Análisis de Rhythm Paradise Megamix (Nintendo 3DS)
Puede que Nintendo 3DS no vaya a recibir durante estos últimos meses de 2016 tantos juegos como en años anteriores, pero pocas quejas podemos ponerle a los pocos títulos que nos están llegando gracias a la calidad que están demostrando atesorar. Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado nos permitió quitarnos una de las grande espinitas que teníamos clavadas los fans europeos de los juegos de rol, ofreciéndonos una fantástica aventura con un inconfundible aroma clásico repleta de horas de diversión.
Por si fuera poco, el mes que viene tendremos la oportunidad de explorar la región de Alola con Pokémon Sol / Luna, probablemente la entrega principal más ambiciosa jamás desarrollada de esta icónica y mítica saga de monstruos de bolsillo. Pero antes de que Pikachu y compañía regresen a nuestras portátiles, Nintendo nos trae un juego que no ha hecho mucho ruido y que ha pasado más bien desapercibido. Una pequeña injusticia a nuestro modo de ver, ya que Rhythm Paradise Megamix es fácilmente uno de los títulos con el que mejor nos lo hemos pasado este año.
La locura musical y rítmica más completa y divertida de Nintendo
Si nunca habéis escuchado nada sobre esta saga, tenéis que saber que estamos ante una serie de juegos musicales en la que tenemos que superar multitud de minijuegos para poder avanzar y así desbloquear más pruebas y de mayor dificultad. Como podréis intuir, lo que diferencia a Rhythm Paradise de otros títulos de corte similar es que aquí el ritmo y el sonido son la principal clave de su jugabilidad. Una serie de pruebas que además en esta ocasión se pueden disfrutar con los botones de la consola o con la pantalla táctil, aunque recomendamos lo primero.
De este modo, en esta entrega avanzaremos por una alocada e insustancial historia que simplemente está ahí como excusa para justificar de algún modo nuestro avance. A pesar de ello, es tan tontorrona y presenta unos personajes tan disparatados que al final acaba sacándonos más de una sonrisa con sus diálogos y ocurrencias, por lo que nunca llega a molestar ni a distraernos de lo realmente importante.
Evidentemente, para progresar en la trama tendremos que superar los minijuegos que van saliendo a nuestro paso, y es aquí donde el título muestra su mejor cara para engancharnos sin remedio antes de que nos demos cuenta. Estas pruebas cuentan con unos controles extremadamente sencillos (tanto es así que rara será la que nos pida utilizar más de dos botones) y resultan sorprendentemente variadas.
Tienen una duración de entre 30 segundos y un minuto y medio (algunas duran algo más) y en ella nos pedirán que hagamos prácticamente de todo, desde ayudar a un karateka a golpear las cosas que le van lanzando, disputar un partido de bádminton montados sobre un avión, encarnar a un samurái montado en monopatín mientras aniquilamos demonios o asegurarnos de que un luchador de wrestling dé su mejor imagen en una entrevista tras ganar un importante combate.
Y estos minijuegos que hemos mencionado son de los más "normales", lo que os puede servir para que os hagáis una buena idea de la cantidad de locuras a las que tendremos que hacer frente a lo largo de la aventura. Todo ello siempre con mucho humor y "buen rollo", siendo uno de esos juegos que te contagia fácilmente su optimismo y alegría para hacerte sonreír mientras te desafía con sus retos.
Como decimos, la música y el sonido son primordiales para superar estas pruebas, de modo que serán nuestros principales guías para saber cuándo tenemos que pulsar cada botón, con qué ritmo y de qué manera. Esto es así hasta el punto de que casi todos los desafíos pueden ser superados con los ojos cerrados y simplemente prestando atención a nuestros oídos. Puede ser la base de una canción, una indicación que nos dé algún personaje, un sonido... Cada minijuego tiene sus propias reglas y formas de plantearnos su jugabilidad, llegando a utilizar la música y el ritmo de formas muy inteligentes, ingeniosas y originales.
Se trata de un juego repleto de buenas ideas y tan bien planteado que estamos convencidos de que mejoraréis considerablemente vuestro sentido del ritmo simplemente jugándolo (especialmente si es algo que nunca se os ha dado demasiado bien, ya que aprenderéis mucho con él), lo que dice mucho de sus virtudes.
Por supuesto, todos los minijuegos son divertidísimos de jugar y uno de los platos fuertes de esta entrega lo tenemos en que se han incluido más de 100 distintos provenientes de todas las entregas de la serie, incluyendo una treintena completamente nuevos, una cifra enorme y que nos garantiza horas de diversión. Sí, hay algo de trampa en esto, ya que para alcanzar ese número nos encontraremos con pruebas repetidas, solo que cambiando la canción, incluyendo más mecánicas y aumentando la dificultad, pero en líneas generales sigue habiendo una enorme variedad de desafíos distintos a los que hacer frente.
Entre todos ellos tenemos que destacar los remixes, unos desafíos en los que se van intercalando diferentes minijuegos uno detrás de otro de forma magistral y completamente natural, convirtiéndose sin duda en nuestros favoritos.
