Análisis de Monster Hunter Generations (Nintendo 3DS)
Que esta nueva entrega de la aclamada saga caza de monstruos de Capcom no tenga un cinco en el nombre ya es un claro indicativo de que nos encontramos ante un título intermedio que no busca revolucionar ni llevar la serie un paso más allá con toda una generación inédita de bestias a las que cazar.
De hecho, el "Generations" con el que ha sido subtitulado no nos podría parecer más apropiado para el producto que tenemos entre nuestras manos, ya que su objetivo no es otro que ofrecernos en un solo cartucho una interesante mezcla de contenidos provenientes de todas las entregas principales de la serie, pero sazonados con el buen hacer y la experiencia que sus desarrolladores han obtenido a lo largo de los últimos doce años.
¿El resultado? Un imprescindible para los fans más veteranos y un punto de entrada perfecto para todo aquel que quiera sumergirse por primera vez en este apasionante mundo de grandes bestias y feroces dragones. ¡Que comience la cacería!
Cazando con estilo
En esencia volvemos a estar ante un Monster Hunter de pura cepa que toma como base y punto de partida lo visto en su cuarta entrega en cuanto a motor gráfico y posibilidades jugables (escenarios más verticales, personajes más ágiles, posibilidad de montar a los monstruos para derribarlos, etcétera, mismas armas). Por lo tanto, tenemos nuevamente un juego de acción con un fuerte componente cooperativo en el que nos proponen que acabemos con multitud de grandes bestias para despiezarlas y usar las distintas partes de sus cuerpos para fabricarnos armas y armaduras que nos permitan hacer frente a enemigos más fuertes y que, a su vez, nos darán acceso a los materiales que necesitamos para conseguir mejor equipo.
Todo esto está estructurado por misiones con tiempo limitado (aunque este suele sobrar), donde nos pedirán que acabemos con un monstruo determinado (o varios) en un mapa concreto, que los capturemos, que recolectemos ciertos materiales, etcétera. Hay de varios tipos, pero sin duda las mejores son las de caza y captura.
Como muchos sabréis, las batallas contra los grandes monstruos son equivalentes a hacer frente a un gran jefe final. Cada criatura tiene su propia personalidad, patrones de comportamiento, características, habilidades, fortalezas y debilidades, cosas que tendremos que aprendernos muy bien tanto para prepararnos adecuadamente para la cacería como para que no nos destrocen a las primeras de cambio, dando pie a unos combates tremendamente épicos, espectaculares y muy divertidos, especialmente cuando jugamos junto a otros jugadores y ponemos en práctica todo tipo de estrategias cooperativas.
La cantidad de monstruos que incluye Generations es altísima (supera el centenar entre grandes y pequeños), aunque no podemos esconder cierta decepción ante las pocas novedades que se han incluido. La gran mayoría de estas criaturas pertenecen a entregas anteriores o son variantes de algunas ya existentes, por lo que apenas hay bestias completamente inéditas. Tener en un solo juego este fantástico bestiario (la selección es realmente buena y hay seres de todas las generaciones) es todo un lujo, aunque la sensación de déjà vu que hemos tenido ha sido constante, ya que nos conocíamos casi todas las batallas.
Eso sí, las pocas incorporaciones que se han realizado son de una calidad incuestionable: bien diseñados (algunos de ellos incluso muy atípicos para lo que la serie nos tiene acostumbrados), con mecánicas únicas y nunca antes vistas en la saga y con unos patrones de ataque interesantísimos que nos harán esforzarnos al máximo para tumbarlos.
Todo lo anteriormente dicho sobre los monstruos que nos encontraremos se puede aplicar también a los escenarios: casi todos los terrenos de caza se han recuperado de pasadas entregas (eso sí, con los retoques necesarios para adaptarlos a la imposibilidad de nadar en el caso de los de Tri y para dotarlos de una mayor verticalidad en los de 1 y 2) y hasta tres de las cuatro ciudades principales son "recicladas".
