Análisis de Weapon Shop de Omasse eShop (Nintendo 3DS)
Que en Japón se lancen auténticas rarezas no es algo que nos pille por sorpresa a estas alturas de la película. Lo verdaderamente extraño es cuando consiguen superar las fronteras niponas y llegar a Occidente, motivo más que suficiente para que les prestemos un mínimo de atención, especialmente cuando vienen avaladas por un estudio como es Level-5, creadores de juegos como El Profesor Layton o Ni no Kuni: La ira de la Bruja Blanca.
Weapon Shop de Omasse es una nueva locura japonesa en la que el cómico Yoshiyuki Hirai, su creador, nos propone encarnar al herrero de un juego de rol y a su aprendiz. Sí, así como suena. Para ello tendremos que forjar todo tipo de armas, decidir cuáles son las más apropiadas para cada héroe (o NPC aspirante a personaje jugable), pulir nuestras creaciones, etcétera.
Con esto queda claro que se trata de un título destinado a un público muy concreto y específico, por lo que si esta descripción ha despertado vuestra curiosidad y captado vuestra atención, probablemente seáis uno de esos jugadores que disfrutarán con esta extravagante, aunque divertida propuesta.
La dura vida de un herrero de juegos de rol
Argumentalmente, Weapon Shop de Omasse nos lleva a la secuela de un ficticio juego de rol japonés de 8 bits. En su supuesta primera parte, unos héroes consiguieron acabar con un malvado señor oscuro, quien ahora está preparando su regreso, motivo por el cual una gran cantidad de aventureros se han lanzado a cumplir misiones y a matar monstruos para subir de nivel y así poder hacerle frente.
Pero claro, todo héroe que se precie necesita un buen arma, y nosotros seremos los encargados de proporcionárselas. Eso sí, con tantos aspirantes no hay materiales para satisfacer la demanda actual, por lo que al joven aprendiz del veterano y legendario herrero del primer juego no se le ocurre otra cosa que alquilarlas. El trato es simple: si el aventurero en cuestión consigue cumplir con éxito su misión y volver con vida, este nos devolverá el arma, parte de sus ganancias y los materiales que encuentre durante su búsqueda. En cambio, si fracasa perderemos lo que le hayamos prestado.
Para aumentar las posibilidades de éxito de cada aventurero, tendremos que estudiar bien a cada uno de nuestros clientes para prestarles las armas con las que tengan una mayor compatibilidad y que mejor se adapten a su nivel. Esto es algo que podremos saber de varias formas distintas, ya sea por las pistas que nos den directamente al hacer sus pedidos o que descubramos a través del Grindcast, una especie de Twitter medieval (con hashtags incluidos) que nos permitirá seguir las andanzas de los extravagantes personajes que requerirán nuestros servicios. Mirar sus estadísticas también es algo que suele ayudar.
Pero tan importante como escoger el arma adecuada será fabricarlas, algo que realizaremos por medio de un sencillo minijuego musical en el que tendremos que golpear un trozo de hierro candente en la pantalla táctil de la consola al ritmo de los martillazos de nuestro maestro mientras intentamos evitar que este se enfríe antes de tiempo, algo para lo cual usaremos nuestras limitadas reservas de carbón. Dependiendo de lo bien o mal que lo hagamos y de si hemos usado materiales adicionales o no, las armas tendrán unas estadísticas u otras e incluso podrán adquirir habilidades especiales.
Este minijuego no es muy complicado y resulta bastante sencillo, por lo que si os compráis el juego pensando que se tratará de un título rítmico, probablemente os llevaréis una decepción. Al final del día recibiremos un informe indicándonos los progresos que hemos hecho, algo que nos permitirá ir subiendo de nivel nuestra tienda, desbloqueando así nuevas armas y provocando que más aventureros se acerquen a nuestro establecimiento para hacer sus encargos.
Cuando no tengamos clientes ni pedidos, podremos invertir nuestro tiempo comprando materiales, echándole un ojo al Grindcast, revisando el inventario, creando armas o puliendo las que ya tengamos para mejorarlas (bastará con frotar sobre ellas en la pantalla táctil para hacer esto último). Y básicamente en esto consiste toda la jugabilidad de Weapon Shop de Omasse: en subir de nivel nuestras habilidades artesanales con el único objetivo de ser capaces de crear el arma definitiva antes de que se produzca el renacimiento del señor oscuro para que el aventurero destinado a acabar con él pueda cumplir con su heroico destino.
Aunque pueda parecer que esto es todo lo que el título tiene que ofrecer, hay un aspecto más del que nos gustaría hablaros: su sentido del humor. Todo está construido a modo de parodia de los juegos de rol tradicionales, por lo que preparaos para conocer a todo tipo de personajes, a cada cual más raro y extraño que el anterior, a la vez que leéis una ingente cantidad de chistes relacionados con los clichés y características propias de los JRPG de antaño, por lo que ser un fan de dicho género nos parece un requisito prácticamente imprescindible para poder disfrutar de su peculiar propuesta.
Además, para darle un toque más cómico al conjunto se ha emulado el estilo propio de una comedia de televisión, por lo que preparaos para escuchar al público aplaudir, exclamar sorprendidos o las inevitables risas enlatadas con las que señalarnos pertinentemente que se acaba de decir algo gracioso. Eso sí, os avisamos que no está traducido al español y que algunos personajes hablan con acentos y jergas muy concretos que os dificultarán su comprensión como no tengáis un buen nivel de inglés, aunque los que hablan "normal" se dejan entender sin ningún problema aunque no dominéis demasiado el idioma.
Gráficamente el título tampoco es que sea ninguna maravilla, más bien al contrario. El modelado de los personajes es bastante simplón y no cuentan con demasiados polígonos, y sus animaciones tampoco son para tirar cohetes. Además, como toda la "aventura se desarrolla" en la tienda siempre estaremos viendo el mismo escenario. Al menos el diseño de los personajes a nivel artístico está conseguido y todos resultan muy reconocibles (a excepción de los NPCs, claro).
Por otra parte, el sonido no está nada mal, aunque las melodías que escucharemos cuando fabricamos armas acaban repitiéndose más de la cuenta ya que no hay demasiada variedad, y echamos en falta un doblaje para las conversaciones.
Conclusiones
Weapon Shop de Omasse es un título tremendamente original, de esos que los jugadores demandan constantemente y a los que luego muchos acaban dando la espalda por lo extraño y arriesgado de su propuesta. Peca de cierta repetición, ya que a nivel jugable nos pasaremos todo el juego haciendo lo mismo, aunque a poco que te gusten los JRPG te mantendrás lo suficientemente entretenido con sus constantes bromas y su sentido del humor.
Como ya hemos dicho, se trata de un título con un público tan concreto en mente que no nos atreveríamos a recomendarlo abiertamente, ya que como juego en sí tampoco es que sea un dechado de virtudes. Entretiene, divierte si sabes a lo que vas a jugar, es algo nuevo y fresco, y por si fuera poco nos permite echarnos unas buenas risas. Por los 7,99 euros que cuesta, si todo lo que os hemos dicho os ha parecido interesante, no os importa que esté en inglés ni que su mecánica a nivel jugable sea tremendamente sencilla y algo repetitiva, y creéis que sois uno de esos jugadores a los que va destinado, difícilmente os equivocaréis con su compra.