Análisis de Banjo Pilot (Game Boy Advance)
Como viene siendo habitual con todos los juegos de Rare en esta generación, Banjo Pilot ha sufrido un buen número de retrasos y cambios que lo han mantenido en las oficinas de Rare durante varios años. Y es que en un principio, el juego que hoy nos ocupa iba a ser protagonizado por Diddy Kong en la que podríamos catalogar como secuela del gran Diddy Kong Racing de Nintendo 64.
Diddy Kong Pilot, que así es como se iba a titular, seguiría las pautas establecidas por el original, ofreciendo un modo historia para todos los corredores y combates contra jefes de final de fase.
También emplearía la tecnología "Tilt" (sensor de movimiento) para controlar los aviones. Pero el juego ha salido, y muchas de estas características, incluido el sensor de movimiento, han terminado por desaparecer del cartucho.
Pero antes de embarcarnos en las alocadas carreras, deberemos seleccionar a nuestro piloto. En un principio, solamente tendremos disponibles a cuatro: Banjo, Kazooie, Mumbo Jumbo y un Jinjo. Pero a medida que vayamos obteniendo puntos, podremos ir desbloqueando al resto. Como es lógico, cada uno de estos personajes poseerá unas habilidades que lo diferenciarán del resto, por ejemplo: tenemos aviones con mucha maniobrabilidad pero muy lentos, como es el caso del avión de Humba Wumba; y también habrá aviones rápidos pero muy poco manejables, como el de Gruntilda.
Cuando hayamos seleccionado al piloto que más nos guste, procederemos a entrar en el primer campeonato del Grand Prix. Como es lógico, deberemos quedar primeros en el ranking general para obtener el preciado trofeo de oro, pero deben quedar claras unas cuantas cosas. El juego se divide en cuatro grandes competiciones, que a su vez, estarán divididas en varios subcampeonatos. Por poner un ejemplo: nuestro primer objetivo es el de ganar en el campeonato de Bottles, pero para ello, deberemos ganar en cuatro torneos distintos. Estos torneos se dividirán a su vez, en cuatro carreras distintas, por lo que nos llevará un buen rato conseguir nuestros objetivos.
Aunque no todos los campeonatos serán así ya que el tercero, no se encuentra dividido en varios torneos, sino que se trata de un campeonato con los dieciséis circuitos del juego seguidos. Pero bueno, estas cosas son mejor descubrirlas por uno mismo, así que centrémonos en las carreras. Y el mejor término que las define es el de la simpleza. Nosotros competimos contra siete pilotos que pelearán por llegar en primera posición a la meta. En nuestro camino encontraremos aros que nos proporcionarán un turbo, pero también podremos conseguir objetos para combatir o defendernos de los contrincantes.
Con todo esto, disfrutaremos de unas carreras de lo más desafiantes, con unos rivales en ocasiones empalagosos, que no nos dejarán ni un segundo a solas. Y este es posiblemente el mejor apartado del juego. En Mario Kart, siempre que empezamos un campeonato vemos como hay un piloto que suele quedar en casi todas las carreras en las posiciones de cabeza. Da igual que lo hinchemos a conchazos, al final siempre quedará en cabeza.
Pues bien, esto no ocurre en Banjo Pilot. Nosotros comenzamos la carrera y enseguida alcanzamos las primeras posiciones, pero durante las tres vueltas que puede durar la carrera, vemos como los rivales se van turnando: puede que al principio nos intente rebasar Gruntilda, para después dar paso a Klungo. Y al final, el ranking nos mostrará como hemos obtenido la victoria con una diferencia de puntos con respecto al resto demasiado escasa. De este modo, todas las carreras se vuelven más emocionantes. Pero siempre hay un pero, y en esta ocasión, se trata de la simpleza en los circuitos.
Todo el mundo disfruta tomando atajos para dejar a los rivales con cara de idiotas. En muchas ocasiones, hemos ganado carreras en Mario Kart en el último momento gracias al buen uso de un champiñón en medio de un atajo. Pues bien, olvidaos de realizar estas proezas en Banjo Pilot porque no existen los atajos. A pesar de pilotar aviones, nuestros personajes no podrán "conducir" por encima de las zonas de hierba o agua. Sí, al principio el avión se tambalea pero si sigues mucho rato así, al final se caerá y perderás mucho tiempo. Si empleas un turbo y te abalanzas fuera de la pista, rebotarás contra una pared invisible que te llevará de nuevo al circuito, aunque no sin antes volverte loco con cambios de sentido repentinos. Por tanto, se pierde el encanto en las carreras. Sí, los rivales son muy listos y te van a poner las cosas muy difíciles, pero sin atajos no es lo mismo. Los circuitos son, por tanto, demasiado lineales: solo hay un camino a seguir.
