Análisis de Stardew Valley (PC, Switch, PS4, PSVITA, Xbox One, Android, iPhone)
Una de las ventajas que tenemos hoy día de tener acceso a los juegos mediante descarga digital es que lo mismo disfrutamos de una gran superproducción que de la obra de una sólo hombre. Es el caso de Stardew Valley, un juego desarrollado por Eric Barone del que se suele decir que es una combinación de Harvest Moon (ahora Story of Seasons) y Animal Crossing. Y sí, Stardew Valley tiene una fuerte influencia de esas dos series y de algún juego más -como Rune Factory, el spin off de Harvest Moon-, pero tiene su propia personalidad y una jugablidad muy rica.
Desde el ramplón Farmville que tanta guerra dio en Facebook hace un par de años hasta el ya mencionado veterano y excelente Story of Seasons pasando por el popular Farming Simulator, son varios los juegos que te animan a recolectar y vivir la vida de un granjero virtual. En Stardew Valley, si quisieras, podrías limitarte a recolectar, pero tu trabajo con la recolección y la pesca está unido a la aventura que te lleva a empuñar un arma y ambas actividades se orientan, a su vez, a trabajar por la comunidad en la que vives, ya que es un juego con cierto trasfondo social.
Rumbo a una nueva vida
Tras personalizar al personaje con más posibilidades de las que cabría esperar en un juego con estilo pixel art, empieza la historia con la muerte de tu abuelo, que te deja en herencia una finca para cuando te sientas hastiado de la vida en la ciudad y quieras cambiar de aires. Llegado ese día te subes al autobús y emprendes rumbo a Pelican Town para empezar de cero en un entorno rural. Pero olvídate de aquello de que la vida en el campo es tranquila y relajada, porque no tardarás en comprobar que te faltará tiempo para todo lo que tienes que hacer.
Por supuesto, cuando llegas a tu hacienda está llena de piedras, madera y hierbas. Los primeros días los pasas limpiando la zona, conociendo a los vecinos y entendiendo el funcionamiento del juego, pero no es un principio aburrido -quitando la parte de desbrozar el terreno, que es repetitiva, por eso es mejor no hacerlo todo seguido- porque, además, vas recorriendo el pueblo y los terrenos que lo rodean e incluso tienes ya las primeras misiones.
Desde estos primeros compases del juego puedes tomar una decisión que marcará la forma de jugar. La Corporación Joja tiene un hipermercado en el pueblo y la voluntad de llegar a ser en el centro de la economía local, intentando hundir a la tienda tradicional.
Si te conviertes en socio de Joja, el ahora abandonado Community Center pasará a ser un almacén y comprarás mejoras en el pueblo y en tu granja a golpe de talón. Pero si decides apoyar la economía local y mantenerte lejos de la corporación irás recuperando el Community Center con tu esfuerzo y vivirás una experiencia más integrada con la naturaleza que con la economía.
Esta segunda opción nos ha parecido mucho más gratificante, porque guarda algunas sorpresas y aumenta el sentido de progresión, vas completando los objetivos de cada habitación para revivirla y es más amena, pero nos ha parecido cuanto menos curioso tener la posibilidad de elegir y de ver cómo Joja intenta en los primeros momentos del juego atraer nuevos clientes tirando los precios de manera puntual en su supermercado. Es un aspecto relacionado con la conciencia social que no esperábamos encontrar aquí.
Trabajar en el campo te consume energía
El juego tiene tres grandes apartados: tu vida como granjero, el combate y las relaciones sociales. Dentro del primero, el tiempo se divide en estaciones, cada estación dura un mes y cada mes tiene 28 días. Los días comienzan a las 6:20 de la mañana y, si te vas muy tarde a la cama, al día siguiente te despiertas con la mitad de energía. Cada actividad que realizas va consumiendo la barra de energía, que bajará despacio si te dedicas a explorar o a pescar y rápido si cortas leña o luchas.
Por suerte, puedes recuperar parte de esta energía comiendo porque, de otra manera, en las épocas de más actividad a veces tendrías que irte a la cama a mediodía si no quieres desmayarte y tener que pagar por el coste médico de haberte tenido que recuperar y llevarte a tu casa.
