Análisis de Mutant Mudds eShop (Nintendo 3DS, iPhone)

Había una época en la que los videojuegos consistían en pasarlo a lo grande tratando de superar las más crueles dificultades posibles. Esa era dorada de los 8 bits, donde casi todo los desarrolladores y jugadores experimentaban con tipos de juegos de lo más raro, haciendo que la industria se levantase con mucha fuerza y creando a muchos aficionados al videojuego. Con el paso de los años y la llegada de los altos costes de producción, poco a poco se fue perdiendo esa fase de experimentación: las empresas, para mantenerse a flote, no podían permitirse arriesgar demasiado ya el fracaso podía ser letal; sin embargo, en los últimos años hemos visto un resurgir de este tipo de productos gracias a la distribución digital. Hoy tenemos la ocasión de analizar uno de esos juegos diferentes, que busca recuperar el toque de la "vieja escuela". Con solo tres personas tras su desarrollo, el estudio Renegade Kid Mutant Mudds nos ofrece plataformas con toques de acción, donde el milímetro y la memoria lo es todo.

Salva al mundo de los mutantes de lodo

Empezamos el juego con Max y su abuela descansando tranquilamente, cuando un meteorito hace impacto cerca de su casa. En las noticias de la tele informan de que unos mutantes de lodo están invadiendo el planeta, así que nuestro héroe decide armarse con una potente pistola de agua y una mochila propulsora para liberarnos de la amenaza. Para ello, necesitaremos cuarenta "Water Sprites" que están esparcidos en los cuarenta niveles que tiene el juego. Bajo esta premisa tan simple nos encontramos ante un juego de plataformeo limitado pero muy exigente, donde también podemos disparar. Controlamos a Max con el Control Pad Digital o con el Slide Pad, con el botón Y o X disparamos balas de agua, con B o A saltamos, y si en el aire le damos al mismo botón activaremos la mochila propulsora, que nos permitirá planear durante un tiempo. A lo largo del juego dispondremos de varias mejoras visitando la casa de la abuela y habiendo reunido suficientes puntos que nos permiten potenciar las habilidades mencionadas además de una pequeña sorpresa.

Nuestro objetivo no es otro que recorrer el escenario a lo largo y ancho, así como en los tres niveles de profundidad que ofrece. Max puede intercambiar el plano en el que juega mediante unos botones que hay en el suelo y que indican si el desplazamiento hacia adentro o hacia afuera de la pantalla, lo que sea necesario para dar con el camino que nos lleve al Water Sprite que espera al final del nivel. Como objetivos secundarios (pero obligatorios para completar el juego) tendremos que recoger 100 diamantes y encontrar la puerta al mundo secreto que hay en cada uno de los niveles. Los diamantes que hemos cogido en una primera visita se conservan, por lo que si tenemos que entrar varias veces para completarlos, no tendremos que preocuparnos en cogerlos todos otra vez. Como buen plataformas, tendremos que mover a Max con sumo cuidado para no caernos al vacío, tocar alguno de los pinchos, o tener contacto con los múltiples enemigos, ya que los dos primeros suponen la muerte súbita, mientras que los terceros nos quitarán uno de los tres corazones que tenemos. Si morís mucho, no os preocupéis porque no hay contador de vidas como tal, sino que simplemente tendremos que empezar el nivel desde el principio. Y creednos si os decimos que eso ya es suficiente castigo en los niveles más duros.

Sin margen de error y con trampas mortales constantemente

En Mutant Mudds el movimiento del personaje es bastante lento, pero lo cierto es que no se hace nada pesado, sino que es algo completamente necesario por la exigencia del diseño de niveles. Y es que nos encontraremos en multitud de ocasiones en las que tendremos que afinar al milímetro por donde pasar un obstáculo, donde posarnos, o a donde disparar. Al principio la sensación es muy buena porque Max responde a la perfección y todo es tan sencillo que parece coser y cantar. Pero pronto nos encontraremos con que tenemos que apurar mucho y tenemos que medir exageradamente el tempo que rige los cambios en el escenario y los movimientos de los enemigos, porque si bien en los grandes juegos de plataformas 2D como Mario Bros el diseño de niveles suele estar armonizado para que los diferentes movimientos de las plataformas y enemigos dejen claro cuando saltar de una a otra, nos encontramos con que en Mutant Mudds los movimientos apenas están sincronizados, y nos podemos encontrar con situaciones en las que no sea nada intuitivo cuando saltar.

Dicho así puede sonar hasta bien, pero en realidad es una de las grandes pegas del diseño de niveles, ya que ocasionalmente tendremos que pararnos durante demasiado tiempo a esperar a que la combinación de movimientos nos permita superar el reto, algo que puede ser desesperante especialmente cuando hayan sido muchas las veces que hemos repetido el nivel, más teniendo en cuenta que hay un tiempo límite de cuatro minutos para pasarnos los niveles, y no siempre parece ser suficiente sobre todo si queremos explorar. También es habitual, al avanzar por el nivel y tras un salto para alcanzar la plataforma destino, verse sorprendido con la llegada de enemigo o un proyectil sin que podamos hacer otra cosa que recibir el impacto o morir. Este tipo de "emboscadas" nos obligan a aprendernos de memoria esas zonas, lo que es algo irritante sobre todo cuando tenemos antes una zona complicada de superar que nos ha llevado muchas vidas, por lo que si llegamos exhaustos al final del nivel y nos encontramos con una de estas trampas, os aseguramos que dan ganas de tirar el juego por la ventana.

