Análisis de Golden Sun: Oscuro Amanecer (NDS)

Camelot y Nintendo se hicieron con el corazón de muchos aficionados al rol con las dos entregas de Golden Sun que aparecieron en GBA, tanto que realmente nos hemos estado preguntando todos estos años cómo era posible que la serie no recogiera el testigo en la portátil de doble pantalla… hasta ahora.

Los valores que la hicieron destacar siguen aquí presentes: extensísima historia (sobre todo con sus diálogos), duros combates, y una jugabilidad muy clásica que sabe aportar algo fresco aquí y allá para no repetirse siendo, simplemente, más de lo mismo.

Además, de, por supuesto, los Djinn y la psinergía que definieron la magia de los primeros títulos.

La historia nos lleva muchos años adelante, treinta, y conoceremos al hijo de Hans, el líder de las anteriores entregas. Se trata de Matt, y su destino va a ser recorre nuevamente los pasos de su padre en el mundo de Weyard, pues deberá reunir a un nuevo grupo de héroes. Serán Terry, el hijo de Garet, y Karis, hija de Iván. Sus padres salvaron al mundo de la crisis alquímica, y ahora la cosa se está poniendo incluso peor.

Pero no debemos pensar que por ser hijos de quienes son lo tendrán más fácil. En su misión para salvar el mundo pasaron muchas cosas, y en realidad hay quien los ve como responsables de grandes desastres. La herencia que llevan estos jóvenes es un arma de doble filo con la que tendrán que vivir.

Y es que al final del segundo juego, el mundo se salvó, sí, pero hubo un precio. En todo caso, no debemos tener miedo si no conocemos esos juegos, pues se realiza una más que buena labor de introducción a este mundo para contar con el contexto necesario para entender qué es lo que sucede en nuestros primeros pasos, gracias sobre todo a un bien integrado sistema que nos permite saber más sobre hechos concretos que se mencionan en las diferentes conversaciones. Cuenta, además, con una enciclopedia centrada en la saga (que es a lo que accedemos desde las conversaciones), de manera que toda la información estará disponible para novatos y olvidadizos.

Lo interesante es que esto les permite introducir una cantidad enorme de guiños y referencias a los anteriores juegos, algo que complacerá a los veteranos, pero que, al mismo tiempo, gracias a este sistema, no supone ningún problema para los neófitos.

Golden Sun: Oscuro amanecer es un juego de rol de corte clásico en el que exploramos el mundo, entramos en aldeas, conocemos gente, realizamos algunas tareas, y acabamos enfrentándonos a terribles enemigos, mientras se nos suman nuevos personajes, hasta ocho. Por supuesto, nos vamos a encontrar todo tipo de cosas en este viaje épico: desde los previsibles humanos, hasta criaturas de todo tipo, como seres mitológicos, hombres-bestia, etc. Suelen ser la clave para introducir misiones secundarias, que son siempre recomendables, y las principales responsables de que el juego tenga una gran extensión.

Lo cierto es que el volumen de misiones secundarias es tan grande que en realidad hace que se diluya mucho la línea narrativa en múltiples ocasiones, quizá en exceso. Eso, junto a unos diálogos que en ocasiones son demasiado extensos, hace que el juego pierda intensidad narrativa, aunque su foco en realidad está en la jugabilidad más que en el drama, todo sea dicho. Es decir, que se trata mucho más de explorar, luchar, subir de nivel, conseguir más poderes, etc., que de experimentar el drama del juego, y eso que, como decimos, sus diálogos son muy largos.

Para poder progresar no sólo debemos hablar con la gente y asumir misiones, sino que también elementos de puzle integrados en los escenarios que, por lo general, hace que el jugador deba utilizar la psinergía para interactuar con múltiples elementos del entorno. Por ejemplo, para cruzar un río puede ser preciso crear un puente con un tronco, y ahí debemos usar ese tipo de magia, empleando la pantalla táctil. El uso de estos recursos mágicos se limita por los puntos que tenemos para usarla, así que hay que planear bien los pasos en los puzles más complicados. Estos poderes están vinculados a fuerzas elementales (fuego, viento, aire, y agua) y podemos emplearlas también en el combate.