En lo que respecta a la dificultad, cabe destacar que se trata de un juego con muchas capas diferentes. Si simplemente buscamos pasarnos la historia independientemente de nuestra puntuación, la aventura nos resultará un paseo. Si buscamos conseguir al menos el mejor de los finales de cada prueba (existen tres distintos que dependerán de cómo de bien o mal lo hagamos), tampoco nos encontraremos con grandes problemas más allá de algún que otro desafío (nosotros lo conseguimos casi siempre a la primera).
En cambio, si nuestro objetivo es conseguir el perfecto de cada uno sin cometer ni un solo error notaremos como vamos a tener que hacer varios intentos a cada minijuego. Por último, si pretendemos sacar el 100% de los puntos tenemos ante nosotros un reto al que muy pocos podrán aspirar a conquistar (nuestra recomendación que os desafiéis a vosotros mismos para intentar conseguir la mayor puntuación que podáis, pero no os obsesionéis con el 100%, ya que es extremadamente complicado acertar a la perfección todas y cada una de las notas).
Además de la historia principal, también existe un modo adicional llamado Desafíos, donde tendremos que superar una serie de minijuegos seguidos intentando cumplir los requisitos de puntos que nos piden para cada uno, como conseguir una puntuación concreta o acertar un número determinado de notas con un "Perfecto". Eso sí, hay que tener en cuenta que aquí las pruebas no son exactamente como la primera vez que las superamos, ya que cuentan con algunas dificultades añadidas.
Existen multitud de recorridos distintos y la buena noticia es que podemos jugarlos tanto solos como en multijugador para hasta cuatro jugadores a través del Modo Descarga de la consola, por lo que solo necesitaremos un único cartucho para jugar junto a nuestros amigos, todo un detallazo que nos garantizará grandes tardes de piques sanos.
Señalar que en este modo también irán apareciendo desafíos temporales en los que nos retarán a conseguir superar un minijuego determinado sin cometer ni un solo error. Tendremos hasta tres intentos antes de que este cambie y ya os avisamos que con algunos es todo un reto. La recompensa por completar recorridos y estos eventos de tiempo limitado serán Esferas Musicales que podremos usar para desbloquear nuevas pruebas. Una forma genial de alargar todavía más la vida útil de un juego que ya de por sí trae horas y horas de pura diversión.
En lo que respecta a su apartado gráfico, tenemos un título que está lejos de explotar las posibilidades de Nintendo 3DS pero que se las apaña bastante bien para resultar muy atractivo y agradable a nivel visual gracias a su genial y alocado diseño artístico, con cambios radicales de estilo entre una prueba y otra, aunque siempre con unos diseños tan japoneses como simpáticos y bien resueltos que consiguen darle una personalidad única al producto.
El sonido, como no podía ser de otro modo en un juego de estas características, es sobresaliente y hace gala de una acertada y pegadiza banda sonora de mucha calidad que siempre está al servicio de la jugabilidad. De hecho, todas sus canciones parecen haber sido compuestas con el único fin de servir para crear una jugabilidad acorde con sus notas y su ritmo que propicie distintos tipos de retos y desafíos. Una auténtica genialidad.
Finalmente, tenemos varias cosas que comentar sobre los idiomas en los que nos llega. Lo primero es que todos los textos están perfectamente traducidos al español con la calidad a la que Nintendo ya nos tiene habituados, aunque el doblaje nos permite escoger entre dos opciones distintas: español y japonés.
Japonés no tiene mucho misterio, ya que todas las voces, avisos y canciones con parte vocal (a excepción de una en concreto) las escucharemos en esta lengua, aunque si optamos por nuestro idioma descubriremos que únicamente los minijuegos aparecidos en las entregas anteriores que llegaron a España están doblados al español. En cambio, los nuevos utilizan el audio inglés para las frases de los personajes.
Por último, nos gustaría avisaros de que una de las mejores canciones del juego, Remix Frondoso, ha sido mutilada en la versión occidental y ha perdido su parte cantada, algo que también sucede con Remix Automovilístico. La buena noticia es que si escogéis el doblaje japonés podréis escuchar sus versiones originales, con letra incluida, por lo que simplemente es cuestión de cambiar el idioma cuando vayáis a jugar estas pruebas.
Conclusiones
No vamos a andarnos con rodeos: Rhythm Paradise Megamix es un auténtico vicio. Uno de esos juegos peligrosamente adictivos que siempre apetecen jugar y que se prestan en cualquier momento y situación a que nos echemos una partida, aunque lo de "una" es algo muy relativo, ya que tras la primera cuesta mucho despegarse de la consola y la noción del tiempo pasa a ser un concepto extraño y sin demasiado sentido.
Trae multitud de contenidos, minijuegos genialmente planteados, una variadísima selección de más de 100 pruebas a cada cual más divertida que la anterior, y un apartado sonoro a la altura de las circunstancias. Puede que no lo parezca por su peculiar propuesta y su curioso aspecto visual, así como por la poca publicidad que ha recibido por parte de Nintendo, pero estamos, sin duda, ante uno de los grandes del año.
Diversión pura y dura, directa y sin complicaciones, muchas horas de juego, multijugador con un solo cartucho, buena música y una personalidad arrolladora son solo algunas de las múltiples bondades de un cartucho que a poco que os gusten los juegos musicales y de ritmo no deberíais dejar escapar bajo ningún concepto. No os lo perdáis.
Hemos realizado este análisis con una copia digital de la versión final que nos ha proporcionado Nintendo.