A pesar de lo que podría parecer por sus contenidos, Generations trae consigo algunas novedades a nivel jugable de lo más interesantes, añadiendo una capa de profundidad extra a sus diferentes mecánicas. La más llamativa de todas es el hecho de que se han incluido cuatro estilos de combate distintos: Gremio, Ariete, Aéreo y Sombra.
Gremio es el más equilibrado y es lo más parecido a jugar como en cualquier Monster Hunter anterior, por lo que se trata de un estilo muy equilibrado y versátil que nos dará buenas posibilidades de éxito ante cualquier tipo de situación. En lo que respecta a Ariete, nos limitará la movilidad, aunque nos permitirá equiparnos con muchas habilidades y recargar sus usos a gran velocidad.
Por otro lado, Aéreo es el estilo perfecto para montar a los monstruos, ya que gracias a él podremos esquivar en el aire y usar a otros jugadores o a los barriles que coloquemos como trampolines para impulsarnos y saltar bien alto hasta nuestras presas. Finalmente tenemos a Sombra, un estilo de combate basado en contraataques especiales que requieren de gran precisión para ponerlos en práctica de forma adecuada (hay que ejecutarlos en el momento justo), siendo este probablemente el más difícil de dominar.
Como podréis suponer, cada uno cambiará las posibilidades, combos y movimientos que tendréis disponibles con cada una de las armas, de modo que aquí ya no os bastará solamente con saber controlar, por ejemplo, los Martillos, sino que también deberíais de aprender a usarlo con cada uno de los diferentes estilos.
Por si esto fuera poco, a medida que progresemos y subamos de rango desbloquearemos habilidades con las que podremos equipar a nuestros cazadores. Estas dependerán tanto del estilo escogido como del arma que blandamos, y tienen usos muy variados que van desde esquivas que a su vez son ataques, pasando por espectaculares movimientos ofensivos y llegando hasta potenciadores tan útiles como hacer que durante un tiempo limitado cada uno de nuestros ataques golpee dos veces.
Para usarlas simplemente nos bastará con pulsar su icono en la pantalla táctil, aunque para ello primero tendremos que recargarlas a base de golpes, de modo que no podremos abusar demasiado de ellas. Aquí hay que tener en cuenta que mientras más poderosa sea la habilidad, más nos costará cargarla.
Ambas implementaciones nos han parecido fantásticas, ya que no solo nos dan una mayor variedad a la hora de personalizar a nuestro cazador y definir nuestro propio estilo de juego, sino que consiguen hacer que los combates sean todavía más divertidos y espectaculares que nunca al tener más posibilidades y movimientos con los que dar caza a las bestias que se interpondrán en nuestro camino.
Como suele ser habitual, el título está dividido en las misiones para un jugador y las multijugador, más duras y difíciles. En el primer caso, decir que la narrativa ha perdido mucha fuerza respecto a Monster Hunter 4 Ultimate, por lo que simplemente nos limitaremos a ir completando misiones hasta desbloquear la urgente que nos permita pasar al siguiente rango sin que haya mucha historia de por medio. La saga nunca se ha caracterizado precisamente por sus argumentos, y esta no es la excepción.
Un detalle que nos ha gustado mucho es lo bien que se han centralizado las ciudades, especialmente en el multijugador, dándonos acceso a prácticamente todo lo que necesitamos, como el herrero, la tienda de objetos o nuestro baúl, sin necesidad de tener que pasar por una pantalla de carga, ya que todo está en el mismo sitio, haciendo que los momentos de transición y preparación entre misiones menos pesados y más fluidos.
