Análisis de Northland (PC)
Tras las aventuras vividas en Cultures 2, donde un grupo de héroes terminó con la vida de la serpiente Midgard, se restauró la paz en el mundo. Una vez conseguido este objetivo primordial, los héroes se separaron para disfrutar de los placeres de la vida: Hatschi, el bravo sarraceno, regresó a su pueblo natal. Bjami y Crya, que vivían un romance, volvieron a Bizancio para vivir en el palacio del padre de Crya, emperador del territorio. Por último, Sigurd abandonó el sur y comenzó el viaje de vuelta a Franconia. Sin embargo, la paz y tranquilidad dura muy poco; y pronto Bjami recibe un mensaje en el que se le informa de que las tierras de su amigo Hatschi están siendo atacadas por unas misteriosas criaturas que están provocando el caos y la destrucción. Sin pensárselo dos veces, nuestros héroes embarcan en los barcos junto a un pequeño contingente de soldados y civiles, e inician el viaje a tierras árabes, donde encontrarán unas grandes serpientes que les pondrán las cosas muy difíciles.
Así da comienzo la nueva obra de Funatics Software. Un juego de estrategia en tiempo real en el que tendremos que gestionar una aldea, cuidar las relaciones personales de sus habitantes, y proteger el territorio con las unidades militares. Para ello, contaremos con un complejo interfaz en el que encontraremos todas las opciones posibles, aunque habrá que practicar mucho para conseguir dominar a la perfección el sistema de juego de Northland. Es por esto por lo que este análisis intentará ser lo más detallado posible, resaltando por separado las tres características fundamentales que convierten a este juego en una de las novedades más interesantes de los últimos meses en lo que respecta al género de la estrategia en tiempo real: construcción de aldeas, relaciones personales, y la guerra.
Cada ciudadano tiene vida propia
Northland cuenta con un interfaz bastante completo en el que podremos ver todas las estadísticas de nuestros aldeanos, así como los habitantes de las casas o los trabajadores de las "fábricas". Si queremos cambiar la profesión de un civil –su nombre y trabajo aparece encima de su cuerpo-, solamente hay que pinchar con el botón derecho del ratón sobre la unidad y seleccionar el tipo de trabajo que va a desempeñar. Luego lo mandaremos al lugar donde va a trabajar y a partir de ese momento, comenzará a ganar experiencia. Cuando ya sea un experto en su oficio, aparecerá en la pantalla un mensaje que nos informará acerca de los nuevos trabajos que puede desempeñar la unidad, por lo que nosotros tendremos que decidir qué hacer con el personaje.
También podremos recibir mensajes acerca de las necesidades de los habitantes de la aldea, o de la falta de materiales para continuar con algunos de los trabajos. Y es que hay que tener en cuenta que en Northland no nos encontraremos con tres o cuatro recursos que servirán para comprarlo todo. Aquí hay que obtener arcilla para después conseguir ladrillos, que podremos emplear para construir una panadería, en la que obtendremos el alimento gracias al trigo traído del molino, por poner un ejemplo. Claro está, todos estos materiales tendrán que pasar por las manos de nuestros trabajadores que habrán tenido que ascender para llegar a fabricarlos, por ejemplo: un granjero se encarga de recoger el trigo. Cuando tiene la experiencia suficiente, puede convertirse en molinero –habrá que construir un molino- y así conseguirá la harina que empleará el panadero. Pero para llegar a esta profesión, habrá que ser un molinero experto, por lo que tendremos que crear una cadena de trabajadores que vayan ascendiendo para que nunca falte mano de obra en las distintas manufacturas.
También, para rizar el rizo, nos encontramos con el trabajo de porteador y mercader. Los primeros se encargan de facilitar las cosas a los trabajadores que tienen que recoger materiales para fabricar sus productos, por ejemplo: el panadero tiene que ir a por agua al pozo y a por la harina al almacén, lo que hará que pierda mucho tiempo. Si ponemos a un porteador en la panadería, conseguiremos que el panadero se dedique a hacer lo que sabe, mientras que los materiales le van llegando rápidamente. El mercader, en cambio, se encarga de comerciar con los materiales que tenemos guardados en los almacenes. Así pues, podemos asignar un carro o carretilla a uno de nuestros mercaderes, y mandarlo a un pueblo cercano para que nos traiga los materiales que nosotros no podemos obtener por cuenta propia. Así conseguimos todo lo necesario para que nuestra aldea prospere, aunque habrá que tener más factores en cuenta.
