Análisis de Noahmund (PC)

A pesar de que juegos de rol japoneses ha habido desde principios de los 80, principalmente inspirados en Ultima y Wizardry, no fue hasta la primera PlayStation que no alcanzaron de un estatus de renombre en tierras españolas (en otros lugares de Occidente este logro lo alcanzaron un poco antes). Gracias a la gran campaña de promoción y distribución de juegos como Final Fantasy VII y Legend of Dragoon, los juegos de rol nipones se hicieron con un hueco importante de mercado, y marcaron una tendencia que a día de hoy, aunque no tiene tanta relevancia, sigue siendo una referencia para muchos desarrolladores y jugadores.

Por ello, no es de extrañar que unos desarrolladores españoles como el Estudio Abrego, en lugar de apostar por unos sistemas de rol más occidentales, como el que se emplea en The Elder Scrolls, The Witcher o Pillars of Eternity, prefiriesen hacer un juego de rol claramente inspirado en mecánicas, sistemas y estética que podrían venir perfectamente desde tierras japonesas.

De hecho, como anécdota, el lanzamiento allí ha sido tan importante que hasta han contratado a un famoso ilustrador nipón como Yoshiteru Tsujino, al que tal vez conozcáis de la saga Far East Of Eden (del que desgraciadamente de manera oficial aquí sólo salió el juego de lucha Kabuki Clash).

De Noahmund hemos sabido desde hace tiempo, porque no en vano es un juego que ha hecho los deberes a la hora de crearse una comunidad. Primero, a través de Square Enix Collective, un sistema que sirve para ver si los usuarios quieren o no este juego (y lo consiguieron con un notable 86%). Después, vía Kickstarter, en el que consiguieron superar (por los pelos) la cantidad necesaria para seguir trabajando. Y finalmente vía PlayStation Talents, que al final tuvieron que dejar de lado su apoyo porque prefirieron aparecer en otras plataformas en un futuro cercano (parece ser que vía Badland Games).

Uno de los aspectos más trabajados en este título es la historia. En ella originalmente manejamos a dos personajes, Galina y Berani, agentes relativamente novatos de una entidad llamada Shinn (podemos ver aquí un pequeño homenaje a uno de los juegos citados anteriormente), los cuales desempeñan un papel más importante del esperado en una guerra entre el norte y el sur del continente de Feros.

Así que a lo largo de más o menos veinte horas nos encontramos con una historia interesante, de la que deberemos tomar apuntes para poder acordarnos de personajes, razas, nombres y lugares sin demasiados problemas, y que esperamos que no se quede aquí, porque hay material para aprovechar tanto en otros juegos del mismo estilo, como incluso en juegos con otras mecánicas o géneros.

Una vez hemos pasado la introducción nos ponemos manos a la obra, y nos encontramos con un par de sorpresas. La primera sorpresa es el sistema de movimiento, ya que nuestros protagonistas no se moverán de manera libre, sino que recuerdan un poco al sistema que gastaban los juegos de rol en primera persona de hace mucho tiempo, pero con una cámara en tercera persona y con una perspectiva isométrica durante la mayoría del tiempo que estemos fuera de los combates. Sí, nos olvidamos de manejar directamente al personaje, sino que le decimos a qué dirección de las disponibles puede acudir, y hacia allí acudirá presto, de manera que cuando el paso sea más largo estará andando sólo un rato.

Este sistema, que en las mazmorras o lugares donde hay enemigos tiene bastante sentido, porque hace como los juegos de mazmorras, donde cada paso que demos nosotros los enemigos también se moverán, de manera que tiene cierto componente estratégico, en los pueblos o lugares en los que no haya enemigos sino que podamos movernos de una manera más segura carece de tanto interés, ya que es un estilo de movimiento que parece relativamente forzado y no favorece la agilidad de la partida.

Por el contrario, lo que sí que es muy ágil, y original, es el sistema de combate, llamado Motion Battle Chess, y que realmente recuerda al ajedrez, pero mucho más vivo. Es una especie de mezcla entre combate en tiempo real y por turnos, de manera que tenemos que conocer las acciones que podemos realizar (de una variedad bastante alta, como golpes cuerpo a cuerpo, golpes a distancia, magias o trampas, todas ellas ejecutables de manera relativamente rápida con el mando, ya sea con un botón o una combinación) y las que pueden realizar los enemigos, y la velocidad a las que pueden moverse, para realizar un cálculo rápido y aprovechar nuestras ventajas y evitar las ventajas posibles que tengan ellos. Al principio puede hacerse algo lioso, y a decir verdad puede haber situaciones complicadas, pero es un sistema original, ágil, y que bien aprovechado funciona muy bien. Eso sí, por desgracia, y como suele ser habitual en este tipo de situaciones, la inteligencia artificial no suele funcionar como nos gustaría, de manera que a veces los personajes que no manejamos realizan acciones que no son las más convenientes para nuestro equipo, y es posible que tengamos que resucitarlos cada poco tiempo.

Además del combate los escenarios de Noahmund nos ofrecen otro tipo de retos, como ciertos rompecabezas, en los que se nota que el equipo de desarrollo ha trabajado bastante. Por ejemplo, veremos alguna pista desde cierta distancia, y nos permitirá ponernos a trabajar en buscar una solución, de manera que cuando ésta acabe apareciendo la sensación de triunfo es muy agradable.

A pesar de que hablamos de un juego que no tiene el presupuesto de grandes producciones, los desarrolladores del Estudio Abrego se las han ingeniado para ofrecer un aspecto visual que es bastante atractivo. Sin dejar de lado ese gusto por los clásicos de 32 bits, el colorido y modelado de los diferentes personajes crean un componente visual que funciona relativamente bien, teniendo siempre en cuenta que no estamos hablando de un juego que compita de tú a tú con los grandes de la actualidad, pero que puede gustar estéticamente tanto a nostálgicos como a aquellos que se enfrenten a un reto como éste por primera vez.

A nivel sonoro el juego da el do de pecho, con una banda sonora compuesta por 42 temas por Carlos Vallejo, de Krill Audio, un músico malacitano que lo cierto es que hace un muy buen trabajo. Además, el juego cuenta en ocasiones con voces en español (otras veces no habrá voces), y por supuesto los textos también están en idioma español, entre otras opciones.

Conclusiones

Noahmund es un buen juego de rol que imita el estilo japonés de finales de los 90 y le añade algunas características que hacen de él un juego único. Es irregular en algunos aspectos y ha tenido algún problema en el lanzamiento para ordenador, pero es un proyecto con mucho trabajo y cariño detrás, y se nota. Esperemos que el próximo lanzamiento del Estudio Abrego aproveche los aprendizajes de este primer lanzamiento, y nos encontremos con un juego con menos aristas.

Hemos podido analizar este juego gracias a un código para PC que nos ha proporcionado Estudio Abrego.