Análisis de Arma Tactics (PC, Android, iPhone)
Cuando se anuncia que un juego inicialmente pensado para móviles llegará también a PC o consolas, no suele ser una buena señal. Y cuando encima dicho título ni siquiera termina de convencer a los usuarios de smartphones, el desastre está prácticamente asegurado. Podríamos decir que Arma Tactics es la excepción que confirma la regla y que su paso a compatibles se ha aprovechado para mejorarlo, pero eso sería mentiros descaradamente y animaros a comprar un producto del que probablemente prefiráis mantener vuestro dinero alejado.
Arma ¿Tactics?
Resumido de forma rápida, nos encontramos con un juego de "estrategia" (el entrecomillado no es casual) por turnos que busca seguir los pasos de XCOM: Enemy Unknown, ya que su propuesta jugable está prácticamente calcada en muchos sentidos, aunque se queda lejísimos de la excelente calidad del título de Firaxis. Básicamente nuestro objetivo será superar dos campañas de cinco misiones cada una, algo que no nos debería llevar más de dos horas, por suerte para nosotros.
En Arma Tactics seguiremos una historia terriblemente tópica de soldados, militares y terroristas mil veces vista y que está tan mal contada que acabará por importarnos bastante poco todo lo que nos tengan que decir. Las secuencias de vídeo con la que se nos narra todo son realmente lamentables y muy confusas, hasta el punto de que apenas aclaran nada, motivo por el cual Bohemia Interactive ha añadido unos enormes recuadros de texto donde podremos informarnos del contexto de la misión, si es que tenemos el suficiente interés como para leerlos.
Esto no debería ser demasiado preocupante si al menos su apartado jugable fuera bueno, pero nada más lejos de la realidad. Si bien su propuesta nos invita a enfrentarnos a terroristas, el auténtico enemigo lo encontraremos en su interfaz, todo un jefe final al que difícilmente llegaremos a vencer y que acabará con la paciencia de más de uno rápidamente. Para empezar nos encontramos con un control de la cámara bastante raquítico que conseguirá desesperarnos constantemente cada vez que queramos cambiar de ángulo, ya que su movimiento es lento y muy impreciso, aunque esto no será nada comparado con el infierno que tendremos que pasar para conseguir mover a nuestros soldados.
En teoría debería bastarnos con hacer doble click sobre el sitio al que queramos que vayan, pero casi siempre lo detectarán mal y no se moverán, obligándonos a hacer múltiples clicks hasta que decidan avanzar, momento en el que nuestros niveles de frustración aumentarán exponencialmente al comprobar cómo no se colocan exactamente donde les hemos dicho. Ahora imaginad repetir esto con todos y cada uno de los soldados de vuestro escuadrón por cada turno que pase y os podréis hacer una idea de las incontenibles ganas de lanzar el ratón contra el monitor que provoca el juego.
A todo esto hay que sumarle lo confuso que resulta realizar algunas acciones y lo poco intuitiva que se muestra la interfaz a la hora de enseñarnos datos y permitirnos realizar acciones como resucitar a un compañero caído. Existe un tutorial para todo esto, pero no tiene nada de práctico y no nos librará de hacer pruebas ensayo y error hasta que nos enteremos medianamente de cómo funciona todo.
El desarrollo de los turnos siempre es el mismo: primero movemos a todos nuestros soldados y luego el enemigo. Todo lo que hagamos, como recargar el arma, movernos o disparar, consumirá puntos de acción, por lo que tendremos que gestionarlos bien. Para darle algo más de interés, existe una niebla de guerra que nos impedirá ver a los enemigos si están fuera del campo de visión de nuestros soldados, el cual resulta ser extremadamente limitado, lo que provoca que en la mayoría de los casos nos topemos con ellos de golpe.
La cosa empeora cuando nos damos cuenta de que los tiroteos son totalmente aleatorios. Es decir, tenemos una serie de porcentajes que nos indican las probabilidades que tenemos de acertar, aunque este número nos acabará dando bastante igual, ya que podemos disparar 20 veces con un 80% y fallarlas todas que disparar 10 veces con un 20% y acertar cada uno de los disparos. En esta clase de juegos la suerte suele estar presente debido a estos porcentajes, pero de una forma controlada y con sentido, mientras que aquí parece que el sistema tire una moneda a cara o cruz para decidir si acertamos o no.
