Análisis de Slain! (PC)

Gracias a los videojuegos indies estamos pudiendo disfrutar de títulos que de otra manera nunca hubiesen tenido una oportunidad, ya sea por el género al que pertenecen o por hacer gala de una idea muy arriesgada en la que ninguna editora quiere invertir. Un buen ejemplo del primer caso lo tendríamos en Slain!, un juego que desprende aroma clásico por los cuatro costados en su propuesta jugable, permitiéndonos disfrutar de una aventura puramente arcade y sin muchas complicaciones que nos ha devuelto por momentos a la época de los primeros Castlevania y Ghost'N Goblins, aunque por desgracia, la experiencia no ha sido tan satisfactoria como nos hubiera gustado.
Plataformas y acción a ritmo de heavy metal
Lo primero que hay que decir es que estamos ante un juego de plataformas en 2D con muchísimas dosis de acción, en el que nuestro único objetivo será superar pantallas completamente lineales y sin apenas exploración en las que tendremos que hacer frente a enemigos y trampas de todo tipo que se empeñarán en entorpecer nuestro avance.
Estos niveles suelen dividirse como en dos tipos de "fases" distintas: las de campo y las torres. Las primeras son las más simples y no tendremos más que ir de izquierda a derecho masacrando monstruos, esquivando trampas y saltando los abismos que nos encontremos. Son sin duda las más aburridas y las menos trabajadas, ya que todas son muy parecidas entre sí y su diseño no es especialmente brillante.

Por otra parte tenemos las torres, donde se nos da un poco más de libertad para explorar y proponernos pequeños "puzles" (por llamarlos de algún modo) en los que nos las tendremos que apañar para activar interruptores que abran puertas, movilicen plataformas, etcétera. Si en las fases de campo los combates son los que más predominan, aquí el protagonismo pasan a tenerlo los momentos plataformeros, lo que no quiere decir que no vayamos a tener que combatir mucho, dando como resultado unos niveles más equilibrados e interesantes de jugar.
El diseño de niveles, en general, no es ninguna maravilla, aunque este es un problema que nos ha parecido incluso secundario considerando la gravedad del resto de errores con los que nos hemos encontrado. Para empezar, os recomendamos no comprarlo a menos que tengáis un mando para jugar, ya que el soporte para teclado es lamentable.

No solo los controles son incómodos, sino que no podemos ni configurarlos adecuadamente y existe un retraso tremendo entre las órdenes que introducimos y la ejecución de las mismas por parte de nuestro personaje, llegando al punto de resultar prácticamente injugable. De hecho, estos problemas van a más cuando nos damos cuenta de que este retraso hace complicado incluso el navegar por los menús y que no existe la opción de abrirlo cuando estamos en mitad de una partida, obligándonos a tirar de Alt y F4 para cerrar el programa.
Por suerte, al usar un mando la mayoría de lo aquí comentado desaparece, aunque todavía queda algo de retardo en los menús y en la realización de ciertas acciones después de caer a tierra tras dar un salto o recibir el ataque de un proyectil, aunque por lo general se deja jugar correctamente.

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