Cada estación tiene dos fiestas sociales y unas cosechas propias. Es importante gestionar bien los tiempos porque cuando llega el día 1 todo lo que tuvieras sembrado (con un par de excepciones) se marchita, de forma que hay que tener en cuenta el tiempo que tardan las semillas en crecer. En invierno, cuando todo está lleno de nieve, la cosecha tiene menos importancia y te puedes centrar en la ganadería o en el combate y las relaciones sociales, de forma que siempre tienes actividades y el juego nunca se hace aburrido.
Al contrario, tendrás que decidir prioridades para ver qué haces cada día una vez que has terminado las tareas cotidianas de ver el parte metereológico en la televisión, regar y cuidar de los animales. ¿Te vas de pesca, a la mina a luchar o das una vuelta por el pueblo para hablar con los vecinos y repartir unos cuántos regalos? O quizás te convenga ir a recolectar por todo el bosque la fruta silvestre de temporada. Siempre hay actividades y el dilema es por cuál decidirse o ver cuál te va a dar tiempo a hacer en lo que queda de día.
Con los recursos que encuentras durante la exploración o los que consigues en la granja puedes ir mejorando las herramientas que utilizas o construir numerosos y útiles objetos, todo de una manera muy sencilla. El herrero mejora los aperos y fabricas elementos nuevos con el menú de crafteo en el que sitúas el cursor sobre cada objeto para ver los materiales que necesitas. Una vez que has realizado la primera ampliación de la casa, cocinar alimentos que te proporcionen energía o ventajas o sirvan como regalo para los vecinos.
Tienes una buena cantidad de plantas para cada estación que crecen a ritmos diferentes, (carísimos) árboles frutales y variados animales de granja (incluso puedes construir un establo para un caballo y un edificio para criar slimes, uno de los enemigos). Y el invernadero, cuando ya llevas el juego avanzado, te permite sembrar especies fuera de temporada.
Es muy fácil vender lo que has producido para conseguir dinero. O bien vas a las tiendas o bien, más sencillo, lo colocas en un cajón que está junto a tu casa y recibes el pago al final del día, que es también cuando el juego se guarda. Todo está orientado a que las complicaciones vengan de las decisiones sobre la actividad que centra cada uno de tus días en el juego y no en la gestión.
Sin darte cuenta, habrá pasado el primer año (y unas 35 horas de juego) y empezarás el segundo con la historia que se relata en él a medias y mucho por hacer, de forma que el segundo año lo empleas en avanzar en ella y lograr aquello que en el primer año no te dio tiempo a hacer en cada estación. Impresiona pensar que un juego tan amplio y con tantas posibilidades lo ha desarrollado una persona sola.
Las relaciones con unos vecinos muy carismáticos
Como en Animal Crossing, las relaciones con los vecinos aportan beneficios extra, pero aquí también le imprime su propia personalidad Stardew Valley. Tienes 28 vecinos, muchos familia entre sí, con los que puedes mejorar las relaciones regalándoles algo que les guste -cada uno tiene sus propias preferencias- y cumpliendo pequeñas misiones para ellos.
Hasta aquí nada nuevo, pero lo mejor es la personalidad que tiene cada vecino y las relaciones que hay entre ellos; algunos son unos tristes, otros son bastante sencillotes, y hasta hay quien desea a la mujer de su prójimo. Cuando desarrollas una buena amistad con algún personaje puedes acceder a su habitación y verás algunas escenas especiales con el tiempo.
Un personaje especial es Linus, el indigente que vive en una tienda de campaña fuera del pueblo, que participa en todos los eventos sociales pero se mantiene apartado. Linus es el que te enseña que se puede hurgar en los cubos de basura para encontrar objetos útiles, aunque si te ve otro personaje te mostrará de forma visible su rechazo. Todo un personaje.