Otros errores de diseño en los niveles como puede ser saltos de fe, o zonas donde no parece que tengamos que morir suelen ocurrir de vez en cuando, aunque son menos graves y frustrantes. Sinceramente, no podéis imaginar lo doloroso que ha sido completar el juego a tiempo para el análisis. De hecho, hemos tenido ganas de dejar de jugar en más de una ocasión, aunque reconocemos también que sin la presión de terminarlo pronto, seguramente el reto hubiera sido mucho más agradable por nuestra parte, no obstante, tened en cuenta que están presentes ese tipo de fullerías que obligan a aprenderse de memoria el nivel.

Un juego para jugones que quieran recuperar el sabor retro

Si su simpleza jugable y dificultad os recuerda a los juegos de antaño y eso os gusta, estaréis de enhorabuena, ya que el aspecto gráfico y sonoro van completamente a la par con su jugabilildad. Como podéis observar en las capturas de pantalla y en los vídeos, se trata de un juego que busca el recrear los gráficos de los juegos 2D de la era 8 y 16 bits. Y en parte lo consiguen con bastante acierto, aunque nos ha parecido que no con suficiente encanto. Los gráficos en sí nos gustan, está bien siempre y que no tengas algún tipo de fobia a los píxeles grandes, ya que todo lo que hay en el primer plano e incluso en el segundo plano se ve muy pixelado.

Las 3D estereoscópicas le sientan muy bien, ayudan a diferenciar planos jugables una barbaridad y además no suelen tener problemas de contrastes más allá de un tipo de tileset rojo apagado, en el cual el personaje y los enemigos tienen sombras a sus lados. Lo que nos ha faltado para quedarnos prendados no ha sido otra cosa que más detalles que diferencien niveles, una mejor animación de los personajes (la mayoría de animaciones son de 2 o 3 imágenes intercaladas...) o algo más de vida en los fondos. En Super Nintendo o Megadrive hemos jugado a centenares de cartuchos mucho más atractivos y detallistas que este Mutant Mudds, y es una pena porque adoramos el estilo, pero este no tiene casi ningún tipo de detalle memorable que lo mantenga en alza a lo largo del juego.

El en apartado sonoro, usando una fuente de sonido que emula perfectamente los tonos que hacían los ordenadores y consolas de 8 bits, las músicas rítmicas y melodiosas acentúan especialmente bien el estilo retro, e incluso potencian la concentración en los momentos que más lo necesitamos. No todos los temas son dignos de destacar, pero en general la composición es amena y agradable de escuchar, aunque sin llegar a ser pegadizas. La parte de los efectos de sonido es escasa pero cumple bastante bien. En realidad como el juego es sencillo no requiere de muchos efectos de sonido, no obstante, los pocos que tiene suenan bien, muy retro y transmitiendo la relación que les pertenece. Echamos mucho de menos sonidos para algunos elementos, especialmente unas plataformas que se activan y desactivan cíclicamente. Debido a lo rápido que cambian de estado, un sonido de activado/desactivado hubiera ayudado mucho a seguir su ritmo, ya que tal y como está ahora a veces es necesario asociar mentalmente un sonido para así facilitar la tarea. Quitando ese detalle, la verdad es que todo suena muy retro y muy bien.

Excelente jugabilidad clásica, pero para un público determinado

Tras haber completado Mutant Mudds al 100%, nos hemos quedado con la sensación de que no está mal, pero que uno no se lo pasa también con él como nos gustaría. Nos encanta el estilo retro tan bien llevado a cabo tanto a nivel artístico como a nivel jugable, no obstante, tiene grandes errores en el diseño de niveles que nos han irritado. Incluso estuvimos a punto de abandonar la partida de no ser porque teníamos que finalizarlo para este análisis. No obstante, somos conscientes de que hay un tipo de público al que le encanta enfrentarse a este tipo de retos y tener que esforzarse al máximo para memorizar las dificultades y conseguir superarlos. Sin duda, este Mutant Mudds va dirigido a ese público jugón que quiere conseguirlo, que quiere superarse para lograr el 100% pese a que el juego no te proponga un reto siempre justo. Si eres de ese tipo de jugón, sin duda vale la pena, pues son unas cuantas horas de desafío con sabor a retro a buen precio. Es una pena que una vez completado, no hay motivo para jugarlo de nuevo o seguir explotándolo pese al premio sorpresa que dan. No nos queda otra que esperar a que nos llegue pronto su segunda parte, ¡ya en desarrollo!

Comentar que para la valoración final tenemos que tener en consideración todo tipo de público, y es que Mutant Mudds no es para jugadores que esperen un juego de acción más accesible, como puede ser un Mario, ni para jugadores dedicados que esperan unos gráficos de élite y una historia impactante. Este es un juego para jugones empedernidos que quieren superar retos y recordar viejos tiempos y a los que no les importe morir una y otra vez. Para este segmento simplemente merecería más nota, pero como media en común para todos los públicos hemos decidido que la valoración establecida es la más justa.