Además, se supone que si ponemos en cobertura a nuestros personajes podemos reducir el riesgo de que les alcancen (lo mismo puede decirse de los enemigos), aunque no hemos visto que esto tenga un efecto real, aparte de que está muy mal implementado y al sistema parece darle igual lo buena o mala que sea la cobertura, que siempre hará los cálculos iguales. Tampoco podemos olvidarnos de mencionar que los personajes son capaces de disparar desde ángulos imposibles, por lo que muchas veces creeremos estar a salvo y nos llevaremos un balazo propio de Matrix.
Todo esto dinamita casi por completo el escaso componente táctico y estratégico que pudiera tener el juego, algo que termina de venirse abajo con la Inteligencia Artificial enemiga. Basta decir que la palabra "inteligencia" le viene demasiado grande como para describirla y que los enemigos del primer Doom parecen expertos en física cuántica al lado de estos terroristas. Simplemente correrán hacia vosotros mientras se ponen en fila sin buscar coberturas para recibir ordenadamente su ración de plomo, así que no tendréis que comeros demasiado la cabeza para acabar con ellos.
Para darle algo más de variedad, a medida que cumplamos misiones obtendremos experiencia y créditos, lo que nos permitirá mejorar las estadísticas de nuestros personajes de una forma muy limitada y comprarles nuevas armas. Decir que en la tienda hay muy pocos objetos y cada uno de ellos apenas tiene unos cuantos accesorios para equipar. Además no son muy diferentes los unos de los otros, lo cual sumado a la aleatoriedad de los combates, hará que acabéis escogiendo la primera arma que veáis para no perder más tiempo del necesario.
Gráficamente la cosa no mejora. Ya hemos dicho que se trata de un juego lanzado originalmente en móviles, así que no esperéis nada que aproveche mínimamente un equipo actual, más bien al contrario. Los modelados son muy pobres, las texturas dejan bastante que desear, los efectos gráficos son irrisorios y las animaciones provocan un efecto similar al de contemplar un horrible accidente del que no puedes apartar la mirada ante la incredulidad de lo que ven tus ojos.
Por si no fuera suficiente, el juego está bastante mal optimizado y veremos algunos tirones y caídas en la tasa de imágenes por segundo que no tienen razón de ser. Tampoco podemos olvidarnos de la enorme cantidad de bugs que inundan todo el título, muchos de ellos lo suficientemente graves como para obligarnos a reiniciar la partida. Podemos entender que un juego como los Arma de la saga principal tengan bugs en su lanzamiento ante el tamaño de los mismos, pero en este caso nos parece algo totalmente injustificable.
Además, las opciones de configuración de vídeo brillan por su ausencia y solo podremos escoger la resolución, si jugar en modo ventana y la calidad de los gráficos entre "alta" (por llamarlo de alguna manera) y media. Y todo esto sin hablar de su apartado artístico, totalmente genérico, con enemigos clónicos, diseños bastante feos y unos escenarios mil veces vistos.
Si llegados a este punto pensabais que al menos el sonido se salvaría, sentimos decepcionaros, ya que escucharéis la misma canción hasta el infinito (siempre y cuando le dé por sonar), la cual no está nada inspirada y acabará cansando vuestros oídos antes de que os dé tiempo a darle a "Nueva partida". Los efectos de sonido por su parte tienen una calidad nula, suenan bastante mal y se repiten continuamente, pero sin lugar a dudas lo peor es el doblaje (en inglés), con unas interpretaciones muy amateur, forzadas y desganadas, además de que la elección de voces es bastante cuestionable.
Conclusiones
Siendo generosos, Arma Tactics parece la alfa de un juego que se ha hecho con prisas en un fin de semana para vender varias copias haciendo uso del nombre de una saga con cierto tirón. Os aseguramos que hemos intentando buscarle el lado positivo, pero no hemos sido capaces. Quizás alguno de vosotros llegue a encontrarle la gracia a batallar con su interfaz, a sus nefastos controles, a su nula historia, a su inexistente IA, a su ridícula duración (no hay multijugador, aunque casi que lo preferimos así) o a lo aleatorio de sus combates, pero al resto, os recomendamos alejaros de él tanto como podáis.