La dura y larga vida en la mina
El tercer sostén del juego es la lucha, que se centra inicialmente en la mina (aunque después hay más áreas en las que combatir), que está llena de monstruos y minerales. Tiene un componente de rol ya que vas comprando mejor defensas y armas para acabar con los cada vez más potentes enemigos. Al entrar en la mina se añade una segunda barra en la interfaz que marca la salud del personaje. Si se queda vacía alguna de las dos barras, tendrán que rescatarte, perderás dinero y buena parte de lo que tengas en tu inventario.
No es que sea un combate difícil -sólo puedes atacar y defenderte- aunque sí hay que tener en cuenta que conviene acompasar el ritmo de tu ataque al del enemigo, ya que hacerlo demasiadas veces equivale a gastar energía inútilmente, y tal vez te arrepientas cuando te cueste encontrar la salida en un nivel y estés lejos de la escalera de entrada. Dado que la mina tiene más de 100 niveles, tendrás que bajar unas cuantas veces para recorrerla entera.
Además de todo esto, tienes los típicos coleccionables. Los artefactos y los minerales que encuentras en la mina se pueden donar al museo la primera vez que aparecen. Recibirás pequeñas recompensas cuando hayas entregado unos cuantos, y alguno te dará acceso a otras zonas del juego. También tienes distintos tipos de espantapájaros y múltiple decoración para tu casa.
De vez en cuando Stardew Valley te da alguna sorpresa, como personajes que llegan por la noche a tu huerto para cambiar algo, o incluso terremotos y meteoritos. Son pequeños detalles que evitan la monotonía. Barone logra sorprender al jugador cada cierto tiempo abriendo nuevas zonas o posibilidades a un ritmo muy bien medido en todo.
Un estilo que encaja a la perfección
A poco de empezar a jugar queda patente que el estilo pixel art le queda como un guante a Stardew Valley y que el autor no lo ha elegido por comodidad. Todo tiene una estética muy cuidada, el diseño de los personajes, sus expresiones, cada objeto que hay en el escenario. Son deliciosos pequeños detalles como que cuando entras en una pantalla haya un pájaro carpintero en un árbol, o que un conejo huya cuando llegue tu granjero, o que haya gaviotas en la playa y toallas extendidas en verano. En el exterior de cada casa de Pelican Town se nota qué época del año es.
El sonido acompaña a la perfección. Los efectos durante una tormenta son tremendos y es el sonido quien mejor te indica que ha fallado el cebo para pescar o que se acerca un enemigo. De momento, el juego está disponible sólo en inglés. La música cambia lo suficiente como para no ser machacona y resulta agradable aunque hay ocasiones en que no suena durante un rato y se echa de menos.
El control tiene algunos puntos mejorables: puedes personalizar el control excepto en el ratón, lo que llega a ser una verdadera molestia para los jugadores zurdos, que deben usar el click izquierdo. El inventario normalmente se sitúa en la parte inferior y a veces cambia súbitamente a la parte superior para no molestar en ciertos cambios de pantalla, pero cuando estás luchando y debes cambiar entre el pico y el arma puede ser un incordio, de forma que es más fácil recurrir a las teclas numéricas para cambiar entre objetos seleccionados.
Conclusiones
Stardew Valley ha resultado una agradable sorpresa con una jugabilidad muy buena que está realizada con pasión por el género, prescindiendo de tutoriales -aunque logra enseñar muy bien sus normas al jugador- y de elementos innecesarios; en ningún momento sientes que haya una parte de relleno, no hay largas chácharas ni enrevesadas historias y las horas de juego van pasando ligeras y entretenidas.
La historia es bastante plana y sencilla, pero ir mejorando el Community Center poco a poco es satisfactorio y las nuevas zonas y posibilidades se abren a buen ritmo. El pueblo está lleno de vida y los vecinos no deambulan, sino que siguen unas costumbres. A media tarde van cerrando las tiendas y el lugar de encuentro suele ser el pub.
El componente socioeconómico que te pide posicionarte entre la globalización y el desarrollo sostenible de la zona le da un toque extra interesante que lo convierte en una pequeña joya que nos ha enamorado por completo.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Chucklefish Games.