De hecho, Generations cuenta con muchos pequeños detalles de este tipo destinados a aligerar la experiencia de juego. Un claro ejemplo de esto lo tenemos en que ahora podremos despiezar y recolectar materiales de forma seguida y a gran velocidad simplemente aporreando la A y sin necesidad de agacharnos, o el hecho de que ahora los recursos más básicos, como la miel o las setas azules, se obtengan casi siempre de dos en dos. Para muchos estas cosas podrían parecer una tontería, pero son tonterías que se agradecen de verdad y que serán especialmente apreciadas por los fans más veteranos de la serie. A fin de cuentas, la suma de todas ellas acaba marcando la diferencia.
Como podréis imaginar, la cantidad de misiones disponibles entre ambos modos es gigantesca y nos asegurarán decenas (por no decir cientos) de horas a poco que nos planteemos completarlas todas, por no hablar de la cantidad de veces que tendremos que repetir muchas de ellas hasta obtener los materiales que necesitemos para fabricarnos esa armadura o arma que tanto queremos.
La mala noticia en este sentido la tenemos en que se han eliminado las misiones de Rango G, las más difíciles de la saga, por lo que la dificultad nunca llega a los niveles vistos en Monster Hunter 4 Ultimate, aunque el título sabe plantear un buen reto cuando entra en juego un nuevo tipo de variante de monstruos que se ha añadido para la ocasión (no daremos más detalles para evitar posibles spoilers). Quizás no sea tan difícil, pero el end game de Generations es lo suficientemente duradero y divertido como para tenernos entretenidos durante horas. Además, sus misiones son más variadas y las combinaciones de monstruos que llegaremos a ver en ellas pueden llegar a darnos auténticos problemas como no vayamos bien preparados.
Gráficamente nos encontramos con una versión mejorada de lo visto en su predecesor, aunque la resolución de las texturas es mucho mayor, los elementos de los escenarios son menos angulosos, la paleta de colores es más natural y los modelados están algo más detallados, tanto en lo referente a los monstruos como a nuestros cazadores. Las animaciones siguen siendo una auténtica pasada y la cantidad de efectos que llegan a ponerse en pantalla de forma simultánea sin ralentización alguna nos garantizan un gran espectáculo. El efecto 3D tampoco se queda atrás, ofreciéndonos uno de los mejores que hemos visto en la consola, aportando al juego una gran profundidad visual.
Por desgracia, las regiones de caza siguen divididas por zonas de carga, algo que Capcom debería de plantearse cambiar de una vez, ya que esta decisión de diseño se siente arcaica a día de hoy y provoca muchos momentos de gran frustración durante las batallas al tener que tragarnos cargas que no queríamos o no poder combatir bien a un enemigo que se encuentra justo en el límite de una zona. Al menos, estas apenas duran dos o tres segundos.
La banda sonora vuelve a ser otro de los puntos fuertes de esta entrega, aunque aquí volvemos a encontrarnos con lo mismo que hemos repetido varias veces a lo largo de este análisis: mucho reciclaje. Se recuperan multitud de temas clásicos de la saga y se han añadido unos pocos nuevos, pero podéis dar por seguro que en ambos casos son de gran calidad y ambientan cada batalla genialmente, elevando la épica de los enfrentamientos a niveles altísimos. Los efectos siguen la misma tónica, variadísimos, contundentes y de gran calidad.
Conclusiones
Monster Hunter Generations reúne lo mejor de una saga en un solo cartucho, ofreciéndonos un producto muy completo y con el que revivir más de una década de inolvidables cacerías. Sí, echamos de menos una mayor cantidad de nuevos monstruos y escenarios, pero eso no ha evitado que nos lo hayamos pasado en grande con su propuesta mientras abatíamos una criatura tras otra y probábamos todo tipo de combinaciones de estilos, armas y habilidades. Si tenéis una Nintendo 3DS y buscáis un juego que os dé diversión durante meses, aquí tenéis una presa que no podéis dejar escapar.
Hemos realizado este artículo con una copia digital de la versión final que nos ha proporcionado Nintendo. Lo hemos jugado en una consola New Nintendo 3DS.