo en el sobresaturadísimo mercado de los shooters, se antoja muchas veces poco menos que imposible. Tienes que ser muy bueno, o al menos tener algo que te haga sobresalir entre tanta competencia. Quizás Strike Vector no es el mejor de los shooters, probablemente, pero os aseguramos que merece mucho nuestro tiempo, sobre todo, si llevamos tiempo por el género.
Súbete a la nave
Strike Vector es un juego de disparos, centrado en el multijugador competitivo, en el que desde una perspectiva en primera o tercera persona, nos embarcamos en una batalla aérea con naves, que comenzará, desde el primer momento a sorprendernos por su velocidad y espectacularidad. En Strike Vector no hay tiempo que perder. Es un juego en el que cada segundo cuenta y que, desde el primer momento, nos exige concentración, habilidad y reflejos.
Aunque aderezado con mecánicas modernas, el título desarrollado por el estudio independiente Team Strike –fundado por cuatro personas y actualmente compuesto de ocho– nos pone sobre la mesa una experiencia que, a pesar de su envoltorio, se acerca más a títulos como Unreal Tournament que a otros como Call of Duty. Pero sobre todo, el principal elemento diferenciador lo pone esa libertad de movimientos, propia, casi, de Zone of the Enders, y su diseño de escenarios.
Precisión, agilidad, y errores que no se perdonan
Strike Vector, en esencia, nos anima a sobrevivir en una zona bélica perenne. Aquí es donde los mencionados elementos hacen que su mecánica se vea positivamente alterada. Y es que u naturaleza rápida hace que sea imprescindible que nos familiaricemos con nuestras naves, y sobre todo, con los enrevesados escenarios, llenos de estructuras metálicas, en los que una décima de segundo determinará si somos el cazador o la presa.
Las naves, a diferencias de otras pesadas y torpes que seguro conocemos de otros juegos, son muy ágiles –parecen a veces más mechas que naves–, y decidir si movernos rápido o despacio tendrá más importancia de la que esperamos. Esto se debe a que la calma nos permite explorar nos escenarios y apuntar con mayor precisión, a la vez que somos presa fácil, mientras que la velocidad, nos complicará las mencionadas tareas –y aumentará tremendamente el número de choques posibles–, pero dificultará que otros nos alcancen.
Accesibilidad y exigencia
Aunque lo que acabáis de leer pueda parecer obvio e incluso algo simple, os aseguramos que una vez que nos metemos en combate descubrimos cuánto tiene que ofrecer. Lo básico de Strike Vector se aprende en unos minutos, y eso es más que suficiente para divertirnos, pero para tener posibilidades reales en la batalla necesitamos bastante más tiempo, sobre todo por la cantidad de opciones que tiene cada nave es bastante grande, y los tutoriales escasean.
De hecho, éste puede ser el mayor problema del juego. Aunque tiene un modo en solitario que nos permite explorar los escenarios y probar las armas, en cuanto saltemos al terreno de combate veremos que nos queda mucho por aprender. El tutorial se limita a unas pequeñas diapositivas, y la información que recibimos es poco más que la justa para dar los primeros pasos. Pero la veteranía es un grado, y sin duda, en Strike Vector aprendemos algo en cada partida.
Envuelto por el Unreal Engine 3
Aunque cuando las mecánicas con divertidas los gráficos pueden pasar a un segundo plano, lo cierto es que Strike Vector no descuida lo visual, y ofrece una sólida base potenciada por el conocido Unreal Engine 3. Así, encontraremos momentos muy espectaculares, aderezados por los efectos de desenfoque, las explosiones y los efectos de luz. Quizás peca de ser algo simplista o genérico en el diseño, pero no quita que sea un buen envoltorio para el mismo.
Algo más atrás se queda el sonido, con una buena colección de explosiones, choques y chirridos, pero con apenas unas melodías metaleras que aderezan los menús. Tampoco se echan de menos más efectos, pero quizás voces de pilotos o música en los momentos clave de una batalla –como cuando se acercan los drones– podrían haberle dado más profundidad.
Acción clásica, diversión clásica
Strike Vector tiene las cosas muy claras, y esto le permite pasar directamente a la diversión, saltándose toda la parafernalia innecesaria en la que se pierden otros juegos. Su problema es que, quizás en su énfasis por permitirnos saltar al combate, se olvida de darnos algunas lecciones básicas sobre cómo funcionan sus opciones de personalización, de qué hace este arma si la combino con esta habilidad, o de cómo, simplemente, mejorar.
Señalábamos antes también que Strike Vector quiere premiar la habilidad y la veteranía de los usuarios, por lo que, quizás, la falta de tutoriales es otra manera de enfatizar esa exploración individual, y de recompensar a aquellos que pasan horas probando las combinaciones del juego. De una manera u otra, lo cierto es que la propuesta es divertida, directa y adictiva, y a pesar de la frustración que podemos encontrar al no saber qué estamos exactamente haciendo mal, irle pillando el truco es muy satisfactorio.
Por el momento, sus diferentes modos –todos contra todos, duelo por equipos, cazatesoros...– y mapas son más que suficientes para divertirnos durante bastante tiempo, y, además, sus desarrolladores prometen que todos los contenidos y características que lancen a posteriori serán gratuitos para todos los usuarios, por lo que estamos deseando ver cómo se expande, y sobre todo, algún modo que sorprenda a los jugadores.
Strike Vector no es un juego perfecto, pero ese regusto clásico que desprende pensamos que puede atrapar, y mucho, a los que disfrutaron con títulos como Unreal Tournament. A poco que os atraiga lo que leéis, pensamos que se merece una oportunidad. Eso sí, si queréis un título más cercano a los juegos de disparos que triunfan en el mercado actualmente, quizás no sea el juego que estáis buscando.