Análisis de Paper Mario Sticker Star (Nintendo 3DS)
Ha tenido un desarrollo largo y se ha hecho esperar algo más de lo esperado, pero por fin tenemos entre nosotros la nueva aventura de papel de Mario, uno de los primeros títulos que se anunciaron cuando se desveló Nintendo 3DS. Una pequeña gran odisea que se aleja completamente de las bases roleras con las que nació la saga para ofrecernos un juego muy distinto a lo que muchos podrían esperar, pero que mantiene todo su humor y carisma intactos.
Puzles de papel
La historia de este nuevo Paper Mario nos cuenta como Bowser vuelve a hacer de las suyas y en su intento por hacerse con el poder del Cometa Pegatina, un poderoso y místico astro con el poder de conceder cualquier deseo, lo hace estallar accidentalmente, provocando que su poder quede desperdigado por todo el mundo en forma de Pegatinas Reales, las cuales dan a sus portadores un poder enorme, aunque estos suelen sucumbir a la locura al no poder controlar su poder, lo que solo puede significar una cosa: problemas.
Y sí, Peach vuelve a ser secuestrada en el proceso.
Por tanto, la tarea de volver a reunir las Pegatinas Reales y de devolver el equilibrio al mundo volverá a recaer sobre Mario, quien contará con la ayuda y guía de Tina, una pegatina un tanto irritable que nos asistirá durante la aventura con pistas y tutoriales. El guion es bastante simple y no resulta tan interesante como los que hemos podido disfrutar en entregas anteriores (aunque sí que cuenta con su particular sentido del humor), quedando relegado a un plano bastante secundario que se acerca más a lo visto en los juegos de plataformas del bigotudo fontanero que a los de rol.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, lo primero que destaca es la importancia de las pegatinas, el elemento en torno al cual gira todo el desarrollo de la aventura. Estas las encontraremos desperdigadas por todos los escenarios, las guardaremos en nuestro álbum (de espacio limitado pero ampliable) y podremos usarlas tanto para abrirnos paso por los niveles como para derrotar a los enemigos que nos asalten.
Para lo primero usaremos la habilidad de Papelizar. Gracias a ella veremos la parte del escenario en la que estemos como si fuera un folio y pegar las pegatinas y recortables que tengamos en nuestro álbum. Los recortables nos permitirán rellenar huecos vacíos en los escenarios, como un puente que pueda faltar, mientras que las pegatinas las usaremos para resolver todo tipo de puzles.
Cabe mencionar que hay dos tipos de pegatinas diferentes: normales (que pueden ser de diversa rareza y calidad) y de cosas. Las primeras son las básicas que podremos comprar en tiendas y encontrar en los escenarios, mientras que las segundas se consiguen gracias a una serie de objetos cotidianos que hay repartidos por todo el mundo, como unas tijeras, un grifo, un ventilador o un bate de béisbol, que podremos convertir en pegatinas gratuitamente acudiendo a una tienda de la ciudad principal. Las cosas siempre se encuentran en el mismo sitio, por lo que si usamos una de sus pegatinas y queremos conseguir otra igual tendremos que volver a la misma pantalla donde la obtuvimos y volverla a convertir.
A diferencia de las normales, cuando las usamos en el mundo del juego tienen efectos especiales y solo serán útiles en determinados sitios para resolver algunos puzles, que van desde los más obvios (colocar un ventilador gigante junto a un molino para que se muevan sus aspas) a otros bastante más retorcidos y que nos darán más de un dolor de cabeza (usar una aspiradora para aspirar toda una tormenta de arena en el desierto).
En cuanto a los combates, estos los activaremos cuando toquemos a algún enemigo, momento en el que dará lugar el enfrentamiento. Si en vez de tocarlos solamente conseguimos golpearles, la batalla comenzará con un ataque extra por nuestra parte. Estas se resuelven por turnos y simplemente tendremos que ir usando las pegatinas de nuestro álbum para atacar a nuestros rivales, defendernos o curarnos. Estas son muy variadas y tienen efectos muy distintos, pero las perdemos una vez que las usemos. También tenemos que tener en cuenta que cuando vayamos a recibir un ataque si pulsamos A bloquearemos algo de daño, y si hacemos lo mismo cuando vayamos a golpear nosotros aumentaremos la potencia de nuestro ataque, por lo que conviene habituarse a las animaciones de los enemigos y de nuestras pegatinas para facilitarnos las cosas.
En caso de que queramos usar más de una pegatina en un mismo turno, podremos invertir monedas en una tragaperras en cualquier momento del combate. Mientras más usemos, más posibilidades tendremos de conseguir las mismas figuras. Si obtenemos dos iguales podremos usar dos pegatinas y si conseguimos que las tres sean las mismas podremos usar tres pegatinas, además recibir una bonificación según lo que haya salido, como monedas o puntos de salud.
Cabe destacar que no tendremos aliados en las batallas y tampoco podremos seleccionar blanco, por lo que siempre atacaremos primero al enemigo que se encuentre al principio de la fila, y cuando este caiga pasaremos al siguiente, por lo que la estrategia en combate básicamente se limita a llegar a ellos con un buen surtido de pegatinas y escoger las que consideremos más efectivas. Por ejemplo, si son muchos enemigos quizás sea buena idea usar una que ataque a todos a la vez, aunque también tendremos que tener en cuenta otros factores, como si vuelan o tienen pinchos en la cabeza (no es muy recomendable usar una pegatina de salto sobre uno de estos).