Sin embargo, lo cierto es que para la lucha lo que realmente nos puede ser útil es la utilización de los Djinn, criaturas elementales que podemos asignar a los diferentes personajes, en múltiples combinaciones, para mejorar y potenciar las estadísticas de los mismos. Cada Djinn tiene movimientos defensivos, ofensivos, etc., que se aplican en la lucha, y algunas combinaciones son particularmente efectivas, aportando un elemento estratégico por la variedad de combinaciones posibles.

Los jugadores novatos quizás tarden un poco en adaptarse al uso de los Djinn, pero lo cierto es que en cuanto se ha asumido su mecánica, resultan muy prácticos y bien planteados. Para los combates, debemos invocarlos y luego ya podemos emplear su poder, por lo que tampoco se puede depender por completo de estas criaturas, así que los ataques físicos, los objetos, y demás aspectos clásicos del género son igualmente necesarios para garantizar nuestras opciones de victoria. Hay más de 70 criaturas de este tipo, así que la combinatoria es considerable, e influyen en la clase de personaje y qué magias puede utilizar.

Dentro de su línea de rol clásico, cuenta con combates aleatorios, algo que han abandonado incluso sagas veteranísimas, lo que gustará a unos y disgustará profundamente a otros. Como es habitual en el género, al apostar por combates aleatorios, nos encontramos también con objetos que ayudan a reducir las posibilidades de empezar combates, y otros para potenciarlos, pero está claro que la tendencia general del mercado es que este sistema de enemigos.

Esto nos lleva a la representación visual del mundo en el que se desarrolla el juego. El paso a Nintendo DS le permite apostar por entornos tridimensionales y un aspecto visual mucho más impactante, sobre todo en los combates, que es donde más se nota el salto desde las entregas de GBA hasta la que ahora nos ocupa. En las invocaciones, lo cierto es que las escenas son un tanto largas, pero se pueden saltar, así que el jugador decide si quiere verlas o ir más rápido en cada momento.

La música, por su parte, destaca por sus melodías mucho más que por sus efectos de sonido, ya que no son tan consistentes como podríamos esperar. Sin embargo, lo cierto es que las melodías de fondo se adaptan a las diferentes situaciones del juego, aportando toques desenfadados, intensos o dramáticos según la situación.

Su aspecto artístico, eso sí, es continuista. El estilo visual y sonoro nos recuerda a los dos primeros juegos, pero, claro, adaptándose a la potencia de esta portátil. Pese al evidente paso adelante en el terreno técnico, se percibe una clara intención de mantener las líneas estética que hicieron que los juegos de GBA destacaran dentro del catálogo de la veterana portátil. Nos parece una decisión acertada, ya que tanto ilustraciones como el diseño de personajes y escenarios se perciben revisados, sí, pero muy vinculados a lo que ya conocíamos, y en un juego que es también clásico y continuista en muchos de sus aspectos jugables y narrativos, que se sume a esta línea en lo audiovisual resulta consistente. No podemos obviar, claro, que como los anteriores llega íntegramente traducido al castellano, por lo que los jugadores no tendrán ningún problema para seguir su historia.

Conclusiones

Este tercer Golden Sun se ha hecho esperar mucho, pero finalmente ha llegado. Lo hace siguiendo la estela clasicista de las entregas de GBA, y eso gustará a muchos y no será de plena satisfacción para otros. Su estilo clásico puede resultar algo tosco para algunos, eso es cierto, pero también hay un importante sector de aficionados que busca este estilo de juego en el rol nipón. Además, recupera el sistema de Djinn y psinergía, siguiendo la estela de sus predecesores, y mantiene otros rasgos distintivos, como los muy extensos diálogos. Todo ello para ofrecer más de 30 horas de rol, un ritmo de juego equiparable al rol de sobremesa, y montones de misiones secundarias adicionales.