Análisis Little Big Adventure, un clásico de los 90 que vuelve con gráficos renovados (PS5, PC, Xbox Series X/S, Switch, PS4, Xbox One)
La saga de Adeline Software International lleva un tiempo preparando su regreso, primero con el relanzamiento de los originales en GOG y después en móviles. Por si no queda claro, hablamos de Little Big Adventure (1994), que ahora llega con un remake en Unreal Engine 5 y el título completo Little Big Adventure – Twinsen’s Quest para diferenciarse de la serie de Media Molecule LittleBigPlanet -posterior, pero más popular en los últimos años-.
Little Big Adventure se convirtió en un éxito, al menos en territorios europeos, y tras su paso por MS-DOS se adaptó a otros formatos e incluso llegó a tener una secuela. En años posteriores aparecía sin problemas entre las listas de los 100 mejores títulos de la historia de PC, algo que quizás ahora pueda sorprender pero que se entiende en su contexto: en plena popularidad de las aventuras gráficas, la historia de Twinsen sorprendió por sus fondos prerrenderizados y personajes 3D, la combinación de puzles, algo de combate y sigilo.
Hoy muchas de estas mecánicas nos pueden parecer rudimentarias, y lo son, pero una parte de los jugadores lo veían como un punto extra que en teoría añadía más profundidad respecto a los nombres más conocidos de LucasArts.
La guerra de los clones
Little Big Adventure – Twinsen’s Quest es un remake principalmente gráfico, así que cualquier fan del original sabe qué puede esperar. De nuevo, su historia nos habla del planeta Twinsun y su población con varias razas, una de ellas de aspecto similar a los humanos. No son buenos tiempos: el Dr. FunFrock domina con mano de hierro gracias a su ejército de clones y máquinas de teletransporte. Muy pronto, Twinsen se convertirá en un proscrito que viajará a lo largo de diferentes lugares con la intención de recuperar a su novia Zoe, aunque eso suponga enfrentase a FunFrock y descubrir el misterio de sus extraños sueños.
El remake no se aleja mucho de lo que conocíamos hace 30 años. Su diseño es un poco abierto, así que en muchas ocasiones podrás explorar pequeños mapas para hablar con personajes y conseguir pistas u objetos -llaves y pases principalmente- que te indiquen tu próximo destino. De vez en cuando hay puzles, alguno un poco enrevesado, dentro de una aventura que nos puede llevar un poco más de 10 horas durante la primera partida.
El otro apartado jugable es que, a veces, no hay más remedio que enfrentarse a las patrullas enemigas. Lo preferible es pasar inadvertido, pero en las áreas con alertas ser descubierto no supone automáticamente tu fin: el guardia debe correr físicamente a pulsar el botón. Si no encuentras otra alternativa que la acción, puedes lanzar una bola mágica que vuelve a tus manos tras rebotar una pequeña distancia. Este proyectil sirve para eliminar guardias a media distancia, pero se siente intencionadamente impreciso para que no se convierta en un juego de acción. Twinsen también dispone de ataques físicos, aunque muchos de nuestros enemigos disparan en cuanto nos ven y eso nos lleva de nuevo a querer evitar la lucha.
Estos aspectos de acción en Little Big Adventure – Twinsen’s Quest son los que peor han envejecido; la historia, puzles e investigación son tan divertidos como siempre y el planteamiento no lineal de muchas tareas hace que puedas experimentar un poco fuera de la misión principal. Sin embargo, el sigilo es un poco pobre para lo que podríamos esperar -enemigos que se dan media vuelta a la mínima y abandonan la persecución...- y el combate muy tosco. Nuestro consejo: tomar el engaño y eliminación de enemigos como parte del puzle general.
Las limitaciones en cuanto a simpleza de mecánicas están presentes porque para bien o para mal, [2.21] ha buscado renovar principalmente la apariencia, sus gráficos y música -con el mismo compositor del original-. Esto supone un claro cambio en la dirección artística que puede no gustar a todos los fans, pero en nuestra opinión ha sido claramente a mejor en la mayoría de escenarios.
Este nuevo Little Big Adventure respeta un poco la idea de los primitivos renders 3D de principios de los 90, y los personajes en las distancias cortas -cinemáticas- son tan esquemáticos como en el original, mientras que el entorno ya no busca realismo y detalle sino que se inclina más por la estética low poly: formas simples e incluso irregulares, colores planos y sombreados suaves. La sensación es que no funciona tan bien en los interiores simples -quedan un tanto vacíos-, pero en áreas más cargadas sí luce bastante bien y es más cómodo a la vista que el título del 94.
Podríamos resumir que Little Big Adventure – Twinsen’s Quest es un remake aceptable para su ambición -no deja de ser un proyecto indie- de un clásico que muestra algunos flecos o imperfecciones heredadas del diseño original. Por supuesto que hay aspectos pulidos en el gameplay: el control ya no es tan engorroso y se deja a un lado el sistema que requería cambiar entre las "emociones" de Twinsen para ejecutar acciones -ahora funciona como cualquier otro título, con botón para lanzar la bola, atacar, etc.- y se abandona el control tanque característico de muchas aventuras de los 90, pero la esencia es la misma.
Conclusiones
Little Big Adventure – Twinsen’s Quest sin duda traerá buenos recuerdos a muchos veteranos, y esta actualización es un buen incentivo para darle otra pasada. Nos tememos que quizás el control y la acción -que se puede evitar en gran parte si juegas bien- echarán atrás a las nuevas generaciones, pero eso no es del todo culpa del remake: hay que equilibrar las mejoras sin alterar el espíritu original.
En la parte positiva, hay aspectos por los que no pasa el tiempo. Su historia, algunos puzles muy entretenidos y la personalidad de una aventura creada con una mentalidad diferente a lo que encontramos en el mercado actual son motivos de peso para, por lo menos, dar una oportunidad a este juego de culto.
Hemos realizado este análisis en PS5 PRo gracias a un código proporcionado por Toni Asensio.