El sistema de combate es divertido y entretenido, pero nos parece demasiado limitado y a la larga llega a cansar, ya que ni siquiera tenemos la motivación de recibir experiencia tras ellos, (lo único que obtendremos serán monedas y pegatinas de vez en cuando), por lo que probablemente acabaréis intentando evitar a todos los enemigos que os sea posible para no perder tiempo con combates innecesarios.
Por tanto, nos queda un juego donde su mayor atractivo se encuentra en la exploración de los escenarios, siempre teniendo en cuenta que nos encontramos en un mundo hecho de papel, ya que hasta que no terminemos de asimilar bien esto nos costará mucho avanzar. Existen multitud de sitios ocultos que en casi cualquier otro juego se considerarían zonas secretas, pero que aquí son necesarias para continuar, por lo que preparaos para poner 100 ojos en cada escenario, buscando casi cualquier cosa que pueda parecer fuera de lo normal o donde os pueda parecer que hay algo oculto que la cámara no os muestra a propósito.
Puede que una columna os impida ver una puerta colocada detrás suya o que haya un trozo del escenario mal pegado y que tengamos que colocar correctamente con la habilidad de papelizar, o incluso que directamente no podamos avanzar porque nos falte la pegatina de alguna cosa y tengamos que volver a niveles anteriores para buscarla. Nos ha sorprendido lo complicado que puede llegar a resultar en ocasiones encontrar el camino correcto, llegando incluso a ciertos momentos en los que tuvimos que ponernos a repetir pantallas sin tener muy claro lo que buscábamos, ya que las pistas que nos da Tina son de todo menos útiles.
Esto también se puede aplicar a los jefes finales, los cuales son como puzles en sí mismos y dejan un poco en evidencia lo limitado del sistema de combate del juego. Derrotarlos únicamente con pegatinas normales puede llegar a resultar una tarea prácticamente imposible, por lo que necesitaremos usar pegatinas de cosas que sean efectivas contra ellos, aunque no bastará con usarlas, ya que tendremos que esperar también al momento idóneo. Para averiguar la pegatina ante la cual es débil cada uno de ellos, tendremos que fijarnos en las pistas que nos dé el propio diseño del jefe e incluso el escenario de combate. Por tanto, si llegamos a estos enfrentamientos sin ellas, lo más probable es que encaremos una aplastante derrota.
En cuanto al mapa del juego, este se encuentra dividido en varios mundos, contando cada uno de ellos con varios niveles. El objetivo en cada uno de ellos es básicamente encontrar un trozo del Cometa Pegatina, los cuales equivalen a las metas de cada pantalla, aunque ojo, a veces puede que encontremos más de uno y que nos lleven por caminos distintos. Esta estructura (la cual es muy similar a lo visto en Super Mario World o New Super Mario Bros. U) funciona bien y nos permitirá ir de un lado a otro rápidamente.
La duración de la aventura principal oscila entre las 15 y las 20 horas, dependiendo del número de veces que nos atasquemos y de lo que queramos pararnos a combatir. Como tareas secundarias podremos dedicarnos a buscar aumentos para nuestra salud máxima (necesarios para enfrentarnos con garantías a los peligros de los últimos mundos) y completar un museo con las pegatinas que vayamos encontrando a lo largo de nuestro periplo, una tarea que os avisamos que lleva su tiempo, ya que no son pocas precisamente.
En lo que respecta a su apartado gráfico, nos encontramos con que Paper Mario: Sticker Star es un juego muy sólido y uno de los más vistosos del catálogo de la nueva consola de Nintendo, mostrando unos escenarios repletos de colorido que recrean perfectamente lo que sería un mundo hecho de papel. Los personajes también están muy bien modelados y animados e incluso veremos algunos efectos gráficos realmente sorprendentes cuando usemos las pegatinas de cosas. También hay que destacar que el uso del efecto 3D es bastante bueno y se consigue una sensación de profundidad muy resultona y atractiva que os animará a activar dicha función.
Finalmente, la banda sonora mezcla temas nuevos con remezclas de canciones clásicas de la saga, por lo que suele mantener un buen nivel y ambientar estupendamente todo lo que vemos en pantalla. Comentar que el juego no cuenta con un doblaje (los personajes se limitan a hacer sonidos al hablar).
Conclusiones
Paper Mario: Sticker Star es un buen juego que sabe divertir, pero que podría (y debería) haber llegado más lejos, quedándose un peldaño por debajo de las entregas anteriores. Su limitado sistema de batalla y la ausencia de elementos roleros no le hacen demasiado bien (especialmente teniendo en cuenta que los combates son por turnos), así como lo anecdótico de su historia. Al mismo tiempo, su retorcido diseño de niveles y la rebuscada lógica de algunos de sus puzles pueden llegar a frustrar más de uno, aunque esto es algo que se compensa con la satisfacción que obtenemos por cada paso que damos.
Sin embargo, el título se las apaña para conseguir divertirnos constantemente y hacernos pasar un buen rato mientras ponemos a prueba nuestro ingenio, una cualidad de la que pocos juegos pueden presumir hoy en día y que lo acaban por convertir en una aventura muy recomendable para cualquier poseedor de la consola con ganas de jugar a algo diferente.