Análisis de Fragments of Him (PC)
Los videojuegos nacieron de casualidad, y se establecieron como una potente industria de entretenimiento años después. Fue Nintendo el que en Japón les llamó entretenimiento familiar, y durante la década de los 90, hasta ahora, se han centrado principalmente en experiencias ligeras, sin adentrarse demasiado en temas complicados y profundos como si suelen hacer otros medios.
Con la "revolución de los desarrolladores independientes" se ganaron dos caminos que hasta ese momento estaban relativamente cerrados. El primero fue el de volver a vivir experiencias placenteras del pasado con medios y conocimientos nuevos, y el segundo juegos que tratasen temas que normalmente no se ven en grandes producciones comerciales.
Gracias a este segundo camino hemos podido disfrutar de juegos como I wish I were the Moon, Every Day the Same Dream, Braid, Façade, Don’t Look Back, That Dragon, Cancer, Sunset o toda la saga de juegos de Anna Anthropy. Juegos que nos aportan la posibilidad de interactuar con puntos de vista distintos al nuestro, problemas de otros, experiencias o incluso soluciones que otros han encontrado a sus problemas, que podemos tener nosotros en algún momento.
El equipo de Sassybot pertenece a esta "nueva ola" de creadores en nuestro medio que gustan de experimentar con él. Asiduos a "game jams", formato en el que arrancó este Fragments of Him, ya han realizado otros juegos con cierta conciencia social anteriormente como Elimu, para la Cruz Roja, o Queer, un juego de rol sobre la diversidad. Además, han contado para este proyecto con Mata Haggis, un diseñador que ahora es profesor en la universid de Breda, pero que anteriormente ha trabajado en Rebellion (Alien vs Predator) o Criterion (Burnout Paradise), con lo que aporta esa visión más profesional de la industria.
Curiosamente, en la versión final que tenemos ahora a disposición en nuestros ordenadores se ha ampliado bastante respecto a la que enviaron a la Ludum Dare 26, en la que obtuvo unos resultados decentes (quedó el 26 de un total de más de 2.500 proyectos). Es normal que se haya ampliado, ya que el original se hizo en 72 horas, pero en este caso lo cierto es que ha cambiado bastante, manteniendo la idiosincrasia original.
La historia de Will la vivimos en segunda persona, por decirlo de alguna manera, ya que Will realmente es un joven que ha muerto en un inesperado accidente. Así que revivimos su historia desde tres perspectivas distintas: su abuela Mary, su exnovia Sarah, y su exnovio Harry. Cada uno cuenta diferentes momentos de su vida gracias a los que podemos reconstruir quién era Will, y cómo se ha vivido su pérdida.
La manera de jugarlo es, esto sí, en primera persona y tercera persona a la vez. Nosotros podemos ver, por ejemplo, a su abuela y Will a la vez, mientras se interpreta que somos la abuela gracias a sus comentarios y pensamientos, pero la cámara está todo el rato en primera persona, como si fuésemos esa conciencia a la que se le está narrando en todo momento los recuerdos relacionados con Willy.
Cada escena, por la que nos podemos mover como si fuera una aventura en primera persona, tiene una serie de objetos interactuables, unos muros "invisibles" que se representan mediante triángulos flotando, y a veces una animación o una pose de los personajes que participan en ella. Tan sólo podemos elegir con qué elemento interactuar, sabiendo que una vez los activemos no podemos ya interactuar con el resto hasta que iniciemos otra partida, y elijamos otros caminos. Y lo mismo, lógicamente, pasa con las conversaciones.
Sobre el contenido de la historia, lo cierto es que Fragments of Him tiene un tono bastante más adulto y pausado que la inmensa mayoría de juegos a los que nos enfrentamos habitualmente. No sólo es su premisa básica, que ya es suficientemente fastidiada a pesar de su inevitabilidad, sino porque mientras vemos cómo Willy evoluciona, pasa por momentos y experiencias vividos desde la perspectiva más personal que recordamos desde el juego de Ryan Green y Josh Larson, tocando en algunos momentos la incorrección política y las redenciones más vividas.
Por todo ello, lo cierto es que Fragments of Him no es un juego de superar dificultades o retos, sino que realmente es un paseo por un trozo de la vida de Willy. El jugador nunca muere (no se ha intentado hacer un chiste aquí) y no hay elecciones buenas o malas. No hay posibilidades de bloquearnos, y sencillamente iremos eligiendo entre las opciones que tenemos delante.
A nivel visual funciona relativamente bien… si no nos fijamos en el detalle. Todo está hecho con poco presupuesto, interpretando de una curiosa manera la idea de ver los recuerdos de alguien fallecido. En una escena típica podremos ver a varios personajes en un escenario, habitualmente pequeño, en una gama de colores que difícilmente supera el blanco y negro con cierta escala de grises, y en donde los diferentes personajes están realizados sin demasiado detalle, como simulando un sueño o un recuerdo. Como hemos dicho anteriormente funciona bien, pero de vez en cuando veremos algunos detalles que chirrían, como alguna animación muy poco detallada, o algún problema en la poligonización de lo que vemos en pantalla. Nada realmente grave, y relativamente lógico dado el tamaño del equipo.
A nivel sonoro es un juego muy sencillo, donde la música se ve superada en todo momento por la necesidad de meter al jugador en la historia, de manera que tendremos muchos silencios, muchas voces (en inglés siempre, como los textos) y algún que otro sonido ambiental. De nuevo la realización es bastante barata, pero la sensación de jugarlo con cascos y cierta tranquilidad es innegablemente buena, sin llegara los niveles de la realidad virtual, pero ciertamente llevándonos a vivir las experiencias de Willy.
Conclusiones
Fragments of Him es un juego especial, diferente, realizado para gente que quiera vivir algo más allá de juegos de disparos, aventuras gráficas con puzles y otras formas de competir. Demuestra que se pueden contar historias de manera interactiva, aunque en este caso en concreto en ningún momento nos plantea un reto, solo que sigamos la historia de Willy. Tal vez hubiera sido de agradecer algo más de brillantez a nivel visual, pero no hace especialmente mal nada, y su historia es innegablemente interesante y madura. Se agradecen juegos así, por no decir que sería bonito un mundo en el que apareciesen con más asiduidad. Desde aquí estaremos pendientes a ver que más hace Sassybot de manera comercial.
Hemos realizado este análisis gracias a un código enviado por la agencia de prensa ICO Partners.