Y lo mejor de todo es que la vida social de los habitantes de nuestro poblado influirá mucho en su trabajo. Lógicamente, una persona que no ha dormido lo suficiente, no rendirá bien en el trabajo. Lo mismo ocurrirá con un creyente que no pueda rezar en ningún templo, o con aquellos que pasen tanta hambre que no puedan mantenerse en pie. Por eso, a parte de preocuparnos del trabajo y de los materiales necesarios, tendremos que fijarnos en que todos nuestros habitantes vivan contentos para poder seguir afrontando los desafíos que se nos vayan presentando sin ningún problema.
Eso sí, las unidades militares también necesitan descansar y comer, por lo que habrá que estar muy al tanto de que todas se encuentran en buenas condiciones antes de entrar en combate. Todas excepto los héroes que nos acompañarán. Estas unidades no necesitan dormir ni alimentarse. Su única función en la partida consiste en eliminar a los enemigos o bestias que puedan amenazar la paz en nuestras aldeas, por lo que serán unidades poco problemáticas en ese sentido. Aún así, habrá que tener mucho cuidado ya que si un héroe muere, la partida habrá terminado.
Por lo demás, poco más nos queda por comentar en este sentido. Para hacernos una idea del sistema de juego, nos encontraremos con siete tutoriales en los que podremos ir aprendiendo todo lo necesario para movernos con soltura en el mundo de Northland. Luego, está la campaña para un solo jugador, que sin ser muy larga, sí nos ofrecerá unas cuentas horas de diversión y entretenimiento. Aparte, tenemos los clásicos mapas libres en los que tendremos que afrontar todo tipo de problemas y por último, nos encontramos con un multijugador, que permite hasta seis jugadores por partida, en el que podremos medir nuestras fuerzas contra nuestros amigos.
Apartado técnico
Tal vez el mayor problema en Northland lo encontremos en su apartado técnico. Para empezar, nos encontramos con un motor gráfico en dos dimensiones que nos muestra unos entornos muy bonitos y bien detallados, con una gran variedad de escenarios, y con unas unidades bien caracterizadas. Sin embargo, Northland no puede competir contra los grandes del género que han ido apareciendo durante estos últimos años, y este puede ser un punto negativo para muchos usuarios. Sin embargo, como decimos, se trata de un juego muy agradable a la vista, bastante colorido y con unos entornos bien definidos.
En cuanto al apartado sonoro, nos encontramos con las típicas melodías medievales que resaltarán el tono épico de la aventura. La música, como ya es habitual en el género, variará dependiendo de las situaciones con las que nos encontraremos: música mucho más inquietante en los ataques enemigos, y mucho más relajada en los momentos de paz. Aparte, también nos encontraremos con avisos sonoros que conseguirán que miremos a la parte superior de la pantalla, que es donde aparecen los distintos mensajes escritos que comentábamos con anterioridad. Así pues, si una de nuestras unidades ha muerto, escucharemos una melodía fúnebre mientras en la parte superior de la pantalla aparece el aviso de la muerte.
Los efectos sonoros también rayan a un buen nivel: escucharemos a los aldeanos conversar entre ellos, los pájaros revolotear por los bosques y los martillazos de los herreros en sus talleres. También Northland ha sido doblado al castellano, lo que es muy de agradecer teniendo en cuenta el precio con el que llega a nuestro país.
Ludis Games, que lanzó hace unos meses el interesante X2: La amenaza al precio de 19’95 euros, nos trae Northland al mismo precio y completamente traducido al castellano. Como hemos comentado en el análisis, el juego posee un sistema de juego innovador y complejo, que puede echar atrás a los menos aficionados a la estrategia, pero que seguro hará las delicias de los aficionados al género. La campaña individual, más los distintos escenarios y el multijugador ofrecerán muchas horas de juego. Y si esto no fuera suficiente, también nos encontraremos con un completo editor de niveles que nos permitirá crear todo tipo de escenarios. Así pues, cualquier aficionado a la estrategia que quiera probar cosas nuevas, sin importarle el apartado gráfico, encontrará en Northland una gran alternativa que seguro no defraudará.