Análisis INDUSTRIA, un extraño viaje inspirado en Half-Life 2 (PC, PS5, Xbox Series X/S)
Valve no saca muchos Half-Life, pero cuando los saca es para marcar un punto de inflexión en la industria. Half-Life 2 es un juego que supuso un antes y un después e inspiró a multitud de desarrolladores. Industria es un proyecto independiente que, obviamente, coge ciertas ideas del juego de Valve, y a pesar de tener múltiples bondades, al final falla en una ejecución torpe que lo hace menos recomendable de lo que debiese.
Viaje al centro de una tierra
Industria es un juego de disparos en primera persona con un pequeño componente de puzles y exploración que nos lleva a enfrentarnos a unos robots en un mundo desconocido. Todo empieza en noviembre de 1989, en Berlín, cuando, jugando como Nora, recibimos una llamada de nuestro marido, que parece haber hecho conseguido algo especial con su proyecto secreto. Nosotros nos presentamos rápidamente en las oficinas donde se desarrolla este proyecto, pero llegamos demasiado tarde y acabamos en lo que parece ser otra dimensión, un lugar que, desde luego, no es el que esperábamos.
La historia de Industria, que se alarga alrededor de las cuatro horas –quizás algo menos–, no está nada mal, aunque es innegable que es un tanto predecible a poco que estéis familiarizados con otras obras de ciencia ficción. Aun así, sirve para justificar un mundo que es el principal pilar de esta aventura y que, a pesar de sus claras referencias, brilla con luz propia. Artísticamente, el mundo que recorremos es fantástico, con estampas geniales que incluso nos han dejado con ganas de ver más.
El resto del juego está bien... aunque con algunos problemas un tanto difíciles de obviar. Los niveles están bien diseñados y no nos da tiempo a aburrirnos, pero el combate es atroz. Jugando con el mando –que, además, está a medio integrar– directamente es que no es ni divertido, así que os recomendamos jugar con teclado y ratón, pero a nivel de diseño es insalvable. La inteligencia artificial brilla por su ausencia, incluso siendo robots, lo que unido a unos controles un tanto torpes acaban con unos combates estrambóticos. A esto hay que añadirle unos puzles muy puntuales pero un tanto cuestionables, sin lógica aparente y sin la información que el jugador necesita para completarlo.
Otra decisión cuestionable son los puntos de guardado automáticos. Hay un modo de dificultad más alto que sólo nos permite guardar en zonas concretas –máquinas de escribir–, mientras que el modo normal usa estos puntos automáticos. La cosa es que son bastante arbitrarios, y no es raro que sólo guarde al completar un objetivo y no lo «subobjetivos»; por ejemplo, si para abrir una puerta tienes que hacer dos «minimisiones» para activar dos interruptores, sólo guarda cuando has activado los dos y cruzado la puerta. Pequeños detalles mejorables, pero que van restando.
Los altibajos técnicos
Como decimos, artísticamente es un juego muy sólido, que se beneficia, además, del trazado de rayos para ofrecer un apartado gráfico aún más resultón. Tenemos reflejos, sombras y oclusión ambiental, aunque parece que no hay autoproyección de sombras, por lo que algunos objetos se ven un tanto planos. En cualquier caso, es un añadido muy de agradecer, que junto al DLSS de Nvidia ponen la guinda del pastel. Por desgracia, hay algunos descuidos bastante feos, como cristales que usan unos cubemaps bastante pobres y que chocan con los reflejos perfectos del trazado de rayos a su alrededor.
Aparte de los problemas de diseño que mencionamos antes, Industria también se enfrenta a ciertos problemas técnicos. De nuevo, es una pena, porque afean un apartado gráfico que de otra manera es genial, pero nos encontramos con texturas que cargan tarde (en un SSD NMVe), objetos que no se pueden coger, o caídas en la tasa de imágenes inexplicables, además de un nivel entero con un rendimiento paupérrimo, aunque los desarrolladores ya han asegurado que están trabajando en arreglarlo.
Nos ha resultado también curioso la ausencia casi total de música, algo que podemos solventar encontrando vinilos y reproduciéndolos, pero que, obviamente, no sustituye a la música ambiental tradicional. Los efectos de sonido son buenos y cumplen su cometido y casi que el de la música, pero es algo curioso. Las voces, por su parte, están en inglés con textos en nuestro idioma.
Un sabor agridulce
Industria es uno de esos juegos que nos habría gustado que saliese bien. Tiene todo lo que se nos apetecía en un juego así: una buena ambientación, gráficos resultones, jugabilidad sencilla y directa y una duración ajustada, pero la ejecución nos parece demasiado pobre para recomendarlo sin reservas. Por suerte, muchos de los problemas –técnicos, puntos de guardado, implementación del mando...– pueden solucionarse con parches, mientras que otra –el diseño de los tiroteos, algún puzle concreto...– requieren más trabajo.
Por el momento, os recomendaríamos que esperaseis mínimo a un parche que solucione el terrible rendimiento del cuarto nivel y, si no tenéis prisa, esperar a que solucionen los otros muchos problemas que empañan una base con muchísimo potencial y que, en nuestra humilde opinión, se merecía más. Honestamente, nos hemos quedado con un sabor agridulce, pero también con más ganas de Industria, y ojalá algún día veamos una secuela que explote todo el potencial de este universo.
Hemos realizado este análisis en PC (Ryzen 7 3700X, GeForce RTX 2070 Super, 32 GB RAM) con un código de descarga proporcionado por Plan of Attack.