Dicho esto, solo nos quedaría por hablar de los duelos a "muerte" entre pilotos. Y es que tras completar las cuatro carreras del torneo, deberemos medir nuestras fuerzas contra un piloto en un combate aéreo. La pantalla se transformará en un pasillo de nubes en el que durante una vuelta, nuestro piloto se situará en la parte delantera para esquivar los disparos del rival; pero después, todo cambiará y seremos nosotros los que tengamos que disparar al enemigo. Así, los dos aviones se irán turnando hasta que uno de los dos caiga.
Y básicamente así será el desarrollo del juego en Banjo Pilot. Primero deberemos ganar las carreras para después, pasar a un enfrentamiento contra uno de nuestros rivales.
Pero al principio de este análisis habíamos hablado de más modalidades de juego así que pasemos a describirlas brevemente. Con Time Trial podremos ir mejorando nuestros tiempos en los distintos circuitos del juego. También podremos rejugar cualquiera de las pantallas de Banjo Pilot con Quick Race. Pero sin duda, lo más interesante lo encontraremos en Jiggy Challenge; y es que en esta modalidad de juego, deberemos competir contra un rival mientras buscamos las piezas de puzzle que se encuentran repartidas por todo el circuito.
Por tanto, las horas de juego y la rejugabilidad están aseguradas. Aunque no hubiera estado de más incluir un mayor número de circuitos. Porque son dieciséis, más las correspondientes versiones en modo espejo; lo que se nos antoja algo corto. También cabría resaltar la posibilidad de ir comprando nuevas pantallas y personajes. Y es que con cada victoria que obtengamos en las carreras, iremos consiguiendo las preciadas páginas del libro "cheato". Simplemente se las deberemos ofrecer a este famoso libro para que nos conceda las recompensas que queramos: personajes, nuevos modos de juego, misiones para el multijugador, etc.
El apartado técnico de Banjo ofrece una de cal y otra de arena. Y decimos esto porque si bien los modelados de los personajes son bastante detallados, no podemos decir lo mismo de los decorados. Lo más normal será ver como los árboles y las montañas aparecen de repente ante nuestros ojos. También será difícil seguir el trazado de la carretera por este mismo problema; muchas veces no sabemos hacia qué lado debemos girar hasta que no hemos llegado a la misma curva. Eso sí, todos los escenarios mantienen la esencia Banjo. Y es que todas las localizaciones son de lo más coloristas, con montones de objetos sacados directamente de las versiones de Nintendo 64: la casa de Mumbo Jumbo, el muñeco de nieve gigante, etc. Lastima que al final no se haya podido dejar el motor gráfico con los voxels. Porque sinceramente, esos gráficos pseudo 3D eran impresionantes.
En cuanto al sonido, sólo podemos decir que cumple su cometido a la perfección. Las melodías, compuestas por Robin Beanland, mantienen ese toque alegre y movidito típico en la serie. Aunque se hecha en falta una mayor variedad en las composiciones.
Lo mismo que ocurre con los sonidos FX: todos los personajes gritarán de alegría o se enfurecerán según se vaya desarrollando la carrera. Si Banjo es adelantado, lanzará su característico gruñido de tristeza, en cambio; Gruntilda se reirá como una loca cada vez que adelante a los contrincantes.
Con todo esto, ya os podéis hacer una idea de lo que ofrecerá Banjo Pilot. Es un juego divertido que nos mantendrá pegados a nuestras portátiles durante un buen número de horas. Tiene varios modos de juego que alargarán considerablemente la diversión, amén de incluir un interesante modo multijugador para cuatro personas. Pero aún así, no llega a ser lo que muchos esperábamos. Y es que ya no es solo por la no inclusión del modo historia. También peca por la linealidad en sus carreras y por la mala utilización de los aviones: pilotamos aeroplanos pero no podemos atajar por ninguna parte. Tampoco tiene ninguna utilidad el volar a ras de suelo o hacerlo por la parte media de la pantalla, salvo para coger los ítems repartidos por el circuito. Así pues, los aficionados a este estilo de juegos encontrarán en Banjo Pilot una buena opción; la segunda mejor opción por detrás de Mario Kart. Pero sin duda, uno se queda con la sensación de que el juego podría haber sido mucho mejor.